Читать книгу CONQUISTE SU BIENESTAR PERSONAL: Antes, durante y después del Covid 19 - ADELA MEIKLER - Страница 12

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2.b. Le presento a los demás caminantes

En alguna ocasión mencioné la aplicación de recursos filosófico-prácticos a nuestro diario vivir. Es la tarea a realizar por los Consultantes, junto a sus Consultores filosóficos. Si piensa así está en lo cierto y le agrego: todo ser humano es filósofo por naturaleza y entonces, filosofa.

Entendemos que las personas filosofan, si así lo desean. Conviene detenemos un momento en esta idea. No es un desvío en el camino sino una clave para transitar los capítulos posteriores, en la búsqueda del bienestar personal duradero.

El filosofar es un verbo, como lo son caminar, pensar, jugar, i.o. En este punto, en relación al filosofar, existe un trasfondo similar entre los seres humanos nacidos en distintas latitudes del planeta; es una característica de nuestra especie.

Así como decimos “zapatero a tus zapatos” señalando es lo tuyo, lo tocante al hombre es la cualidad de filosofar. Por ella nos extrañamos, nos asombramos curioseando todo aquello que compone nuestro derredor, en cualquier época. Lo mismo sucede cuando observamos atentamente dentro de nosotros mismos.

Filosofar es esa cualidad de quien quiere conocer y se plantea los porqué, cómo y cuándo de cada cosa, suceso, por ejemplo, las reflexiones acerca del Covid-19.

Esto puede observarse fácilmente en los niños. Incluso sabemos de una edad, la de los “porqué”, en que requieren una explicación, un motivo de todo y por todo, con una incansable capacidad de asombro.

Lo importante son las respuestas obtenidas a causa de nuestra curiosidad. Vivimos percibiendo, nos respondemos intuitivamente, siempre en búsqueda de una ley que guía nuestro mejor accionar.

Veamos al niño pequeño, al curioso por excelencia. Nos pregunta:

-¿Por qué es más alto papá que yo?

Y se le suele contestar

-Porque es más grande, tiene más años.

Pasado un tiempo, el niño repregunta:

-¿Y por qué si el abuelo tiene más años que papá no es más alto?

Sencillamente diríamos: “algo no le convence”; la explicación fue parcial y la inquietud del pequeño por el tema prosigue. Es ese el punto de continuar su cuestionar, probar, comparar, donde el niño alcanzará otra comprensión de la situación.

Esto implicará la duda, el elegir entre diferentes opciones a veces acertadas, otras no tanto. Finalmente, necesitará experimentar hasta descubrir la ley por la cual se rige la relación altura-edad en el ser humano; estrechamente ligada a factores biológicos. De hecho, son los docentes quienes se convierten en facilitadores y guías del curso de la investigación personal de cada niño.

Cuando un adulto se formula una pregunta, se asombra, se extraña, obtiene también su respuesta en el filosofar.

De hecho, son preguntas difíciles de responder porque la investigación implica, en gran medida, factores sociales que inciden. Tenemos el ejemplo de la implicancia del Covid-19 en nuestra vida diaria.

Le propongo ahora atender a la adaptación de un cuentito interesante. La acción transcurre en las oficinas de una empresa. Alguna vez habrá estado en una de esas oficinas donde varias personas trabajan en compartimentos, divididos entre sí sólo por un débil panel a cada lado. Son boxes.

En la oficina del cuento también existe una ventana y ahora está totalmente abierta.

Ingresa a la oficina un empleado y de inmediato y, a viva voz, estalla:

-Lo que faltaba, trabajar con la ventana abierta. ¡Todos los días tenemos una novedad!

Mientras tanto se acomoda en su box.

Llega entonces un segundo empleado, mira la ventana y detona:

-Miren esto, lleno de tierra por esa maldita ventana abierta ¡ahora tengo que trabajar en medio de la mugre! y se retira a su box.

Como imagina hay un tercero en la historia:

-¡Cualquier día de éstos caigo en cama!, Este gerente tiene cada ocurrencia… mirá que abrir ahora la ventana de par en par…

…y hablando así llega a su compartimiento.

Y claro, podríamos seguir agregando empleados por el estilo, como pasa en las reuniones sociales; según tengamos tiempo para contar el cuento, éste se acorta o se alarga. Entonces hagamos pasar ahora al último empleado, X, el de la moraleja del cuento.

Ingresa a la oficina, saluda y nota la ventana abierta, de par en par.

Está muy cerca de su lugar de trabajo y le incomoda el frío. Se sorprende, se asombra, en realidad no sabe qué pasó, pero necesita solucionar el tema. Se toma su tiempo y luego pregunta:

-¿Les molestaría si cierro la ventana?

La consecuencia es un silencio total hasta que se oye un tímido:

-No, para nada… Entonces va y la cierra.

Es tan sencillo el cuento que parece obvio. No obstante podríamos detenernos para analizarlo desde varias ópticas. Le confieso que prácticamente no conozco al X del cuento aunque, por experiencia, presumo que él escuchó voces internas susurrándole:

“Vinieron primero y no les importó, me están tomando de tonto, me tienen bronca” y….más.

Otras voces suyas ya le vociferaron:

“Ahora van a ver quién tiene razón, voy a poner las cosas en su lugar” y…otro tanto.

En realidad, X estaba muy molesto aunque reflexionó y aceptó la circunstancia, rastreando dentro de sí la mejor acción.

Buscaba su bienestar interior y no se dio lugar a prejuzgar inútilmente acerca del origen y causas de la ventana abierta. Así se centró, sobre todo, en solucionar la dificultad: la molesta ventana.

Del mismo modo eligió una estrategia cortés, cuidando las relaciones interpersonales armoniosas con sus compañeros de oficina; ingrediente importante del bienestar personal.

Con asombro y curiosidad, filosofando, pudo elevar la mirada buscando el sentido de todo aquello en lo que estaba inmerso y se decidió. X optó por la idea correcta, atribuida a San Francisco de Sales:

“Se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre”.

Esa frase sencilla, indiscutible, expresa una verdad sobre las relaciones humanas: se consigue más a través de la dulzura, porque los seres humanos preferimos que se nos trate bien.

Comprobación diaria:

¿Cuántas veces compramos en un negocio simplemente porque nos sentimos cordialmente recibidos? ¿No es acaso la mejor forma de fidelizar clientes?

La de X resultó una actitud equilibrada para consigo mismo y con su grupo de trabajo. Seguramente se podrá superar el inconveniente en la oficina con alguna charla amable, amigable, compartiendo un rico café, en el momento oportuno.

Notamos aquí que X se ocupaba de su mundo interno, de conocerse a sí mismo. X ya no se sentía molesto. Había logrado triunfar sobre algunas voces propias, en este caso, malas consejeras, buscadoras de “justicia” y escuchó dentro de si aquellas apoyando la acción correcta y ajustada.

De este modo es más sencillo comprender la idea de Platón cuando afirma:

“La primera y la mejor de las victorias es la conquista de uno mismo”

Un adelanto: las actitudes equilibradas coadyuvan al bienestar personal propio y de quienes nos rodean. Hemos recorrido algunos ejemplos reconociendo el camino del filosofar; cuando lo investigado hace al entorno biológico, culturalmente determinado.

Así tomamos la relación altura-edad del hombre.

También implica las relaciones humanas (con los compañeros de trabajo) y, finalmente, consigo mismo (X y sus voces internas).

Ahora, en la aplicación sistemática de los recursos filosófico-prácticos, para construir nuestro bienestar personal haría falta la orientación del experto.

Porque la Filosofía, su aplicación, es preciso nos facilite llegar a buen puerto o sea mejorar nuestra calidad de vida.

Le presento ya mismo al práctico que nos guía en la entrada del puerto de la Filosofía, es el Consultor. Es quien nos entrena para aplicar la Filosofía teórica a la práctica, en la vida diaria personal.

Escuchemos a uno de ellos, Pablo, en el libro “Lobo Estepario”, de Herman Hesse, cuando reflexiona sobre el tema, aseverando:

“Yo no puedo darle nada que no exista dentro de usted. Yo no puedo presentarle ninguna otra galería de cuadros que la de su alma. No puedo dar a usted nada: sólo la ocasión, el impulso, la clave”.

Es sólo un cicerone. He ahí el origen de nuestro vocabulario: la persona viene a la consulta y no es un paciente, es el Consultante.

Tanto el Consultante como el Consultor cuentan con su pequeño cosmos personal.

En el trabajo conjunto ambos se intercomunican y así, en la tarea, se produce entre ellos un fructífero encuentro. Entonces, siendo honestos, el sentido de este libro es el de un presentarnos, adelantando la ocasión, el impulso, y algunas de las claves del filosofar.

Desconfiemos entonces de los libros autodefinidos como de efectos mágicos…

Al cierre del capítulo resulta interesante contactarlo nuevamente con los casos 3,4, 9,15 y 27 que Ud. ya conoce. Pasados cuatro meses del entrenamiento individual, con recursos filosófico-prácticos, iniciamos una evaluación del trabajo. Se solicitaba a cada persona:

Describir la aplicación cotidiana de los recursos filosófico-prácticos adquiridos.

Indagábamos sobre los siguientes aspectos:

•Si reconoce cambios personales. Si responde afirmativamente le solicitamos algún ejemplo avalándolo.

•Si cree aplicar, en la vida diaria, los recursos filosófico-prácticos que aprendió. Explicarlo.

•Si desea continuar con los entrenamientos.

He aquí los hechos:

Caso 3. Jacqueline, 48 años:

“Uso los recursos filosóficos que aprendo, no es continuamente, no siempre. A veces me doy cuenta y digo: si me pasara en otro momento hubiera hecho un escándalo. (…) Sí, voy a seguir mi entrenamiento”.

Caso 4. Osvaldo. 43 años:

” Sí, uso las ideas filosóficas diariamente. Me doy cuenta cuando tengo que pensar algo, buscar una solución, resolver algo, ahí me pregunto qué puedo aplicar, qué me diría mi Consultora. Noto que se está convirtiendo en un hábito. Voy a seguir unos meses más”.

Caso 9. Gisella, 26 años:

“Al principio uno conoce la idea filosófica, veo si me suena mejor, más verdadero. Al principio me imponía hacer lo que uno sabe que es mejor, que le dio mejores resultados. Ahora siento que algunas cosas se me hicieron carne, esa forma de actuar y actúo con más naturalidad. (…)Sí, voy a seguir entrenándome”

Caso 15. Marcelo, 27 años:

“Aplico lo aprendido en distintas esferas; en lo amoroso, conmigo mismo, en lo familiar., en lo laboral (…) Aprendí a `quedarme quieto´, me doy tiempo para pensar qué hago, mis pros y mis contras. Si no lo puedo resolver ahora me doy lugar a que con el tiempo aparezca mi respuesta correcta en mi situación (…) Sí, pienso proseguir con los entrenamientos “.

Caso 27. Ada, 40 años:

“Sí, uso lo que me enseñaron. Igual soy peleadora con todo el mundo pero ahora lo pienso más, después digo lo que veo mal y llego a un acuerdo. “Dos que gritan no se escuchan”. (…)Otra cosa que pienso es si lo que voy a hacer es bueno para mí y también me ayuda a elegir. Me gustaría seguir, me cuesta pagar las entrevistas, veo qué hago”.

Si lo desea, puede leer todos los testimonios en cuanto a la aplicación cotidiana de los recursos filosófico-prácticos en el Anexo III.

Es concluyente entonces, la Filosofía bien aplicada a la vida de las personas es curadora.

Puedo adivinarle la expresión, si me lo permite…Por eso planeamos ir del dicho al hecho, de la teoría a la experiencia y de ella a la teoría otra vez.

Unas palabras acerca de la experiencia.

En general podrá encontrarse con el relato y conclusiones de experiencias llevadas a cabo durante largos años de actividad profesional de la autora.

Este libro creció en base a la experiencia personal para que la misma colabore, de algún modo, con el lector, con quien se interesa.

No es la simple auto referencia de la autora. Es compartir los resultados de años de investigación y su trabajo profesional.

Se trata de mostrar formas de resolver los dilemas planteados, modos de hacer para modificar, enriquecer, evaluar, los resultados de la acción; probados durante años.

Finalmente asumamos que el mundo está convulsionado, enrarecido y precisa grandes cambios; así lo hemos presentado.

En nuestras manos existe la posibilidad de transformar nuestra propia vida.

Miles de personas abocadas a conseguir vivir mejor, al bienestar junto a sus semejantes y colaborando con ellos, conformaríamos un mundo mejor para todos.

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