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INTRODUCCIÓN

Ferran ArchilésMarta García CarriónIsmael Saz

En 1983 Ernest Gellner publicó su libro Naciones y nacionalismo, una obra en la que sintetizaba más de dos décadas dedicadas al estudio de la cuestión nacional, en lo que pasaría a convertirse en un clásico por derecho propio de este campo de estudio. En aquel mismo año, vio la luz el trabajo de Benedict Anderson Comunidades imaginadas, otra de las piedras miliares de la renovación de los estudios sobre nacionalismo. En realidad, los primeros años ochenta se convirtieron en uno de los periodos más fructíferos en la renovación de los trabajos de las identidades nacionales y especialmente en el marco de lo que ha venido a denominarse la teoría modernista en el estudio del nacionalismo. Aunque ya fuera evidente en aquel momento, lo sería con mucha mayor claridad a lo largo de las dos décadas posteriores; se trató casi de un giro copernicano (sin menospreciar trabajos previos como los de Hans Kohn, Karl W. Deutsch y Anthony Smith) en la forma de abordar el estudio de las cuestiones identitarias nacionales.

Sin embargo, en la década de los setenta habían visto la luz dos trabajos: La nacionalización de las masas, de George L. Mosse, publicado en 1974, y al año siguiente Peasants into Frenchmen, de Eugen Weber. Estos trabajos, de cuya importancia no nos cabe hoy día ninguna duda, debieron haber sido en su momento tan importantes como lo fueron las innovaciones de la década posterior. En cierto sentido, así fue, pero habitualmente solo para las historiografías dedicadas al estudio de la historia de Alemania o de la historia francesa. Su influencia resultó, por tanto, totalmente inexistente, y además un tanto distorsionada. Tal vez pueda resultar significativo el hecho de que el trabajo de Mosse no se tradujo al español hasta 2001, mientras que, por su parte, la obra de Weber no lo ha sido nunca. Entre otros muchos méritos, los trabajos de Mosse y Weber situaron en el centro de sus investigaciones el problema de la nacionalización, esto es, de la difusión social de las identidades nacionales. Más allá del estudio del nacionalismo entendido como ideología (considerada más o menos coherente), elaborada por unas élites autoconscientes de intelectuales o políticos, puesto que esta había sido la caracterización más frecuente en el estudio del nacionalismo, los estudios dedicados a los procesos de nacionalización ampliaban el repertorio de problemas que merecían ser estudiados. Independientemente de los planteamientos teóricos que estaban en la base de los trabajos de Mosse y de Weber, que en ningún caso configuran forma alguna de paradigma ni pueden ser considerados como parte de un mismo marco teórico, ambos abrieron un horizonte hacia consideraciones más propias de una historia social de la construcción de identidades. Planteamientos que, sin embargo, han tardado en ser transitados y en algunos casos lo han sido solo de manera muy parcial. De hecho, ni Gellner ni Anderson, en los trabajos mencionados, parecieron haber acusado de manera explícita el impacto de las obras a las que nos referimos.

En cierto sentido, los trabajos de Weber y Mosse pasaron a convertirse en una suerte de clásicos finalmente más citados que verdaderamente discutidos y desarrollados en muchas de sus implicaciones. Convertidos en monumentos, frecuentemente las tesis defendidas por sus autores han pasado a ser entendidas como paradigmas cerrados de interpretación de la historia de Francia y Alemania. Desde luego, hoy en día nos encontramos con un escenario historiográfico, pero no solo, mucho más matizado gracias a que se han ido acumulando investigaciones, estudios de caso, monografías, etc., sobre los procesos de nacionalización. Probablemente seguimos tan lejos de disponer de un paradigma (si es que tal cosa es deseable) sobre los procesos de nacionalización como lo estuvimos en la década de los años setenta. Sin embargo, contamos con un conjunto mucho más refinado de planteamientos teóricos, repertorios de temas que estudiar y perspectivas metodológicas. Abordar hoy en día el estudio de los procesos de nacionalización en el contexto europeo resulta, en definitiva, una tarea mucho más fácil, aunque no por ello menos sometida a las incertidumbres de todo aquello que aún ignoramos, ni menos apasionante.

Nación y nacionalización. Una perspectiva europea comparada ha nacido del impulso más reciente del grupo de trabajo que, desde hace más de década y media, ha venido ocupándose del estudio de los procesos nacionales en el Departament d’Història Contemporània de la Universitat de València, contando con la participación de más de treinta especialistas procedentes de universidades españolas, europeas y americanas. Nuestro trabajo se ha desarrollado en el marco de sucesivos proyectos, financiados por el Ministerio de Educación y la Generalitat Valenciana, y actualmente en el proyecto De la dictadura nacionalista a la democracia de las autonomías: política, cultura, identidades colectivas (HAR2011-27392).

Una vez más, los esfuerzos de nuestro grupo de investigación han pretendido convertirse en una plataforma de diálogo con especialistas de otros proyectos de investigación dedicados al estudio de los procesos de construcción nacional tanto en España como en el resto de Europa. Junto con diversos artículos en revistas nacionales e internacionales, los dos volúmenes más recientemente publicados son Ismael Saz y Ferran Archilés (eds.): Estudios sobre nacionalismo y nación en la España contemporánea (Zaragoza, PUZ, 2011), e Ismael Saz y Ferran Archilés (eds.): La nación de los españoles (Valencia, PUV, 2012). Si bien el eje central de los trabajos desarrollados por nuestro grupo de investigación se ha dedicado al caso español, la perspectiva comparada, especialmente con el contexto europeo, ha sido una constante. Por ello consideramos que había llegado el momento de editar un volumen que contara con la participación directa de algunos de los mejores especialistas europeos en el estudio de los procesos de construcción nacional, lo que pudiera permitir, como resultado paralelo, una consideración más compleja del caso español.

En la base de este libro está el Congreso Internacional «Procesos de nacionalización en la Europa contemporánea», celebrado en Valencia en abril de 2012, y organizado y financiado por el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) y el proyecto de investigación citado. En este congreso se dieron cita catorce especialistas procedentes de ocho universidades de cinco países europeos. En el presente libro se recogen no tanto las actas de aquel encuentro, como las contribuciones derivadas de aquella puesta en común, verdadero brainstorming dedicado al estudio de los procesos de nacionalización. Los textos que componen Nación y nacionalización. Una perspectiva europea comparada son, por tanto, el resultado de una explícita voluntad de trabajar desde una perspectiva de historia comparada, considerando el marco europeo (al menos de Europa occidental) como un ámbito natural para la historia comparada. Máxime teniendo en cuenta que, por paradójico que pueda resultar expresarlo así, pocos ámbitos de estudio puede haber para una perspectiva de estudio transnacional como el de los fenómenos de la nación, el nacionalismo y los procesos de nacionalización. En este sentido, una parte importante del libro está compuesta por trabajos dedicados al estudio de los procesos de nacionalización en la España contemporánea basados en esta perspectiva comparada y transnacional.

Ciertamente, el estudio de los procesos de nacionalización en España ha sido uno de los temas clave para el estudio de la nación y el nacionalismo en el ámbito español. No han faltado, por tanto, referentes desde los que partir. Pero, sin duda, a pesar de la exuberancia del debate, son todavía muchos los aspectos que nos faltan por conocer. Aportar un mejor conocimiento del caso español es, por tanto, también uno de los objetivos del presente volumen.

Ello no significa que, ni por lo que respecta al caso español o a otros casos europeos (italiano, francés o portugués), ni por lo que respecta a una perspectiva teórica unificada, el presente volumen intente ser una obra ni exhaustiva ni concluyente. Una de las conclusiones que pudieron extraerse de las sesiones de debate acaecidas durante el citado congreso y que en gran medida está presente en la mayoría, si no en la práctica totalidad, de los textos de este libro es el hecho de que no existe una definición única ni del concepto de nacionalización ni de la manera como debe abordarse su estudio. Pero ello no significa, antes al contrario, que debamos resignarnos a una suerte de cacofonía de voces y definiciones. Porque es en el seno de esta diversidad conceptual donde se hallan algunos de los desafíos y también, por qué no, logros ya alcanzados a la hora de profundizar en los procesos de nacionalización en el marco europeo. Así, por ejemplo, el modelo de «nacionalización de las masas» planteado por George L. Mosse parece presentarse a nuestros ojos no tanto como un modelo exportable para el estudio de los procesos de difusión de las identidades nacionales a otros casos más allá del alemán, sino al estudio (puesto que así fue concebido por Mosse, y dejando ahora al margen el debate sobre las singularidades de la historia alemana) de la construcción de una cultura nacionalista que pudo sentar las bases para el ascenso del nazismo. En otro sentido, la monumental obra de Eugen Weber nos ha iluminado e ilumina sobre el papel del Estado en su contribución a los procesos de construcción nacional, pero marginó todas aquellas formas de nacionalización que procedían de los ámbitos más allá del Estado, ámbitos que procedieron de la sociedad civil (de las culturas políticas a las prácticas de sociabilidad y toda suerte de nacionalismo «banal» a la manera expresada por Michael Billig). En Nación y nacionalización se aborda un amplio abanico de problemas referidos al estudio de los procesos de nacionalización en la Europa y la España contemporáneas que tratan de combinar el estudio de aquellos aspectos directamente vinculados a la acción del Estado con los mecanismos que se encuentran más allá de la acción institucional de los poderes públicos. En este sentido, en los diversos trabajos encontramos un amplio repertorio de temas y perspectivas: contribuciones sobre el rol de los intelectuales, y específicamente del discurso histórico y los historiadores; el papel jugado por las culturas políticas (fascistas, reaccionarias o izquierdistas) y los mitos y símbolos promovidos por el nacionalismo; la función ejercida por aspectos frecuentemente obviados como son la dimensión regional o el imperialismo; el papel desempeñado por los espectáculos de masas, como son el cine y el fútbol; y, en definitiva, procurando incorporar perspectivas de historia «desde abajo» y de género que iluminan dimensiones habitualmente opacas en la comprensión de los procesos de nacionalización.

Ciertamente, en el presente volumen son muchas las perspectivas que seguramente no se han podido abordar, y diversos los casos de la Europa occidental que no están presentes. Ello se debe no tanto a una falta de voluntad por nuestra parte para incorporarlos, como a las dificultades de financiación que entraña todo encuentro internacional, especialmente en la muy difícil coyuntura económica en que nos encontramos. En este sentido, queremos agradecer muy especialmente el apoyo prestado por el MuVIM, que cofinanció el congreso mencionado. Porque lo cierto es que si difícil es la coyuntura económica española, más todavía lo es la situación valenciana. A ello hay que añadir, además (y tal vez no haya un lugar más pertinente para referirse a ello que la introducción de un libro dedicado a la construcción de los procesos identitarios nacionales), las dificultades que entraña, para espacios periféricos a los centros de poder económico e intelectual, el poder desarrollar muchas de sus actividades. Ese es el caso de Valencia, donde la práctica total ausencia de instituciones públicas o privadas dedicadas al fomento de actividades en el campo de las ciencias sociales y las humanidades convierte en todavía más compleja la organización de encuentros, publicación de trabajos, etc. Por otra parte, el carácter periférico permite tal vez una mirada, si no más crítica, al menos con mayor perspectiva en lo que respecta al conjunto español. Algo cada vez más necesario a la luz del proceso aparente de recentralización de la vida económica y cultural al que parecen abocarnos los tiempos que corren.

Para terminar, los coordinadores de este volumen queremos agradecer su ayuda, como se ha señalado, al MuVIM y especialmente a Vicent Flor, que actuó como coordinador técnico del congreso mencionado, por las facilidades que puso a nuestra disposición, así como al resto del equipo técnico del Museu y a los traductores de las sesiones. Asimismo, queremos agradecer a Publicacions de la Universitat de València, que se ha encargado de la edición del libro con su habitual profesionalidad. Finalmente, queremos mostrar nuestro agradecimiento a Mónica Granell, que ha realizado la traducción de tres de los capítulos que conforman este libro.

València, abril de 2012

Nación y nacionalización

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