Читать книгу El mundo prodigioso de los ángeles - Susana Rodriguez - Страница 3

Introducción

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Podría parecer que cualquier cuestión que tenga como protagonistas a los ángeles es un tema de poco peso – exactamente como la pluma de una de sus alas–, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, los argumentos que se utilizan para negar la realidad de los ángeles pueden usarse de igual forma para negar la existencia de Dios.

Se trata, desde luego, de argumentos respetables con los que la realidad de los ángeles se relegaría a una mera proyección fantástica de nuestras circunvoluciones cerebrales; como mucho, dejaría espacio al análisis literario de una tradición poética de fábulas que se repiten en todo el mundo.

Así, la angelología se entendería como corolario de la teología: solamente si se cree en la existencia de Dios es posible aceptar la existencia de los ángeles.

Sin embargo, esto no tiene por qué ser necesariamente así. De hecho, Dios está seguramente capacitado para existir y obrar sin una corte de ángeles rodeándole.

Por otra parte, si el universo tiene un sentido, una racionalidad, una armonía o una finalidad, entonces está claro que los hombres – y con ellos, los animales y las plantas–, que ocupan sólo un fragmento infinitesimal de este universo, no son necesariamente las únicas criaturas que habitan en él.

Sería perfectamente lógico que, junto a los hombres, existieran otras criaturas, habitando mundos diversos y paralelos, con fisonomías y características distintas e inmersas en dimensiones desconocidas, que huirían de la lógica con que estamos obligados a conducir nuestra vida en la tierra.

Que estas entidades pudieran tener una consistencia etérea y puramente espiritual o estuvieran privadas de esta materialidad que, al menos en parte, nos caracteriza no nos tendría que sorprender tanto, sobre todo desde que la física contemporánea nos ha enseñado que la materia, tal como se concebía en el pasado, con una consistencia espacial tangible e indestructible, no existe en realidad porque se trata sólo de una condensación parcial y temporal de la energía que invade todo el universo. Dejemos, pues, espacio a los ángeles; sintámoslos junto a nosotros; reconozcámoslos como hermanos, como compañeros de viaje en esta fascinante y misteriosa peregrinación que es la existencia.

Pero ¿qué es un ángel? Las enciclopedias lo definen como «mensajero» o «ministro» (del hebreo mal’akh), con un sentido específicamente religioso de ser sobrehumano, intermediario entre el cielo y la tierra, entre Dios y los hombres. Los ángeles son seres que Dios utiliza para realizar las anunciaciones a los hombres y para que se cumpla su voluntad en la tierra.

El término hebreo se tradujo en griego como aggelos, de donde deriva nuestra palabra ángel.

Los ángeles son los habitantes de un reino intermedio entre Dios y el hombre y, como tales, llenan un vacío. En sus contactos con el mundo humano pueden llegar a asumir formas absolutamente imprevisibles. En este libro pondremos al descubierto todo lo que hay que saber sobre estos maravillosos seres.

El mundo prodigioso de los ángeles

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