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UN MILAGRO

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Una madrugada alrededor de las 02:08 entramos en servicio, fue mi primer accidente vehicular, recuerdo ser el acompañante del chofer de nuestro primer móvil, el cual me decía; Toca sirena, como explicarles esa sensación que me recorría el cuerpo una mezcla de adrenalina y vértigo por la velocidad e incertidumbre, al no saber con qué nos encontraríamos. Al arribar al lugar vemos un camión incrustado tras otro con la cabina hecha pedazos, aplastada contra la parte trasera del otro camión, lo primero que se me vino a la mente fue; acá habrá mucha sangre y tal vez algunas víctimas fatales. Bajamos del móvil no sin antes ponernos los guantes de látex y nos dirigimos a la cabina en busca de víctimas, había un hombre sentado recostado sobre la rueda delantera izquierda, me acerco, le pregunto; -¿estás bien venías en el camión esté?, me mira y responde. -Sí soy el chofer, no tengo nada, -viajo solo, y se levantó lo más bien sin un rasguño, como se podrán imaginar no salía de mi asombro. -¿cómo saliste de adentro de los fierros?, le pregunté. Ya que la cabina estaba destruida, su respuesta fue; -no tengo idea como salí de ahí, solo recuerdo un estruendo y sentir mucho miedo, cuando reaccioné estaba sentado en el piso afuera del camión donde me encontraron ustedes. A todo esto, mis compañeros hacían su trabajo, corte de baterías, control del derrame de combustible, recolección de datos, balizado, control del tránsito y alumbrar con linternas, ya que no teníamos generador. Este hombre nació de nuevo era el comentario entre policías, personal vial y nosotros, para mí fue Dios que lo ayudó a salir ileso, no era su hora, por eso, aunque no lo conociera me alegro de que así haya sido.

La vida de un ser humano es muy valiosa, siempre hay alguien que está esperando a sus padres, hijos, hermanos, parejas o amistades, esa noche la muerte no se salió con la suya o no quiso. Fin del servicio 03:36 horas, a volver y descansar y con la almohada reflexionar sabiendo que hay un Dios que decide cuándo será nuestro último suspiro, mientras tanto hay que vivir y disfrutar los momentos bellos llenos de felicidad y satisfacción de estar en el camino correcto más allá de algún tropezón.

Alma, corazón y fuego

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