Читать книгу Cloe, la chica loba - Sandra Rodríguez Jiménez - Страница 11
EL ORIGEN DE LOS LICÁNTROPOS
ОглавлениеHace muchos años, en el siglo IV a.C., la diosa Luna otorgó un poder especial a algunas personas buenas. Les dio el poder de transformarse en lobos y en lobas para cuidar el planeta Tierra y sus habitantes.
Fue el nacimiento y origen del pueblo de los licántropos y de las licántropas.
Durante siglos convivieron en la clandestinidad, manteniendo equilibrio entre la naturaleza y los seres humanos, cuidando y respetando el planeta. Cuando las personas dormían, ellos les protegían sin pedir nada a cambio.
Nadie supo jamás de la existencia de tal pueblo.
Con el paso de los años, los seres humanos se volvieron egoístas, irresponsables y malvados contra ellos mismos.
Hubo guerras y más guerras, destrucción, fuegos, deforestación y constante contaminación. Todos esos sucesos transformaron los bosques, las montañas, los valles, ríos y mares, en lugares poco habitables para muchos seres vivos. Todos esos problemas, junto con el cambio climático y la caza sin control, provocaron casi la extinción de este mágico pueblo de lobos y lobas.
Los licántropos, decepcionados por el comportamiento de los seres humanos, dejaron de creer en ellos y dejaron de cuidarles.
Tan solo se dedicaron a subsistir y a no desaparecer.
Con el paso de los siglos hasta la actualidad, tan solo perduró una pequeña manada, cuyos descendientes sobrevivieron con mucha dificultad y gracias al cumplimiento de unas normas muy estrictas. Los últimos nuevos líderes, el hombre lobo Orus y la mujer loba Tana tenían una única hija, llamada Evania, la cual debía unirse con el gran hombre lobo Edon para seguir perpetuando la manada.
El destino, la casualidad o la caprichosa naturaleza quisieron que Evania se enamorara de un hombre no licántropo. Evania se enamoró de un humano, y por suerte o por desgracia, él también se enamoró locamente de Evania.
Evania y el humano siguieron viéndose a pesar de estar prohibido, pues según la ley que este pueblo forjó a fuego, nunca jamás debía permitirse la unión entre un licántropo o licántropa y un ser humano.