Читать книгу Mujer Ayurveda - Silvina Draiman - Страница 8
INTRODUCCIÓN
Оглавление“Estoy para darte una mano”.
Les cuento un secreto que hoy me animo a decir: cuando era adolescente, sentía que no lograba conectar con otras mujeres. De hecho, en la universidad, solo era amiga de los hombres. Siempre me repetía “son más fáciles, no andan compitiendo ni buscando defectos”. Creo que en cierto punto las mujeres fuimos mucho tiempo así, ¡y claro que me incluyo! La vida, como siempre, da vueltas y vueltas y te deja parada donde tenés que estar. En todos estos años, me tocó atender a casi todas mujeres y dar clases para aulas repletas de mujeres. Y así, conecté de una forma tan pura y tan desde el alma: yo las ayudé, pero ellas me ayudaron más a mí. Yo les enseñé, pero ellas han sido mis más hermosas maestras. Hoy ya no somos las que competimos, hoy somos las que “nos damos una mano” y nos levantamos. Es por eso que comencé este libro con esa frase. Somos las que nos apoyamos, las que dejamos de mirar de reojo y contar defectos, para decirnos, “yo también estuve ahí”, o “estoy para lo que necesites” o, simplemente, “te escucho”. Hoy puedo decir que no solo el Ayurveda cambió mi forma de entender la medicina y la nutrición, sino que me ayudó a amigarme con la mujer y, sobre todo, a entender que esa mujer era yo también. Hoy me amigué con mi cuerpo, con mis defectos, mis errores, de los cuales me río y disfruto en contarlos como “anécdotas”.
Hoy te entiendo si la estás luchando, te entiendo cuando sentís que no das más y que no vas a poder con todo y la vida te sorprende demostrándote que “sí podías”. Pude perdonar y amigarme con mi mamá cuando fui madre y entendí que no valoraba sus noches sin dormir cuando yo estaba enferma, hasta me proponía jugar a algún juego de mesa a las 3 de la mañana mientras me hacía efecto el remedio para que me bajara la fiebre, ¡no existía ni la televisión por la noche! Alguna vez me tocó también ser la mujer maravilla de mis hijos, e inventar la vuelta para conseguir lo que me pedían solo por verlos sonreír. Y tuve que salir adelante sola con 4 hijos, en ese entonces muy chicos. ¡Y claro que pude! Pero muchas veces creí que no lo iba a lograr...
Es cierto, me amigué con las mujeres, pero también con la mujer que hay en mí. Y desde acá, desde estas humildes páginas, si yo logro ayudarte y que alguna de mis palabras llegue a tu alma para ayudarte a “sanar”, entonces seré más feliz que antes. Ese es mi Dharma (mi propósito en esta vida): comunicar, transmitir desde la palabra, desde el alma y desde esta maravillosa medicina milenaria de la India. Estoy para darte una mano.