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ОглавлениеLa Carpa
Descripción
Campamento artístico autoconstruido y autogestionado
Localización
Sevilla
Iniciativa
Privada (Varuma Teatro) con convenio municipal e implicación de diversos colectivos
Tipo de espacio
Solar municipal destinado a usos culturales según el urbanismo
Tipo de innovación
Coordinación de actores, apoyo ciudadano y descentralización de la oferta cultural municipal
Web
El proyecto cultural La Carpa dio comienzo en Sevilla en 2010. A través de un convenio de cesión con el Ayuntamiento por un periodo de cuatro años, este espacio artístico se instaló en una parcela de titularidad pública en el barrio periférico de Miraflores, destinada según el planeamiento a usos culturales y sociales. Iniciado por Varuma Teatro y acompañado por Recetas Urbanas, el proyecto llegó a involucrar a ocho colectivos y a 1.500 socios. No sólo por su programación, sino también por su ubicación, La Carpa contribuía a descentralizar la producción cultural de la ciudad, cubriendo un hueco que la institución dejaba al desnudo.
La Carpa recuperó durante cuatro años un suelo urbano en desuso y lo convirtió en un lugar de trabajo y encuentro, de desarrollo de proyectos y experimentación. Lo hizo a través de una estricta autogestión, sin recibir ayudas o subvenciones de la administración.
La construcción de La Carpa dio comienzo al proyecto presentando su filosofía: todo se construyó de forma colectiva, reubicando proyectos traídos de otros lugares, buscando la ayuda desinteresada de otros colectivos e instituciones, con materiales reutilizados y una arquitectura fácil de montar en la que nada era fijo y todo era flexible. Gracias al esfuerzo conjunto, La Carpa puso en pie un gran campamento de más de 2.000 m2 desde el que se impulsaba una programación estable de artes escénicas, además de cursos y talleres de formación técnica y artística, visitas culturales o campañas de teatro para escolares.
En abril de 2014, el convenio entre el Ayuntamiento de Sevilla y Varuma expiró sin que la compañía lograse renovarlo. Se evidenció así la falta de voluntad política para respaldar un proyecto de éxitos sobradamente probados. La Carpa se desmanteló y abandonó el solar donde se ubicaba, pero no por eso se dio por cerrada. Con espíritu circense e itinerante, La Carpa busca ahora un nuevo lugar en la ciudad donde desplegarse mientras sigue organizando actividades en espacios alternativos para seguir viva y sumando apoyos.