Читать книгу Nuevas propuestas lúdicas para el desarrollo curricular de educación física - Antonio Méndez Giménez - Страница 6
ОглавлениеPRÓLOGO
Enseñar a través del juego es el más viejo sueño de la pedagogía (Platón, Locke, Vives, Pestalozzi, etc.). Para Locke el arte supremo de la educación es procurar que todo lo que los alumnos tienen que hacer sea para ellos un juego y un deporte. El mismo Rousseau recuerda, en El Emilio, que Platón sólo educa a sus niños en los juegos. Sin embargo, esta pretensión no ha pasado de ser una qui-mera, un intento, en la mayoría de los casos, fallido. El tratamiento didáctico del juego para el desarrollo de los contenidos abstractos o conceptuales ha fracasa-do repetidamente, y el problema ha residido en la dificultad para encontrar el medio de utilizar pedagógicamente el juego sin privar al niño del placer que puede encontrar en ello.
Esta dificultad, sin embargo, no debería existir en el campo específico de las actividades físicas, porque en su estado natural no son otra cosa que juegos para los niños. Tal y como establece el M.E.C. «Los juegos» es el bloque de aplicación de los diversos contenidos de Educación Física: el mejor medio de globali-zar e interrelacionar contenidos de la propia Educación Física y de ésta con otras áreas. Los juegos son una forma organizada de la actividad motriz, tanto reglada como espontánea, que va evolucionando a lo largo de la etapa desde las formas más espontáneas del primer ciclo a formas más regladas o especializadas del último.
Los juegos motrices permiten, asimismo, trabajar los objetivos generales de la etapa y del área, son un objetivo educativo en sí mismos y constituyen un posible enfoque didáctico. El juego es un recurso metodológico, un enfoque didáctico de las actividades de enseñanza-aprendizaje en la medida en que asegura la relación de éstas con la vida real del alumno, facilita la construcción de aprendizajes significativos, potencia el interés espontáneo del alumno, desarrolla la creación y uso de las estrategias propias de la búsqueda y organización de los elementos requeridos para resolver problemas, impulsa la relación entre iguales y ayuda a crear un clima de aceptación mutua y de cooperación. Asimismo, permite desarrollar las funciones del movimiento, siendo el instrumento más adecuado para implementar la función hedonista, en la medida en que es, o debe ser, fuente constante de disfrute para el individuo.
Pero en el ámbito de la educación física el juego no sólo es un principio metodológico, un planteamiento general de la actividad del área, un tipo de actividad física que permite trabajar los diferentes objetivos, un posible enfoque didáctico de los diversos contenidos, sino, y fundamentalmente, un contenido que encuentra plena justificación en sí mismo.
Estas novedosas propuestas lúdicas para el desarrollo curricular de la educación física elaboradas por el doctor Antonio Méndez, son un magnífico ejemplo de cómo se debe tratar el juego motor en la infancia. En este libro los profesionales de la educación física van a encontrar, a lo largo de tres extensos capítulos, un amplio repertorio de experiencias lúdicas bien sistematizadas, originales, fáciles de aplicar y adecuadas a la edad de los alumnos.
El autor clasifica los juegos en tres grandes apartados que responden a objetivos y necesidades diferentes: los juegos motores y de acondicionamiento con material alternativo, cuya finalidad es mejorar las habilidades y capacidades físicas con materiales novedosos, sencillos, económicos y, sobre todo, motivadores para los alumnos; los juegos predeportivos, en los que aporta un modelo de iniciación deportiva coherente con los aspectos estructurales y funcionales de los juegos; y los juegos tradicionales del mundo, en los que recoge una nutrida variedad de recursos lúdicos para el desarrollo de valores que potencien la igualdad de oportunidades y la no discriminación por motivos de raza, sexo o religión.
Con este último trabajo el profesor Antonio Méndez da muestra, una vez más, del conocimiento profundo que posee sobre el juego, resultado de años de estudio y de investigación, y de la importante aportación que, desde hace casi una década, está haciendo al desarrollo del juego motor y, por extensión, de la Educación Física en nuestro país.
José A. Cecchini Estrada
Universidad de Oviedo