Читать книгу El poder de la buena educación - Soukaina El Hmidi Khomssi - Страница 4

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Prólogo


Cuando suena la alarma, la demoro cinco minutos y pasado ese tiempo vuelvo a demorarla hasta llegar al límite para ir corriendo a coger el bus que marcha a las siete y cuarenta y dos de la mañana. En ese instante en el cual me veo obligada a apagar ese horrendo sonido y salir de la cama pitando, me pregunto una y otra vez el porqué. Simplemente me cuestiono si vale la pena despertarse e ir a la escuela.

Parece un poco insólito lo que digo, pero siendo sinceros, ¿cuántos de vosotros os habéis preguntado infinidad de veces el porqué de ese despertar? Empezar esa rutina sin tener claro el rumbo de nuestra vida…, vamos y venimos, venimos y estudiamos y finalmente estudiamos y dormimos. Esperad. Rebobinando la frase anterior, ¿dónde queda el aprender? Por eso, entre estas páginas revueltas entre sí, daré una visión de una simple estudiante que va con esta corriente, pero de vez en cuando se da cuenta de que salir de ella no está nada mal. Verlo desde otro ángulo más amplio, analizar los diferentes términos y conceptos, salir y volver a entrar en esta organización de manera que a veces hablaré incluyéndome en esta realidad escrita, y otras, saldré de ella para examinarla de fuera.

Me gustaría dejar claro que es la voz de una alumna y actual estudiante, este es mi punto de vista y lo afirmaré hasta donde he logrado observar y vivir. Conviene subrayar que las personas somos diferentes, y puede ser que alguien discrepe conmigo en lo que expondré. No obstante, es mi voz, aunque dentro de ella llevo a todos mis compañeros y amigos afectados por este traumatizante sistema. Hecha esta salvedad, voy a continuar con lo que decía.

Lo que vengo a exponer son las deficiencias del sistema al que estamos obligados a elogiar, y si no es el caso, todos los que «saben del tema» te darán motivos varios para que cambies tu opinión. Sería de mi gusto que conforme vayas leyendo el libro indagues sobre qué es la educación, quiero que empecemos a pensar y a utilizar el sentido crítico. Nos tenemos que cuestionar todo, porque si no lo hacemos, no sabremos qué estamos haciendo en realidad. Quitémonos las vendas de los ojos, no seamos unos esclavos que obedecen sin saber a lo que están renunciando. Ojalá, al terminar este libro, estemos de acuerdo en la importancia de recibir una buena educación.

El poder de la buena educación

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