Читать книгу Paradoxógrafos griegos. Rarezas y maravillas - Varios autores - Страница 8
ОглавлениеII
FILOSTÉFANO
Filostéfano de Cirene fue posiblemente contemporáneo y discípulo de Calímaco. Al igual que su maestro, escribió obras de carácter anticuarista, geográfico, mitográfico y, sin duda, paradoxográfico. Estas últimas debieron de alcanzar una cierta popularidad si tenemos en cuenta que su nombre aparece asociado al de otros autores de relatos fantásticos como Aristeas de Proconeso, Ctesias de Cnido u Onesícrito en la noticia de Aulo Gelio relativa a los libros de esta clase que podían encontrarse a buen precio en el mercado de Bríndisi 1 . Solamente tenemos noticia de uno de estos escritos titulado Sobre ríos curiosos , según sabemos a través de una cita de Ateneo, que recuerda ciertamente a la obra similar de su pretendido maestro. La obra debió de estar compuesta en prosa, a pesar de la opinión contraria de autores como Westermann y Susemihl, que basaban su idea en una mala interpretación de un texto de Tzetzes 2 . Es probable que, además de su escrito sobre los ríos, Filostéfano hubiera compuesto también una obra en verso sobre parádoxa de aguas, en lengua jónica y en dísticos elegíacos, que en opinión de algunos podría haber consistido bien en un poema de tipo didascálico, como lo denomina Christ-Schmid, o en una serie de epigramas 3 .
Las fuentes que ha utilizado para la composición de sus escritos de este género gozan de cierta autoridad, pues entre ellas se encuentra incluso el propio Aristóteles. Es probable que sus intereses fueran más allá de la mera recolección de maravillas de todo tipo, a la manera de los autores posteriores del género. De hecho, al igual que Calímaco, reunió el material de acuerdo con un determinado principio de ordenación (ríos, lagunas, islas...) y seguramente trataba de explicar los diferentes fenómenos dentro del ámbito de lo real, reduciendo a un esquema racionalista todo aquello que en apariencia parecía resultar incomprensible. La tradición peripatética, de la que la paradoxografía no era sino una derivación deformada y hasta cierto punto adulterada, todavía se mantenía viva en nuestro autor y es posible que la condición paradoxográfica de sus escritos sea solamente el resultado de la manipulación a la que fueron sometidos posteriormente por los diferentes recopiladores que hallaron en su obra un material adecuado para sus espurias intenciones. De todas formas, el hecho de que su obra apareciera junto a la de autores inequívocamente fantásticos como los más arriba citados puede también indicarnos que el gusto por lo fantástico y lo extraordinario no estuvo del todo ausente en los escritos de Filostéfano, algo que por otro lado resultaría difícil admitir al tener en cuenta el contexto cultural en el que su obra se desarrolló y a la vista de los intereses que su autor manifestaba a juzgar por los diferentes títulos de sus obras que han llegado hasta nosotros.
SOBRE RÍOS CURIOSOS
TESTIMONIOS
1 ATENEO , VIII 331 d = Frag. 1 .
FRAGMENTOS
1 ATENEO , loc. cit .: Filostéfano, nacido en Cirene y discípulo de Calímaco, en su libro Sobre ríos curiosos , afirma que en el río Aroanio que fluye por Feneo 4 existen unos peces que cantan como los tordos; y se les llama «pecilias» 5 .
2 TZETZES , Escolio a LICOFRÓN , 1276: Titón, un río de Italia cerca de Circeo 6 ..., no fluye hacia el mar sino que es absorbido bajo tierra, según afirma también Filostéfano.
Dudosos:
3 Escolio a TEÓCRITO V, 14: Actión, según afirma Filostéfano: es un santuario de Pan cerca del río Cratis 7 .
4 Escolio a DIONISIO EL PERIEGETA , 289: Filostéfano afirma que en esta época los indígenas lo denominan Ródano (es decir, al Erídano) 8 .
5 Etymologicum Magnum 138, 24: Areta, río de la región de Crotona, por Areta la mujer de Alcimo en torno a cuya tumba fluye, según testimonia Filostéfano 9 .
(6) HERODIANO , Sobre las palabras únicas XLII, 7 DINDORF : Seto, río de Escitia, según Filostéfano.
7 QUEROBIO en Anecdota Graeca, p. 1185 BEKKER: Eleas, Eleanto en Filostéfano: es el nombre apropiado.
8 TZETZES , Quilíades VII 670 y ss. Y Filostéfano afirma otras innumerables veces que en Sicilia hay una laguna que despide a los que se bañan en ella: «En la tierra Trinacria de los sicilianos se enseña una laguna, terrible corriente, que, a pesar de que es pequeña, forma poderosos torbellinos; que antes de que la agites brevemente con tus pies te arrojó repentinamente a la seca arena».
1 AUL . GEL ., N. A. IX 4, 2.
2 WESTERMANN , pág. XXXVII; y SUSEMIHL , op. cit ., pág. 476. El texto de TZETZES es Quil . VII 144.
3 CHRIST -SCHMID , op. cit ., II, 1.pág. 167; GIANNINI , art. cit , pág. 110.
4 Ciudad de Arcadia.
5 Tiene que ver con el adjetivo griego poikílos , «abigarrado», «variado».
6 Ciudad de la costa tirrena al sur de Roma, donde se situaba la morada de la homérica Circe, llamada así a causa de una sencilla etimología popular. También se ubicaba en el lugar la tumba de Elpenor y la crátera de Odiseo.
7 Se refiere probablemente al río que pasa junto a Crotona, en Italia, y que tomó su nombre del río Cratis, de Acaya, que, según PAUSANIAS , Vll 25, 11, nunca se secaba.
8 Se trata del mítico río que discurría en la imaginación geográfica griega por las partes más septentrionales de Europa o por las más occidentales. HERÓDOTO (III 15) mostró sus dudas acerca de la existencia de este río. Se le identificaba con el actual río Po. Su descripción como río portador de ámbar rememora quizá una antigua ruta comercial de este producto que desde la península de Jutlandia atravesando el curso del Rin acaba desembocando en el Ródano.
9 Si atendemos al hecho de que el fundador mítico de Crotona, el correspondiente héroe epónimo, era hermano de Alcínoo, el mítico rey de los feacios, cuya esposa era Arete, podríamos estar aquí ante un error en la aplicación de los nombres respectivos, circunstancia que ciertamente se presenta tentadora ante el desconocimiento de personajes semejantes que respondan a los nombres tal y como aparecen en el texto. Sobre Crotona y su historia mítica, J. BÉRARD , La Magna Grecia. Storia delle colonie greche dell’Italia meridionale , [trad. it], Turín, 1963, págs. 153 y ss.