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GRATITUDES
ОглавлениеUna palabra de gratitud es necesaria antes de finalizar este Prefacio. En primer lugar debo consignar mi agradecimiento público a la comunidad académica y eclesiástica del Seminario Evangélico de Puerto Rico. En ese entorno teológico y pastoral se gestaron las ideas y las perspectivas contextuales que posteriormente se redactaron en esta obra.
Miriam Rodríguez es una editora excelente, y merece el reconocimiento público. Ella transforma mis ideas y manuscritos –¡ahora electrónicos!– en Mterial publicable. ¡Gracias!
Como en todos mis libros, a Nohemí, mi esposa, va una expresión particular de gratitud. Ella no solo es amiga de la Biblia y consejera literaria y teológica, sino que revisa mis escritos con ojos críticos y hace recomendaciones sabias y prudentes para mejorar la redacción, aclarar las ideas y propiciar la aplicación del mensaje.
Es necesario indicar, además, que dedico esta obra, con mucha humildad, agradecimiento y reconocimiento, a mis padres, Luis Pagán –que ya descansa en el Señor, e Ida Luz Rosa, quienes me enseñaron desde pequeño la belleza, el valor y la importancia de los Salmos.
Finalmente, en el entorno de estas gratitudes, es importante afirmar como el salmista, con la «Oración de Moisés, varón de Dios»:
Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.
Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo,
desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Salmo 90.1-2
1 C. Hassell Bullock, Encountering the Book of Psalms, Grand Rapids: Baker Academic, 2001, p.15.
2 Véase el estudio de Helmer Ringgren, La fe de los salmistas (Buenos Aires: La Aurora, 1963, pp.79-93).
3 A.A. Andreson, The Psalms (London: Marshall, Morgan & Scott, 1972, p.23).
4 Véanse los Salmos 17; 86; 90; 102; 142.
5 Aparentemente, en Lc 24.44 se utiliza el nombre de «Salmos» para referirse a toda la sección de los «Escritos» de las Escrituras hebreas, quizá por ser el primer libro de esa sección. En la tradición judía talmúdica, se indica que el libro de Ruth se ubicó antes de los Salmos pues presenta la genealogía de David (Baba Bathra 14b).
6Respecto a la doble identidad de los Salmos (p.e., a la vez, son Torá, o Sagrada Escritura, y liturgia), véase a J.L. Mays, Psalms (Louisville: John Knox Press, 1994, pp.ix-x).
7 Un estudio fundamental y necesario para comprender el libro de los Salmos como Torá –no como ley estática y rígida, sino como enseñanzas e instrucciones para la vida– es el de J. Clinton McCann, Jr. A Theological Introduction to the Book of Psalms: The Psalms as Torah. (Nashville: Abingdon Press, 1993).
8 El libro de los Salmos no es el único en la Biblia que incluye las oraciones del pueblo de Dios, aunque está compuesto de oraciones principalmente. Para identificar específicamente otros salmos y oraciones en el Antiguo Testamento, véase la obra de Marina Mannati, Orar con los salmos (Estella, Navarra: Editorial Verbo Divino, 1998, p.11); p.e., Gn 18.22-32; Nm 11; Dn 9.3-19.
9 En torno a las particularidades dialogales de los salmos, véanse los importantes comentarios de W. Brueggemann, The Message of the Psalms (Minneapolis: Augsburg, 1984, p.15).
10 La obra de McCann incluye un magnífico e interesante apéndice sobre el uso litúrgico y musical del libro de los Salmos. De particular importancia en esa sección del libro es la explicación histórica y técnica del cántico de los salmos; también se presenta una muy buena bibliografía comentada en torno a este tema del cántico de los salmos (véase McCann, op.cit., pp.176-181).
11 Según las citas en Mays, op.cit., p.1.
12 Respecto al uso de los salmos en la comunidad qumramita del mar Muerto, véase a S. Pagán, El misterio revelado: Los documentos del Mar Muerto y la comunidad de Qumrán (Nashville: Abingdon, 2001); de particular importancia en la obra es la bibliografía selecta, que incluye la identificación de obras para estudiar los salmos descubiertos en las cuevas del mar Muerto.
13 Mays presenta un buen ejemplo del uso de los salmos a través de la historia; véase op.cit., p.1.
14 A.A. Andreson, op.cit., pp.28-29.
15 La división en cinco libros de los salmos es posiblemente una referencia a la división del Pentateuco, según el midrash o comentario judío al Sal 1; Ibid, p.27.
16 Estas repeticiones pueden ser un buen indicador de que la recopilación gradual y final del libro de los Salmos no fue el producto de la unión de salmos individuales; que manifiesta la compilación progresiva de grupos de salmos o de colecciones de poemas que ya tenían cierta identidad teológica y cohesión literaria. Este fenómeno de repetición y recopilación de Mterial bíblico se manifiesta también en otros libros históricos, proféticos y legales del Antiguo Testamento: p.e., Jer 10.12-16 y 51.15-19; 2 R 19 e Is 37. Véase a H. Bojorge, Los Salmos (Montevideo: Mosca Hnos. S.A., 1976, p.11).