Читать книгу El emprendedor novel - Sally Bendersky - Страница 9
ОглавлениеCAPÍTULO 2
HECHOS E INTERPRETACIONES
Supongamos que ves a una mujer de mediana edad en la calle, levantando un pie para dar el paso hacia la acera. Tu mirada se desvía hacia su pierna y ves que tiene la media rota. Desde tu posición, no alcanzas a ver que también hay sangre en su rodilla. Sigues observándola hasta que ella se detiene, se lleva las manos a las caderas y luego las mueve hacia su espalda, justo debajo de la cintura. Comienza a caminar lentamente, mientras otra mujer la sostiene del brazo. Después de unos minutos, ambas mujeres se separan y cada una sigue su propio camino.
Al llegar a casa, cuentas lo que viste a tu hijo, hija o esposa.
• Imagina cuál sería tu postura, actitud y tono de voz al contar lo ocurrido.
• Presta atención a tu respiración y evalúa si tiene un ritmo normal o más acelerado, o tal vez más lento.
• Observa cómo te sientes en este momento e intenta descubrir qué palabras utilizarías para describir esas sensaciones.
• Escribe las sensaciones con tus propias palabras.
Mantén siempre en mente que no existe una forma correcta o incorrecta de contar una historia. Ahora ya existen dos versiones de la misma historia; la tuya y la mía.
• ¿Hemos contado la misma historia tú y yo?
• ¿Lo hemos hecho de una manera similar?
• ¿Hemos utilizado más o menos las mismas palabras?
Si lees esta historia nuevamente, te darás cuenta de que yo he contado lo que vi como si fuera una cámara filmando la escena. No hay expresión de sentimientos, pensamientos o interpretaciones en mi relato; solo está contado desde los hechos observados en el entorno, fuera de mí misma. Sin embargo, éste no es el modo en que se suele contar una historia o relatar a otra persona un incidente que hemos vivido. Usualmente ponemos más de nosotros en las historias que contamos. Tú podrías haber imaginado que la mujer tropezó y cayó, o que alguien la empujó y cayó y por eso sus medias estaban rotas. Es muy probable que hicieras esa suposición tan pronto como viste a la mujer, pero, aunque hubieras querido correr y ayudarla, te paralizaste y quedaste con una sensación interna de desamparo.
• ¿Qué más le habrías contado a tus hijos y esposa?
• ¿Cuáles habrían sido tus sensaciones al respecto?
En mi narración solo se observan hechos, sin realizar ninguna interpretación o explicación respecto a los mismos. Sin embargo, lo que las personas hacemos no es eso. Normalmente, lo que hacemos es mezclar los hechos con nuestra propia interpretación de ellos. Esto es lo que yo hice en la sección, “Mis primeros años”, en el capítulo precedente. Nosotros, los seres humanos, somos criaturas creativas porque nuestros cerebros y nuestro lenguaje nos permiten serlo y en ese sentido, todos somos similares. Ésa es la razón por la que podemos interpretar y explicar lo que vemos, más allá de recordar simples hechos. Cualquiera de nosotros puede hacerlo para crear una historia que parezca válida. Lo que yo he descrito como mis años tempranos en el capítulo anterior, no es una verdad universal, es solo mi historia. Es muy probable que las historias de mis hermanos sean diferentes. Me imagino que algunas de sus interpretaciones serán distintas, y sin embargo son válidas, así como también puede ser que ellos elijan diferentes hechos para contar sus propias historias.
Te invito a profundizar en la distinción entre los hechos que observamos en el mundo (el qué) y nuestras propias interpretaciones y suposiciones que nos permiten encontrar aquellas explicaciones que nos hacen sentido (el cómo, el por qué y el para qué). Al narrar hechos, estamos simplemente describiendo lo que observamos en el mundo exterior. Un hecho objetivo no es percibido desde tu forma particular de ser. En este libro llamaré a tu modo particular de ser, tu ALMA. Nuevamente, los hechos están allí, en el mundo, no en tu alma. Tú encuentras los hechos en el ámbito de una comunidad que otorga el mismo nombre a cada hecho.
Una interpretación, en cambio, es el trabajo de tu yo único. Te pertenece. Puede ser compartida y aceptada, y, por lo tanto, puede llegar también a ser parte del yo de otras personas. Por ejemplo, las explicaciones científicas han sido aceptadas como válidas -nótese que válidas no es lo mismo que verdaderas-, si un cierto método de interpretación, comúnmente aceptado por la comunidad científica, es utilizado para formular la explicación.
Para interpretar, primero es necesario observar los hechos. Puedes confiar en tus observaciones o las de otros, como autores, científicos, profesores, o simplemente alguien que conoces. Si puedes proveer alguna evidencia para las observaciones descritas por ellos, será suficiente para asegurar que los hechos son verdaderos. Si y solo si los hechos son verdaderos, puedes proceder a interpretar y encontrar explicaciones. Las interpretaciones nunca serán verdaderas; ellas serán válidas, en tanto sean sustentadas por hechos verdaderos, o inválidas si no cuentan con ese sustento.
Para resumir, los hechos pertenecen al mundo exterior que observamos y la descripción de ellos puede ser verdadera o falsa. Las interpretaciones pueden considerarse como la recopilación, elaboración y organización de tales hechos de manera de hacer que el mundo en que vivimos tenga sentido. Somos únicos en términos del sentido que cada uno le otorga a este mundo. No todo aquello que me hace sentido en lo personal, tendrá sentido para otros.
Volviendo a la escena de la mujer en la calle, si tú y yo observamos unos hechos determinados, no percibiremos necesariamente los mismos hechos porque no les daremos el mismo sentido, ya que tu interpretación de lo observado y de lo que es relevante puede ser completamente diferente de la mía y de lo que yo vi de la misma escena.
Primero observamos hechos y luego creamos interpretaciones que nos permiten explicar y otorgar un sentido a esos hechos.
Cada persona puede tener una interpretación diferente del mismo hecho o conjunto de hechos, y tú podrías encontrar más de una interpretación válida para ellos. No puedo evitar recordar una vieja canción que me gusta mucho, de Paul Simon, “50 ways to leave your lover” (“sin cuenta” formas de dejar a tu amante). Estoy tarareándola en este momento, mientras escribo.
Hay muchas formas a través de las cuales le otorgamos sentido a nuestras observaciones. Tenemos la capacidad de elegir aquellas que consideramos se adecúan más a nosotros y al sistema en el que estamos inmersos. Puede resultarte divertido proponer dos o tres interpretaciones diferentes acerca de la historia de la mujer en la calle.
Una interpretación podría compararse con una pieza de arte. Si puede transmitir un sentido y significado, será considerada una buena interpretación, comparable a la calidad del relato de un escritor, a la obra de un pintor o al concierto de un músico. Una interpretación será mucho más rica dependiendo de la cantidad de hechos que considere. Mientras más rica en contenido sea la interpretación, más fácil será crear historias que tengan sentido. ¿Te acuerdas de la canción de Paul Simon que mencioné arriba? Hay incontables interpretaciones que alguien puede hacer de las razones que te motivan a abandonar a tu amante: aburrimiento, violencia familiar y múltiples otras razones. ¿Cuáles se te ocurren a ti?
Ahora, pensemos acerca de tu vida diaria. ¿Lo anterior, describe tu forma de operar en tu vida? ¿Haces eso de reunir los hechos, organizarlos y luego contarte una cantidad de diferentes historias acerca de esos hechos, para finalmente elegir aquella historia que sientes y piensas que es la mejor para tu vida y la de quienes te rodean?
• ¿Es así como lo haces normalmente?
Te invito a detenerte por un instante, hacer presente tus sentimientos y pensamientos y leer de nuevo el párrafo anterior, varias veces. Intenta descubrir si algo se manifiesta en tu cuerpo, tus sentimientos o tus pensamientos.
Luego, plantéate las siguientes preguntas:
• ¿Es esto lo que realmente hago?
• ¿Puedo separar los hechos de la interpretación que hago de ellos?
• ¿Estoy dispuesto a probar una forma diferente de interpretación de los desafíos de mi vida?
• ¿Cómo me siento en este momento?
Sinceramente espero que te sientas algo confuso. Si ese es el caso, la razón para ello es que normalmente no hacemos estas distinciones. Más aún, es común que en la vida diaria primero hagamos una interpretación y luego consideremos los hechos.
Déjame darte un ejemplo a través del siguiente diálogo entre dos amigas, Maya y Lisa.
L: ¿Sabes, Maya? Jamás volveré a hablar con Eric nuevamente. ¡Es definitivo!
M: Pero Lisa, suenas demasiado molesta. ¿Qué pasó?
L: Apuesto que estarías igual de furiosa si te hubieran hecho lo mismo que a mí.
M: ¿De qué hablas, Lisa?
L: Bueno, se suponía que nos reuniríamos en Starbucks para planear nuestro proyecto, tú sabes, pero simplemente lo olvidó y me dejó plantada. ¡Perdí una hora de mi vida!
M: Oh, eso es horrible, Lisa. Lo siento. ¿Estás segura de que lo olvidó?
L: Por supuesto que estoy segura. ¿Qué más podría haber pasado para que no llegara? Si sabía que llegaría tarde, podría haberme llamado en vez de plantarme.
M: Si, es cierto. De todos modos, si me lo encuentro por ahí, ¿puedo preguntarle qué pasó?
L: Eso depende de ti, Maya, pero yo no quiero saber de ese tema. No quiero oír una sola excusa, y él ya está fuera de mi vida. Estoy buscando un nuevo compañero para trabajar juntos en el proyecto.
M: Como tú quieras Lisa. ¡Nos vemos!
Tengo algunas preguntas para ti:
• ¿Alguna vez has estado en una situación similar? Si es así, escríbela.
• En el diálogo anterior, ¿cuáles son los hechos y cuáles las interpretaciones? Escríbelos
• ¿Hay alguien que esté pasándolo mal en la historia? Si es así, ¿sabes cuál es la razón?
• ¿Recuerdas si alguien estaba molesto en la historia que tú escribiste y lo que pudo haber causado esos sentimientos?
• ¿Sienten lo mismo Maya y Lisa? ¿Tienen ambas la misma actitud hacia el incidente? Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es no, ¿Cuál es la diferencia entre los sentimientos y/o la actitud de cada una de ellas?
• ¿Estaría Lisa así de molesta si Eric la hubiese llamado con anticipación para decir que llegaría tarde o que no podría acudir a la cita?
Mi interpretación de la situación es que Lisa considera como un hecho el que Eric olvidó la cita que tenía con ella, a pesar de que el único hecho concreto conocido por Lisa es que Eric no se presentó en el Starbucks a la hora convenida.
Ahora te invito a:
• Hacer la mayor cantidad posible de interpretaciones acerca de esta situación.
• Reunir (inventar) nuevos hechos que sirvan para enriquecer tus interpretaciones.
Comenzaré la discusión. ¿Qué tal si cada uno de ellos anotó en su agenda un lugar diferente, un día diferente o una hora diferente para el encuentro? Considerando que se trata de hechos y no de interpretaciones, la única forma de establecer la verdad sería consultar con las partes involucradas.
Confundir hechos con interpretaciones conduce a uno de los malentendidos más frecuentes en la comunicación humana. Desconecta a las personas y provoca sufrimiento. Esa es la razón por la que te estoy solicitando que pongas atención a esta distinción. Comprender la diferencia entre hecho e interpretación y utilizar ambas palabras adecuadamente, será una puerta de entrada hacia la creatividad (interpretación) y la disminución del sufrimiento (los hechos son hechos y debemos observarlos como tales; no necesitamos adivinar). La distinción entre hecho e interpretación será como el eco que te acompañará a través de la lectura de este libro, junto con las tres gracias, Voluntad, Atención y Disciplina.
Reunid los hechos primero y después podréis distorsionarlos cuánto os parezca. 5
5 Rudyard Kipling, Una Entrevista con Mark Twain, p. 180, De Mar a Mar: Cartas de Viaje, 1899, Edit. Doubleday & McClure.