Читать книгу Oposita con éxito - Andrea Bertolini - Страница 11

Оглавление

Mójate el culo

Imagina que estás en un recinto, supongamos que es un auditorio, grande, enormemente grande. Las butacas son cómodas, confortables, y todas llevan nombre y apellido. Hasta la tuya. Te vuelves y ves escrito en el respaldo tu nombre y tus apellidos.

Estás rodeado de miles de personas, todas quieren algo, ansían conseguir eso mismo que tú. Y entonces el ponente dice:

¿A cuántos de vosotros os gustaría crecer y mejorar como persona?

¿A cuántos de vosotros os gustaría que ese crecimiento repercuta en vuestro día a día, familia o estudio?

Sé perfectamente lo que cuesta buscar un hueco para la formación. Sé perfectamente lo que aplazáis por estar aquí, escuchándome y lo difícil que es organizar todo vuestro día para sacar unos minutos y dedicárselos a vuestro crecimiento, por lo tanto, comprendo vuestro esfuerzo y agradezco que me dediquéis vuestro tiempo.

Quiero contaros que yo no soy mejor que nadie ni puedo conseguir más objetivos que los demás, tan solo estoy entrenada para ello. Durante años me he dedicado a ello, a entrenar cada día. Eso ha hecho que cada vez sea más fácil llevarlo a la práctica y así conseguir mis objetivos de una forma más cómoda, segura y fiable.

Enfrentarse a un examen genera estrés, tensión, inquietud; una serie de emociones que repercuten negativamente en el resultado final. En lo sucesivo, aprenderéis a gestionar esas emociones para que jueguen a vuestro favor. Además, obtendréis herramientas de crecimiento personal que os harán estar más felices con vosotros y con vuestro entorno, por lo que llegaréis al examen con la actitud perfecta para que lo devoréis. Es más, podréis visualizar vuestro futuro y crear la vida que siempre habéis deseado, pero nunca os atrevisteis…

Hasta ahora.

Porque sabéis que os lo merecéis.

Y ahora te digo yo: ¿crees que te mereces esa plaza?

Piensa muy bien la respuesta, porque de ella dependerá que la obtengas o no.

¿Te parece interesante lo que vamos a aprender?

Y te preguntarás por qué yo y no otra persona. Pues bien, la respuesta es fácil. Mi nombre es Andrea Bertolino y con diez años me metieron en un avión y me trajeron a España donde crecí aislada de familia y amigos de la infancia. En algunas épocas con bastante dificultad para salir adelante, y eso creó en mí una actitud que no quería. Estaba enfada, triste, dolida y las cosas no marchaban como quería. Pasaron los años y todo seguía exactamente igual. De hecho, me llevé varios motes nada atractivos. Motes que por cierto me creí a pies juntillas hasta que a los veinticinco años dije: «Hasta aquí».

Y comencé un camino de crecimiento personal y de perdón. Perdón hacia los demás, pero en esencia perdón hacia mí. Me desprendí de todas las etiquetas y motes que no eran míos porque, en esencia, yo no soy así. Tal vez me comporté así en una determinada época o en ciertas circunstancias, pero esa no soy yo.

Ello me liberó tanto que jamás creí que podía sentirme así. Tranquila. En paz. Realizada, con un propósito fijo: ayudar a los demás. Ayudar a que vosotros también os sintáis así.

Empecé creando mi propia vida con la determinación y realización de objetivos. Aprobé cinco oposiciones de enfermería, tres de ellas con plaza, viajé a numerosos países, seguí formándome y creé mi negocio de joyería creativa y posteriormente mi empresa de coaching, crecimiento personal y motivación.

Toda mi experiencia la pongo a tu disposición para que te sientas poderoso, superes tus límites y llegues con todas las garantías de éxito a tu examen y tengas la firme convicción de que una plaza es tuya de antemano.

Te voy a contar una historia para que veas que todo pasa por algo. Hace unos años descubrí que había venido a este mundo a llevar a cabo un propósito. Cayó en mis manos un libro que mi madre tenía hacía siglos en su biblioteca y yo ni siquiera me había percatado. Mi norma desde un tiempo a esta parte es empezar el año en un país diferente. Por diferentes circunstancias, ese año, ese día que decidí estar en casa en Navidades mis ojos lo vieron, lo cogí y lo llevé a casa. Al día siguiente empecé su lectura y supe al instante que ese era mi libro y mi momento. Ese libro era Tus zonas mágicas, de Wayne Dyer.

De él saque muchos conceptos clave, pero dos de ellos fundamentales para la vida. Así que te los voy a explicar. Uno de ellos lo he titulado «mójate el culo».

Sí, sí…. Has leído bien, mójate el culo.

Ya es hora de dejar la pereza, creencias y ese lastre que te impide avanzar y pasar a la acción. De qué te sirve andar en el pasado, regodearte en algo que pasó, o de unas circunstancias adversas, y darle vueltas y vueltas durante años, aun a sabiendas de que el pasado no podrás cambiarlo y eso seguirá ahí. ¿Qué beneficios te reporta?

Toma las riendas de tu vida de una vez. Deja de lado el victimismo y el compadecerte, abandona el pensamiento negativo, y, sobre todo, abandónalo porque jamás podrás cambiar lo que ya ha ocurrido. Podrás aceptar, perdonar, resignarte…; lo que sea que tu corazón te dicte, pero jamás podrás borrar algo ya pasado. Afronta tu día, supera tus límites y pasa a la acción. Empodérate y mira por ti. Aquí creo necesario reforzar el concepto de que actuar en beneficio propio influirá en pro de la mejora, también, del entorno que te rodea. Mejora tu vida, es más, crea tu vida, la que desees. Diséñala a tu gusto y llévala a cabo cada día del resto de ella.

Tendrás miedo, lo sé. Pasaras días malos y épocas canutas, pero será tu crecer, será tu punto de inflexión en el que digas: «Esto es lo que quiero, y lo conseguiré».

Cuando empieces a creer en ti, a verte capaz de todo y a sentir ese empoderamiento proactivo recorriendo tu espalda, estarás despertando. Y te harás fuerte, seguro y noble y dispuesto a ir a por todo lo que quieres en la vida.

Parte de mi pequeña historia me hace volver veinte años atrás. Por aquella época tuve una pareja muy deportista y empecé a correr. Duré unos cinco o seis días. Y pensé: «Esto no es para mí. Soy muy delgada, mis músculos no pueden con esto». Y cada vez que conseguía un logro pequeño en la carrera, mis creencias volvían y daba por perdido todo y tiraba la toalla.

Pues bien, hace quince años, tuve otro novio. Y qué era él. Muy deportista también. Y qué hice yo. Empezar a correr. Y cuál fue nuevamente mi respuesta. «Yo no valgo. Yo no puedo. Yo no…». Ahí quedó todo mi afán de superación en el running.

Hasta que… ¡ta chan!... un 1 enero dije que iba a hacer un reto que consistía en correr cuarenta días seguidos. Y me puse a ello. Y lo llevé a cabo. Es más, hasta hoy sigo corriendo todos los días. Y ¿sabéis qué? Sigo vivaaaaa… Así que es el momento de echarle cojones, levantarte y moverte hacia lo que buscas, porque a casa, esa plaza de oposición que ansías no te la va a llevar un mensajero. Al igual que «eso» que deseas con todo tu corazón desde hace años no te va a llegar por correo exprés.

Así que mójate el culo y actúa.

Oposita con éxito

Подняться наверх