Читать книгу ESPACIOS - AA.VV - Страница 17
ОглавлениеTobacco Factory
Descripción
Definición procesual de un programa de usos
Localización
Bristol (Reino Unido)
Iniciativa
Iniciativa privada individual (Ferguson Mann Architects)
Tipo de espacio
Parte de una antigua tabaquera convertida en centro de creación artística y ocio
Tipo de innovación
Atendiendo a la demanda existente, el vacío se reactiva por medio de usos creativos
Web
El relato que George Ferguson hace del rescate de Tobacco Factory tiene una gran carga emocional. El ahora alcalde de Bristol era a comienzos de los 90 un arquitecto local que siempre creyó firmemente en las posibilidades de la antigua fábrica tabaquera Franklyn Davey & Co. En 1994, mientras la fábrica era derribada y sustituida por pequeños bungalows, horrorizado ante semejante desperdicio, Ferguson adquirió casi sin pensarlo una de las pocas partes que hoy se conservan de aquella industria: un gran edificio de ladrillo rojo de 44.000 m2.
El proceso de reactivación de Tobacco Factory tuvo en su inicio algo de desafío personal. Frente al automatismo con el que los inversores tienden a desarrollar por inercia proyectos monofuncionales, Ferguson buscó la manera de hacer sostenible un tipo de espacio flexible y mixto, capaz de adaptarse a usos diversos según la demanda. Así arrancó la atrevida experiencia que ha convertido a Tobacco Factory en uno de los espacios más dinámicos de Bristol.
La puesta en uso del edificio fue progresiva. Desde el comienzo, se tuvo claro que el proceso debería estar guiado por la creatividad artística, vinculándose estrechamente con el tejido local; aquél sería el mejor motor de desarrollo para el tipo de espacio vibrante e inclusivo que se buscaba producir. Ferguson comenzó alquilando diferentes salas como lugar de trabajo y permitió que algunos artistas ocupasen espacios residuales para frenar el deterioro. Luego, cedió un gran salón de actos a una compañía de teatro, que aunque no podía pagar el alquiler del espacio, atrajo a una gran cantidad de público que a su vez hizo que dos restaurantes llegasen al edificio. La actividad fue alimentando a la actividad y así siguieron los talleres-vivienda, los espacios de estancia en el antiguo aparcamiento y los conciertos en el patio.
Tobacco Factory es un proyecto sin final que poco a poco rebasa sus propios límites. La actividad del edificio se derrama en su entorno con mercadillos callejeros y fiestas al aire libre. Su alta capacidad de reacción, para transformarse y readaptarse según las circunstancias, se basa en el arraigo con su contexto.