Читать книгу Alma, corazón y fuego - Rodolfo Cardozo - Страница 35

PERDÍ MEDIO MUNDO

Оглавление

En 1997 el día 5 de mayo después de luchar más de un año mi mamá falleció a los 48 años de edad eso marcó un antes y un después en mi vida, fue difícil, en casa todos se fueron me quedé solo literal, me la pasaba en el cuartel o con mis amigos casi no estaba en la casa solo regresaba a descansar y a llorar hasta que me dormía. Luego de unos meses logré convencer a mi padre que volviera a vivir conmigo, de hecho, era su casa. Momentos durísimos que te enseñan lo que en realidad vale la pena, y que un problema no es tal ni se asemeja a una pérdida de un ser amado como lo es mi madre. Supe andar y acompañarla en su tratamiento, estar sentado por la madrugada en la penumbra de los pasillos de un hospital en Buenos Aires donde se escuchaban los quejidos y lamentos del dolor de algunos de los internados, mirar el suelo, rezar en la capilla del lugar, afligido por ver a mi madre sufrir, Estuve junto a ella en su enfermedad que no la voy a nombrar para que no se despierte, mamá dejó mucho a cada uno de nosotros antes de partir escribió y nos habló, de una manera u otra nos dejó ser libres. Perder a una madre es un dolor que no se puede describir con palabras, el amor que nos da es irremplazable. Si te resulta difícil hacer frente a su muerte, canaliza tus emociones buscando consuelo en las palabras escritas. Escribe tus propias líneas y reflexiona o elige una que te ayude a reflexionar sobre todos los hermosos recuerdos de la infancia y a salir de las sombras de la tristeza. Los maravillosos recuerdos de pasar tiempo con tu madre ayudarán a sanar la agonía de extrañarla después de su fallecimiento. Debemos aceptar el hecho de que nuestras madres realmente se han convertido en un ángel que nos está mirando desde lo alto del cielo para cuidarnos siempre, y así fue que después de varios años logré asimilar y dejar de llorar. No hay un día de mi vida que no la recuerde.

Alma, corazón y fuego

Подняться наверх