Читать книгу Organización familiar en la vida urbana - Tania Zohn Muldoon - Страница 29
CONCLUSIONES E IMPLICACIONES
ОглавлениеHay una heterogeneidad de formaciones familiares tomando en cuenta las categorías analizadas, así como los cinco grupos socioculturales abordados. La estructura nuclear biparental tradicional, con padre proveedor y madre ama de casa, no tiene predominio en algunos de los grupos culturales, y en el resto, el porcentaje no dicta prevalencia. Los hallazgos confirman las tendencias señaladas por CEPAL (2005) para la región latinoamericana.
Los datos muestran cambios en los códigos culturales sobre la jefatura de los hogares. La asunción de una jefatura compartida puede posicionar en una plataforma de mayor igualdad a las mujeres, con respecto a los hombres, en la toma de decisiones.
Hay una participación importante de las abuelas y los abuelos en la economía de los hogares. Este dato debe ser un indicador de la necesidad que están enfrentando las familias de mantener a sus mayores en el mercado laboral para asegurar la subsistencia y la reproducción social.
El estudio muestra la necesidad de diseñar políticas públicas y programas sociales que sean incluyentes de las distintas formas de vivir en familia en entornos urbanos contemporáneos como lo es el AMG. Es necesario tomar en cuenta la relevancia de contar con programas sociales específicos, por ejemplo, para las familias en fase de expansión que requieren resolver múltiples demandas de atención y cuidado de los hijos además de obtener los recursos económicos y materiales necesarios (véase Enríquez Rosas, Medrano González & Maldonado Saucedo, 2020).
Los datos muestran un porcentaje importante de mujeres que trabajan, tanto en el mercado formal como informal, y es necesario poder contar con un mayor número de escuelas con horario extendido para corresponsabilizarse, desde las instituciones del estado, en la procuración de bienestar de niños y niñas y sus familias.
La diversidad en las configuraciones familiares exige el diseño de políticas públicas que tomen en cuenta la conciliación del trabajo doméstico y extra doméstico (véase Mejía–Arauz, Dávalos & Zohn Muldoon, 2020) y, la corresponsabilidad entre los agentes del bienestar implicados (CEPAL, 2005).
La necesidad de un nuevo pacto social que ponga en el centro el criterio de corresponsabilidad entre los agentes del bienestar, y desde el respeto a los derechos sociales, es una acción impostergable para garantizar el cuidado de los niños y niñas y de todos los miembros de la familia (véase Enríquez Rosas, Medrano González & Maldonado Saucedo, 2020).
Existe heterogeneidad también en cuanto a las etapas que viven las familias y esto requiere de comprensión de este elemento interno, en conjugación con las dinámicas socioculturales que sostienen e inciden en la vida familiar.
Los resultados reflejan una necesidad de reflexionar en las dinámicas familiares de las distintas etapas de desarrollo, no solo en términos de lo que sucede con los hijos y sus demandas particulares sino también la situación vital de los padres y otros miembros de la familia, en cuanto a su manera de integrarse en el sistema familiar y sostener dinámicas de interacción que pueden ser desbalanceadas y generar impactos emocionales negativos a diferentes niveles.
Esto quiere decir que, si bien el desarrollo de los niños es esencial, también es indispensable considerar y analizar el contexto familiar y sociocultural.
Es necesario incluir en el estudio de las familias, el análisis psicológico de su estructura y de los modos de interacción que se generan en su interior, así como las formas en que se entabla el intercambio con el mundo extrafamiliar y las mediaciones que esto requiere para un desarrollo favorable de sus integrantes.
Las familias son configuraciones humanas flexibles, cambiantes, creativas y que responden de maneras diversas a las demandas del entorno social. También son escenarios atravesados por las relaciones de género e (inter) generacionales y con recursos educativos y económicos diferenciados. Son, entonces, núcleos humanos en constante trasformación que requieren de sistemas de protección social universal que resguarden y respeten los derechos humanos de cada uno de los miembros de la familia y favorezcan relaciones de equidad en un marco de justicia social.