Читать книгу Contemplación del cuerpo para sanar la mente - Yoli Vigil - Страница 6
ОглавлениеFormas de caminar por esta vida
La caminata de tu vida se refiere al cuidado de mantener esas emociones inculcadas para un beneficio o un perjuicio; entonas con lo que se forma en carácter de lo que fuiste en pequeña edad y transformas con todo aquello que trae consigo la ternura de tus padres.
Como todo ser, aquellos que te cuidaron cuando fuiste pequeño se pudieron haber equivocado y alertado o inducido a un descenso de tu verdadero acomodo de situaciones, que por lo menos contienes para, a veces, aunque sea sobrevivir, como se suele decir.
Cuando entusiasmas a lo que pudo ser y no fue, cambias tu estrategia de vida y comienzas a tener el descuido de olvidar lo que antes fuiste, trayendo contigo el pasado al caminar. El pasado ya fue, y no existe el modo de transformar lo que ya fue. No es posible que ahora el pasado sea tu vida; para qué portar ese contenido de emociones que te vienen destruyendo al caminar por la vida.
Traes ese entorno grabado en el inconsciente y cuidas de no olvidar, ya que así has impedido un regreso al duelo que traes oculto; muy impropio desde luego, y lo refiero así de impropio porque no es que debas traer la cantidad de desórdenes en el pie cuando das el paso. Así es como proyectas tus tragedias o virtudes.
Limpias el alma rota al procurar un perdón, pero a veces ni eso sabes definir como un proceso de recuperación en lo que es tu enseñanza y ahora la quieres aplicar, pero al descubrir que no sabes hacer esa empatía con tu vida, entonces da por hecho que quizá no hay un aprendizaje.
Al seguir un camino puedes apreciar que tal vez así fue que pudiste estar en la completa y desatendida estancia con los demás, al traer un pie más alto que el otro; traes un desorden, con lo que puedes estar creyendo lo que tanto has querido que sea al cambiar el paso, elevando más un pie, haciéndose muy notorio al descender, lo que refiere el contenido de emociones y sentimientos en tu ser al cuidado de papá y de mamá.
Estoy diciendo en estos asuntos que por lo menos ignoras a aquel ser como en realidad es o fue y que ahora lo beneficias creyéndolo muy propio y no lo es o no lo fue, porque todos traen un proceso que descuidar o comprometer al dañar al ser que creen amar.
Sea cual sea el concepto de amar, siempre se trae con él un sentido de cuidado, de ser útil en la vida de quien amas, de procurarte en bien de todos y aun así te puedes equivocar en ese hacer en el amor al prójimo.
Portas la anatomía de todo ser humano natural al nacer y la vas corrigiendo de tal modo, que piensas que todo ese cambio puede borrar lo que eres. Proteges una identidad que tal vez la desbordaría un terapeuta al descubrir en un momento dado todo tu ser real.
Para qué disfrazar lo que eres en realidad; lo que eres es auténtico, es un cuidado de ti mismo y no un descuido de todo lo que sería tu verdadera persona, concluyendo en un camino que no es el que te corresponde, por el hecho de cuidar las imágenes que tienen un protocolo de lo que sí debes ser y no lo que serías entonces al cuidar el mundo que es tuyo al bendecir lo que sí eres.
Comprende que los aprendizajes en la vida tienen un cierto régimen; es decir, lo tienes todo y crees que te falta algo, también eres capaz de decir que lo que hay es suficiente para estar muy bien, que nada te hace falta.
En realidad, ¿qué pasa?, que traes la prueba de que sí eres un escuálido asunto alejado de sí, porque eres un ser que no trae más que lo que le surge de un interno existir, para redescubrir lo que sí eres y, en esa búsqueda, vas dando por sentado que lo que andas haciendo por la vida es muy lejano de lo que sí puedes ser y en el redescubrimiento te vienes a dar cuenta de que vas a reintentar y reestructurar una vida nueva.
La vida que sigue debe ser una información de lo que sí es, no de lo que se ha creído, en lo que has estado trabajando como ser que asoma una ciencia y luego la refutas porque ya no lo es. Es posible que estés protegiendo más el cuidado de otros que se ocultan en tu interés por vivir en la intención de cuidar un porvenir de ambos, los que te forman y lo que eres.
Confrontas a veces también aquello que, siendo muy especial a tu vida, es lo que trae por completo un pensamiento de estar en lo que sí querías ser, por eso cuidas con ánimo lo que sí es cuando te quieren mover el contenido del inconsciente, dado que puedes destapar esa realidad interior que puede doler tanto, que solo así tapada te genera un bienestar, pero no una realización de tu ser.
Cuando tienes la angustia de quedar integrado a un papel que corresponde a lo que vienes repitiendo en lo que cabe con los años, estás impidiendo el poder cultivar en la forma que todos pueden descubrir, al imponer que, lo que sigues haciendo tiene un porvenir en alguien.
Existen seres que te tienen bajo su orden de postergar una forma infinita de pretender lo que seas, a la vez que impones que lo que sigue es un volver a enamorarte de lo que gustas ser en verdad.
Dialogas con tu informante que es el inconsciente, el que cuida lo que duele y queda en silencio, aguardando hasta pretender desalojar esa ternura que cuidabas antes, al realizar lo que te gustaba y te divertía al cuidado de todos los juegos que impedían tus padres cuando te convertías en un verdadero quehacer en la vida.
Convertían ellos esa forma de estar en lo que tenía una razón de ser, en la fundamental excusa de que, de eso no podías vivir en lo que cabe con la economía y de sus criterios tan definidos por sus ancestros y no por tu porvenir.
Esos criterios de triunfo al no ocultar los talentos y desactivar toda aquella euforia al realizarlos con potencial enorme, que impone a un verdadero e importante empresario o en lo común también nombrados comerciantes, que vinieron a ser cuidados para las siguientes generaciones.
No es más que un repetir y repetir patrones que convienen a un bienestar, pero no al sincero cuidar ese talento que pudo dar lo mejor de ti mismo y el enorme gusto de satisfacer la cualidad de ser tú y no la réplica de otros causantes de desdichas que traen consecuencias en lo que haces un proverbio: “Las cosas que se hacen con el amor en algo, emplean recursos inolvidables, esos recursos pasan a la historia por sus complicaciones que tuvieron para realizarse en su vida.”
Como los grandes historiadores, los grandes inventores y todos aquellos que tuvieron que igualar circunstancias a la forma de su vida, en lo que podían a la vez realizarse por sí mismos en lo que querían hacer, y ocultar a la vez para regalar esa sonrisa en la que se reflejó una gran satisfacción de sí mismos y no de los recursos que otros impusieron en ellos.
Es un descuido total el andar protegiendo almas ajenas al cuidado de sí porque al final traerás esa conciencia en otros y no en ti, trayendo así la descuidada forma de caminar por un rumbo que equivoca al ser íntimo y no al que cuida de sí, que es el que resguarda su caminar por una vida ecuánime.
Será absurdo acordar un destino que no es de tu imponente estado propio al caminar con manías o con deterioro de tus pies; caminas descalzo porque no traes ese calzado que te es útil para cuidar tus pies y a la vez te es útil porque así dices que puedes implicar a tu desatento modo de andar persiguiendo las enfermedades del alma como de un pie que enferma por el estado imperioso de tener en el otro el atento asunto de dirigirle su destino.
Observas al mismo tiempo el desatento modo de caminar sin sentidos propicios para tu verdadero sendero por la real circunstancia de entender la vida, como se cree que debe ser y no como es para todo ser íntimo, en su alma que encuentra en su estado importantes soluciones a cada paso que da, en su alentada circunstancia en vida que va incluyendo en su caminata por donde quiera que anda.