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CICLO DOMÉSTICO

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De acuerdo con Arias (2013), el concepto de “ciclo de desarrollo doméstico” se generó para comprender a la familia como un proceso dinámico. Desde esta conceptualización, se plantea que los sistemas familiares (o grupos domésticos) transitan por distintas fases de desarrollo como unidades económicas y productivas. Las fases se definen de acuerdo con la edad de los hijos, quienes son los que establecen el balance entre el número de productores y el de consumidores.

Para efectos de esta investigación, se toman como base las etapas propuestas por González de la Rocha (1994), particularmente tres de ellas, las cuales se relacionan de manera directa con la situación de las familias del estudio:

a. Etapa de expansión: familias cuyos hijos mayores tienen entre 6 y 12 años.

b. Etapa de consolidación: familias donde los hijos tienen entre 13 y 18 años de edad.

c. Etapa de dispersión, que atraviesan familias cuyos hijos menores tienen 19 años o más.

Se puede evidenciar que en casi todos los grupos, con excepción del GP2 FRL, la mayoría de las familias están ubicadas en la etapa de expansión, en donde el hijo mayor tiene hasta 12 años de edad. Esto coincide con la etapa predominante del ciclo vital que es la de hijos en edad escolar. Además, en términos de la reproducción, se considera que esta es todavía una etapa de procreación. Por ello, en la mayoría de las familias estudiadas, no se cuenta con la participación económica de los hijos para el sustento del sistema.

En el GP1 FRA, se tiene un predominio de la etapa de expansión (62%), lo que implica mayores demandas al interior de la familia, asociadas a la organización y los cuidados. Suelen ser familias más pequeñas y con prevalencia del modelo biparental nuclear. Esta etapa del ciclo doméstico se caracteriza por una alta demanda en las tareas de procreación, de cuidado y atención de hijos pequeños y de atención también del hogar, de preparación de los alimentos, de aseo y cuidados de hijos pequeños e hijos en edad escolar (CEPAL, 2005).

Como se señaló previamente, la mayoría de las familias de este grupo (GP1 FRA) son biparentales nucleares, lo que quiere decir que los perceptores de ingresos principales son los padres, en muchas ocasiones solo uno de ellos, tradicionalmente el hombre. Por lo que, de manera regular, la mamá estará a cargo de los hijos.

TABLA 2.7 CICLO DOMÉSTICO


* En esta categoría, en los grupos 4 y 5 faltó información de una familia.

Algo característico en estas familias, por el estrato socioeconómico al que pertenecen (FRA), es que contraten servicios domésticos, con ello, las madres tienen más tiempo para dedicar al cuidado de los hijos, el acompañamiento para las tareas, etcétera. Otra característica importante de estos hogares es que están concentrados hacia dentro, por las tareas a las que tienen que hacer frente. En algunos casos sí cuentan con más de un perceptor de ingresos, que puede ser la madre o alguno de los abuelos, según el tipo de configuración familiar que prevalezca. Cuando es la madre quien trabaja, suele hacerlo en medias jornadas, o en actividades que no impliquen un trabajo formal.

En este mismo grupo (GP1 FRA), hay nueve familias que están en fase de consolidación (31%). Son familias que tienen hijos más grandes, adolescentes o terminando la adolescencia; la madre puede estar todavía en etapa de procreación (más o menos en los 40 años de edad). En este nivel socioeconómico se considera que los hijos siguen estudiando. Empiezan a concluir la preparatoria y se preparan para la entrada a la universidad. También estas familias empiezan a tener un incremento en sus redes de relaciones porque los hijos empiezan a tener vínculos más fuertes con sus pares y a tener más atención en sus propias actividades.

Por otra parte, en el GP2 FRL, la mayor parte de las familias (50%) se encuentra en fase de consolidación y se incrementa el número de perceptores posibles de ingreso. Esta respuesta se da principalmente en la economía informal. Esta característica marca la organización familiar, la cual no tiene puesta su atención de manera primordial en el terreno de la educación de los hijos sino que se vive la presión por generar mayores ingresos e incorporar en actividades productivas a los hijos. En segundo lugar, están las familias en etapa de expansión (29%) y cinco familias en etapa de dispersión (21%). Lo que esto refleja es que es menor el porcentaje de familias que están cargadas a las tareas de procreación y cuidado de hijos pequeños.

La mayoría de las familias del GP2 FRL están más bien en consolidación; en este estrato socioeconómico medio bajo, es común que una forma de organizarse para resolver la vida cotidiana y la sobrevivencia sea contar con dos o más perceptores de ingresos en el hogar.

También es importante destacar que se tiene un total de cinco familias en etapa de dispersión y que en muchos de los casos en este grupo socioeconómico y cultural (FRL) puede suceder que los hijos salgan para formar sus propias familias ya que los enlaces se dan en edades tempranas y algunas veces no se llegan a formalizar. También puede ser que en esta etapa de dispersión, los hijos mayores dejen completamente su formación educativa y se dediquen a actividades laborales informales.

Otra cuestión importante en este grupo sociocultural (GP2 FRL) es la presencia de varias familias que viven en configuraciones ampliadas (33.3%) y esto también ayuda a que en las distintas etapas del ciclo doméstico se pueda contar con otros miembros adultos que coadyuven en el cuidado y en el acompañamiento de las tareas escolares. Desde luego, si bien se puede generar menos tensión en lo económico mediante una configuración ampliada en donde hay más perceptores, esto le añade complejidad a la vida familiar, por cuanto representa la interacción cercana de diferentes generaciones en un mismo hogar (Selby et al., 1994).

En los grupos 3 y 4 (GP3 FHD y GP4 FHA) el predominio está en la fase de expansión y puede implicar mayores demandas tanto para las familias con un hijo con discapacidad como para las que tienen a sus hijos en condición de albergue.

En el GP3 FHD, de familias con un hijo con discapacidad, la mayoría de las familias (7 de 10) se encuentran en la etapa de expansión, en la que se viven el mayor número de demandas porque todavía están en procreación o pueden estar en fase de procreación y tienen hijos pequeños. Así que la carga es alta, lo que se exacerba con el trabajo que implica la presencia de un hijo o una hija que tiene discapacidad, específicamente de parálisis cerebral. Esto representa una necesidad de reconfigurar a la familia, en cuanto a los roles que cada integrante asume. Son familias que pueden vivirse sobrepasadas y experimentar niveles altos de estrés.

En este grupo (GP3 FHD) solo se tiene una familia en periodo de consolidación, en donde el hijo mayor tiene máximo 18 años. Es una etapa un tanto más relajada en cuanto a demandas de hijos pequeños, sin embargo, hay que tomar en cuenta la presencia de un hijo con discapacidad, lo cual hace que el proceso del ciclo doméstico no sea similar en estas familias con respecto a lo que vive una familia común en etapa de consolidación. Puede ser que existan hermanos que puedan apoyar en las tareas relativas al cuidado del hermano que presenta la discapacidad.

En etapa de dispersión, solamente hay dos familias; en estas se puede estar viviendo una fase de cierta independencia de los hijos, pero al mismo tiempo la familia continua enfrentando tareas que tienen que ver con etapas anteriores, relacionadas con un cuidado intensivo cotidiano importante hacia el hijo con discapacidad.

En el GP3 FHD, tal como se planteó en la categoría del ciclo vital familiar, es importante considerar que son familias en donde no se podrá vivir (o es muy poco probable) un proceso de desprendimiento de los hijos, porque su condición les va a estar implicando tareas de etapas previas, características de una familia centrípeta, de acuerdo con lo que señala Combrinck–Graham (1985).

En el GP4 FHA, cinco de las seis familias de las cuales se tiene información están en la etapa de expansión, de manera que se trata de familias en donde los hijos están en esta primera fase del ciclo doméstico, es decir, son hijos pequeños y que están residiendo en el albergue, lo que implica que los procesos de cuidado y educación se verifican de manera fundamental en la institución. En el contexto de que la mayoría de las madres de esos niños están solteras o separadas, se puede pensar que el albergue es una respuesta y una solución temporal para este tipo de familias, las cuales son de estratos socioeconómicos bajos; es entonces una respuesta para el cuidado, la supervisión y la atención de los niños.

En el GP5 FIU, siete de nueve se encuentran en etapa de expansión, la cual implica mayores demandas de trabajo doméstico y cuidado de los hijos. Los niveles de saturación pueden ser mayores y las necesidades de contar con apoyos sociales formales e informales pueden ser cruciales.

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