Читать книгу Alma, corazón y fuego - Rodolfo Cardozo - Страница 27

NOCHES OSCURAS

Оглавление

Después de cenar me quedé a dormir en el cuartel esa noche, para acompañar al de guardia, con otro compañero, éramos tres en total, luego de comer ordenamos la cocina, cerramos todo y nos fuimos a la habitación a mirar la televisión. Los otros dos se durmieron enseguida, terminé de ver la película y lo apagué. Recuerdo estar en la cama del medio, y como siempre antes de dormir, reflexiono sobre lo vivido durante mi día. Entre los ronquidos de mis dos compañeros, llegué a escuchar algo, pero no le di importancia. Pasado unos minutos me acomodé en la cama, me tapé bien, me acurruqué y me dispuse a dormir, pero antes escucho otra vez un ruido, que me despabiló, miré a mis dos lados y los chicos seguían en un sueño profundo. Pensé debe ser algún gato que anda afuera del galpón, viento no había. Como a la hora más o menos otra vez un ruido más fuerte, me senté en la cama y llamé a los otros, les conté que escuché ruidos y se reían; -deja de joder dormite, me dijeron, pero Inquieto y medio asustado ya no pude dormir. En eso escucho un golpe en una de las taquillas de chapa del vestuario improvisado que teníamos en ese momento. No había dudas, alguien o algo lo hacía. Los volví a despertar, les dije; hay alguien adentro haciendo ruido, -¿no escuchan ustedes?, nos sentamos los tres cada uno en su cama, expectantes, pero nada, mientras ellos estaban despiertos no se escuchaba nada, les ofrecí levantarnos a los dos para mirar y ver quién era, sus respuestas fueron; -déjalo debe ser alguno de los pibes que está escondido. -pero son las tres de la madrugada y cerramos todo a las diez de la noche.

¿Cuántas horas se va a quedar escondido acá dentro -dije a modo de interrogación? Se taparon y se durmieron otra vez, yo quedé mirando el techo y los ruidos comenzaron otra vez, ya no tenía dudas alguien estaba adentro del cuartel, pero no me animaba a salir de la habitación solo, los ruidos cada vez más cerca de la puerta, a todo esto, empezó amanecer y me dormí. Como no salimos a ver por miedo de no encontrar a nadie, nos quedamos pensando que fue alguno de los otros compañeros, el que haya sido, se quedó toda la noche haciendo ruido para que saliéramos y no lo pudo lograr, lo que sí logró es que me quedara pensando quién fue o que fue, duda que hasta el día de hoy tengo, porque nunca supe de alguien que se haga cargo de lo sucedido, uno de mis compañeros de esa noche me reconoció al otro día mientras tomamos mates, que él también escuchaba los ruidos, así que no era solo cosa mía y eso me dejó tranquilo, creo que de habernos levantado y no encontrar nada sería peor que quedarse pensando que fue alguno. Antes de lo que les conté, a un compañero que hacía la guardia solo, le habían pegado flor de susto, entre dos o tres, pero se supo quienes fueron en esa ocasión pues se hicieron ver. Tal vez fueron los mismos o tal vez no. Por las dudas en mi guardia me asesoraba muy bien que no quedara nadie adentro antes de cerrar todo y jamás escuché nada más que el galpón volver a su lugar después que pasara el tren cargado con bobinas a pocos metros haciendo que todo se mueva. Nunca sentí miedo de quedarme solo en la guardia cuando me tocaba, todo lo contrario, sentía placer, estaba haciendo lo que más me gusta y forjando mi futuro, como se extraña esos viejos tiempos donde sucedían aventuras nuevas.

Alma, corazón y fuego

Подняться наверх