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CAPITULO SSIETE

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De como en Cartaxena quisieron matar al gouernador Heredia, y como el gouernador Barrionueuo ynuio a Julian Gutierrez a poblar en Urana y como el gouernador Heredia fue con jente a echallo de la tierra.

El Gouernador Heredia se estuuo algunos dias en el Fincenu cauando sepolturas y sacando el oro dellas, y despues que se enfado de estar en aquella tierra se uoluio a Cartaxena, donde le ovieran de matar honbres naturales de su propia tierra, asi por auerse mostrado muy pertinaz y auer rretenido en si todo el oro que de las sepulturas se auia sacado, como por odios particulares nacidos de antiguas enemistades que desde España auia tenido con un Lureña, hermano de otro Lureña que a la sazon estaua en Cartaxena, con el qual Pedro de Heredia tuuo muy rreñidas pendencias y pasiones; y como este Lureña que en Cartaxena estaua tenia alli otros amigos y conocidos y aun parientes, los quales aborrecian al gouernador Pedro de Heredia, porque no hazia de hellos la quenta que hera rrazon, juntose con esto el propio y particular ynteres de su trauajo, que el Gouernador les tenia vsurpado, porque todo el oro que en la primera y segunda uez se auia auido del Cenu y de otras partes, todo lo auia rrecoxido el Gouernador y sacadolo por diuersos modos de poder de los soldados y se auia quedado con ello sin querelles acudir con ninguna parte dello, antes se presumia y aun tenia asi por cierto, que lo auia enterrado y escondido todo en la isla de Carex, que esta una legua de Cartaxena, y que el propio Gouernador y dos criados suyos auian por rromanas pesado el oro que auia juntado, y auia hallado hen ello pasados de trecientos mill pesos, que son treinta quintales de oro.

Pues como la necesidad que todos los mas principales del pueblo tenian del oro que de sus partes les pertenecian, era mucha y muy grande y bil la tirania que en todo vsaua el Gouernador con ellos, juntaronse una noche los mas agrauiados con animo de matar al Gouernador, y juntandose con otros del pueblo a quien no dieron parte de su conspiracion, se fueron a donde el Gouernador estaua, algo temeroso del suceso, y llegados a el los conspirados, comencaron a ultrajallo y a poner las manos en el. El Gouernador hera honbre de animo y que por ninguna uia sufria vltrajes, procuro por armas sastifazer lo que con el cargo no podia; pero como los de la liga heran muchos y el vno solo, y que de su uando no tenia mas de a Suer de Naua, que con el se auia hallado, trataronle mal, que con las lanzas le dieron dos o tres botes sobre un jubon estofado que tenia, con que le hizieron arrodillar, y asiendo con las manos la una de las lancas se leuanto, sacando sola vna mano herida. Ayudole mucho al Gouernador la conpañia de Suer de Naba, porque entranbos se defendieron muy bien de los del motin, que eran muchos; y de los propios que en su conpañia yban, que no savian de la conspiracion, se pasaron luego al lado del Gouernador y le ayudaron a defender su parte, de suerte que los contrarios no tuuieron lugar de matallo como pretendian.

Suer de Naua hera honbre de estimacion y afable. Tomo la mano por la mejor uia que pudo en apaciguar este fuego, de suerte que el gouernador Heredia tuno lugar de salirse de Cartaxena aquella propia noche y meterse con algunos criados suyos en vn bergantin en la mar y hazerse a lo largo, apartandose de tierra, porque la turba de los del motin no le ofendiesen, y apartandose del paraje de Cartaxena, echo mas adelante en tierra vn criado suyo, llamado Terreo, para que fuese ha llamar los yndios comarcanos a Cartaxena, con desinio de pegar fuego al pueblo, quemallo y arruinallo, y con esto tomar benganza de los que le auian ofendido, abrasandolos e matandolos por mano de los yndios; pero el Suer de Naua, que ya se auia juntado en el vergantin con el Gouernador, lo uino a entender y lo rremedio, de suerte que se aparto el Gouernador de su mal proposito y sestubo dos o tres dias en el uergantin en la mar, donde muchos de los de Cartaxena se le desculparon de no auer sido participes de aquella traicion ni ser en ninguna manera culpantes hen ella, diziendo que los de Madrid, avtores de la traicion, y sus criados, heran mas de treinta honbres, y aprouechandosse de la escuridad de la noche auian ydo a yntentar aquel tan maluado negocio de que hellos no heran partifeces, pero por entonzes se pacifico todo y quedaron todos confederados y amigos con el Gouernador, hecepto los agresores principales, que con estos nunca tuuo fija amistad.

En este mismo tienpo el gouernador Barrionueuo, que tenia a su cargo la governacion de Castilla de Oro, parte de la qual es lo que agora llaman Nonbre de Dios, tuuo noticia de como Alonso de Heredia auia poblado a San Seuastian de Buenauista, que tenia por terminos de su gouernacion, la qual dezia llegar asta el Cabo de la Uela, rreciuio enojo dello y determino ynbiar jente de armada que se apoderasen del pueblo y de lo que hen el auia, o lo despoblasen: pero pasosele presto el enojo y estaua ya quitado de aquel proposito, si Julian Gutierrez no le persuadiera de nueuo a hello, por su propio y particular ynteres, porque segun paresce, era este Julian Gutierrez casado con vna yndia, sobrina del señor de Uraua, donde estaua poblado San Seuastian, y mediante esta unidad67 Julian Gutierrez, desde Acla, donde hera uezino, entraua con jente por toda la tierra de la costa a rrescatar oro, y donde mejores rrescates hazia y mas oro sacaua hera en esta prouincia de Uraba, y pareciole que con estar poblado hen ella Alonso de Heredia no tendria lugar de entrar con la liuertad que solia a rrescatar oro y a contratar con los yndios, y por estas causas, como e dicho, persuadia al gouernador Barrionueuo que echase los españoles de Cartajena de la tierra de Uraba; y sobre ello hizo tanto, que el gouernador Barrionuevo le ouo de encargar a el propio Julian Gutierrez la enpresa, y dalle gente con que fuese a uerse con Alonso de Heredia y con la gente que con el estaua, y a echallos del pueblo y de la tierra, y para este efecto se enbarco con la gente que pudo juntar el Julian Gutierrez, y vino sobre la costa y tierra de Uraba, en la qual echo su jente, apartado de donde Alonso de Heredia estaua, quatro leguas, con desinio de no ponerse en bentura de batalla, sino poblar vn pueblo en aquella parte, y despues, mediante el parentesco que su muger, la qual traia alli consigo, tenia68 con el casique de Uraba, juntar asi toda la tierra y hazer que los yndios no siruieran a Heredia, lo qual pudiera muy bien hazer, y lo puso por hobra.

Mas turole poco tiempo, porque luego que Alonso de Heredia supo como Julian Gutierrez estaua en tierra de Uraba y lo que pretendia y aun hauia enpezado a hazer, enbio a Cartaxena por jente española que fuese en su ayuda y fauor, para por fuerza o como pudiese echar de la tierra a la jente del gouernador Barrionueuo.

Llego el mensaje de Alonso de Heredia a Cartaxena a tienpo que se acauauan de mitigar las sediciones de entre el gouernador Heredia y los de Madrid, por lo cual le convino al Gouernador allanarse mas para juntar y atraher a si mas jente e ir en socorro de su hermano y de su pueblo, y mitigado todo, junto y tomo los soldados que pudo y metiose con ellos en dos uergantines y otros barcos, y fuese la buelta de Uraba, donde hallo a su hermano vcupado en hazer rrequirimientos a Julian Gutierrez que se saliese de la tierra y que no le alborotase ni ynquietase la jente y naturales de su jurisdiccion, y otras cosas que entre hellos auian pasado, mas tocantes a la pluma que a la lanza.

Llegado el gouernador Heredia a Uraba y junta la jente que lleuaua con la que con su hermano estaua, saco cien honbres de a pie y de a cauallo por tierra y los uergantines por mar y se fue a uer con Julian Gutierrez, questaua alojado junto a la mar y a la rriuera de un rrio caudaloso que por alli cerca pasaua.

Alojose el gouernador Heredia con su gente en la parte y rriuera contraria del rrio, de suerte questauan a uista los unos de los otros. El gouernador Heredia tomo el termino de su hermano, y comenzo a hazer rrequirimientos a Julian Gutierrez, el qual, asi mesmo, rreplicaua por papeles, aunque mezclados con muchas pelotas de algunos versos69 que consigo tenia, pero no hazia ningun daño con ellas en el alojamiento de Heredia, por estar ssituado en lugar bajo e yr a esta causa por alto las pelotas, y demás desto estauan rreparados con cierta montaña o arcabuco que los defendia. Obo tratos de paz, de suerte que los soldados de un capitan y del otro se juntaron y hablaron, pero no se efetuo cosa ninguna de lo que se pretendia, y de todas partes auia alguna perplexidad en los capitanes, de suerte que casi no se determinauan de uenir sobre esto a las manos ni lo que harian, pero pronosticando Queuedo, natural de Hamusco, soldado de la parte de Julian Gutierrez, que auia juntadose con el capitan Heredia para los medios y conciertos, lo que auia de suceder, dijo hablando con Martin Núñez Tafur: abracame, amigo, porque yo ueo estos negocios de suerte y en terminos que an de parar en las manos, y por uentura haziendo yo el deuer abre de morir el primero. Lo qual paso a la letra como luego se dira.

Auia sido este Queuedo, antes destas rrebueltas, soldado de Heredia muchos dias antes, y auiendose partido el y otros soldados con el capitan Cesar para el Piru, encontraron con este Julian Gutierrez que les aprometio grandes aprouechamientos de oro en aquella tierra, porque lo siguiesen, y ellos hicieronlo asi, y allavanse obligados a pelear en fauor de Julian Gutierrez contra sus amigos y conocidos, y asi lo hizieron.

El gouernador Heredia viendo que los rrequirimientos heran de ninguna utilidad y que por ellos no hazia cosa alguna, comenco a dibulgar que se auia de boluer a Cartaxena y de alli yrse a España a dar quenta de lo que pasaua al Rrey, para que le anparase en la gouernacion que le auia dado, y asi lo dio a entender, de suerte que lo entendiesen en el alojamiento de Julian Gutierrez, para con esta ynuencion descuidallos algo del auiso que tenian. El propio dia, en la noche que estas cosas auian pasado, el gouernador Heredia junto asta beinte soldados de los principales de su conpañia para tentar y ber lo que hen ellos tenia, y les dijo, rrindiendoles las gracias del seruicio que le auian echo en seguille hasta alli con muestras de tan entera boluntad, que el no pretendia ni queria, por ynteres de toda la gouernacion, auenturar la uida de un solo soldado ni poner su justizia en manos de la fortuna, que tanto consistia en la lealtad de muchos soldados de los que consigo traia, cuya fee el tenia por dudosa y doblada, como en el buen hado del capitan; que su yntento hera dejallo todo y rretirarse a Cartaxena, y que los que quisiesen boluer al Zenu con el capitan Alonso de Heredia, su hermano, lo hiciesen, y cada qual siguiese su libertad, porque demas de que, como auia dicho, que queria yr a dar noticia al Rrey de lo que pasaua, pretendia principalmente boluer a bengarse a Cartaxena de los de Madrid, que lo avian querido matar; y ciertamente estaua temeroso el gouernador Heredia de sus soldados por su gran auaricia y escaseza70 con que auia retenido en si todo el oro que de las sepulturas del Cenu se auia sacado.

Los soldados con quien el Gouernador trataua estas cosas eran, como e dicho, los mas principales del canpo, y asi tenian gran presuncion de hazer cosas que ygualasen con su onor, por lo qual le rrespondieron que a que auia sido su uenida de Cartaxena á Uraba; y como el Gouernador les dijese que a hechar de su gouernacion á Julian Gutierrez y a los que fuesen de su opinion, le rreplicaron todos de conformidad que no boluiese de su pretension atras, sino que diese hen ella la horden que le paresciese y mas saludable les fuese, porque hellos y los demas soldados que deuajo de su bandera estauan, perderian el dia siguiente las uidas en el canpo echos pedacos o el quedaria por señor de aquella tierra como lo era. Tuuo en mucho el Gouernador este ofrecimiento destos soldados, y rrindioles muy particulares gracias por ello, y luego comenzo dar horden en lo que auia de hazer para amanescer otro dia sobre el alojamiento de Julian Gutierrez y rrepresentalle la uatalla.

67

Debe querer decir afinidad. Así se escribe en la edición de Caracas.

68

En la edición de Caracas: la cual traía allí, tenía consigo.

69

Pelota significa también bala de plomo ó hierro con que se cargaban los arcabuces, mosquetes, cañones y otras armas de fuego, y verso es aquí pieza de artillería antigua, que en tamaño y calibre era la mitad de la culebrina. – En la edición de Caracas se pone una interrogación, que demuestra no se ha entendido lo que dice el autor.

70

Esto no tiene sentido; pero tampoco lo tiene con la palabra escasez, que se lee en la edición de Caracas.

Historia de Venezuela, Tomo II

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