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Capítulo I INTRODUCCIÓN. ANTECEDENTES. IMPLICANCIAS EN DIVERSAS ÁREAS

“Vivimos en un universo extraño y maravilloso. Se necesita una extraordinaria imaginación para apreciar su edad, tamaño, violencia, e incluso su belleza. Podría parecer que el lugar que ocupamos los humanos en este vasto cosmos es insignificante; quizá por ello tratamos de encontrarle un sentido de ver cómo encajamos en él”

Stephen Hawking

1. Bases para la comprensión de la Resolución de Disputas en Línea (RDL) (por Alberto I. Elisavetsky)

Las herramientas y conceptos aplicados a la resolución de conflictos a través de nuevas tecnologías se denominan en inglés Online Dispute Resolution (ODR), y Resolución de Disputas en Línea (RDL) o Resolución Electrónica de Disputas (RED) en español.

El primer rasgo definitorio de los métodos RDL es su apoyo sustancial en la tecnología en línea, en comparación con los métodos “clásicos” de mediación, negociación y arbitraje “cara a cara”, presenciales.

El segundo rasgo definitorio deriva del primero, y es que gracias al uso de las nuevas tecnologías, los métodos RDL permiten la negociación, mediación y facilitación a distancia, dentro de los métodos llamados no adversariales de resolución de disputas. Dentro de los adversariales, el arbitraje y la resolución de neutrales online está haciendo su irrupción en el mundo de los conflictos de consumo y empresariales.

Capítulo independiente y en estudio permanente es la conciliación laboral con las características distintivas, sustentadas en los principios generales de esta rama del Derecho y los fundamentos que rigen los RAC (Resolución Apropiada de Conflictos) conforme la Organización Internacional del Trabajo. Se recuerda que en nuestra región muchos contratos laborales se celebran en un país para ejecutarse en otro. Lograr un protocolo entre ambos países para resolver conflictos online respetando las líneas directrices, jurídicamente hablando, es un reto a considerar.

2. Tecnología en línea (por Alberto I. Elisavetsky)

Se refiere tanto al uso de dispositivos tecnológicos concretos como a la necesaria comprensión del lenguaje virtual. Para utilizar una computadora, por ejemplo, uno debe familiarizarse con sus componentes materiales, como el mouse, el teclado, el botón de encendido, el monitor, etcétera, así como con sus unidades y entornos de funcionamiento: abrir, copiar, pegar, doble clic, el escritorio, los programas, los navegadores, etcétera. Por otro lado, el lenguaje virtual, aunque está vinculado con los aspectos específicos y las unidades y entornos de funcionamiento, señalan hacia el plano simbólico del lenguaje y al procesamiento de la información. El término “autopista de la información”, popularizado en Estados Unidos por Al Gore durante la década de 1990, hacía referencia a esta red de sistemas de comunicaciones digitales y telecomunicaciones asociadas y orientadas al transporte global de información y conocimiento.

La barrera principal que se levanta con respecto a la utilización de las RDL/ODR está vinculada a la intangibilidad del espacio donde se gestionan y transforman los conflictos, que al ser virtual muchos usuarios y profesionales encuentran dificultoso concebir que el acuerdo se pueda alcanzar en un “no lugar” llamado nube. Cloud computing es una concepción tecnológica y un modelo de negocio en el que se prestan servicios de almacenamiento, acceso y uso de recursos informáticos esencialmente radicados en la red.

La nube es un “no lugar”, como lo denomina Marc Augé, quien acuñó el concepto para referirse a los lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como “lugares”. Son lugares antropológicos los históricos o los vitales, así como aquellos otros espacios en los que nos relacionamos. Un “no lugar” es una autopista, una habitación de hotel, un aeropuerto o un supermercado. Carece de la configuración de los espacios y se lo considera circunstancial, casi exclusivamente definido por el pasar de individuos. No personaliza ni aporta a la identidad porque no es fácil interiorizar sus aspectos o componentes y en ellos la relación o comunicación es más artificial: nos identifica el ticket de paso, un DNI, la tarjeta de crédito, el mail o el usuario. Pues bien, la resolución de conflictos por medio de las nuevas tecnologías se desarrolla en la nube, en un “no lugar”, y por ello dificulta la abstracción de los operadores de conflictos que no se han entrenado para ser usuarios digitales avanzados.

La posibilidad de mediar a distancia es una ventaja indiscutible en el alcance de la profesión del mediador. La existencia de este servicio, además, incentiva a las entidades gubernamentales y legislativas a actualizar sus normativas para crear soluciones unificadas regionalmente adecuadas a las necesidades del escenario global actual, como pueden ser los conflictos derivados del comercio electrónico internacional o en las contrataciones de profesionales residentes en otro punto del planeta, por solo mencionar unos ejemplos.

¿Cómo salvar las distancias espaciales y culturales? ¿Cómo llegar a un acuerdo cuando las partes en conflicto hablan distintos idiomas? Estas son solo algunas de las cuestiones que aborda el campo disciplinar de la Resolución de Disputas en Línea.

Desde 1996, el “Centro Nacional de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Resolución de Disputas” de la Universidad de Massachusetts Amherst, focalizó sus investigaciones en explorar distintos caminos que permitan articular la Resolución de Conflictos y el uso de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación para gestionar problemas transfronterizos derivados del comercio electrónico como actividad fundante. El grupo de expertos a cargo de las mismas percibió que Internet generaría la apertura de un espacio comunicacional apropiado para resolver conflictos.

La información referida al mencionado Centro puede encontrarse en la web www.odr.info, que recibe la información más actualizada del mundo en lo referente a las ODR/RDL, como así también la nómina de los fellows que lo componen, liderados por el Profesor Ethan Katsh, y que tengo el alto honor de integrar desde el año 2009.

Desde el año 2006, investigo las características, posibilidades y limitaciones de los llamados “métodos de resolución de conflictos en línea” (RDL). El origen del análisis sobre la factibilidad de aplicación en la sociedad contemporánea de estos mecanismos se originó en el grupo que refiero en Estados Unidos. Las investigaciones fueron dirigidas por el profesor Ethan Katsh, creador del Centro Nacional de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Resolución de Disputas de la Universidad de Massachusetts Amherst. En septiembre del 2009, fui invitado durante el desarrollo del 9° Foro Mundial de ODR que se realizó en la Universidad de Haifa, Israel, a formar parte de ese avanzado y prestigioso grupo de estudio. A raíz de esa experiencia, fui designado para organizar el 10° Foro Mundial de ODR en Buenos Aires los días 2 y 3 de junio de 2010. Soy miembro (fellow) de este Centro (http://odr.info/fellows/) y tuve el honor de ser el anfitrión del único Foro Mundial de Online Dispute Resolution/Resolución de Disputas en Línea, que se llevó a cabo en Latinoamérica a la fecha, en Buenos Aires, Argentina, en el mencionado año 2010, desarrollado en español, primera y única oportunidad que no tuvo como idioma oficial el inglés en sus diecinueve ediciones.

En los inicios del segundo milenio (1), la posibilidad de conectarse a la red de redes estaba limitada a una escasa cantidad de usuarios que no superaba el 5% de la población mundial, a su vez la utilización de teléfono celular y tablet era mínima. La sociedad estaba aferrada a rudimentarios y complejos equipos de escritorio. Transcurridas dos décadas, y el cambio de siglo en el ínterin, el trabajo inicial realizado por estos pioneros es la base para ODR/RDL en el seguimiento y actualización del tema en cuestión.

Pocas cosas han cambiado tanto la vida de las personas durante los últimos 44 años como los celulares y, más en concreto, los smartphones o teléfonos inteligentes. En breve, la utilización del 5G reducirá el tiempo de latencia, es decir, el intervalo entre envío y recepción de paquetes de datos, que además de mejorar la experiencia del usuario, permitirá el desarrollo de nuevos servicios, entre ellos, la Resolución Electrónica de Disputas con mejor calidad.

El acceso a Internet en Argentina y América Latina (2)

En Argentina, el 61% de los hogares cuentan con acceso a Internet fijo y la velocidad promedio pasó de 6,34 Mbps en 2016 a 16 Mbps en la actualidad, con la promesa de llegar a los 20 Mbps para fin de año. Así lo aseguró Silvana Giudice, presidenta de Enacom, durante la apertura del Internet Day, el evento que organiza la Cámara Argentina de Internet (CABASE) para reflexionar sobre los avances y desafíos que existen en materia de conectividad y el acceso a la información digital.

“En estos años se iluminaron cerca de 33 mil kilómetros de fibra óptica, lo cual permitió bajar el precio mayorista de Internet, y esto les genera a los operadores mejores oportunidades para competir”, reflexionó Giudice. En este sentido, cabe recordar que el precio pasó, en octubre, de U$D 14 a U$D 10 el mega. Asimismo, se dijo que, de 2015 a fines de 2019, se aspira a alcanzar 2 millones de hogares nuevos conectados a banda ancha.

También expresó que se pasó de 5 millones de usuarios de conectividad móvil 4G en diciembre de 2015 a 29 millones en diciembre de 2018.

Argentina se encuentra en el segundo puesto en materia de desarrollo de Tecnología de Comunicación e Información en América Latina. El primer lugar es para Uruguay; en tanto que Chile, Costa Rica y Brasil están por detrás.

Si se tiene en cuenta todo el continente, entonces el ranking lo lidera Estados Unidos, seguido por Canadá y Barbados. El dato surge del último índice publicado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés) donde se consideran 11 indicadores que miden acceso y calidad en materia de conectividad fija y móvil.

La mediación a la luz de las nuevas tecnologías

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