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3. Antes de comenzar: ¡Precaución! Leer bien antes de continuar


—Me gusta mucho cómo está quedando el libro —le dice Ángel María a Francisco, en su siguiente quedada —:Creo que la introducción puede ayudar al lector a contextualizar y familiarizarse con los términos.

—¡Genial! Yo creo que es necesario, porque para nosotros es algo con lo que ya estamos muy relacionados, pero para la gente que descubra todo esto del Propósito Transformador por primera vez, puede resultar algo ambiguo.

—¿Incluso con el riesgo de ser pesados?

—¡Me gusta el riesgo! —dice Francisco con una sonrisa.

—Pues entonces, ¡voy a serlo más! —exclama Ángel

María —:Porque no quiero que alguien compre el libro pensando que va a encontrar una cosa y luego lea otra. Quiero que la gente sepa que no vamos a darle una fórmula o unas palabras mágicas que, diciéndolas en voz alta mientras remueven un caldero con agua, ancas de rana y ojos de dragón, ¡chas! van a conseguir un hechizo milagroso.

—No creo que sea fácil conseguir ojos de dragón… —bromea Francisco —:Ni tampoco que alguien escriba un libro prometiendo hechizos milagrosos para esto.

—Bueno, igual con fórmulas que tengan ojos de dragón como ingrediente no, pero he leído muchos libros y, créeme, a algunos les faltaba incluir una palabra como “dibidibadibidú”, para parecer un cuento de hechizos.

—¿Y qué sugieres?

—Ser un poco más pesado —comenta Ángel María —:Insistir en que la metodología que he creado funciona, porque la he llevado a cabo conmigo y con otras muchas personas y organizaciones, pero no es la panacea universal. Y es completamente necesaria la implicación y el compromiso al 100% de quien la lleve a cabo. Mira, te voy a contar un caso real, con el que creo que puedo explicar perfectamente el cometido de este libro. Puede que conozcas a alguien que haya experimentado esta situación.

—Cuenta, me encantan las historias. ¿Tiene título? —pregunta Francisco con curiosidad.

—Deja de fumar en una sesión. Este es un caso real con el que creo que puedo explicar perfectamente el cometido de este libro. Tengo un amigo, Pedro, que fumaba entre 2 y 3 paquetes de tabaco diarios. A lo largo de los años había probado algún método para dejar de fumar, pero ninguno le había resultado efectivo.

Un día, navegando por Internet, se encontró un cupón descuento de un nuevo método para dejar de fumar en una sola sesión a través de la hipnosis. El hecho de que sus anteriores intentos de dejar el tabaco no le hubieran funcionado, no impidió que probara este nuevo método porque en ese momento sentía el interés por dejarlo. Así que se apuntó a dicha sesión y cuando llegó a la puerta del edificio, tras dar una calada al cigarrillo que llevaba en la mano, lo tiró al suelo, lo pisó con el pie y le dijo a su mujer que aquel era el último cigarro que iba a fumar en toda su vida. Su mujer no le creyó, ni tampoco lo hicimos sus amigos, a quienes ya había dicho en otras ocasiones que iba a dejar de fumar. Sin embargo, cumplió su palabra y después de probar aquel método, Pedro no ha vuelto a encenderse un cigarro.

Al comprobar el excelente resultado, decidí contárselo a otro amigo mío, Sergio, que solía fumar entre 5 y 6 cigarros al día. Si a un fumador que tenía el hábito de fumar hasta 3 paquetes diarios le había funcionado, seguro que funcionaba con cualquier persona. Así que, mi amigo Sergio decidió probar el mismo método que Pedro. A día de hoy, Pedro sigue sin probar un cigarro, pero Sergio continúa fumándose sus 5 o 6 cigarros al día.

—¿No funcionó ese método? —pregunta Francisco.

—No podemos decir que sea el método, porque aunque Sergio siga con su hábito, a pesar de haber utilizado esa misma terapia, Pedro no ha vuelto a fumar, luego a él sí le funcionó. La diferencia está en la voluntad, en ese compromiso real con el método que surge del interior de la persona. Pedro quería dejar de fumar, Sergio estaba interesado en que algo le hubiera quitado el hábito de fumar.

—Justo, esa es la gran diferencia. Creo que esta historia debería aparecer en el libro. Porque me parece que es un claro ejemplo para que el lector entienda lo que va a encontrar en

él —añade Francisco —: Tú garantizas que quien lo lea va a ser capaz de encontrar su MTP, lo que les va a ayudar a orientar su vida, su futuro, les va a permitir crecer, desarrollarse y ser feliz. Pero no todo depende del «método», también de la voluntad.

—Eso, eso. No sirve únicamente con tener interés. Mi amigo Sergio también lo tenía, por eso decidió acudir al mismo sitio para probar el mismo método que le ayudara a dejar de fumar. Pero él no tuvo la misma voluntad, el mismo propósito que tuvo Pedro.

Ambos estuvieron de acuerdo en que el ejemplo de Pedro y Sergio tenía que aparecer en el libro, para demostrar que eres tú quien recibe la recompensa y cómo quieres aprovecharla. Esa recompensa, en el caso de Pedro, fue sentirse mejor físicamente, tanto que decidió empezar a correr y entrenar para presentarse a un maratón, algo que además, le ha hecho sentirse mucho mejor no solamente a nivel físico, sino también emocional.

Así que, si quieres seguir adelante, confío en que Ángel María y Francisco cuentan con tu compromiso y voluntad. Si no es así, mejor déjalo para otro momento.

—Bueno, pues voy a seguir con la escritura, que me siento muy inspirado —dice Ángel María cuando se despiden.

—¿Con qué estás ahora? ¿Ya has empezado a escribir la metodología?

—Todavía no, porque antes quiero compartir mi propia historia. Creo que eso puede hacer que el lector se sienta más identificado. Seguro que alguno ha vivido una situación muy similar —comenta Ángel María.

—¡Buena idea! La verdad es que saber que otras personas han sentido o experimentado algo similar a lo que te pasa a ti, te hace conectar de una forma especial. Y si esa persona con la que conectas es el autor del libro que estás leyendo, ¡todo fluye!

En cuanto terminan la conversación y con las musas tirándole de las manos a Ángel María, este se pone frente al ordenador para seguir escribiendo desde el corazón. Y lo primero que quiso reflejar es quién consideraba el destinatario de este libro.

Os dejo con la lectura.

Para quién es este libro

«Tu tiempo es limitado, no lo malgastes viviendo la vida de otro».Steve Jobs

Te seré sincero, este libro en primer lugar es para mí. Desde pequeño he tenido miedos e inseguridades, y me ha costado mucho descubrir quién soy y mi propósito en la vida. He dedicado miles de horas, de cursos, talleres, lecturas de libros, coaching… a dicho proceso y ahora me veo en la posición de poder poner por escrito todo lo aprendido, para poder recordarlo.

Nota: creo en el poder de las palabras, que se encuentra oculto en su etimología. A lo largo de este libro te iré compartiendo el significado de algunas de ellas. Aquí va la primera:

recordarDel latín recordari y este a su vez de re- y de cor-cordis, ‘corazón’. Es decir, volver al corazón.

Durante este tiempo he tenido la oportunidad de trabajar y conocer a grandes profesionales como Simon Sinek, Santiago Álvarez de Mon, Tony Robbins, Frank Pucelik o Jeroen Sangers. Un día hablando con este último, que seguramente sea uno de los mayores expertos en organización y gestión del tiempo de Europa, me dijo: «yo tuve que aprender a organizarme para sobrevivir, porque era un absoluto desastre». Aquello me hizo descubrir que realmente nos acabamos haciendo expertos de lo que más necesitamos aprender en esta vida, luego lo pude ir constatando con el resto de personas que he ido conociendo. Conectar con mi historia, ponerla en marcha y saber transmitirla es, sin duda, lo que más me ha ayudado a tener éxito en mis proyectos empresariales. Así que si yo, que seguramente era la persona con menos claridad sobre mi propósito y sobre mí mismo y que jamás me habría planteado emprender, he logrado llegar hasta aquí, estoy convencido de que tú también puedes conseguirlo.

Por tanto, lo que espero es que si conectas con algo de lo que voy a contar a continuación, este libro también sea para ti.

El guion preestablecido

Yo creo que todo el mundo tiene una historia que contar, pero a veces la olvidamos o necesitamos ayuda para conectar con ella o incluso para poder transmitirla. Esa historia es lo que da sentido a nuestra existencia y es única e irrepetible en cada persona de la humanidad. Habita en lo más profundo de nuestro ser, donde muchas veces yace dormida, por nuestros miedos a despertarla, incluso la sustituimos por otras historias que nos parecen más sencillas, más cómodas, que nos molestan menos, y por eso nos contamos a nosotros mismos que los sueños son para otros, que tenemos que ser prácticos, que las hipotecas no se pagan haciendo lo que uno desea en la vida. Esas otras historias nos limitan, provocan que no nos sintamos realizados, pero nos evitan el trabajo de tener que escribir nuestra propia historia y ser protagonistas de la misma. Son las historias con las que nos autoengañamos.

Pasé los primeros años de mi vida profesional trabajando en las grandes consultoras internacionales, esas de traje oscuro y corbata, rodeado de gente estresada que trabaja cientos de horas «porque era lo que había que hacer». Muchos confiaban en que cuando ascendieran vivirían mejor, que tendrían más tiempo «para ellos», pero lo que tenían era más salario, la trampa que les hacía seguir en aquella carrera de locos, confiando en que el siguiente ascenso sería el liberador, lo cual nunca sucedía.

Siempre tenías alguien que te decía adónde ir y lo que tenías que hacer, que habitualmente era desarrollar un proyecto para una gran corporación donde se replicaba el mismo esquema de personas atrapadas en trabajos que no amaban. Cuando hablabas con otros compañeros te sorprendía la cantidad de gente que quería ser otra cosa: escritores, emprendedores, viajeros…, pero que se resignaban con lo que tenían precisamente por lo bien pagado que solía estar su actual trabajo o simplemente por el miedo al cambio.

Ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que parecía que al nacer alguien nos diera un guion preestablecido para cada uno de nosotros. Un guion sencillo, fácil de llevar, con el que sentirnos cómodos porque no tendríamos que pensar mucho más, simplemente dejarnos llevar, «porque era lo que había que hacer».

En mi caso difería poco del de cualquier otro chico nacido en Carabanchel a mediados de los setenta:

«Irás a un colegio, concertado o público, en ningún caso privado. Si eres buen estudiante continuarás en el instituto, si no, a F.P. En caso de ir al instituto, intentarás sacar la mejor nota para poder estudiar una buena carrera en una universidad de Madrid, ¿para qué salir fuera? Y luego, sea cual sea el camino escogido, te pondrás a trabajar.

Lo ideal es que seas funcionario; si no lo consigues, ponte a trabajar para una gran empresa y si no, confórmate con lo que te toque y no aspires a más. Eso sí, siempre en España, que es el mejor lugar del mundo.

Te casarás, tendrás 1,4 hijos que es la media nacional. Recuerda comprarte un piso, que ya sabes que los pisos son la mejor inversión y nunca bajan de precio, ir de alquiler es tirar el dinero.

A los 65 te jubilarás —si no has conseguido antes una jubilación anticipada— y disfrutarás de vacaciones en el IMSERSO hasta el día que te mueras.

Ah, una cosa más: no olvides hacer un seguro para pagar tu entierro. FIN».

Como decía, hasta cerca de los treinta años, me limité a seguir ese guion, sin preocuparme de mucho más. Pero poco a poco una incomodidad brotaba dentro de mí, casi sin darme cuenta. Al principio en modo de rebeldía y malestar cuando me enviaban a clientes que no me gustaban o a realizar proyectos que no me parecía que ayudaran mucho a la sociedad, solo para que unos poco fueran más ricos. Después siguió con una molestia por los horarios que me impedían hacer cosas que realmente me apasionaban, lo que me generaba un estrés interior, ya que mi cuerpo estaba en el trabajo, pero mi mente en la siguiente actividad. Luego surgieron preguntas: ¿por qué hago lo que estoy haciendo? ¿Es a lo que me quiero dedicar el resto de mi vida? ¿Es lo que quiero transmitir a mis hijos el día que los tenga?

Hasta que un día unas palabras comenzaron a resonar en mi mente, al principio como un susurro: «quiero ser el guionista de mi vida». Tardé un tiempo en entenderlas y cuando las comprendí les hice caso omiso, pero seguían ahí, día tras día, golpeando fuerte en mi consciencia y dejaron de ser ese simple susurro para transformarse en un ruido atronador. Así que finalmente respondí a aquella llamada de mi interior, asumí la responsabilidad de mi vida y decidí romper ese guion preestablecido para mí, y coger un cuaderno en blanco, más un lápiz, para empezar a diseñar mi nueva etapa, la más feliz: en mi caso, ser emprendedor.

Desde entonces tengo en mi cuarto la frase que dio esperanza a Nelson Mandela durante su cautiverio: «Soy el amo de mi Destino. Soy el capitán de mi Alma» del poema «Invicto» de William Ernest Henley.

El MTP de Bubok

Siempre que hablamos de emprendedores nos imaginamos a dos jovenzuelos en un garaje programando sin parar hasta altas horas de la madrugada, alimentándose de pizza y sin vida social. Cuando empezamos Bubok, el portal que se ha convertido en el referente de habla hispana en la autopublicación de libros, los dos primeros meses no escribimos ni una sola línea de código, nos dedicamos a llenar paredes de pósits con palabras, sobre lo que queríamos ser, por qué hacíamos aquel proyecto y adónde queríamos llegar. Aquellas palabras, al principio sueltas y desordenadas, se fueron agrupando por categorías y similitudes. De cada grupo salió un concepto que aunaba todo, se fueron clasificando por niveles, y de aquellas primeras palabras surgieron las primeras frases que reflejan el sentido del proyecto, nuestro propósito, hacia dónde nos dirigíamos. Con todas aquellas frases construimos una poderosa historia, que nos llevó a generar una web impecable, ganar los principales premios de innovación y emprendimiento en España, salir en cientos de medios de comunicación y conseguir un rápido éxito que nos convirtió en referente del sector.

Todo empezó con aquellas palabras. Sin saberlo, aquel momento nos ayudó a crear el MTP de Bubok, que a su vez fue la forma de empezar a hacerlo realidad, a materializarlo.

Si miras a tu alrededor verás que todo lo que te rodea al principio fue solo una idea, una palabra en la mente de alguien. En nuestro caso era democratizar el sector editorial, o dicho de otra forma, ayudar a cualquier persona a hacer realidad su sueño de publicar.

Eligiendo la historia a contar

Estoy totalmente de acuerdo con el proverbio africano que dice que Dios inventó al hombre para escucharle contar historias, y en nuestra vida tenemos que decidir cuál queremos contar, ¿la del guion que preestablecieron para nosotros? ¿O nuestra verdadera historia, para la que hemos venido a este planeta? En este libro la denominaremos el Propósito Transformador Masivo.

Así que a lo que aspiro con este libro es que al igual que hice yo, tú también descubras tu Propósito, para que seas protagonista de tu historia, ya seas una persona, una organización, una familia o cualquier otra agrupación humana.

En mi caso, mi propósito transformador es: mejorar el mundo a través del poder de las historias.

Yo creo que debemos ser dueños de nuestros destinos, como dice el poema. Muchos piensan que esto es un idealismo y te encuentras vidas sin rumbo o personas que no se sienten realizadas, personas a las que tal vez les guste lo que hacen pero no lo aman, personas que postergan la felicidad para cuando llegue ese momento que, o bien no llega nunca o cuando lo hace, esperan al siguiente. Para ello debemos encontrar el sentido de nuestra existencia, nuestra razón de ser, porque nos hará avanzar. En palabras de Nietzsche: «Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo».

Una vez encontrado tu Propósito, debes comunicarlo, darlo a conocer, porque si explicas bien adónde va tu barco, surgirá una tripulación que te acompañe en el viaje, y gente que te ayudará en el camino, ya que cuando alguien tiene claro su propósito y está alineado con él, el universo conspira en su favor. Pero ello exige ponernos al timón y asumir la responsabilidad, tanto en la tempestad como en la calma, porque el camino no es fácil.

Recuerda, la mejor manera de ser protagonista de tu historia es escribirla tú mismo, porque el futuro se construye con la narrativa del presente. Así que vamos a ello.

Cómo usar el MTP y consecuencias

Lo básico

Este es un libro eminentemente práctico, en el cual vas a encontrar los conocimientos y herramientas para garantizarte que puedas descubrir, dar forma y poner en marcha tu MTP. Pero el único responsable de lograrlo vas a ser tú. Es decir, si te limitas a leer el contenido pero no poner en acción ninguna de las propuestas que incluye, no te valdrá para nada, así que si no estás comprometido 100% con el proceso, es mejor que no continúes.

Lo anterior implica que vas a tener que dedicar tiempo y atención, seguramente dos de los bienes más escasos en la sociedad actual. Así que por favor asegúrate también de regalarte un espacio para poder trabajar en este libro; es una inversión para el resto de tu vida. Tú decides si te compensa tener una vida normal o extraordinaria.

¿La forma de hacerlo?, la que sea más cómoda para ti. Hay gente que prefiere hacerlo de forma inmersiva y por ejemplo dedicar un fin de semana entero a ello. A otros les viene mejor reservar un hueco a lo largo del día, preferiblemente a primera o última hora del mismo, durante un par de semanas, por ejemplo. Sea como fuere busca una forma que sea fácil para ti pero comprométete con ella, y reserva ahora mismo un hueco en tu agenda.

También hay que tener la mentalidad adecuada para empezar este proceso, lo que los ingleses denominan el mindset. Que no es otra cosa que lo que mi abuela me decía cuando era pequeño: «¡niño, estate a lo que tienes que estar!». Es decir, cuando empieces este proceso, evita interrupciones, apaga el móvil y conecta contigo.

Como decía, estoy convencido de que todos tenemos una historia poderosa habitando en nuestro interior, que es la más importante de las que tenemos que contar. Esa historia en definitiva es lo que estamos esperando encontrar con este libro, y esto se aplica tanto a nivel personal como para tu proyecto profesional.

Aquí tú eres el héroe de la historia al que se le plantea ese reto motivador que da sentido a la existencia, el Propósito Transformador Masivo, tu motivación.

motivaciónEs la causa de una acción. La palabra motivación proviene del latín motivus (movimiento) y el sufijo -ción (acción y efecto). Es decir, lo que hace que te muevas.

El poder de los cuentos

Lo cuentos son herramientas mágicas que llevamos usando ancestralmente incluso a veces sin entenderlos bien. Los grandes maestros de la historia han usado parábolas para transmitir grandes enseñanzas, ya que por un lado funcionan mejor a nivel subconsciente y por otro son más fáciles de recordar. Así que a lo largo de este libro encontrarás también cuentos breves para reforzar algunos de los conceptos que queremos transmitir, ya que contienen sabiduría destilada a lo largo del tiempo. Aquí tienes uno:

Una vez llegaron cuatro viajeros a las puertas del Cielo.

– ¿Quiénes sois? – preguntó el guardián

– Yo soy la Religión – dijo el primero.

– Yo, la Juventud.

– Yo soy la Inteligencia.

El último dijo:

– Yo soy la Sabiduría.

Entonces, el guardián del Cielo pidió a los viajeros que se identificaran.

La Religión se arrodilló y rezó.

La Juventud rio y cantó.

La Inteligencia analizó y opinó.

Y la Sabiduría, contó un cuento.

Recuerda el objetivo de este libro: hacer que tu vida cuente.

El proceso

Lo que este libro busca es ofrecerte una receta para descubrir tu MTP, tanto a nivel personal como profesional. Pero al igual que es imposible ponerte a cocinar si la cocina está hecha un desastre, aquí lo primero también es poner algo de orden en tu vida o tu organización. Recuerda esos programas de televisión para aprender a cocinar, donde tienen todos los ingredientes preparados y colocados, así como los diversos utensilios de cocina. Aquí igualmente vas a necesitar recopilar una serie de materiales imprescindibles para trabajar tu historia personal. Al igual que en esas recetas que nombran ingredientes de los que jamás habías oído hablar, seguramente algunas propuestas que aquí te hagamos, también te sonarán extrañas al principio, en especial si jamás has trabajado en temas de conocimiento personal. Pero no te asustes, precisamente lo que hemos hecho es simplificarlo al máximo con el objetivo de que esto pueda ser para todo el mundo, de tal forma que si sigue los pasos, cualquier persona lo consiga.

Todos los ejercicios que te propongo están orientados a conseguir las piezas necesarias para crear un buen MTP, pero durante todo el proceso, desde que empieza con la recopilación de material, te va a ayudar a poner en orden tu vida u organización, así como a aprender más de ti.

Por tanto, lo que vamos a hacer a lo largo del libro es básicamente un proceso para identificar, definir y ponerle palabras a ese MTP, a través de herramientas sencillas, para luego poder transmitirlo y comunicarlo.

Este proceso en sí lo explicamos más detalladamente en el capítulo 5 (MTP Canvas), pero básicamente se trata de localizar todos los ingredientes de tu historia. Y todas esas piezas las iremos incluyendo en ese MTP Canvas que se irá rellenando conforme vayas completando los ejercicios, por eso es importante que sigas el orden marcado.

Vamos a hacer un proceso de storytelling, es decir, vamos a ir dotando de una estructura narrativa a todos los componentes de la historia que hemos ido identificando.

De forma simplificada, esta es la estructura de la historia que vamos a crear:

Erase una vez…

UN HÉROE/PROTAGONISTA

Un/a héroe/heroína llamado/a: [Nombre | Proyecto] + [Valores]

En cuyo corazón residían: [3 anhelos básicos]

Y tenía la habilidad de: [Superpoder]

CON UN PROPÓSITO TRANSFORMADOR

Que vivía en: [El Reino] + [Otros personajes]

Junto con: [Los habitantes]

Tenía: [Un reto]

Propósito transformador masivo

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