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SOBRE EL DISPENSARIO MÉDICO

(Reconocimiento: observar en el paciente) qué cosas [1 ] son similares o distintas de lo normal desde el principio, partiendo de las más notables, de las más fáciles, de las que se conocen por la observación completa y enteramente, que son de ver, de tocar y de oír; que son perceptibles por la vista, por la palpación, por el oído, por la nariz, por la lengua y por el conocimiento; que son cognoscibles por todas las fuentes de conocimiento que tenemos.

Lo necesario para la cirugía en el dispensario: el paciente, [2 ] el cirujano, los ayudantes, el instrumental, la luz, dónde y cómo; qué cosas, con cuántas, cómo y cuándo; el cuerpo, los instrumentos para izar; el tiempo, el modo, el lugar 1 .

El cirujano, sea sentado o sea de pie, convenientemente [3 ] orientado con relación a él mismo, a la parte a operar, a la luz.

De luz ciertamente hay dos clases, la natural y la artificial; la ordinaria no está en nuestras manos, pero la artificial está en nuestras manos; de cada una de ellas son dobles los usos, o bien en dirección a la luz o bien bajo la luz 2 . Bajo el foco de luz la utilidad es pequeña y la cantidad apropiada es evidente, y en cuanto a la luz directa, dirigir lo que se opera hacia el más luminoso de entre los focos disponibles, de entre los que convengan, excepto lo que debe estar oculto o es indecente mirar, y así, por una parte, lo que se opera frente a la luz, y por otra el cirujano frente a lo operado, pero no como para darle sombra; en efecto, de esta manera puede ver el que opera, pero no se expone a la luz la parte tratada.

Posición del cirujano con respecto a sí mismo 3 : sentado, con los pies hacia adelante en línea recta con las rodillas; a distancia, dejando un poco; las rodillas, un poco más elevadas que las ingles, y distanciadas según la posición y yuxtaposición de los codos 4 . El manto, de manera bien ceñida, bien dispuesta, igual, semejante en codos y hombros.

Posición con respecto a la parte a intervenir: considerar el límite de alejamiento y de proximidad, arriba y abajo, a cada lado y en la mitad. El límite de alejamiento y de proximidad es que los codos no pasen por delante de las rodillas ni por detrás de los costados; el límite superior es que los extremos de las manos no estén más arriba del pecho; y el límite inferior, tener los extremos de las manos en ángulo recto con los brazos, sin que estén más abajo que el pecho sobre las rodillas. Eso es así en posición intermedia. En las posiciones laterales, sin salirse del asiento, avanzando el cuerpo y la parte del cuerpo que está trabajando en proporción a la torsión.

Si está en pie, que haga el reconocimiento firmemente apoyado por igual en ambos pies, pero que opere apoyado en uno de los dos 5 , que no sea el que corresponde a la mano que interviene; la altura de las rodillas en relación con las ingles, como en un asiento; y con respecto a los demás límites lo mismo.

El paciente intervenido, que ayude al que interviene con la otra parte de su cuerpo, ya sea de pie, sentado o tumbado, de modo que pueda continuar manteniendo lo más fácilmente posible la postura que sea menester, evitando un derrame, un depósito, un desplazamiento, una caída 6 , a fin de preservar lo que se deba, tanto la posición como la forma de la parte intervenida, en la presentación, en la operación, en el estado posterior 7 .

Las uñas que no sobresalgan ni dejen tampoco al descubierto [4 ] las puntas de los dedos; en la práctica, ejercer con las puntas de los dedos, la mayor parte de las veces con el índice opuesto al pulgar, con toda la mano vuelta hacia abajo 8 y con ambas manos opuestas. Buena disposición de los dedos: el espacio interdigital que sea amplio, y el pulgar opuesto al índice. Pero hay una enfermedad por la que se entorpecen en aquéllos en quienes, de nacimiento o en la crianza, el pulgar acostumbra a cubrirse por los demás dedos de manera evidente. Practicar todas las operaciones actuando con cada mano y con las dos a la vez —pues una y otra son iguales—, buscando actuar bien, de forma pulcra 9 , rápida, indolora, bien temperada, diestra.

[5 ] En cuanto al instrumental, se hablará del cuándo y el cómo. Puesto que se necesita que no sea un obstáculo para el trabajo y que no esté fuera del alcance, que se localice junto a la parte del cuerpo que está trabajando; pero, si lo proporciona otro, que esté listo con un poco de antelación, y que te lo dé cuando se lo mandes.

[6 ] Los que se ocupan del paciente, que presenten la parte a intervenir, según sea ordenado; que sujeten el resto del cuerpo de modo que el conjunto no se mueva, permaneciendo en silencio, obedeciendo a su superior.

[7 ] Hay dos clases de vendaje: terminado y en aplicación. El vendaje en aplicación (que lo sea) de modo rápido, indoloro, con soltura y habilidad; con rapidez, para llevar a cabo la operación; sin dolor, para operar más fácilmente; con soltura, con buena disposición para todo, y con habilidad para que resulte agradable a la vista. Está dicho por medio de qué ejercicios (se consigue) eso. Sobre el vendaje terminado (que sea) bueno y de buen aspecto; de buen aspecto, es decir, simple, bien distribuido 10 ; si los bordes son iguales y semejantes, de manera igual y repartida; si los bordes son desiguales y disímiles, de una manera desigual y distinta. Los tipos son: el vendaje simple (circular) 11 , el oblicuo 12 , el muy oblicuo, el ojo, el rombo y el medio rombo. El tipo de vendaje, que se adapte a la forma y a la afección de la parte vendada.

«Bien vendado» tiene dos aspectos sobre la parte vendada: [8 ] por un lado, el de la fuerza, o bien por presión o bien por número de vendas. Por un lado, en efecto, el vendaje tiene efectos curativos, y, por otro, ayuda a los agentes curativos. Y precisamente para esto he aquí la normativa; entre las siguientes cosas están también las más importantes sobre el vendaje: la presión, de modo que las vendas no queden flojas ni estén muy apretadas, sino que queden justas, pero sin apretar, por cierto, menos, en las partes que están lejos de la lesión, y menos aún en las partes centrales. Nudo y costura 13 , distribuidos no hacia abajo sino hacia arriba, en la posición en que el paciente presenta la parte al médico, en la postura, en el vendaje y en la presión. Aplicar los cabos de la venda no sobre la herida, sino allí donde va el nudo. Y el nudo, ni en lugar de fricción ni en lugar de movimiento, y tampoco donde no haga falta, de modo que no estará puesto inútilmente. Nudo y costura, suaves, sin ser de gran tamaño.

Bien está saber que todo vendaje se suelta junto a las [9 ] partes en declive y en disminución, como la parte de arriba de la cabeza y la parte de abajo de la pierna. Véndese la parte derecha hacia la izquierda, y la parte izquierda hacia la derecha, excepto la cabeza; ésa, vendarla verticalmente 14 . Las partes con caras opuestas 15 , con vendas de dos cabos; si es de uno solo, procédase de forma similar hacia la parte en que la venda quede sujeta, como por ejemplo la mitad de la cabeza, o cualquier otra similar. En cuanto a las partes que se mueven, como las articulaciones, allí donde se contraen, rodéense con muy pocas vendas y muy estrechas, como por ejemplo en la corva; y allí donde se distienden, vendas simples y anchas, como por ejemplo en la rótula. Dar vueltas adicionales para mantener lo que está situado alrededor de estas partes y para sujetar el vendaje en su totalidad por las partes del cuerpo que no se mueven y que son más planas, como lo de arriba y lo de abajo de la rodilla. En el caso del hombro, está indicada la vuelta alrededor de la axila opuesta; en el de la ingle, la vuelta alrededor del flanco contrario, y, en el caso de la pierna, la vuelta por encima de la pantorrilla. En aquellos lugares donde el vendaje se suelta por arriba, hay que apretarlo por abajo, y viceversa. En los sitios como la cabeza, donde es imposible hacer las sujeciones del vendaje en la parte más nivelada, usar lo menos posible el vendaje oblicuo, en la idea de que la última vuelta, la más fija, sujete las anteriores que son menos estables. En las partes donde no es fácil conseguir una buena fijación o un buen apoyo para los lienzos, hacer soportes por medio de costuras por la envoltura exterior o por la juntura.

[10 ] Las vendas (que sean) limpias, ligeras, suaves, delgadas. Enrollar con ambas manos a la vez, y ejercitarse también con cada una por separado. Usar la que sea indicada 16 juzgando por la anchura y espesor de las partes en cuestión. Las cabezas 17 del rollo de venda deben ser resistentes, regulares y sin arrugas. Lo que está ya a punto de desprenderse, está bien cuando se desprende pronto 18 . Y lo dicho: que no aprieten ni se caigan.

Se sigue sobre qué vendaje aplicar: el que va sobre [11 ] una compresa (epídesis), el que va por debajo de la compresa (hypódesis), o ambos; el que va bajo la compresa sirve para acercar lo que está separado, para juntar los bordes abiertos de dentro a afuera de las heridas, para separar los bordes de lo que se ha juntado, para enderezar lo que se ha partido, y viceversa. La preparación es la siguiente: vendas ligeras, delgadas, suaves, limpias, anchas, que no tengan costuras ni bordes, en buenas condiciones como para soportar una tensión y ofrecer incluso un poco más de resistencia; no en seco, sino humedecidas con el líquido que convenga en cada caso. En cuanto a lo que se haya separado 19 , juntar hasta que las paredes toquen el fondo 20 , pero sin apretar; empezar por la parte sana y terminar por el lugar donde esté la abertura 21 , de modo que el líquido que está por debajo sea expulsado y no se acumule encima otra vez. Vendar las heridas verticales en sentido vertical, y las oblicuas en el oblicuo, en posición indolora en que no haya ni compresión ni laxitud alguna, con cuyo cambio de posición, sea para poner el miembro en cabestrillo o para una fijación, los músculos, vasos, ligamentos y huesos no cambien de sitio, sino que mantengan su posición normal [con la que están mejor dispuestos y conformados] 22 . Dejar la parte, puesta en cabestrillo o bien en reposo, en posición indolora y natural; donde haya un sinus en formación, al contrario; donde haya una herida abierta, acercar los bordes, igual que en los otros casos; es necesario comenzar la juntura a una buena distancia, y ejercer una presión gradual, al principio menos, incrementándola después, siendo su límite principalmente la toma de contacto; en los casos en que haya que separar lo que está adherido, si hay inflamación hacer lo contrario; si no la hubiera, utilizar el mismo sistema, pero con la venda en sentido contrario. Para poner derecho lo que está torcido, actuar de la misma manera; pues lo que está vuelto hacia afuera hay que remeterlo [y lo que está vuelto hacia dentro hay que sacarlo] 23 por medio del vendaje, de substancias aglutinantes, de la suspensión, de la posición; en cuanto a las lesiones de signo contrario, actuar al revés.

[12 ] (En las fracturas) se emplean compresas cuyos tamaños, anchuras, espesores y cantidades (hay que considerar) 24 . El tamaño, que se corresponda con el vendaje; la anchura, de tres o cuatro dedos; el espesor, de tres o cuatro capas; el número, que no sobre ni falte al dar vueltas vendando; en las vendas que están destinadas a un enderezamiento, la largura bastante como para dar la vuelta; para determinar el espesor y la anchura, basarse en los huecos, no rellenándolos de golpe.

De entre las vendas de hilo, las que van por debajo de las compresas 25 son de dos tipos: en el primero, partiendo del sinus o lugar de la lesión, se terminará de vendar en lo alto; en el segundo, partiendo del sinus hacia la parte de abajo, se terminará en el sentido de abajo a arriba, presionando especialmente la zona del sinus y menos en los extremos, y en los demás sitios en proporción. Y que el vendaje se apoye mucho en la parte sana.

Cantidad, longitud y anchura de las vendas que se ponen por encima de las compresas (epídesmoi): la cantidad que no sea inferior a lo que requiera el sinus, y que no haya opresión en las tablillas, ni molestia, ni deslizamiento alrededor, ni relajación; y en cuanto a la longitud y a la anchura, la longitud de tres, cuatro, cinco o seis codos 26 , y la misma cantidad de dedos 27 para la anchura; vueltas de venda, tantas como para que no apriete, y suaves, no gordas; todo eso en longitud, anchura y espesor, según la parte afectada.

Las tablillas suaves, uniformes, redondeadas y en disminución hacia los extremos, un poco más cortas en ambos extremos del vendaje, y más gordas allí donde haga prominencia la fractura. En los sitios que son prominentes y descarnados por naturaleza, hay que tener cuidado con las hinchazones, como las que se presentan en dedos o en tobillos, tanto al colocarlas (las tablillas) como al acortarlas. Sujetar con vendas, no apretar; al principio, rodéense con un cerato 28 suave, fluido y limpio.

[13 ] Temperatura del agua, cantidad: sobre la temperatura, verter (un poco de líquido) en la propia mano, y sobre la cantidad lo mejor es echar abundantemente, sea para relajar o para disminuir el volumen; para formar carne o para ablandarla, usar (agua) con moderación; la medida de la irrigación es hacerla cesar cuando aún la zona se está levantando, antes de que vuelva a bajar; pues al principio se hincha y después disminuye de volumen.

[14 ] Posición 29 : relajada, regular, recostada hacia arriba para las partes del cuerpo que sean prominentes, como el talón o la cadera, de modo que ni se doble hacia atrás (ni se curve) 30 , ni se distorsione; el entablillado, sobre la pierna completa mejor que a la mitad. Con vistas a la afección, conviene considerar también las desventajas que por lo demás implica este método.

[15 ] Presentación, extensión, compostura y demás (hay que hacerlo) conforme a la naturaleza. En efecto, es la naturaleza la que en los trabajos, en la práctica de los trabajos, hay que valorar (teniendo en cuenta, intentando averiguar) qué es lo que requiere. Para eso (hay que empezar observando), la parte que está en reposo, la que se encuentra en estado normal, y la que está en actitud habitual. De la actitud, en reposo y en relajación, observar atentamente las direcciones exactas, como por ejemplo, la del antebrazo; del cuerpo en estado normal (comprobar) extensión y flexión, como la flexión casi rectangular del antebrazo sobre el brazo; de la postura habitual, deducir que hay posturas más fáciles de mantener que otras, como la extensión en las piernas. En efecto, teniendo en cuenta esas posiciones, el paciente puede mantener la postura más tiempo con mayor facilidad, si no las cambia. Pero en el cambio a partir de la extensión 31 , se mantienen más proporcionadamente, en levantamiento o en reposo, los músculos, los vasos sanguíneos, los tendones y los huesos, siendo un cambio con el cual resultan (las partes) muy bien colocadas y dispuestas.

La extensión debe ser del tipo más fuerte en las partes [16 ] más grandes y más anchas, y cuando las dos partes 32 están rotas; menos fuerte cuando es el hueso inferior el que se ha roto, y menos aún cuando es el superior. Más allá de la medida resulta nocivo, excepto en los niños; poner la parte ligeramente hacia arriba. Como modelo de rectificación correcta (tómese) lo homónimo 33 , lo correspondiente 34 , lo similar, la parte sana.

Una friega puede relajar, fundir, encarnecer, adelgazar; [17 ] una fricción seca funde las carnes, una fricción suave relaja, una fricción frecuente adelgaza, una fricción moderada espesa.

[18 ] Primera aplicación del vendaje: el paciente que diga que siente presión especialmente en el sinus, y menos en los extremos; que queda bien ajustado, sin que quede apretado, por la cantidad de vendas, no por la fuerza ejercida. Durante ese día y su correspondiente noche, que vaya a más la compresión, y durante el día siguiente a menos; al tercer día, flojo. Que en el transcurso del segundo día se produzca una inflamación blanda en los extremos. Que en el tercero, levantado el vendaje, la parte vendada haya disminuido de volumen, y esto debe ser así en todos los vendajes. Con la segunda aplicación del vendaje hay que deducir si parece estar correctamente aplicado; a partir de ahí, ir comprimiendo más y con más vendas; el tercer día lo mismo 35 ; al séptimo día del primer vendaje, que se encuentren disueltas las tumefacciones y que se puedan mover los huesos. Para poner las tablillas, si las partes están sin inflamación, sin irritación y sin úlcera, dejar pasar veinte días desde el accidente; pero, si hay alguna sospecha, quitar el aparejo en el intervalo. Afianzar las tablillas cada tres días.

[19 ] La suspensión, la colocación, el vendaje, cuidar de que se realicen con estas indicaciones. De las cuales la principal es tener en cuenta las posiciones habituales y naturales en cada miembro. Los tipos de actitud se reconocen por las posiciones naturales que se adoptan al correr, marchar, estar en pie, estar tumbado, en el esfuerzo o en reposo.

[20 ] La acción fortalece y la inactividad debilita.

[21 ] La presión (que sea) por la cantidad de vendas, no por la fuerza ejercida.

En las partes en que se produzca una enquimosis 36 , [22 ] magulladuras o hinchazones sin inflamación, la sangre mana de la herida (en estos casos, aplicar el vendaje) sobre todo hacia la parte alta del cuerpo, poco hacia abajo; sin tener la mano hacia abajo, o la pierna; poner el cabo de la venda en la zona del golpe, y hacer allí más presión, menos presión en los extremos y de mediana intensidad en las partes intermedias; el final, llevarlo hacia la parte superior del cuerpo, con vendaje, con compresión, y eso también por mayor cantidad de vendas que por fuerza ejercida. Sobre todo en esos casos, que las vendas sean finas, ligeras, suaves, blandas, limpias, anchas, higiénicas, como si se fueran a poner sin tablillas. Y hacer uso de una copiosa irrigación.

En luxaciones, esguinces, separaciones, avulsiones, fracturas [23 ] junto a extremidades articulares o pequeños desplazamientos articulatorios, como los pies torcidos o deformados hacia afuera, (hay que proceder) relajando allí donde surge el desplazamiento y apretando en el lugar adonde se dirige, realizando la ligazón, o bien antes de realizarla, como para que se incline hacia la parte contraria a la desviación, un poco más allá de la situación equilibrada. Eso (ha de hacerse) con las vendas, con las compresas, con los cabestrillos, con las posiciones, con extensión, con fricción, con ajuste y con abundante irrigación.

En las partes atrofiadas, vendar abarcando gran parte [24 ] de lo sano, para que lo consumido reciba por el aflujo de sangre más de lo que ha perdido espontáneamente, y para que, cambiando a otro modo de vendaje, se propicie el aumento y la reproducción de las carnes. También es mejor vendar las partes de arriba, como el muslo en la pierna, y el otro miembro inferior opuesto vendarlo junto con el sano, para que la similitud sea mayor y el reposo similar, y que la devolución o la absorción del alimento tengan lugar de la misma forma. Usa la acumulación de vendas, no la presión, aflojando primero lo que más lo necesite, haciendo uso de la fricción, que forma carne, y de la irrigación; sin tablillas.

[25 ] Los soportes que van unidos o por separado 37 , como los del pecho, las costillas, la cabeza y esas otras partes, son ésos: unos se usan a causa de los movimientos compulsivos 38 , para que no resulte con daño la parte afectada; otros, a causa del distanciamiento en las suturas de los huesos del cráneo, para mantenerlos; también en los casos de tos, de estornudo o de movimientos de otro tipo, son a modo de soportes por separado en la zona del pecho y de la cabeza. Los tipos de vendaje indicados en todos estos casos son los mismos: en efecto, allí donde se encuentren los sinus 39 debe existir la máxima compresión de vendas; por lo tanto, hay que poner por debajo algo blando que convenga a la lesión: vendar sin apretar tanto como para que llegue a doler por causa de movimientos compulsivos, lo justo para que los extremos de las suturas separadas 40 lleguen a juntarse uno con otro, sin impedirlo toses o estornudos, sino que los soportes sirvan para que no haya separaciones violentas ni se cause dolor.


1 Según Galeno, se refiere a la parte afectada.

2 Es decir, luz directa o luz oblicua.

3 El cirujano, llamado en la frase anterior ho dr n ‘el actuante’.

4 Es decir, la distancia entre las rodillas debe ser tal que puedan servir de apoyo y dejar espacio libre a los codos.

5 El otro pie se apoya en un pequeño escabel, como en Fract. 8 y GAL., XVIII, 2, 700 K.

6 Katantía puede interpretarse como «caída hacia abajo de algo que cuelga», como «descorrimiento», pero la interpretación es difícil, ya que se trata de un hápax legómenon o palabra usada una sola vez.

7 Para Withington esta precisión sólo puede entenderse después de haber leído Fract.

8 Es decir, en pronación.

9 En griego agath s y kal s, ‘de forma hermosa y buena’, el ideal perfecto, aplicado tanto a personas como a realizaciones humanas.

10 Es decir, sin pliegues.

11 La explicación de que el vendaje simple es el circular fue introducida ya por Artemidoro y Dioscórides. Véase GAL., XVIII, 2, 729.

12 El vendaje sképarnon ‘oblicuo’ es en forma de doladeras o azuelas más o menos separadas.

13 Conviene recordar que en la Antigüedad no se usaban alfileres, por lo que la terminación del vendaje debía hacerse a base de aguja e hilo.

14 Del vértice a la barbilla, según Galeno.

15 Tà hypenantía ‘partes directamente opuestas’, como frente y nuca, pecho y espalda, pueden vendarse o bien aplicando la parte central de la venda y juntando los dos extremos, o bien usando una venda de dos cabos. Según el comentario de Galeno, el término es ambiguo, y puede tratarse de partes contrapuestas de la cabeza o en general de todo el cuerpo.

16 Podría pensarse que se refiere a la mano, pero el comentario de Galeno indica que se refiere al tipo de venda: «Hipócrates recomienda determinar el vendaje que conviene a las partes considerando su anchura y espesor».

17 Kephalaí en griego, ‘cabezas’, según Galeno, se refiere tanto a los cabos como a los bordes de la venda.

18 Pasaje discutidísimo de difícil interpretación, que demuestra en qué mal estado nos ha llegado este tratado hipocrático no sólo a nosotros, sino también a Galeno, que lo estudió y comentó en el siglo II de nuestra era y afirma no comprender el sentido de esta frase, si se refiere a medicamentos (apósitos, tinturas, etc.), tejidos gangrenados que se desprenden, o vendajes mismos, aunque esta última posibilidad no es aceptada por Galeno.

19 El sinus, un absceso superficial abierto y supurante.

20 En griego jónico hédrē ‘asiento’, se refiere a la parte sana.

21 Es decir, la herida abierta.

22 La frase entre corchetes aparecía en el texto leído por Galeno, pero no en nuestros códices.

23 No en todos los códices.

24 No en el texto, que presenta frecuentes anacolutos.

25 Hypodesmídes: la división hipocrática entre estas vendas aplicadas directamente sobre la piel y bajo las compresas, y las que van por encima de las mismas, no sobrevivió.

26 El péchys o codo (latín cubitus o ulna), equivalía a veinticuatro dáktyloi ‘dedos’, más o menos cuarenta y cuatro centímetros.

27 Cada dáktylos ‘dedo’ medía aproximadamente 1,85 cms.

28 En griego kerōtḗ, mezcla de cera y aceite con otros ingredientes, pero sin resinas, más dura que el ungüento pero menos que el emplasto. El cerato simple es a base de aceite y cera; el cerato de Galeno lleva también agua de rosas, y el llamado de Saturno lleva los mismos ingredientes que el anterior más extracto de Saturno (subacetato de plomo líquido). También podía hacerse con vino, como dice DIOSCÓRIDES (I 109; II 110), y usarse como cosmético (ARISTÓFANES , Fr. 320, 1).

29 Se entiende que permanente.

30 No figura en el texto de Galeno.

31 Se refiere a la extensión practicada por el médico.

32 Se refiere a los huesos del brazo.

33 Es decir, lo que se llama igual y está sano, por ejemplo el otro brazo, la otra pierna, etc.

34 Galeno dice tò homózygon «lo que está unido de la misma manera» en la misma persona.

35 Es decir, apretando más y con más vendas.

36 Efusión repentina de sangre en los vasos cutáneos como resultado de una emoción violenta.

37 En griego son dos palabras distintas, hermásmata y aposterígmata, pero Galeno interpreta en su comentario que suelen ser sinónimas.

38 En griego sphygmoí, un término general que incluye desde contracciones nerviosas hasta movimientos respiratorios.

39 Aquí usa Hipócrates la palabra sínē.

40 Del cráneo, se entiende.

Tratados hipocráticos VII. Tratados quirúrgicos.

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