Читать книгу Dramas - Уильям Шекспир, William Szekspir, the Simon Studio - Страница 19
EL MERCADER
ACTO III
ESCENA V
ОглавлениеJardin de Pórcia en Belmonte
LANZAROTE y JÉSSICA
LANZAROTE
Sí, porque habeis de saber que Dios castiga en los hijos las culpas de los padres: por eso os tengo lástima. Siempre os dije la verdad, y no he de callarla ahora. Tened paciencia, porque á la verdad, creo que os vais á condenar. Sólo os queda una esperanza, y esa á medias.
JÉSSICA
¿Y qué esperanza es esa?
LANZAROTE
La de que quizas no sea tu padre el judío.
JÉSSICA
Esa sí que seria una esperanza bastarda. En tal caso pagaria yo los pecados de mi madre.
LANZAROTE
Dices bien: témome que pagues los de tu padre y los de tu madre. Por eso huyendo de la Scyla de tu padre, doy en la Caríbdis de tu madre, y por uno y otro lado estoy perdido.
JÉSSICA
Me salvaré por el lado de mi marido, que me cristianizó.
LANZAROTE
Bien mal hecho. Hartos cristianos éramos para poder vivir en paz. Si continúa ese empeño de hacer cristianos á los judíos, subirá el precio de la carne de puerco y no tendremos ni una lonja de tocino para el puchero.
(Sale Lorenzo.)
JÉSSICA
Contaré á mi marido tus palabras, Lanzarote. Mírale, aquí viene.
LORENZO
Voy á tener celos de tí, Lanzarote, si sigues hablando en secreto con mi mujer.
JÉSSICA
Nada de eso, Lorenzo: no tienes motivo para encelarte, porque Lanzarote y yo hemos reñido. Me estaba diciendo que yo no tendria perdon de Dios, por ser hija de judío, y añade que tú no eres buen cristiano, porque, convirtiendo á los judíos, encareces el tocino.
LORENZO
Más fácil me seria, Lanzarote, justificarme de eso, que tú de haber engruesado á la negra mora, que está embarazada por tí, Lanzarote.
LANZAROTE
No me extraña que la mora esté más gorda de lo justo. Siempre será más mujer de bien de lo que yo creia.
LORENZO
Todo el mundo juega con el equívoco, hasta los más tontos… Dentro de poco, los discretos tendrán que callarse, y sólo merecerá alabanza en los papagayos el don de la palabra. Adentro, pícaro: dí á los criados que se dispongan para la comida.
LANZAROTE
Ya están dispuestos, señor: cada cual tiene su estómago.
LORENZO
¡Qué ganas de broma tienes! Diles que pongan la comida.
LANZAROTE
Tambien está hecho. Pero mejor palabra seria «cubrir».
LORENZO
Pues que cubran.
LANZAROTE
No lo haré, señor: sé lo que debo.
LORENZO
Basta de juegos de palabras. No agotes de una vez el manantial de tus gracias. Entiéndeme, ya que te hablo con claridad. Dí á tus compañeros que cubran la mesa y sirvan la comida, que nosotros iremos á comer.
LANZAROTE
Señor, la mesa se cubrirá, la comida se servirá, y vos ireis á comer ó no, segun mejor cuadre á vuestro apetito.
(Vase.)
LORENZO
¡Oh, qué de necedades ha dicho! Tiene hecha sin duda provision de gracias. Otros bufones conozco de más alta ralea, que por decir un chiste, son capaces de alterar y olvidar la verdadera significacion de las cosas. ¿Qué piensas, amada Jéssica? Dime con verdad: ¿Te parece bien la mujer de Basanio?
JÉSSICA
Más de lo que puedo darte á entender con palabras. Muy buena vida debe hacer Basanio, porque tal mujer es la bendicion de Dios y la felicidad del paraíso en la tierra, y si no la estima en la tierra, no merecerá gozarla en el cielo. Si hubiera contienda entre dos divinidades, y la una trajese por apuesta una mujer como Pórcia, no encontraria el otro dios ninguna otra que oponerla en este bajo mundo.
LORENZO
Tan buen marido soy yo para tí, como ella es buena mujer.
JÉSSICA
Pregúntamelo á mí.
LORENZO
Vamos primero á comer.
JÉSSICA
No: déjame alabarte, mientras yo quiera.
LORENZO
No: déjalo: vamos á comer: á los postres dirás lo que quieras, y así digeriré mejor.
(Vanse.)