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CAPITULO SSEIS

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Como el Gouernador Pedro de Heredia enbio a Alonso de Heredia, su hermano, a descubrir el Pancenu, y como el propio Gouernador salio despues tras el por cierta ocasion, y como fue poblada Uraua por el capitan Alonso de Heredia.

Hallo el governador Heredia en Cartaxena a Alonso de Heredia, su hermano, que auia llegado o uenido de Nicaragua con algunos soldados hallarse en conpañia del Gouernador su hermano. Holgose mucho Pedro de Heredia de hallar alli a Alonso de Heredia, y luego determino de dalle gente con que entrase la tierra adentro en demanda del Panzenu. Diole ducientos hombres de a pie y de a cauallo, y entre hellos muchos de los que con el propio Gouernador se auian hallado en la jornada que de suso e contado.

Salio Alonso de Heredia con esta jente de Cartaxena por el mes de Agosto siguiente del propio año; y como ya los soldados se sauian el camino tuuieron menos trauajo en andallo que pasaron los primeros que lo descubrieron, y asi por sus jornadas contadas, casi sin tener guerras con los yndios, llegaron al Fincenu, donde hallaron cauadas mas de trecientas sepulturas que los propios naturales las auian auierto y sacado el oro dellas que54.

Cajauanse55 los soldados de Pedro Heredia, porque por su causa no auian hellos sacado el oro de aquellas sepulturas, que presumian ser gran cantidad, y no perdiendo la esperanza de auello, procuraron ynquirir y sauer de algunos yndios donde lo auia escondido el casique, pero no les aprouecho nada su dilijencia y deseo; solamente supieron y alcancaron que la primera vez que el gouernador Heredia dio en este pueblo, lo tenian escondido en vna asperisima montaña que llamauan la montaña de Faraquie56, por estar hen ella un pueblo de yndios deste nombre y apartado de este Fincenu ocho leguas y mas, en la qual montaña el principal auia echo vn buhio, en lugar de tenplo, en seruicio del demonio, cuya hera la sepultura mayor y principal de aquel pueblo, en el qual ofrecieron todo el oro que, como e dicho, sacaron de las sepulturas y el que los propios yndios poseian. Pero con todo esto no perdieron los soldados punto de su codicia ni dejaron de hazer alli sus diligencias para sacar oro de las sepulturas que quedauan por sacar, para el qual efeto se concertaron e hizieron conpañia entre todos, que unos cauasen y otros fuesen a buscar comidas y sustentasen los cauadores de lo necesario, y que despues se partiesse lo que se sacase57.

En esta conpañia no quiso entrar el capitan Alonso de Heredia, porque pretendia sacar mas el solo con la jente que tenia, que lo que de la conpañia le pudiese cauer de parte; y con auer los yndios sacado gran cantidad de oro, y Pedro de Heredia quando estuuo en este lugar asi mesmo saco mucho, todauia quedo oro que sacaron los que agora fueron, pero no lo estimauan ni tenian en tanto como en este tiempo se tiene, aunque siempre tuuo balor58.

Aflojaron los soldados y aun59 el capitan Alonso de Heredia en la pasada al Panzenu, por algunas ocasiones que se les ofrecieron y por parecelles tan trauajoso como dificultoso el camino y descubrimiento de aquella rrica noticia, por lo qual el capitan Alonso de Heredia enuio a Francisco de Ciesa, su theniente general, a la costa que cae sobre el Darien con parte de la jente que tenia, a que uiese y descubriese lo que por aquella parte ouiese que uer.

Ciesa hizo lo que se le encargo, y con la gente que lleuo descubrio la prouincia que llamo de las Uasillas, que agora es llamada Tolu, y el mismo puerto donde esta poblado el pueblo de Tolu. Paresciole uien a Ciesa aquella tierra para que hen ella permaneciesen españoles, y entendiendo quan cerca estaua de Cartagena, procuro dar auiso al gouernador Pedro de Heredia, y porque no tenia bergantin ni otra cosa con que nauegar, hizo hazer vna balsa de maderos la mas rrecia que pudo ser, y en ella se metio Alonso Lopez de Ayala, persona principal y de quien se hazia ya y se haze60 mucha quenta en Cartaxena, donde rreside, y con el otros quatro soldados, buenos nadadores. Pusieronse a gran peligro asi de mar como de yndios de tierra, y fue Dios seruido que sin que peligrase o muriese ninguno, aportaron a Cartaxena, donde dieron rrelacion al gouernador Heredia de lo que auia y pasaua, asi sobre las sepulturas del Fincenu y estado en que quedavan, como de la nueua tierra que auian descubierto61.

Rresciuio gran contento el Gouernador de todo lo que se le dijo, y singularmente de la esperanza que le davan de que todauia se sacaua oro en las sepulturas del Fincenu, porque la cudicia deste Gouernador hera tan ynsaciable como la de otros muchos que con cargos y sin ellos an pasado a las Indias, y asi no auia para el nueua de mas contento ni alegria que dezille que auia oro o que sacauan oro y que le darian oro; y aunque el Gouernador hera adornado de otras muchas y buenas partes, esta hera en el tan estimada que desconponia y afeava lo demas, por no ser en su mano el dejar de dar muestras dello. Enbio luego socorro a Francisco de Ciesa, que lo esperaua en Tolu, y de la jente que a la sazon se hallo en Cartaxena metio en vnas carauelas hasta ciento y beinte honbres, de los que a la fama de Piru cada dia uenian despaña, y juntamente con este socorro, ynbio a decir a su hermano y a los demas soldados y capitanes, que le ynuiasen todo el oro que entre todos se ouiese sacado de las sepulturas y auido de otros rrancheos.

Los soldados que con Ciesa estauan sintieron mucho el ynuialles a pedir su oro el Gouernador, y como cosa que tan caro les auia costado, lo procuraron conseruar y no dallo, y asi le ynuiaron a dezir al Gouernador que por entonzes perdonase, porque no se podia cunplir su mandamiento a causa de que entre todos auia echa conpañia y hasta quel oro se partiese ninguno era señor de lo que tenia para podello dar ni disponer dello; y con esto se metieron la tierra adentro y se boluieron al Cenu, donde el capitan Alonso de Heredia auia quedado, por apartarse de la vecindad Gouernador, conjeturando que por no lleualle el oro que pedia auia luego de benir a dar sobre hellos y tomarselo por fuerca o de grado.

Hera en este tienpo la tirania de los Capitanes y Gouernadores que en las Indias mandauan tanto y tan grande, que por las uias que podian procurauan juntar y sacar de los pobres soldados qualquier cantidad de oro que tuuiesen; a los unos se lo tomauan por fuerza, a los otros por alagos, a los otros por amenazas, y a otros con dalles buenas esperancas de gratificacion, y quando por esta bia no podian sacallo todo, echauan otros rrodeos que serian largos de contar, hasta que los dejauan despojados de todo punto de lo que tenian, poco o mucho; y desto no nos deuemos marauillar, porque como las ganancias de los vnos y de los otros heran tan torpes y el oro tan mal avido, ni los vnos lo gozauan ni los otros lo poseian mucho tienpo, porque al soldado se lo sacaua el Capitan o Gouernador y al Capitan o Gouernador se lo sacaua el que le uenia a tomar rresidencia, y otros muchos desaguaderos que se le ofrecian por donde el oro, contra su pesadisima naturaleza, corria muy lijeramente y se perdia, y muchas ueces su dueño con ello, como lo pudiera yo muy bien señalar aqui por evidentes y particulares sucesos acaecidos en las Indias; pero al que con atencion pasare por el discurso de mi Istoria, lo uera escrito en diuersas partes muy claramente.

Luego que el gouernador Heredia rreciuio la respuesta de los soldados de Ciesa, y no el oro, se ayro y enojo demasiadamente, y dejandose uencer de su colera, que hera mucha, determino de salir luego tras el capitan Ciesa y los que con el estauan y castigallos rrigurosamente por ynouedientes a su mandado. Junto con presteza casi quatrocientos soldados, todos chapetones, que los mas dellos se auian hallado en Bolonia, en la coronación del Enperador, y unos en el saco de Rroma, y enuarcandose con ellos la noche de Nauidad, tomo la uia de las Balsillas e Tulo62 y fue en seguimiento de Ciesa y de su hermano Alonso de Heredia, que asi mesmo, temiendo su yda y aun su hira, se metio la tierra adentro en demanda del Panzenu, despues de auerse juntado con el Francisco de Ciesa y los demas que auian suuido de la costa en su conpañia y socorro, de los quales tuuo noticia de como el Gouernador auia ynuiado a pedir el oro que tenian, de donde presumieron lo que auia de hazer.

En este tienpo que Cesa63 llego al Fincenu, obo cierta ocasion por donde, segun todos decian, lo prendio el capitan Alonso de Heredia a el y a otros cinco o seis soldados principales, y sin justa ni aun rraconable causa los condeno a muerte, pero no obo quien osase executar la sentencia, por no quedar obligados a dar quenta de la ynjusticia que en matar a quien no lo merescia se hazia, y asi quedaron saluos y con las uidas.

Siguio con toda la jente su derrota y demanda del Pancenu el capitan Alonso de Heredia; engolfose la tierra adentro, faltaronle las guias al mejor tienpo, por lo qual, caminando ciegamente, torcio la uia que auia de lleuar y fue a parar a la prouincia de Monpox, dos o tres jornadas apartado del pueblo principal; y porque ya a este tienpo le auia alcancado vn capitan con cierta jente que el Gouernador en su seguimiento auia ynuiado, dio la buelta al Fincenu, y dende a pocos dias64 se encontro en las savanas del Braco de San Jorje con el Gouernador su hermano, que todauia yba en su seguimiento. Despues de juntos quiso el Gouernador proceder contra los que no le auian querido dar el oro y castigallos, pero oyolos, y ellos dieron tan buenos descargos que toda la ira se mitigo, y se conformaron todos juntos, y muy conformes dieron la buelta al Fincenu, donde despues de llegados y uisto el poco rrecurso de comida que en toda aquella comarca auia, por ser los labradores pocos y los comedores muchos, enuio el Gouernador al capitan Alonso de Cazeres, con trecientos soldados, que se fuese la bueta del Rrio Grande, que hera tierra mas fertil y mas entera, y por sus riueras gastasen el tienpo, sustentandose y comiendo, o se boluiesen por aquella uia a Cartaxena65.

Iban casi todos estos soldados, o los mas, muy deuilitados por la falta que de comida auian tenido, y por auerse dado a comer cierta fruta llamada guacuna, con que se auian estreñido, y metidos desta suerte en vn camino tan largo y malo, comenzaron a yrse quedando por los caminos arrimados a aruoles, perecidos de anbre, contando de los regalos que en Italia auian tenido quando se hallaron hen ella; y asi, de los trecientos soldados o mas que el capitan Caceres saco del Cenu, no metio en Cartaxena mas de noventa, que todos los demas perecieron y murieron de hambre por el camino.

El Gouernador ynbio luego que Cesar66 se aparto del, al capitan Alonso de Heredia, su hermano, con ciento y tantos honbres a poblar a Uraua, y desta uez entro hen ella Alonso de Heredia y poblo el pueblo que llamo Sant Seuastian de la Buena Vista, y estuuose con su jente haciendo de paz los naturales sin rresceuir ningun daño, asta que al cauo de seis meses salio hazer una jornadilla algo apartado del pueblo, donde le mataron nueve españoles. Rrecojiose con tienpo y diose a pacificar los naturales, y asi hizo algunos pueblos de paz.

54

O este que huelga, ó falta aqui alguna palabra.

55

En la edición de Caracas: quejábanse, que es lo que debe querer decir.

56

Idem íd.: Faraquil. Bien pudiera ser esto.

57

En la edición de Caracas: repartiese lo que se sacase en esta compania.

58

En la edición de Caracas no se hace aquí punto y aparte, sino que sólo hay punto y coma.

59

En la edición de Caracas: aunque en vez de aun.

60

En la edición de Caracas: y de quien se hacía y hoy se hace.

61

En la edición de Caracas no se hace aquí punto y aparte; sólo hay punto y coma.

62

Antes ha escrito Tolu.

63

Debe haber querido decir Ciesa.

64

En la edición de Caracas: y al cabo de pocos días.

65

En la edición de Caracas no se hace aquí punto, y sólo hay punto y coma.

66

Debe ser error material, y querer decir Cáceres.

Historia de Venezuela, Tomo II

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