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Оглавление6 Tratando de Hacer el Bien
En Nueva York, Tess estaba descansando en el balcón de su apartamento por la noche, disfrutando de la vista de los rascacielos iluminados y de la cinta de luz de miles de coches que se abrÃan paso por las calles de la ciudad.
Jake le trajo una copa de brandy y se sentó a su lado. Tess tomó un sorbo. "Eso fue raro. Es difÃcil de creer que un hombre consumado como Belcour esté involucrado en tal sordidez".
- "Ãl no lo ve como una sordidez", observó Jake. "Ãl sólo considera lo que está haciendo una forma más alta de entretenimiento para la gente que puede permitÃrselo. Obviamente, todos tienen mucho dinero, y eventualmente, se aburren, asà que empiezan a buscar formas alternativas de generar emoción".
- "Tenemos dinero y todavÃa nos las arreglamos para hacer algo útil."
- "Aún no estamos aburridos."
Tess golpeó ligeramente a Jake en el hombro. "¿Qué quieres decir? ¿Estás sugiriendo que eventualmente te aburrirás?"
Jake sonrió. "Tess, vivir contigo nunca va a ser aburrido. Eres demasiado hermosa y siempre tramando algo".
Tess volvió a golpear su hombro, esta vez con una sonrisa. "Por cierto, ¿qué hacemos con Suchin a largo plazo? No podemos dejar que vuelva a un burdel".
- "No estoy seguro de adónde podemos ir desde aquÃ." Jake se rascó la cabeza. "Suchin es sólo una de las miles de niñas en la misma situación. No hay duda de que estamos ante una esclavitud sistemática. El problema es que la prostitución forzada está tan generalizada y casi institucionalizada que serÃa necesario un esfuerzo multinacional para abordar el problema. Tal como están las cosas, los gobiernos asiáticos sólo hablan de boquilla sobre el control de la trata. Sobre todo, ignoran lo que está pasando, porque, de una manera perversa, la esclavitud sexual contribuye extraoficialmente a su Producto Nacional Bruto. No son sólo los proxenetas los que se benefician, sino también la policÃa y las autoridades. Estoy seguro de que los policÃas reciben sobornos para que miren hacia otro lado. El hecho de que los proxenetas les paguen sólo se considera una forma de complementar su salario. Además de eso, hay una importante industria turÃstica del sexo. Gente de todo el mundo viene a Asia para aprovechar los servicios sexuales baratos y desenfrenados".
Tess estaba horrorizada. Su educación privilegiada no la preparó para la realidad de las condiciones que habÃa presenciado. TÃpico de su comportamiento orientado a la acción, propuso hacer algo al respecto.
- "Creo que tengo una solución." proclamó triunfante Tess. "Exploremos la posibilidad de establecer una organización de rescate dirigida por mujeres que han sido rescatadas de una vida de prostitución. No sé si podemos conseguir la cooperación del gobierno, pero tenemos que intentarlo".
Jake agitó la cabeza. "Tess, tiendes a querer resolver todos los problemas que ves. Esto es demasiado grande para nosotros, especialmente porque no creo que podamos conseguir la aprobación oficial para crear una organización asÃ".
- "Eso es lo que dicen todos", respondió Tess. "Todo el mundo parece aceptar las cosas malas porque es demasiado molesto hacer algo al respecto. Siempre hay obstáculos; todo lo que tenemos que hacer es trabajar alrededor de ellos".
- "Tess, tienes que entender que estamos tratando con un problema mundial. Estas cosas suceden en todas partes en Asia, Europa, América del Sur e incluso en los EE.UU. Simplemente no podemos hacer mella en ello debido a la magnitud del problema. Incluso los gobiernos se sienten frustrados por su incapacidad para prevenir el comercio sexual forzado y la trata de personas en general".
- "Pensé que la esclavitud era cosa del pasado."
- "Eso no es cierto. La esclavitud hoy en dÃa es mucho más extensa y omnipresente que en el pasado. Existe en todo el mundo en todas las permutaciones imaginables, desde las terribles condiciones que hemos visto en Camboya hasta la esclavitud sexual, la pornografÃa, la prostitución de alto nivel y el comercio sexual voluntario".
Tess agitó la cabeza de lado a lado, frustrada. "Jake, dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo y esfuerzos a enseñar a los ejércitos a usar armas y aviones que en total cuestan miles de millones de dólares. Quizás deberÃamos centrarnos en algo que sea más positivo. Tenemos algunos recursos y mucha gente talentosa. Quizá deberÃamos pensar en una nueva misión".
Jake movió el rabillo interior del ojo, claramente escéptico. "Son sentimientos admirables, Tess. Pero estoy seguro de que sabes que cuando enseñamos a la gente a usar armas, ganamos dinero. ¿Cómo vamos a financiar las misiones humanitarias que propones? Odio parecer cÃnico, pero al final, siempre necesitas dinero para hacer que las cosas sucedan. Estamos lidiando con situaciones que ni siquiera los gobiernos pueden manejar muy bien".
- "Los gobiernos tienen sus propias prioridades y, al parecer, tratar con la miseria de las personas sin privilegios no es una de ellas. Siempre debes elegir lo que es más importante. Ellos hacen los movimientos, hacen algo, pero siempre es insuficiente para resolver los problemas. Creo que deberÃamos crear un plan que involucre a los gobiernos y a las organizaciones de servicios sociales en un enfoque cohesivo e integral para remediar la esclavitud sexual".
- "Genial, pero mi punto sigue en pie. ¿Cómo vamos a financiar una empresa as� Tú mismo has dicho que los gobiernos no tienen un sentido de urgencia suficiente para abordar estas cuestiones".
"Jake, creo que podemos hacer una diferencia si discutimos el concepto con la ONU y otras agencias."
- "La ONU ya tiene las manos ocupadas. En cualquier caso, están severamente limitados por el hecho de que su financiación proviene de los paÃses miembros que pueden o no estar interesados en abordar los problemas".
- "Tienen divisiones como UNICEF que parecen hacer un trabajo razonablemente bueno."
- "Tal vez, pero aquà estamos tratando con un problema mucho más complicado. No hay manera de que podamos hacer frente a algo de esta magnitud sin una financiación significativa. Un gobierno prefiere gastar miles de millones en carreteras, presas y armas en lugar de proteger a las personas marginadas. Siempre ha sido asÃ, pero ahora es aún peor".
- "Tienes razón, Jake, pero alguien tiene que abordar este tema y ser un coordinador central de actividades para al menos remediar algunos de estos problemas. Yo, tú, y nuestro equipo podemos convertirnos en el núcleo de un esfuerzo para hacer frente al flagelo de la esclavitud. No serÃamos sólo personas que hacen el bien, sino una organización que tiene capacidades sofisticadas y experiencia militar para ser utilizada cuando sea necesario. No existe tal organización en el mundo hoy en dÃa, pero no significa que no podamos hacer que suceda".
Jake puso sus manos detrás de la cabeza y se estiró. Su mente brillante ya estaba trabajando horas extras, analizando los diversos escenarios y estrategias que podrÃan hacer que tal enfoque funcionara.
- "¿Crees que podrÃamos involucrar a tu padre en esto? Como general retirado y ahora director ejecutivo, debe tener contactos que puedan ayudar".
- "Me temo que mi padre está más interesado en vender armas caras a cualquiera que pueda pagar, pero tiene corazón. Puede que esté dispuesto a ayudar no sólo a solicitar fondos, sino a obtener apoyo del gobierno".
- "Vale, Tess, pero no podemos pedirle a nuestro equipo que cambie radicalmente el enfoque del negocio sin su consentimiento. Creo que deberÃamos tener una reunión con ellos y explicarles el concepto. Para tener la oportunidad de tener éxito, ellos necesitan aceptar el plan. Por cierto, me reservo el derecho de permanecer escéptico. Esto suena como una empresa que a Don Quijote le encantarÃa. TenÃa su corazón en el lugar correcto, pero al final terminó luchando contra molinos de viento".
- "Siempre amé tu optimismo Jake", sonrió Tess, sarcásticamente. "Pero al menos, sé que darás todo lo que tienes." Ella se levantó, se sentó en su regazo y le dio un largo y persistente beso.
Jake adoraba a Tess. Saboreó sus labios y enterró su nariz en su pecho, oliendo su maravilloso aroma.
- "Seguro que sabes cómo persuadir a un tipo."
- "Cállate y quÃtate la ropa".
Cuando Tess hablaba asÃ, Jake siempre hacÃa lo que le decÃan.