Читать книгу Big Bang - Soledad del Valle Rivas - Страница 5
I
ОглавлениеLa casa de los bisabuelos es grande. Es tan grande que vivimos en el garage mi mamá, mi papá y yo. Mi casa todavía no la terminaron y eso a mi papá lo pone muy nervioso, seguir viviendo de prestado, como dice mi mamá.
Juego en el patio y mi mamá me manda adentro, porque es víspera de Año Nuevo. Mi papá dice que después de brindar nos vamos a ir a dormir a la casa nueva. Para mí esta loco, le falta el piso, pero como a él no le gustan las fiestas prefiere irse a dormir no bien sean las cero horas.
A mí me gustan las fiestas, porque se comen cosas ricas dos días seguidos y también juego con mis primos, ya que todavía soy hija única. Yo me pongo a pensar cómo sería tener un hermanito o hermanita, siempre le pregunto a mi mamá cuándo va a tener un bebé y ella dice que cuando yo empiece la escuela. Para eso no falta mucho, pero todavía no quiero pensar en estudiar.
La bisa María pega el grito, ya son las cero horas, hay que brindar. Todos alzamos las copas y pedimos un deseo para este 2020. Yo pido dejar de ser hija única, espero que se cumpla. Terminamos de chocar las copas y salta mi papá diciendo que nos vamos a dormir a la casa. Mi mamá agarra las frazadas y las colchonetas. Yo les pongo la correa a los perros y nos vamos.
Llegamos a la casa sin terminar, tiramos las colchonetas en el suelo, nos acostamos los tres, yo por supuesto en el medio. Los perros quedan afuera ladrando y llorando toda la noche, por más que mi papá los retara no pararon; así que mi papá al no dormir bien se levantó de mal humor. Mi mamá dijo que cuando está así no hay que hablarle.
Nos fuimos a comer asado a lo de la bisa. Y cuando terminamos de comer mi papá delante de todos dijo que no bien termine de poner el piso nos vamos. Pasaron unos días y terminaron de colocar el piso y se cumplió la promesa, nos mudamos.
Fue el mejor verano de mi vida, estábamos felices en mi casa nueva. Nos quedábamos hasta tarde en el patio jugando con los perros. Plantamos un nogal, papas, choclo, zanahoria, tomate y muchas verduras más. Siempre teníamos algo que hacer en el patio y yo feliz como una perdiz. Hasta que el verano terminó y llegó el momento más importante de mi vida: empezar la escuela.