Читать книгу Sueña conmigo - Almma Balcázar - Страница 7
Una historia familiar Para entender es necesario volver atrás. La historia de una vida muestra los mejores momentos y los peores errores. Para avanzar y mejorar, hay que mirar los detalles, sanarlos y resignificarlos. En los orígenes se encuentra el punto de partida, mucho antes del propio nacimiento, en el principio del lazo de amor que dio la semilla del genealógico árbol, aquel que graba en genes la madera de la vida. Un tallado deficiente puede dejar en peligro la próxima floración e impregnar de un otoño permanente la estación que siempre debió ser primavera.
ОглавлениеA partir de aquí, se narra la historia. Los Gulbrand eran una familia de renombre a finales del siglo XII. Sus arcas rebosaban una ostentosa fortuna, gracias a los buenos negocios del único heredero del apellido. Su nombre era Adámas, un gran negociante y explotador de diamantes, quien con el cumplimiento de un visionario sueño vio engrandecida su riqueza y estatus; tras ser favorecido con la conveniente opulencia de los lujos, dejó a la sucesión asegurada de comodidades. Este magnífico señor poseía un rostro inexpresivo, siempre se preocupaba por exhibir un grado extremo de pulcritud, a tal nivel, que su círculo cercano afirmaba que el perfeccionismo fue creado gracias a él; esta cualidad le sirvió para alcanzar los más altos estándares en todo acto realizado. Desde su nacimiento, su futuro matrimonial estaba arreglado y lo aceptó sin problemas, pues siempre pensó que aquella mujer había sido creada para él. De la unión nació una niña, quien heredó el patronímico nombre de Nisa Dottirgulbrand, además del gran negocio que continuó acrecentando la fortuna.
La familia poseía tres grandes terrenos distribuidos en el centro, norte y sur de aquel país nórdico, con más de veinte hectáreas cada uno. En ellos se alzaban enormes edificaciones antiguas, llamadas casonas de forma modesta, fortalezas castillosas construidas para la comodidad de un gran apellido.
Cada una de las casonas presentaba diferentes fachadas y estructuras externas, pero en su interior los espacios se repetían, excentricidad de un enamorado esposo con la única finalidad de que su amada se sintiese siempre en casa. Por este motivo, ordenó construir los castillos bajo estrictas características arquitectónicas, un gran regalo al que aquella mujer respondía con un cariño incondicional, al acompañarlo a lo largo del país o a cualquier parte del mundo. Durante estos viajes, alababa y se comportaba como la perfecta dama de compañía de un hombre de negocios bastante ocupado, ya que debía sortear variadas actividades en política, sumando a esto su influencia en el crecimiento y enriquecimiento de la región, además de su apoyo a la conectividad, tras entregar los recursos necesarios para la construcción del camino vial. En ese camino relincharía el tren al cruzar todo el territorio, para conectar y mantener un puerto en las cercanías de cada casona y encontrarse siempre con el abrazo maternal de la familia.
La primera en construirse fue ubicada en el centro del país, hoy es uno de los pocos lugares antiguos que conserva la ciudad. Está conformada por enormes pilares con robles y fresnos, frondosos arces rojos y otras variedades de robustos verdes, rodeada de una enorme muralla de piedra que delimita los metrajes resguardados de la historia. Ese espacio almacena el último recoveco no urbanizado y ha visto cómo la ruidosa ciudad crece a su alrededor sin dejarse intervenir por ella.
La segunda casona, ubicada al norte, posee la misma tipología de castillo medieval y está delimitada por barrotes de hierro forjado y una variedad de pinos, álamos, enormes robles y amarillos abedules, que susurran por las tardes al adormilado sol. En la cercanía, luego de pasar por la enorme puerta trasera, se encuentra un brazo de río con un rústico puente; al cruzarlo, se llega al panteón familiar. Si se continúa río arriba, es posible contemplar una cascada naciente de la montaña verde, que en su cima descubre una enorme explanada, interrumpida por un imponente bosque circular perfectamente delimitado; este ruedo verde es llamado Botón de Patrick.
Por último, la tercera casona y última en terminar su construcción, está ubicada al sur y su portal despide al sol, como también las otras dos obras de ingeniería. La diferencia de este lugar es su clima cálido, al contrario del resto de la región. Emplazado en el centro, se alza un laberinto de puzzlegrass, acompañado por una vertiente que adorna el final del verde pasadizo. La historia familiar cuenta que los hombres pueden ver a las náyades bañarse en sus aguas, un hermoso espectáculo mientras no se acerquen a ellas. Esto se encuentra resguardado por un murallón de piedra cubierto de verde moho.
Estos maravillosos lugares fueron desde el siglo XIII la escuela formadora de la encapsulada modalidad educativa familiar, luego se acoplaron a una educación externa que cambió y derribó la antigua normalidad que se mantenía hasta ese entonces. Así se enseñó a cada heredera a manejar el gran poder que llevaba en su sangre.