Читать книгу Yo soy el que soy - Servelio Hernández - Страница 23
ОглавлениеMis enfermedades
Con relación a este tema debo manifestar que procuro tratarlo únicamente con los médicos que atienden mi caso, por tanto, me limitare a relatar solo aquellos episodios absolutamente necesarios para documentar o enriquecer este relato. Hace algunos años viniendo como copiloto, un fuerte ventarrón que entro al carro por la ventanilla derecha me lastimo la cara y sentí un dolor pasajero pero muy fuerte en mi ojo derecho, por la noche viendo televisión sentí que la intensidad de la imagen y la luz de las bombillas exteriores disminuyeron. Al día siguiente cuando estaba haciéndome el aseo personal, involuntariamente cerré mi ojo izquierdo y quede en completa oscuridad, repetí este proceso varias veces hasta quedar plenamente convencido que por mi ojo derecho no veía nada, sin embargo, no le dije nada a mi esposa ni a nuestros hijos, tenía la esperanza de que éste fuera un incidente pasajero. Al atardecer y sin recuperar mi visión, le pedí a María Cristina que me acompañara a la clínica y le comente mi caso. El oftalmólogo de turno me atendió y después de valorar mi situación, me remitió al especialista. Al día siguiente el especialista me inyecto un medicamento en el nervio óptico y me ordenó una serie de exámenes, resumiendo después de varios meses, de muchos exámenes y dolorosos tratamientos, el especialista me dijo que había sido afectado por un virus y que jamás recobraría mi visión por ese ojo. Después de dos o tres años una mañana cualquiera vi un milimétrico rayo de luz por mi ojo ciego, poco a poco, aquel rayo se fue ampliando, hasta cuando comencé a ver manchas negras, después desaparecieron las manchas y comencé a ver preciosos tejidos simétricamente elaborados, cuando estos desaparecieron comencé a ver lo real pero imperfecto, veía las personas pero a estas les faltaban partes de su cuerpo o aparecían rotas o con perforaciones etc, paulatinamente recupere mi visión y hoy puedo decir que por mi ojo derecho veo aproximadamente un 85% de lo que veo con mi ojo izquierdo.
En esta parte de mi relato a algunos de los médicos que me han tratado los nombraré con nombre propio como un reconocimiento a su dedicación y esmero por ayudarme a aliviar mis males y dolencias, de quienes estaré eternamente agradecido.