Читать книгу Desaparecieron y asesinaron nuestros muchachos - Wilson Herney Mellizo Rojas - Страница 10
Las familias
ОглавлениеFrente a la población de la investigación, el proyecto se realizó con once familias de los jóvenes del Municipio de Soacha, víctimas del fenómeno de la desaparición forzada y la ejecución extrajudicial (“falsos positivos”), quienes participaron del trabajo psicosocial y sociojurídico, que liderado por la Personería, permitió la participación de la Universidad de La Salle. Muchas de estas familias llegaron a Soacha diez o quince años atrás, provenientes de otras regiones del país o del departamento. Algunas huyeron de la violencia en sus zonas de origen. Uno de los casos que se acompañó pertenece a Bogotá.
La pobreza y el trabajo informal caracterizan la situación económica y la ocupación de la mayoría de las familias víctimas. Los tipos de trabajo desempeñados tanto por los jóvenes asesinados como por otros familiares que actúan como proveedores, aunados a la precariedad de ingresos, podrían dar cuenta de la decisión de aceptar ofertas de trabajo mejor por parte de algunos de los muchachos.{4} Algunos de los jóvenes en medio de la informalidad se desempeñaban en el rebusque, como ayudantes de construcción, limpiaban vidrios en los semáforos o trabajaban en la fundición de hierro.
Refiriéndose a uno de los jóvenes asesinados, dice uno de los familiares: “Mi hermano... limpiaba vidrios en los semáforos de Cafam de la Floresta” (testimonio 1). En el caso de los familiares también aparece la construcción, el trabajo informal, el empleo en algunas fincas, zapaterías, ladrillerías o en plazas de mercado. En el mejor de los casos (dos de los grupos familiares), aparecen ocupados formalmente desarrollando el oficio de conducción (sea de taxi o de mula), la actividad como técnicos profesionales, operarios o incluso pensionados. Algunos hogares son monoparentales con jefatura femenina, en otros, predominan formas familiares nucleares, y otras familias son reconfiguradas.{5}