Читать книгу Общий курс испанского языка. Уровни В2—С2. Практикум (книга 2). 12 980 слов +. © Лингвистический Реаниматор - Татьяна Олива Моралес - Страница 27
Тесты. Блок 1 (759 слов и идиом)
Estaba anocheciendo
ОглавлениеEstaba anocheciendo. Yegorych estaba de buen humor: ese día exactamente a las 19:00 iba a ver el próximo partido de fútbol en el nuevo televisor, que acababa de comprar en una tienda rural local.
Y a la hora fijada, encendió el televisor, apreciando positivamente efectos de sonido estéreo y calidad de la imagen mostrada, sorbió un poco de bebida espumosa fría de su jarra favorita y profundizó en la visualización.
Pero en el momento más intenso del juego en la televisión, de repente algo salió mal, y en un momento la pantalla se volvió completamente negra.
– ¡Oh!, una porquería alada, te has vuelto a sentar en la antena, Styopka,¡madre mía! – Yegorych maldijo irritado y salió al patio.
Lanzó una mirada furiosa al tejado de su casa y vio allí lo que había esperado ver: a la porquería alada, a Styopka, que primero se había sentado en silencio en la antena de televisión, pero al ver al dueño de esa, comenzó a bailar sobre ella, y, además, emitir graznidos largos y beligerantes.
– Bueno, ¡sal de aquí, Styopka, vuela a tu casa y siéntate en tu propia antena! – gritó amenazadoramente Yegorych, quitándose su bota de lona, con la cual tenía la intención de derribar al insolente pájaro.
Anticipándose a la maniobra siguiente del enemigo, Stepan esperó el momento cuando la bota ya se había quitado, pero aún no se había lanzado al vuelo, y voló suavemente hacia el árbol más cercano.
– ¡Eso es, ten cuidado, maldito fenómeno! – Yegorych murmuró y entró en la casa.
Satisfecho de haber ganado la pelea contra Styopka, se sentó cómodamente en su sofá favorito y continuó ver la tele.
Pasó aproximadamente media hora, cuando de repente volvieron a comenzar las interferencias en el televisor.
– ¡Oh, bestia! – dijo Ivan Yegorovich con disgusto, y ya en un estado bien borracho, fue al patio.
A su gran asombro, esa vez no había un pájaro en la antena. El hombre examinó las copas de los árboles cercanos. No había ni rastro de Styopka en ningún lado.
– ¡Qué saboteador tan tonto eres! Me has roto la antena y se has volado. – murmuró la víctima y comenzó a pensar en lo que debería hacer ahora.
Decidió actuar con decisión e inspeccionar inmediatamente la antena. Así que subió la escalera hasta el techo, al llevar consigo una linterna y una caja de herramientas.
Pronto, se arrastró hasta su antena, se levantó y comenzó a realizar una inspección exhaustiva, pero en ese mismo momento le sacudió con fuerza. Para no caerse del techo, agarró a todo poder el primer objeto que tenía a mano, a saber, la antena.
En el momento siguiente, incapaz de soportar el peso de Yegorych, esa fue arrancada del techo y luego los dos cayeron juntos por la pendiente del techo y volaron hacia abajo.
Aterrizando en el techo de una leñera semivacía, la rompieron y luego a Yegorych le arrojó sobre la leña. Cuando la madera se había dispersado en diferentes direcciones, se aterrizó relativamente duro y se desmayó durante cinco minutos.
Oscureció
Oscureció. Sin embargo, Ivan decidió ser persistente. Llevó la antena a casa, la examinó cuidadosamente, no encontró daños y decidió reinstalarla en su legítimo lugar.
El segundo ascenso de Yegorych terminó tan rápido como comenzó. Con cuidado, como le pareció entonces, después de examinar el techo y el lugar en el que debería haber estado la antena antes, comenzó a mover la escalera más cercano del objetivo.
Sin embargo, no vio un obstáculo: era el cable eléctrico que corría a lo largo del perímetro exterior de la pared de la casa. En consecuencia, al mover la escalera de metal, lo jaló y lo cortó: el cable chisporroteó y siseó, a Yegorych le electrocutó fundamentalmente y se desmayó otros diez minutos, la luz en toda la casa se apagó en seguida.
Estaba amaneciendo
Estaba amaneciendo. Un amanecer de verano detrás de la casa presagiaba un buen día. Yegorych abrió un ojo, ya que el segundo no quería abrirse. Al frente vio un rosal, el arbusto más querido de su legítima esposa, que, en su lugar, había ido recientemente a quedarse con su madre.
Tanto Egorych como el arbusto tenían algunos problemas porque, al caer sobre él por la noche, logró estropear las hermosas rosas y romper su tronco por la mitad.
– ¡Chinga tu madre! ¿Qué pasará ahora? – Yegorych pensó con horror, imaginando de antemano la reacción de su esposa enojada. – Hay que hacer algo sin demora.
Y comenzó a pensar cómo salvar la situación. Al principio, decidió evaluar toda la destrucción que había causado a la casa y otra propiedad por la noche.
La ronda de evaluación de la casa y del terreno dio los siguientes resultados: la casa estaba completamente desenergizada, las rosas habían sufrido daños irreparables, la antena estaba rota por la mitad.
– Bueno, eso no es nada – puedo plantar rosas nuevas, similares a estas, tal vez mi esposa no note la sustitución. Si le doy un gran premio a un electricista, me arreglará rápidamente la electricidad, y compraré una antena nueva, no me costará demasiado. ¡Puedo manejarlo!
Y lo arregló todo, pero nunca más se subió al techo por la noche.