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PERSONAJES DE LA OBRA

ESTREPSÍADES

FIDÍPIDES

SIERVO DE ESTREPSÍADES (JANTIAS )

PRIMER DISCÍPULO DE SÓCRATES

SÓCRATES

CORO DE LAS NUBES

ARGUMENTO JUSTO

ARGUMENTO INJUSTO

PRIMER ACREEDOR (PASIAS )

SEGUNDO ACREEDOR (AMINIAS )

DISCÍPULO SEGUNDO


LAS NUBES

(La decoración representa, a un extremo de la orquestra, la casa de Estrepsíades, en el otro, la de Sócrates. A la puerta de la primera tres personas yacen en tres camastros. )

Prol. ESTREPSÍADES [1-262 (3ia)

¡Ay! ¡Ay!, ¡Zeus rey! ¡Qué tabarra de noches! Interminable. ¿No llegará nunca el día? Hace rato oí al gallo, y los criados siguen roncando. No lo hubieran hecho antes. ¡Maldita seas, guerra! Entre otras muchas razones, porque ya ni siquiera me es posible castigar a los criados 1 . Tampoco este buen mozo se despierta por la noche y no deja de peerse, arrebujado como una [10] bola entre cinco pieles. ¡Ea!, si a eso toca, embocémonos y ronquemos. Pero no puedo dormir, pobre de mí: me pican 2 ... el gasto, el pesebre y las deudas contraídas por culpa de este hijo. Él, con su melena 3 , practica la equitación, conduce carros y sueña con caballos. Yo me consumo viendo cómo la luna trae los diez últimos días del mes. Los intereses corren. (Despertando al criado .) Enciende un candil, chico, y saca el registro de cuentas 4 , [20] para que lea la lista de mis acreedores y calcule los intereses. (Tomándolo .) Veamos, ¿qué debo? Doce minas a Pasias. ¿De qué doce minas a Pasias? ¿En qué las empleé? En la compra del caballo marcado con la copa 5 . ¡Ojalá! me hubiera ‘copado’ antes un ojo con una piedra.

FIDÍPIDES

(En sueños .) Filón, hace trampas. Conduce por tu pista.

ESTREPSÍADES

Ésa es la desgracia que me ha llevado a la ruina. ¡Hasta dormido sueña con la equitación!

FIDÍPIDES

¿Cuántas carreras darán los carros de guerra?

ESTREPSÍADES

[30] Carreras, las muchas que le van a dar a tu padre. Pero, después de Pasias, «¿qué débito me llega?» 6 . Tres minas por un asiento de carro y un par de ruedas a Aminias.

FIDÍPIDES

Haz revolcarse 7 al caballo antes de llevarlo a casa.

ESTREPSÍADES

¡Desgraciado! ¡A mí sí me has revolcado de mis bienes! He perdido pleitos y otros dicen que van a tomar garantías por el interés.

FIDÍPIDES

(Despertándose .) La verdad, padre, ¿por qué estás de mal humor y no dejas de revolverte la noche entera?

ESTREPSÍADES

Me está picando un... demarco 8 desde las coberturas.

FIDÍPIDES

Déjame, so pelmazo, dormir un poco.

ESTREPSÍADES

Tú duerme. Pero estas deudas, entérate, caerán todas sobre [40] tu cabeza... ¡Ay! ¡Ojalá hubiera reventado la casamentera que me indujo a casarme con tu madre! Vivir en el campo ¡qué agradable me era! Cubierto de roña, desaseado, tumbado a la buena de Dios, rebosante de abejas, de rebaños y orujo. Después me casé con la sobrina nieta de Megacles 9 el de Megacles, yo, un paleto, con una señoritinga de ciudad, empingorotada, remilgada, [50] que se las daba de Césira 10 . Cuando me casé con ella, olía yo en el banquete a mosto, a higos secos, a lana, a abundancia; ella, a perfume, a azafrán, a besos con lengüeteo, a gastos, a voracidad, a ritos de Colíade y Genetílide 11 . No diré que no diera golpe, porque le daba a la lanzadera, tanto que yo me alzaba este manto y se lo mostraba como pretexto para decirle: mujer, aprietas demasiado la trama 12 .

CRIADO

No nos queda ya aceite en el candil.

ESTREPSÍADES

¡Ay! ¿Por qué encendiste el candil tragón? Ven acá, para que escarmientes.

CRIADO

¿Por qué tengo que escarmentar?

ESTREPSÍADES

[60] Porque metiste una mecha de las gordas. (Para sí. ) Después, como a esa buena mujer y a mí nos nació este hijo, nos pusimos a regañar con motivo de su nombre. Ella le añadía siempre -hipo: Jantipo, Caripo, Calípides 13 . Yo me empeñaba en ponerle el de su abuelo: Fidónides 14 . Durante un tiempo estuvimos porfiando. Por último, llegamos a un común acuerdo y le pusimos Fidípides. Ella cogía a la criatura y entre arrumacos le decía: «cuando seas mayor y conduzcas tu carro hacia la ciudad, con una larga túnica 15 , como Megacles...». Y yo replicaba: «cuando [70] traigas las cabras del pedregal, cubierto con una pelliza, como tu padre...». Pero no hizo ningún caso a mis razones y contagió una «caballitis 16 » a nuestros dineros. Ahora, tras cavilar la noche entera, sólo he encontrado una salida divina, rápida, extraordinaria. Y si logro convencerle de ella a éste, me salvaré. Pero primero quiero despertarle. ¿Cómo, diantre, lo haré con la mayor delicadeza? ¿Cómo? (Volviéndose al lecho contiguo. ) [80] ¡Fidípides! ¡Fidípides!

FIDÍPIDES

¿Qué, padre?

ESTREPSÍADES

Bésame y dame la mano derecha.

FIDÍPIDES

Ahí la tienes. ¿Qué hay?

ESTREPSÍADES

Dime, ¿me quieres?

FIDÍPIDES

Sí, lo juro por esa imagen de Posidón, patrón de los caballos 17 .

ESTREPSÍADES

Al patrón ése no me lo mientes siquiera. Ese dios es el culpable de mis desgracias. Pero, si de verdad me quieres de corazón, hijo, hazme caso.

FIDÍPIDES

¿En qué debo hacértelo?

ESTREPSÍADES

Cambia inmediatamente de conducta, y ve a aprender lo que yo te aconseje.

FIDÍPIDES

Habla entonces. ¿Qué me mandas ?

ESTREPSÍADES

¿Me obedecerás?

FIDÍPIDES

[90] Sí, lo juro por Dioniso.

ESTREPSÍADES

Mira aquí entonces. ¿Ves esa puertecilla y esa casucha?

FIDÍPIDES

Sí. ¿A qué viene eso, padre?

ESTREPSÍADES

Ése es el pensadero 18 de espíritus sabios. Ahí viven unos hombres que, cuando hablan del cielo, convencen de que es un horno que está a nuestro alrededor, y de que nosotros somos carbones. Si se les paga, enseñan a vencer con la palabra en lo justo y en lo injusto.

FIDÍPIDES

Y ¿quiénes son? [100]

ESTREPSÍADES

El nombre exactamente no lo sé. Unos cavilosos pensadores, hombres de pro.

FIDÍPIDES

¡Qué va! Unos mangantes, lo sé. Te estás refiriendo a esos embaucadores, paliduchos y descalzos, entre los que se cuentan el desgraciado de Sócrates y Querefonte 19 .

ESTREPSÍADES

¡Eh!, calla. No digas tonterías. Si te preocupas de los garbanzos de tu padre, hazte uno de ellos y renuncia a la equitación.

FIDÍPIDES

Ni aunque me ofrecieras, ¡voto a Dioniso!, los faisanes que cría Leógoras 20 .

ESTREPSÍADES

Anda, te lo suplico a ti, a quien quiero más que a nadie. Ve [110] no y hazte enseñar.

FIDÍPIDES

¿Y qué voy a aprender?

ESTREPSÍADES

En su poder tienen, según dicen, ambos argumentos: el más fuerte, cualquiera que sea, y el más débil. De ambos aseguran que hacen vencer a este último, el más débil, con sus razones hasta en las causas más injustas. Con que, si me aprendes este argumento injusto, de lo que debo por tu culpa, de todas las deudas, no devolvería a nadie ni un óbolo.

FIDÍPIDES

[120] No puedo obedecerte. No me atrevería a ver a los caballeros, si se me quita el tostado de la piel.

ESTREPSÍADES

Entonces, ¡por Deméter!, no comerás de lo mío, ni tú, ni el caballo de tiro, ni el marcado con la san 21 . Te echaré a los cuervos fuera de casa.

FIDÍPIDES

No consentirá mi tío Megacles verme sin caballos. Me voy adentro, me traes sin cuidado. (Sale. )

ESTREPSÍADES

Tampoco yo me quedaré caído 22 . Con la ayuda de los dioses me haré enseñar; yo mismo iré al pensadero. (Da unos pasos y se detiene. ) Pero, viejo, sin memoria y torpe, ¿cómo aprenderé [130] las minucias, finas como virutas, de las palabras exactas? Hay que ir. ¿Qué me pasa para vacilar de esta manera? (Llamando. ) ¡Chico! ¡Chiquitín!

DISCÍPULO

¡Vete al cuerno! ¿Quién golpea la puerta?

ESTREPSÍADES

El hijo de Fidón, Estrepsíades de Cicinna.

DISCÍPULO

Un ignorante, ¡por Zeus!, serás, quienquiera que seas, cuando tan recia y desconsideradamente pateas la puerta e hiciste abortar un pensamiento recién encontrado.

ESTREPSÍADES

Discúlpame, vivo lejos en el campo. Pero dime: ¿qué cosa se ha abortado?

DISCÍPULO

Sólo es lícito decirla a los discípulos. [140]

ESTREPSÍADES

Habla entonces sin temor, pues, aquí, como me ves, vengo de discípulo al pensadero.

DISCÍPULO

Te lo diré. Pero debe considerarse un misterio. Hace un momento le preguntó Sócrates a Querefonte cuántas veces puede saltar una pulga la longitud de sus pies. Le había picado una en la ceja a Querefonte y saltó a la cabeza de Sócrates.

ESTREPSÍADES

Y ¿cómo lo midió?

DISCÍPULO

[150] Con suma destreza. Fundió cera, cogió la pulga, metió sus dos pies en la cera, y luego, al enfriársele, le quedaron puestas sandalias pérsicas 23 . Se las descalzó y midió con ellas la distancia 24 .

ESTREPSÍADES

¡Zeus rey! ¡Qué sutileza de ingenio!

DISCÍPULO

¡Qué dirías entonces si te enteraras de otra meditación de Sócrates!

ESTREPSÍADES

¿De cuál? Por favor, dímela.

DISCÍPULO

Le preguntó Querefonte de Esfeto 25 su opinión sobre si los mosquitos zumban por la boca o por el trasero.

ESTREPSÍADES

Y ¿qué dijo sobre el mosquito?

DISCÍPULO

[160] Que el intestino del mosquito era estrecho, y que, por ser fino, el aire iba forzado a su través derecho al trasero; que, por hallar junto a algo estrecho algo hueco como el ojo del culo, resonaba por la violencia del aire.

ESTREPSÍADES

¡Una trompeta es entonces el culo de los mosquitos! ¡Tres veces feliz por haber ‘desentrañado' 26 eso! Demandado, ¡con qué facilidad ganaría el pleito quien con tanta penetración conoce las entrañas del mosquito!

DISCÍPULO

El otro día se le fue de la cabeza un gran pensamiento por culpa de una lagartija 27 .

ESTREPSÍADES

¿Cómo? Cuéntamelo todo. [170]

DISCÍPULO

Investigaba los cursos y las revoluciones de la luna, y, cuando estaba de noche mirando a lo alto boquiabierto, se le cagó encima desde el techo una salamanquesa.

ESTREPSÍADES

Me hace gracia la cagada de la salamanquesa sobre Sócrates.

DISCÍPULO

Ayer no teníamos cena al caer la noche.

ESTREPSÍADES

Bien. ¿Cómo se las apañó para el condumio?

DISCÍPULO

Esparció sobre la mesa una fina capa de ceniza, dobló un espetón, lo tomó por compás y… nos birló de la palestra el manto 28 .

ESTREPSÍADES

[180] ¿Por qué, pues, admiramos a aquel famoso Tales 29 ? Abre, abre de una vez el pensadero y preséntame cuanto antes a Sócrates. No me aguanto las ganas de aprender. ¡Ea!, abre la puerta. (Al abrirse se ve a Ios discípulos de Sócrates , macilentos y desaseados, que están en diversas posturas. )

¡Heracles! ¿De dónde son esas fieras?

DISCÍPULO

¿De qué te asombras? ¿A qué te parece que semejan?

ESTREPSÍADES

A los laconios apresados en Pilo 30 . (Mirando a un grupo cabizbajo. ) Pero ¿por qué, diantre, tienen esos de ahí la mirada puesta en tierra?

DISCÍPULO

Buscan lo que hay debajo de ella.

ESTREPSÍADES

Entonces buscan cebollas.

(A los discípulos. ) No os preocupéis ya por eso. Yo sé dónde [190] las hay grandes y buenas (Mirando a otro grupo. ) Pero ¿qué hacen esos tan agachados?

DISCÍPULO

Escrutan el Érebo debajo del Tártaro.

ESTREPSÍADES

¿Por qué mira su culo entonces hacia el cielo?

DISCÍPULO

Aprende por su cuenta astronomía. (A los discípulos. ) ¡Ea!, entrad, para que él no os sorprenda.

ESTREPSÍADES

Aún no, aún no. Que esperen a que les comunique un asuntito mío.

DISCÍPULO

No les es posible estar fuera, al aire libre, demasiado tiempo.

ESTREPSÍADES

(Divisando diversos objetos. ) ¡Por los dioses! ¿Qué son esas [200] cosas? Dímelo.

DISCÍPULO

Esta de aquí, la astronomía.

ESTREPSÍADES

Y eso de ahí ¿qué?

DISCÍPULO

La geometría.

ESTREPSÍADES

Y eso ¿para qué sirve?

DISCÍPULO

Para medir la tierra.

ESTREPSÍADES

¿La que se reparte a los clerucos 31 ?

DISCÍPULO

No, la tierra entera.

ESTREPSÍADES

Cosa fina lo que dices. El invento es democrático y útil.

DISCÍPULO

Éste es el mapa de toda la tierra. ¿Lo ves? Aquí está Atenas...

ESTREPSÍADES

¡Qué dices! No te creo.

No veo jueces en sesión.

DISCÍPULO

Ten la seguridad: este lugar es el Ática.

ESTREPSÍADES

¿Y dónde están los de Cicinna, mis paisanos? [210]

DISCÍPULO

Están aquí. Y Eubea, como ves, se extiende ahí muy a lo largo.

ESTREPSÍADES

Lo sé. La extendimos nosotros y Pericles 32 . Pero ¿dónde está Lacedemonia?

DISCÍPULO

¿Que dónde está? Ahí.

ESTREPSÍADES

¡Qué cerca de nosotros! Tenéis que pensar muy bien, cómo llevarla muy lejos de nosotros.

DISCÍPULO

Imposible.

ESTREPSÍADES

¡Por Zeus! Lo lloraréis.

(La mechané trae a Sócrates colgado en una cesta. ) ¡Toma! ¿Quién es ese tío colgado en la cesta?

DISCÍPULO

Él.

ESTREPSÍADES

¿Quién es ‘él’?

DISCÍPULO

Sócrates.

ESTREPSÍADES

¡Ah! Sócrates. Anda, dale tú una voz, fuerte.

DISCÍPULO

[220] Llámale tú mismo. No tengo tiempo.

ESTREPSÍADES

¡Sócrates! ¡Socratito!

SÓCRATES

¿Por qué me llamas, efímero?

ESTREPSÍADES

Antes que nada, por favor, dime qué estás haciendo.

SÓCRATES

Ando por el aire y considero al sol 33 .

ESTREPSÍADES

Ya, por eso desconsideras a los dioses desde una cesta, y no desde el suelo. ¿No es verdad?

SÓCRATES

Sí, porque jamás podría descubrir correctamente las cosas [230] celestes, si no colgara mi pensamiento y mezclara la sutileza de mi inteligencia con su semejante, el aire. Si observara en el suelo las cosas de arriba desde abajo, nunca las descubriría. Imposible: la tierra atrae por necesidad hacia sí misma la humedad de la inteligencia 34 . Le ocurre lo mismo que a los berros.

ESTREPSÍADES

¿Qué dices? ¿Qué la inteligencia atrae la humedad hacia los berros? Anda, Socratito, baja a mi lado a enseñarme aquello por lo que he venido.

SÓCRATES

¿Con qué intención viniste?

ESTREPSÍADES

Con la de aprender a hablar. Los intereses y unos acreedores [240] intratables me traen a mal traer, me entran a saco 35 y tienen pignorados mis bienes.

SÓCRATES

Y ¿cómo no te percataste de que contraías deudas?

ESTREPSÍADES

Me dejó tullido una enfermedad caballar que consume de una manera terrible. Pero, ¡ea! De tus dos argumentos, enséñame ese que no devuelve nada. La paga que me exijas, te lo juro por los dioses, te la daré íntegra.

SÓCRATES

¿Por qué dioses juras tú? De entrada: los dioses no son moneda corriente entre nosotros.

ESTREPSÍADES

¿Con qué juráis pagar 36 ? ¿Con piezas de hierro como en Bizancio?

SÓCRATES

[250] ¿Quieres enterarte con claridad de cómo son las cosas divinas en su correcta realidad?

ESTREPSÍADES

Sí, ¡voto a Zeus!, si es posible.

SÓCRATES

¿Y entrar en conversación con las Nubes, nuestras divinidades?

ESTREPSÍADES

Exactamente.

SÓCRATES

Siéntate entonces en el camastro sagrado.

ESTREPSÍADES

Ya está: estoy sentado.

SÓCRATES

Toma ahora esta guirnalda.

ESTREPSÍADES

La guirnalda, ¿para que? ¡Ay! Sócrates, ¿no pretenderéis sacrificarme como a Atamante 37 ?

SÓCRATES

No. Todo esto lo hacemos nosotros con los que se inician.

ESTREPSÍADES

Y luego, ¿ qué saldré ganando?

Pdo. 263-355 SÓCRATES [263-273 (4 anap.)

Convertirte en un experto orador, en un pícaro redomado 38 , [260] locuaz como unas castañuelas. (Echándole harina ) Estate quieto.

ESTREPSÍADES

¡Por Zeus!, no van a ser mentira tus palabras. Con lo que me estás untando acabaré siendo flor de harina.

SÓCRATES [4 an cat 262-275

Debe guardar silencio el anciano y escuchar la plegaria:

¡Oh! Señor soberano, Aire inconmensurable, que mantienes la tierra suspendida, fúlgido Éter y Nubes, diosas venerables, cargadas de truenos y rayos levantaos y mostraos, señoras, en lo alto al pensador.

ESTREPSÍADES

(Protegiéndose con el manto ) Aún no, aún no, hasta que no me envuelva con éste para no quedar empapado. ¡Haber salido de casa, desdichado de mí, sin traerme siquiera un gorro!

SÓCRATES

Venid ya, veneradísimas Nubes, para hacerle una demostración [270] a éste, ya estéis sentadas en las sagradas cumbres del Olimpo batidas por la nieve, ya formando un coro sacro con las Ninfas en los jardines de vuestro padre Océano 39 , ya en la desembocadura del Nilo saquéis agua con vuestras áureas jarras, ya estéis en la laguna Meótide 40 o en la nevada atalaya del Mimante 41 , escuchadme y aceptad el sacrificio, complacidas con los sagrados ritos.

Cto. CORO [Str. 276-290 (da lyr)

(Desde dentro) Eternales Nubes,

elevémonos, dejando ver nuestra naturaleza,

húmeda y fácil de mover, desde el Océano de grave bramido,

nuestro padre, a lo alto de las cumbres [280] de arbórea cabellera de los elevados montes,

para otear atalayas visibles a lo lejos,

los frutos y los riegos de la sagrada tierra,

los clamores de los ríos divinos

y el rumoroso ponto con su grave sonido.

El ojo incansable del Éter 42 reluce

con brillantes resplandores.

Sacudámonos la bruma pluviosa

de nuestra forma inmortal y miremos la tierra

con ojos que observan a lo lejos. [290]

SÓCRATES [291-296 (4 an cat)

Muy venerables Nubes, (suena el ‘bronteion’ 43 ) claramente escuchasteis mi llamada. (A Sócrates. ) ¿Oíste su voz y al tiempo el bramido del trueno que infunde un sacro pavor?

ESTREPSÍADES

Ese sacro pavor lo estoy sintiendo, ¡oh veneradísimas!, y quiero corresponder con mis cuescos a los truenos. Tan gran espanto y temor me infunden. Ahora ya, sea lícito o no, me estoy cagando.

SÓCRATES

No te pitorrees ni hagas lo de esos cómicos infames. Guarda silencio: un gran enjambre de diosas se mueve al conjuro de mis invocaciones.

(Antes de salir a escena. ) CORO [AStr. 299-313 (da lyr.)

Doncellas portadoras de lluvia,

vayamos a la reluciente tierra de Palas, [300]

para ver la patria muy amable de Cécrope 44 ,

solar de valerosos varones. En ella

impera la veneración de ritos secretos;

allí la mansión 45 que acoge a los iniciados

se abre en las sagradas ceremonias,

se hacen ofrendas a los dioses celestiales

y hay templos de elevada techumbre e imágenes;

allí se celebran procesiones sacratísimas

en honor de los bienaventurados, y también

sacrificios de bellas guirnaldas a los dioses

[310] y banquetes sagrados en todas las estaciones.

Con la primavera llega la fiesta de Bromio 46 ,

la excitación de los coros armoniosos

y la musa de las flautas con sus graves sonidos.

ESTREPSÍADES [214-355 (4 an cat)

Te lo pido por Zeus, Sócrates, dime: ¿quiénes son esas que han entonado tan solemne canto? ¿Acaso son heroínas?

SÓCRATES

En absoluto. Son las Nubes celestiales, grandes deidades para los hombres ociosos. Ellas nos dan sabiduría, argucias e inteligencia, la fabulación y el circunloquio, el arte de atacar y de acabar con el adversario.

ESTREPSÍADES

[320] Por eso, oída su voz, mi alma está que vuela y trata ya de decir sutilezas, de disertar vacuidades sobre humo, de replicar a la sentencia con una sentencieja y con otro argumento al argumento. De suerte que, si es posible, estoy deseoso de verlas ya con claridad.

SÓCRATES

Mira entonces hacia aquí, hacia el Parnes. Las veo ya descender sosegadamente.

ESTREPSÍADES

Dime: ¿dónde? Indícame.

SÓCRATES

Avanzan esas de ahí en gran número, a través de hondonadas y espesuras; esas otras vienen de lado...

ESTREPSIADES

(Interrumpiéndole. ) ¿Qué ocurre? No las distingo.

SÓCRATES

Junto a la entrada.

ESTREPSÍADES

Ahora las diviso a duras penas.

SÓCRATES

Pues ahora ya las tienes que ver, si no te tapan los ojos legañas como calabazas.

SÓCRATES

(El coro de las Nubes con vestimenta femenina entra en la orquestra .) Sí, ¡por Zeus!, las estoy viendo. ¡Oh!, muy venerandas. Ahora ya cubren todo.

SÓCRATES

¿No sabías tú que son diosas y no creías en ellas?

ESTREPSÍADES

No, ¡por Zeus!, las consideraba bruma, rocío y humo. [330]

SÓCRATES

¿No sabes, ¡voto a Zeus!, que dan de comer a un montón de sofistas, de adivinos de Turios 47 , médicos técnicos 48 , vagos melenudos con anillos de ónice, retorcedores de cantos de coros cíclicos, embaucadores sobre las cosas celestes; y que les dan de comer, como vagos, sin dar golpe, sólo porque las cantan en sus poemas?

ESTREPSÍADES

¡Ah! por eso ponían en sus versos:

«la acometida impetuosa de las húmedas nubes de fúlgidos collares»;

«bucles de Tifón, el de las cien cabezas» y «huracanes de soplo violento».

Y también:

«aéreas, ácueas, aves de corvo pico que nadan en el cielo»;

«trombas de aguas de las húmedas nubes».

Y a cambio de todo ello se zampaban:

«lonchas de mújoles grandes y sabrosos» y

«pajariles viandas de tordos».

SÓCRATES

Por ellas, efectivamente. ¿No es justo?

ESTREPSÍADES

[340] Dime ahora: ¿qué les pasa, si de verdad son nubes, para parecerse a mujeres mortales? Pues las nubes no son así.

SÓCRATES

Dime entonces: ¿cómo son?

ESTREPSÍADES

No lo sé exactamente. Se parecen a copos de lana cardados. A mujeres, ¡por Zeus!, ni una pizca. Y éstas tienen narices.

SÓCRATES

Respóndeme entonces a lo que te pregunte.

ESTREPSÍADES

Rápido, di lo que quieras.

SÓCRATES

¿No has visto alguna vez al mirar al cielo alguna nube semejante a un centauro, a una pantera, a un lobo, o a un toro?

ESTREPSÍADES

Sí, ¡por Zeus! ¿A qué viene esto?

SÓCRATES

Se transforman en todo lo que quieren. Si ven a algún salvaje melenudo de esos de pelo espeso, como el hijo de Jenofanto 49 , por burlarse de su manía, toman forma de centauros.

ESTREPSÍADES

Y si ven a algún ladrón de dineros públicos, pongamos a un [350] Simón 50 , ¿qué hacen?

SÓCRATES

Para denunciar su natural, se transforman inmediatamente en lobos.

ESTREPSÍADES

Por eso entonces, al divisar ayer a Cleónimo 51 , ese que tiró su escudo, y al ver que era un grandísimo cobarde, se transformaron en ciervos.

SÓCRATES

Y ahora, ya lo estás viendo, porque han visto a Clístenes 52 , se han transformado en mujeres.

Escc. con dial. lyr. 356-477

ESTREPSÍADES [356-438 (4 an cat.)

¡Salve soberanas! Si para otro lo hicisteis, haced ahora que rompa a sonar para mí también, ¡oh!, reinas del universo, vuestra voz tan amplia como el cielo.

CORIFEO

¡Salve!, anciano de los tiempos de antaño, cazador de discursos amigos de las Musas. (A Sócrates. ) Y tú, oficiante de [360] sutilísimas sandeces, dinos qué quieres, pues, de no ser a ti, a ningún otro de los actuales entendidos de las cosas celestes haríamos caso, salvo a Pródico 53 : a éste en razón de su sabiduría e inteligencia, y a ti, porque te pavoneas 54 por las calles, miras de soslayo 55 , soportas descalzo mil calamidades, y te das aire solemne a costa nuestra.

ESTREPSÍADES

¡Oh! Tierra. ¡Qué expresión! ¡Qué sagrada, solemne y prodigiosa!

SÓCRATES

Es lo suyo, pues son las únicas diosas. Todo lo demás, pamplinas.

ESTREPSÍADES

Para vosotros, dímelo, ¡por la Tierra!, Zeus Olímpico ¿no es un dios?

SÓCRATES

¿Qué Zeus? No digas memeces. Zeus ni tan siquiera existe.

ESTREPSÍADES

¿Qué estás diciendo? ¿Quién hace llover entonces? Aclárame esto lo primerito de todo.

SÓCRATES

Ellas, por supuesto. Te lo explicaré con grandes pruebas. Dime: ¿dónde has visto alguna ver llover sin nubes? Si fuera él, [370] tendría que hacer llover con cielo despejado, estando ausentes ellas.

ESTREPSÍADES

¡Por Apolo!, esto sí lo has añadido bien al argumento presente. Antes, ¡voto a Zeus!, creía que en realidad meaba a través de una criba. Pero ¿quién es el que truena? Dilo. Es algo que me da tembladera.

SÓCRATES

Ellas son las que truenan al revolverse.

ESTREPSÍADES

¿De qué manera, grandísimo atrevido?

SÓCRATES

Cuando están repletas de agua y son obligadas a desplazarse, necesariamente penden hacia abajo cargadas como están de lluvia; luego, por su peso, caen unas sobre otras y revientan con estrépito.

ESTREPSÍADES

¿Y quién es el que las fuerza a desplazarse? ¿No es Zeus?

SÓCRATES

[380] En absoluto. Es el Torbellino etéreo.

ESTREPSÍADES

¿Torbellino? Eso se me escapaba: que Zeus no existe, y que ahora reina en su lugar Torbellino. Pero todavía no me has explicado nada sobre el estrépito del trueno.

SÓCRATES

¿No me has oído afirmar que las nubes, repletas de agua, cuando caen unas sobre otras, chocan con estrépito por su misma condensación?

ESTREPSÍADES

Dime: eso ¿con qué prueba hay que creerlo?

SÓCRATES

Te lo explicaré poniéndote por ejemplo. Más de una vez te has dado un atracón de caldo en las Panateneas y has sentido después trastornos en la tripa: los retortijones ¿no producen súbitamente borborigmos?

ESTREPSÍADES

Sí, ¡por Apolo!, y en el acto me causan un efecto terrible: el caldito se altera, estalla como el trueno y produce un ruido pavoroso, primero despacio, pum, pum, luego prosigue, pum, catapum, [390] y cuando suelto la cagada, ya truena exactamente como aquéllas, pum, catapum, pum, pum.

SÓCRATES

Considera qué buenos cuescos te tiras con un tantico así de tripa. ¿Cómo no va a ser natural que el aire, que es inmenso, produzca enormes truenos?

ESTREPSÍADES

Ya caigo: por eso el trueno y el pedo tienen nombres parecidos 56 entre sí. Pero ¿de dónde viene el rayo —explícame— co su resplandor de fuego, y si nos cae encima, nos achicharra, y deja chamuscados a los que quedan con vida? Está claro que Zeus lo lanza contra los perjuros.

SÓCRATES

¡Cómo va a estarlo, pedazo de imbécil, que atufas a los tiempos de Crono 57 y eres más antiguo que la luna 58 ! Si hiriera [400] a los perjuros, ¿no habría ya fulminado a Simón, a Cleónimo y a Teoro 59 ? Porque perjuros, lo son y mucho. En cambio, cae sobre su propio templo 60 , sobre Sunion, el «promontorio de Atenas» y sobre las encinas grandes. ¿Con qué objeto? La encina, que yo sepa, no perjura.

ESTREPSÍADES

No sé. Evidentemente es razonable lo que dices. ¿Qué es, pues, el rayo?

SÓCRATES

Cuando el viento seco al elevarse queda encerrado en las nubes, las sopla por dentro y las hincha como una vejiga; luego las rompe por necesidad y sale al exterior violentamente, dada la densidad de éstas, incendiándose por su propio estruendo e impulso.

ESTREPSÍADES

¡Por Zeus!, eso mismito me ocurrió una vez en las Diasias 61 , cuando estaba asando una tripa a los parientes. Por un [410] descuido no la rajé, y se hinchó hasta estallarme repentinamente sobre los ojos. Me soltó la plasta encima y me quemó la cara.

CORIFEO

Hombre deseoso de la gran sabiduría que emana de nosotras, ¡qué feliz vas a ser entre los atenienses y los griegos!, si tienes memoria, reflexión y aguante de ánimo; si no te cansas de andar, ni de estar parado; si el frío no te incomoda demasiado y no deseas almorzar; si te abstienes del vino, de los gimnasios y demás insensateces, y consideras, como cumple al hombre entendido, que lo mejor de todo es vencer en los negocios, en el consejo y en las polémicas con la palabra.

ESTREPSÍADES

Por lo que respecta a firmeza de ánimo, a cavilaciones que [420] quitan el sueño y estómago ahorrativo, hecho a las privaciones y a cenar ensalada; por lo que a eso respecta, descuida; soy capaz de recibir más golpes que un yunque.

SÓCRATES

Entonces, ¿ya no vas a creer en ningún otro dios sino en lo que creemos nosotros, ese Caos (señalando a su alrededor ) que estás viendo, las Nubes y la Lengua, en esos tres sólo?

ESTREPSÍADES

A los demás, simplemente, ni aunque me los encontrara, les dirigiría la palabra. No les ofreceré sacrificios, ni libaciones, ni incienso.

CORIFEO

Dinos, pues, con confianza, qué quieres que te hagamos. No quedarás defraudado, si nos honras, nos reverencias y tratas de ser inteligente.

ESTREPSÍADES

Señoras, tan sólo os pido este pequeñísimo favor; ser el más elocuente de los griegos con cien estadios de ventaja.

CORIFEO

Obtendrás eso de nosotras. A partir de este momento nadie impondrá su opinión en la Asamblea más veces que tú.

ESTREPSÍADES

De opiniones sobre grandes asuntos, ni hablar. No deseo eso, sino torcer la justicia en lo que me toca personalmente y escurrirme de los acreedores.

CORIFEO

[430] Obtendrás lo que anhelas, pues no son grandes tus aspiraciones. ¡Ea!, ponte sin recelo en manos de nuestros ministros.

ESTREPSÍADES

Lo haré confiado en vosotras. La necesidad me aprieta, por culpa de los caballos marcados con la copa y de un casorio que me hizo trizas.

[439-456] Ahora, sin más, para lo que quieran, [syst. an .

este mi cuerpo en sus manos pongo, [440]

presto a los golpes, al hambre y la sed,

a la mugre y al frío, a que lo desuellen

y hagan un odre con su pellejo,

con tal de librarme de las deudas

y de parecer a la gente audaz,

elocuente, atrevido, desenvuelto,

infame, urdidor de mentiras,

inventor de palabras,

picapleitos: un código vivo,

un crótalo, un zorro, un practicón;

astuto, fingidor, escurridizo,

embaucador, un aguijón; asqueroso, [450]

retorcido, insoportable, chupón.

Si eso me llaman por la calle,

que me hagan sin más cuanto precisen,

hasta morcilla, ¡por Deméter!,

si les da la gana, para servírsela

a los pensadores.

CORIFEO [457-475 (da epitr)

Voluntad resoluta, no indecisa,

hay en éste. Entérate de que,

si esto aprendes de mí,

tu fama entre los mortales [460]

llegará hasta el cielo.

ESTREPSÍADES

¿Qué me ocurrirá?

CORIFEO [476-477 (4 an cat)

Conmigo todo el tiempo tendrás todo el tiempo la vida más envidiable de los hombres.

ESTREPSÍADES

¿Veré yo eso algún día?

CORIFEO

Hasta el punto de que habrá siempre muchos sentados a tu [470] puerta, deseosos de comunicarte y discutir contigo asuntos y pleitos de muchos talentos, a la altura de tu inteligencia para tomar de ti consejo. (A Sócrates. ) ¡Ea!, trata de impartir al anciano las enseñanzas previas que vayas a darle. Azuza su mente y pon a prueba su juicio.

Esc. dial SÓCRATES [478-509 (3 ia)

Vamos ya, dime tu manera de ser, para que, enterado de [480] cómo es, te aplique acto seguido ingenios nuevos.

ESTREPSÍADES

¿Qué dices? ¡Por los dioses!, ¿piensas atacarme con ellos 62 como si fuera una muralla?

SÓCRATES

No. Quiero hacerte unas breves preguntas. ¿Tienes buena memoria?

ESTREPSÍADES

Según y cómo, ¡por Zeus! Si alguien me debe algo, la tengo muy buena; si debo yo, soy por desgracia muy olvidadizo.

SÓCRATES

En tus dotes naturales, ¿tienes facilidad de palabra?

ESTREPSÍADES

La de decir, no; la de desdecir 63 , sí.

SÓCRATES

¿Cómo podrás entonces aprender?

ESTREPSÍADES

Descuida. Bien.

SÓCRATES

En ese caso, cuando te ponga por delante 64 una docta cuestión [490] sobre cosas celestes, procura atraparla inmediatamente.

ESTREPSÍADES

¿Qué pasa? ¿Se me va a dar de comer la sabiduría como a los perros?

SÓCRATES

(Aparte. ) Este individuo es un ignorante y un bárbaro. (A Estrepsíades. ) Me temo, viejo, que necesites golpes. Veamos, ¿qué haces si te pega alguien?

ESTREPSÍADES

Recibo los golpes, dejo pasar un rato, busco testigos y luego voy a reclamar justicia.

SÓCRATES

Anda, entonces quítate el manto.

ESTREPSÍADES

¿Falté en algo?

SÓCRATES

No, pero la norma es entrar a cuerpo.

ESTREPSÍADES

Pero ¡si no voy a entrar a hacer una pesquisa 65 !

SÓCRATES

Deposítalo en el suelo. ¿A qué esa tontería?

ESTREPSÍADES

[500] Dime sólo esto. Si soy estudioso y aprendo con aplicación, ¿a cuál de tus discípulos me pareceré?

SÓCRATES

Serás igualito que Querefonte en tu disposición.

ESTREPSÍADES

¡Desdichado de mí!, quedaré medio muerto.

SÓCRATES

Basta de cháchara. Rápido, sígueme aquí de una vez.

ESTREPSÍADES

Ponme antes en las manos una torta de miel 66 . Me da tanto miedo entrar como bajar al antro de Trofonio (se acerca a la puerta y se asoma al interior ).

SÓCRATES

Adelante. ¿Qué fisgas en la puerta? (Entran. )

Pbs. 510-626 CORO [Kom. 510-517 (syst. an epitr)

Vete con dios, por ese arrojo. [510]

¡Ojalá la suerte acompañe al viejo!,

porque, bien entrado en años,

tiñe su edad de modernismos

y cultiva la sabiduría.

Pbs CORIFEO [518-562 (eupol)

Espectadores. Os voy a decir sinceramente la verdad: lo juro por Dioniso, el dios que me ha criado. ¡Ojalá estuviera tan seguro [520] de vencer y ser considerado poeta de talento, como lo estaba cuando os tenía por espectadores entendidos y a ésta, por la mejor de mis comedias, y estimé por ello que merecíais ser los primeros en gustar una obra que me costó tantísimo esfuerzo! Luego salí vencido por autores vulgares 67 sin merecerlo. Eso os lo tengo que echar en cara a los entendidos, por quienes me tomé ese trabajo. Pero, ni aun así, traicionaré voluntariamente a quienes de vosotros son inteligentes. Desde el momento en que aquí dispensaron al Joven comedido y al Maricón 68 una excelente [530] acogida personas de las que da gusto hablar, y expuse yo, por no serme lícito parir como mozuela que era todavía, a esa criatura que recogió otra muchacha, vosotros la criasteis y educasteis generosamente. Desde entonces tengo una prenda fidedigna de vuestro discernimiento. Ahora, como aquella famosa Electra, esta comedia ha vuelto para ver si se encuentra con espectadores tan entendidos. Reconocerá, sin duda, si lo ve, el rizo de su hermano 69 . Mirad qué talante más modoso tiene: ante todo, no viene con un colgajo de cuero cosido, rojo en la punta y [540] grueso 70 , para hacer reír a los chiquillos; no se burla de los calvos, ni saca a escena el cordax 71 ; el viejo que recita los versos no golpea con su bastón a su interlocutor, para disimular así la poca gracia de sus bromas; ni irrumpe en la escena con antorchas, ni da gritos. Ha venido confiada en sí misma y en sus versos. Y yo, como poeta de esta índole que soy, ni me ufano 72 de ello, ni trato de engañaros escenificando dos o tres veces lo mismo. Invento y os ofrezco siempre nuevos argumentos, en nada parecidos [550] entre sí y todos ellos ingeniosos. Cuando Cleón tenía el mayor predicamento, yo le golpeé el estómago 73 , pero una vez muerto 74 , ya no volví a ensañarme con él 75 . Éstos, en cambio, tan pronto como les dio Hipérbolo 76 por donde agarrarle, no dejan de patearle al pobre, a él y a su madre 77 . Comenzó Éupolis, cuando sacó a escena a trompicones su Maricante 78 , dando la vuelta torpemente, como torpe que es, al paño de nuestros Caballeros, a los que por mor del kórdax, les añadió esa antigua creación de Frínico, la vieja borracha a la que trataba de devorar el cetáceo 79 . Volvió luego Hermipo a meterse en sus comedias con Hipérbolo, y ahora ya arremeten contra él todos los demás, imitando esa comparación mía de las angulas 80 . Pues bien, quien [560] se ría con semejantes recursos, que no goce con los míos. Pero, si os regocijáis conmigo y con mis hallazgos, en las demás ocasiones daréis impresión de sensatez.

Syz epirrh. 563-626 CORO [Od. 563-574 (glyc cho)

A Zeus primero, señor de lo alto,

gran rey de los dioses

le invoco a nuestro coro:

Y al muy potente administrador

del tridente, que sacude violento

la tierra y el salobre del mar;

y a nuestro padre de ínclito nombre,

el muy venerado Éter que nutre [570]

la vida de todos, y al auriga

que con sus superbrillantes rayos

ocupa la llanura de la tierra,

deidad grande entre los dioses

y entre los mortales.

Ep. 575-594 CORIFEO (4 tro cat)

Sagacísimos espectadores, prestad atención a esto. Os echamos en cara vuestro agravio. Hacemos a la ciudad más beneficios que todos los dioses y somos las únicas deidades a quienes no ofrecéis sacrificios ni libaciones, y eso que velamos por vosotros. [580] Se prepara una expedición atolondradamente, tronamos entonces o llovemos. Cuando elegisteis como general a un curtidor paflagonio 81 aborrecido por los dioses, fruncimos el entrecejo y mostramos nuestra indignación: «retumbó el trueno entre relámpagos» 82 , abandonó la luna sus caminos y el sol retrajo inmediatamente su mecha para sí y os dijo que no iluminaría, si iba a ser general Cleón 83 . Pese a todo, le elegisteis. Dicen que las malas determinaciones son innatas en esta ciudad, pero que los [590] dioses hacen salir bien vuestras equivocaciones. Que esto también redundará en provecho vuestro, lo demostraremos fácilmente. Si a Cleón, esa voraz gaviota, le condenáis por soborno y robo y le ponéis después una argolla en el cuello, de nuevo las cosas volverán a su anterior estado, aunque hayáis errado, y el asunto revertirá en bien de la ciudad.

AOd. 596-606 CORO (glyc cho)

Ven a mi vera otra vez, señor Febo Delio,

que resides en el peñasco

de elevada cresta del Cinto 84 ;

y tú, bienaventurada, que ocupas

la áurea mansión de Éfeso 85 ,

donde te veneran fervorosamente [600]

las hijas de los lidios;

Y tú, diosa de nuestra tierra,

que llevas las riendas de la égida 86 ,

Atenea, protectora de la ciudad;

y tú que moras en el rocoso Parnaso

y resplandeciente con el fulgor

de las antorchas sobresales entre las délficas

bacantes, Dioniso, patrón de la jarana.

AEp. 607-626 CORIFEO (4 tro cat)

Mientras nos preparábamos para venir aquí, la luna se tropezó con nosotras y nos encomendó trasmitir, primero, un saludo a los atenienses y aliados; luego afirmó estar enojada del trato [610] indigno que le dais, cuando os hace beneficios a todos, no de palabra, sino a las claras. El primero, el de ahorrar en antorchas al mes no menos de una dracma. Tanto es así que, al salir a la caída de la tarde, todos decís: «no compres antorcha, chico, pues hay un hermoso claro de luna». Otros favores os hace, afirma, pero vosotros no queréis llevar correctamente el cómputo de los días y revolvéis todo de arriba abajo. De suerte que, según dice, los dioses la amenazan siempre que se ven frustrados de un almuerzo y regresan a casa sin obtener la fiesta debida según el [620] calendario 87 . Cuando se debe sacrificar, torturáis y juzgáis. «Muchas veces —añadió— mientras nosotros los dioses guardamos ayuno con motivo de un duelo por Memnón o Sarpedón 88 , vosotros hacéis libaciones y os reís. Por ello, cuando este año le tocó en suerte a Hipérbolo ir de delegado a Delfos 89 , nosotros los dioses le arrancamos la guirnalda. Así se enterará mejor de que es preciso ajustar los días de la vida a la luna».

Escc. con Strr. 627-888 SÓCRATES [627-699 (3 ia)

(Saliendo del Pensadero. ) ¡Por la Respiración, por el Caos, por el Aire!, jamás vi hombre tan rústico, tan lerdo, tan torpe y [630] olvidadizo. Apenas trata de aprender un par de chorradas y ya se le olvidan antes de aprenderlas. Con todo, le haré salir aquí, a la puerta, a plena luz. ¿Dónde está Estrepsíades? ¿Vas a salir de una vez con el camastro?

ESTREPSÍADES

(Saliendo. ) No me dejan sacarlo las chinches.

SÓCRATES

Ponlo en el suelo de una vez y atiende.

ESTREPSIADES

Ya está.

SÓCRATES

Vamos ya: ¿qué quieres aprender primero de lo que nunca [640] aprendiste? Dímelo. ¿Los metros 90 , los ritmos o los versos?

ESTREPSÍADES

Las medidas. El otro día me estafó un tahonero con una de dos quénices.

SÓCRATES

No te pregunto eso, sino cuál de las medidas te parece la más bella: ¿el trímetro o el tetrámetro?

ESTREPSÍADES

Ninguna que no llegue al medio sextillo 91 .

SÓCRATES

Estás diciendo idioteces, buen hombre.

ESTREPSÍADES

Apuéstate entonces conmigo a que el medio sextillo no son cuatro medidas 92 .

SÓCRATES

¡ A los cuervos! ¡Qué rústico y duro de mollera eres! (Irónicamente ..) Pronto aprenderás tú los ritmos.

ESTREPSÍADES

Y ¿de qué me valdrán los ritmos para el condumio?

SÓCRATES

[650] Ante todo para ser ingenioso en una reunión, distinguiendo cuál de ellos va por enoplios y cuál por dáctilos.

ESTREPSÍADES

¿Por dáctilos? ¡Por Zeus!, eso lo sé.

SÓCRATES

(Mostrándole el índice. ) Dime entonces: ¿qué otro ‘dátil’ 93 hay aparte de éste?

ESTREPSÍADES

(Sacando el corazón. ) Antaño, cuando era niño, había éste.

SÓCRATES

Eres un rústico y un lerdo.

ESTREPSÍADES

Es que no quiero, tío pelmazo, aprender nada de eso.

SÓCRATES

Entonces, ¿qué?

ESTREPSÍADES

Eso, eso, el argumento más injusto.

SÓCRATES

Pues antes tienes que aprender otras cosas, por ejemplo, qué masculinos hay entre los cuadrúpedos.

ESTREPSÍADES

Los masculinos, si no estoy loco, me los sé: camero, cabrón, [660] toro, perro, vencejo.

SÓCRATES

¿Ves lo que te pasa? Llamas vencejo a la hembra lo mismo que al macho.

ESTREPSÍADES

¿Cómo es eso? Dime.

SÓCRATES

¿Que cómo? Vencejo y vencejo.

ESTREPSÍADES

¡Por Posidón! Ahora, ¿cómo debo llamarlos?

SÓCRATES

Venceja y al otro vencejo 94 .

ESTREPSÍADES

¿Venceja? Valga, pues ¡voto al Aire! Por sólo esta enseñanza te cubriré de harina el duerno hasta el borde.

SÓCRATES

[670] Ya está: de nuevo otro error. Haces masculino al duerno cuando es femenino.

ESTREPSÍADES

¿En qué sentido hago masculino al duerno?

SÓCRATES

En el mismo exactamente que a Cleónimo.

ESTREPSÍADES

¿Cómo es eso? Explícalo.

SÓCRATES

Que el duerno 95 vale para ti lo mismo que Cleónimo.

ESTREPSÍADES

Buen hombre, Cleónimo ni siquiera tenía duerno. De amasar, amasaría en un mortero redondo 96 . En adelante, ¿cómo debo llamarlo?

SÓCRATES

¿Cómo? La duerna. De la misma manera que dices ‘la Sóstrata’.

ESTREPSÍADES

La duerna, ¿en femenino?

SÓCRATES

Así, correcto.

ESTREPSÍADES

Luego debiera decirse: duerna, Cleónima. [680]

SÓCRATES

Sobre los nombres propios, sin embargo, todavía te queda por aprender cuáles de ellos son masculinos, y cuáles femeninos.

ESTREPSÍADES

Los femeninos los sé.

SÓCRATES

Dilos.

ESTREPSÍADES

Lisila, Filinna, Clitágora, Demetria.

SÓCRATES

Y ¿cuáles son masculinos?

ESTREPSÍADES

Un montón: Filóxeno, Melesias, Aminias 97 .

SÓCRATES

¡Imbécil! Ésos no son masculinos.

ESTREPSÍADES

¿Para vosotros no son masculinos?

SÓCRATES

En modo alguno, pues, de encontrarte con Aminias, ¿cómo le llamarías?

ESTREPSÍADES

[690] ¿Que cómo? Así: ven acá, Aminia 98 .

SÓCRATES

¿Lo ves? A ‘la Aminia’ la llamas como mujer.

ESTREPSÍADES

¿Y no es justo, si no va a la mili? Pero, ¿por qué he de aprender lo que todos sabemos?

SÓCRATES

Nada de eso, ¡por Zeus! (Señalando el camastro .) ¡Ea! Échate ahí y...

ESTREPSÍADES

¿Qué hago?

SÓCRATES

Reflexiona sobre algún asunto tuyo.

ESTREPSÍADES

Ahí no, te lo suplico. Si es preciso, déjame reflexionarlo en el suelo.

SÓCRATES

No cabe otra alternativa. (Entra en el pensadero. )

ESTREPSÍADES

¡Desdichado de mí! ¡Buena me la van a dar hoy las chinches

Str. 700-706 CORO (4 cho cola lyr.)

Medita ya y observa. Revuélvete cuanto puedas, [700]

hasta que te hayas concentrado.

Pero tan pronto como caigas en aprieto,

salta a otro pensamiento de tu mente.

Que el sueño, dulzor del ánimo, se aparte de tus ojos.

ESTREPSÍADES [707-722 (ia lyr.)

¡Ayayay!

CORO

¿Qué te pasa? ¿Qué te duele?

ESTREPSÍADES

Estoy perdido, pobre de mí .

Del camastro se arrastran

a picarme los cor ... intios 99 . [710]

Me devoran los costados,

me absorben el alma,

me arrancan los cojones,

me perforan el culo,

y me van a matar

CORIFEO

No hagas tantos aspavientos.

ESTREPSÍADES

¡Cómo no voy a hacerlos!

Se me fue el dinero,

y se me fue la piel,

se me fue el calzado,

[720] y para colmo de males ,

por poco me he ido también

a hacer la guardia cantando 100 .

Esc. ia SÓCRATES [723-888 (3 ia)

(Saliendo del pensadero .) ¡Eh!, tú, ¿qué haces? ¿No meditas?

ESTREPSÍADES

¿Yo? Sí, ¡por Posidón!

SÓCRATES

¿Y qué has meditado?

ESTREPSÍADES

Si las chinches dejarán algo de mí.

SÓCRATES

Te vas a perder de mala manera. (Entra en el pensadero. )

ESTREPSÍADES

Buen hombre, hace rato estoy perdido.

CORIFEO

No hay que ablandarse. Ponte el embozo. Hay que encontrar una idea privativa y un engaño.

ESTREPSÍADES

[730] ¡Ay! ¿Quién me podría echar encima, en vez de pellizas, una idea privativa?

SÓCRATES

(Saliendo. ) Antes que nada voy a ver qué hace éste. ¡Eh!, tú, ¿estás durmiendo?

ESTREPSÍADES

¡Por Apolo!, yo no.

SÓCRATES

¿Tienes algo?

ESTREPSÍADES

Ciertamente, ¡voto a Zeus!, no.

SÓCRATES

¿Nada en absoluto?

ESTREPSÍADES

Nada, salvo el carajo en la diestra.

SÓCRATES

Embózate y piensa algo de una vez. [740]

ESTREPSÍADES

¿Sobre qué? Indícamelo tú, Sócrates.

SÓCRATES

Descubre primero por tu cuenta lo que quieres y dímelo.

ESTREPSÍADES

Has oído mil veces lo que quiero. Se trata de los intereses, de no devolvérselos a nadie.

SÓCRATES

Vamos ya, cúbrete, corta el pensamiento en finos trocitos y considera a fondo tus cosas, separándolas y observándolas correctamente.

ESTREPSÍADES

¡Desdichado de mí!

SÓCRATES

Tranquilo. Si te encuentras en dificultad con algún pensamiento, déjalo y apártate de él. Agítalo de nuevo después en tu mente y sopésalo.

ESTREPSÍADES

Socratín de mi alma.

SÓCRATES

¿Qué hay, viejo?

ESTREPSÍADES

Tengo una idea privativa del interés.

SÓCRATES

Exponla.

ESTREPSÍADES

Dime...

SÓCRATES

¿El qué?

ESTREPSÍADES

Si me comprara una hechicera de Tesalia 101 , descolgase de [750] noche la luna, la encerrara en un estuche redondo, como a un espejo, y después la mantuviera vigilada...

SÓCRATES

¿Y de qué diantre te iba a valer eso?

ESTREPSÍADES

¿De qué? Si la luna no volviera a salir por ninguna parte, no pagaría los intereses.

SÓCRATES

¿Por qué?

ESTREPSÍADES

Porque el dinero se toma prestado al mes.

SÓCRATES

Bien traído. Te propondré otro ejercicio de ingenio. Si alguien te pusiera un pleito de cinco talentos, ¿cómo te lo quitarías [760] de encima? Dímelo.

ESTREPSÍADES

¿Cómo? ¿Cómo? No sé. Tengo que indagarlo.

SÓCRATES

No tengas siempre enrollado en ti el pensamiento. Suelta la mente al aire con un hilo atado al pie, como un escarabajo.

ESTREPSÍADES

Ya di con una forma muy ingeniosa de hacer desaparecer el proceso. Tú mismo me lo habrás de reconocer.

SÓCRATES

¿Qué forma?

ESTREPSÍADES

¿Has visto en las boticas esa piedra hermosa y transparente con la que encienden fuego?

SÓCRATES

¿Te refieres al cristal?

ESTREPSÍADES

[770] Sí. ¿Qué te parecería si, cuando lo está registrando el secretario me pongo detrás, así, de cara al sol, y derrito con ella las letras de mi proceso 102 ?

SÓCRATES

Muy ingenioso, ¡por las Gracias!

ESTREPSÍADES

¡Jo! ¡Qué gusto habérseme tachado un proceso de cinco talentos!

SÓCRATES

Ahora coge esto otro al vuelo.

ESTREPSÍADES

¿El qué?

SÓCRATES

Metido en un pleito y a punto de perderlo en ausencia de testigos, ¿cómo te zafarías?

ESTREPSÍADES

De la manera más sencilla y fácil.

SÓCRATES

Explícate.

ESTREPSÍADES

Me explico. Cuando sólo quedara una causa por ver, antes [780] de convocarse la mía, correría a ahorcarme.

SÓCRATES

No es solución lo que dices.

ESTREPSÍADES

Sí lo es, ¡por los dioses! Muerto yo nadie me pondría un pleito.

SÓCRATES

Majaderías. ¡Vete al cuerno! No seguiré enseñándote.

ESTREPSÍADES

Y eso ¿por qué? Sí seguirás, Sócrates, ¡por los dioses!

SÓCRATES

Pero, ¡si olvidas inmediatamente lo que aprendes! Un ejemplo: ¿cuál fue la primera lección que recibiste? Dila.

ESTREPSÍADES

Veamos: ¿qué diantre fue lo primero? ¿Qué era lo primero? ¿Cuál era el cacharro en el que amasamos la harina? ¡Ay! ¿Cuál era?

SÓCRATES

[790] ¡Vete a pudrirte con los cuervos, vejestorio sin memoria, grandísimo zopenco!

ESTREPSÍADES

¡Ay! ¿Qué va a ser de mí, desdichado? Me perderé si no aprendo a darle vueltas a la lengua. (Al corifeo. ) ¡Oh! Nubes, dadme algún buen consejo.

CORIFEO

Nosotras, anciano, si tienes algún hijo crecido, te aconsejamos que lo mandes a aprender en tu lugar.

ESTREPSÍADES

Hijo tengo uno, buen muchacho, pero no quiere aprender. ¡Qué le voy a hacer!

CORIFEO

¿Y tú se lo consientes?

ESTREPSÍADES

[800] Es que rebosa de fuerza y de vigor y desciende de mujeres de mucho plumaje de la familia de Césira. Pero iré a buscarle y, si no quiere, no se librará de que le eche de casa. (A Sócrates. ) Aguárdame un rato mientras entro (va a su casa ).

CORO [804-813 (4 cho)

(A Estrepsíades.) ¿No ves los muchísimos beneficios

que dentro de un momento recibirás

de, entre los dioses, sólo de nosotras?

(A Sócrates.) ¡Qué dispuesto está éste a hacer

cuanto le mandes!

Conociendo tú la estupefacción [810]

y la evidente exaltación del individuo,

cuanto antes aprovéchate de él lo más que puedas,

pues suelen semejantes situaciones

inclinarse en el sentido opuesto.

ESTREPSÍADES [814-88 (3 ia)

(Empujando a su hijo. ) ¡Por la Niebla!, no te quedarás aquí. Te vas a ir a comer las columnas de Megacles 103 .

FIDÍPIDES

¡Infeliz! ¿Qué demontre te pasa, padre? ¡Por Zeus Olímpico! No estás en tus cabales.

ESTREPSÍADES

(Riéndose irónicamente ) Mira tú, mira: ¡Zeus Olímpico! ¡Qué locura creer en Zeus a sus años!

FIDÍPIDES

¿Por qué, se puede saber, te ríes de eso? [820]

ESTREPSÍADES

De pensar que eres un mozuelo y tienes ideas anticuadas. (Bajando la voz. ) Pese a todo, acércate, para enterarte mejor y te explicaré una cosa. Si la aprendes, te harás un hombre. Pero no se lo cuentes a nadie.

FIDÍPIDES

(Acercándose ) Aquí me tienes. ¿Qué es?

ESTREPSÍADES

Acabas de jurar por Zeus.

FIDÍPIDES

Sí.

ESTREPSÍADES

¿Ves qué bueno es aprender?

Zeus, no existe, Fidípides.

FIDÍPIDES

Entonces, ¿quién...?

ESTREPSÍADES

Quien reina es Torbellino. Ha expulsado a Zeus.

FIDÍPIDES

¡Ay! ¿Qué tonterías dices!

ESTREPSÍADES

Entérate: es así.

FIDÍPIDES

[830] ¿Quién lo dice?

ESTREPSÍADES

Sócrates de Melo 104 y Querefonte, que conoce las huellas de las pulgas.

FIDÍPIDES

¿Tan loco estás, que haces caso a esos chiflados?

ESTREPSÍADES

Cierra el pico y no insultes a gente entendida y sensata. Por ahorrar, ninguno de ellos se cortó jamás el pelo, ni se ungió, ni fue a lavarse a la casa de baños; tú te gastas mi pasta en baños, como si yo la hubiera palmado. Vas a ir inmediatamente a aprender en mi lugar.

FIDÍPIDES

Y ¿qué cosa de utilidad se puede aprender de ellos? [840]

ESTREPSÍADES

¿De veras lo dudas? Toda la sabiduría del mundo. Caerás en cuenta de lo crasa que es tu ignorancia. ¡Ea!, espérame aquí un momento (entra en su casa ).

FIDÍPIDES

¡Ay! ¿Qué haré con este desvarío de mi padre? ¿Le llevo ante el juez y le hago condenar por demencia o voy a contar su locura a los fabricantes de ataúdes?

ESTREPSÍADES

(Saliendo con un criado que lleva dos aves en sendas jaulas. ) Veamos, ¿qué nombre le das a éste? Dímelo.

FIDÍPIDES

Vencejo.

ESTREPSÍADES

Bien. Y a esta otra ¿cuál?

FIDÍPIDES

Vencejo.

ESTREPSÍADES

[850] ¿El mismo a las dos? Me haces reír. No lo hagas así en adelante. A ésta llámala ‘venceja’ y a éste ‘vencejo’.

FIDÍPIDES

¿Venceja? ¿Ésas son las sutilezas que aprendiste hace un momento ahí dentro, con esos hijos de la Tierra 105 ?

ESTREPSÍADES

Y también otras muchas. Pero lo que aprendía en cada caso, lo olvidaba inmediatamente por culpa de mis muchos años.

FIDÍPIDES

¿Por eso también perdiste el manto 106 ?

ESTREPSÍADES

No lo perdí, lo gasté pensando.

FIDÍPIDES

Y las sandalias 107 , insensato, ¿dónde las has echado?

ESTREPSÍADES

Las perdí «en lo debido», como Pericles 108 . Pero, venga, camina, [860] vayamos. Si luego te equivocas, será por obedecer a tu padre. También yo una vez, no se me olvida, cuando tenías seis años, por hacer caso a tu media lengua, te compré, con el primer óbolo que gané de juez, un carrito en las Diasias.

FIDÍPIDES

(Resignadamente .) Te pesará esto andando el tiempo.

ESTREPSÍADES

¡Bien por tu obediencia!

(Alzando la voz. ) Sócrates, sal acá. Aquí te traigo a mi hijo. Le convencí a pesar de su resistencia.

SÓCRATES

(Saliendo. ) Es natural. Todavía es un chiquillo y no está curtido en los aparejos colgantes de aquí.

FIDÍPIDES

Curtido tú, cual manto viejo 109 , ibas a quedar, si te colgaran. [870]

ESTREPSÍADES

¡Al cuerno! ¿Le vas a echar una maldición a tu maestro?

SÓCRATES

(Irónicamente .) ¡Mira tú! «Si te col-ga-ran». Lo pronunció como un tonto con los labios separados. ¿Cómo va a aprender ése la manera de zafarse de un proceso o de una citación, o la de templar ánimos de forma persuasiva? Aprender eso le costó un talento a Hipérbolo.

ESTREPSÍADES

Descuida, enséñale. Es de natural avispado. No era todavía un rapacín ni tanto así, y ya construía en su cuarto casitas y [880] naves, y fabricaba carritos de cuero y no veas lo bien que hacía ranas con cáscaras de granadas. Ocúpate de que aprenda aquellos dos argumentos, el fuerte, cualquiera que sea, y el débil, ese que echa abajo al fuerte defendiendo lo injusto. Si los dos no, al menos el injusto, por lo que más quieras.

SÓCRATES

Aprenderá de ambos argumentos en persona. Yo me retiro.

ESTREPSÍADES

No se te olvide: que pueda refutar todo lo justo.(Entra Sócrates y salen los dos argumentos discutiendo. )

Ag. 889-1104 ARGUMENTO JUSTO

[PrAg. 889-948 (Syst. an)

[890] Ven aquí. Muéstrate a los espectadores, aunque huelga la invitación, porque no tienes vergüenza.

ARGUMENTO INJUSTO

Ve adonde gustes. Hablando ante la multitud te destruiré mucho mejor.

ARGUMENTO JUSTO

¿Destruirme tú? ¿Quién eres?

ARGUMENTO INJUSTO

Un argumento.

ARGUMENTO JUSTO

¡Ah!, sí: el débil.

ARGUMENTO INJUSTO

Pero me sobro y me basto para vencerte, aunque presumas de ser más fuerte que yo.

ARGUMENTO JUSTO

¿Con qué argucias?

ARGUMENTO INJUSTO

Inventando máximas nuevas.

ARGUMENTO JUSTO

Están en auge, sí, por la insensatez (señalando al público ) de éstos.

ARGUMENTO INJUSTO

Al contrario, por su inteligencia.

ARGUMENTO JUSTO

Te destruiré malamente.

ARGUMENTO INJUSTO

Dime ¿cómo? [900]

ARGUMENTO JUSTO

Diciendo lo justo.

ARGUMENTO INJUSTO

Lo echaré por tierra replicándote. La justicia, ni tan siquiera existe, te lo aseguro.

ARGUMENTO JUSTO

¿Afirmas que no existe?

ARGUMENTO INJUSTO

Dime, si no, dónde.

ARGUMENTO JUSTO

Junto a los dioses.

ARGUMENTO INJUSTO

Si existiera la Justicia, ¿cómo es que no la palmó Zeus que encadenó a su propio padre?

ARGUMENTO JUSTO

¡Puf! Ya me viene la arcada. Dadme una jofaina.

ARGUMENTO INJUSTO

Eres un viejo chocho y desvencijado.

ARGUMENTO JUSTO

Y tú, un maricón desvergonzado...

ARGUMENTO INJUSTO

[910] Me estás echando flores.

ARGUMENTO JUSTO

Y un payaso.

ARGUMENTO INJUSTO

Me coronas de lirios.

ARGUMENTO JUSTO

Y un parricida.

ARGUMENTO INJUSTO

Me estás espolvoreando de oro, y no te das cuenta.

ARGUMENTO JUSTO

Antaño no sería de eso, sino de plomo.

ARGUMENTO INJUSTO

Pero hogaño ese insulto me sirve de adorno.

ARGUMENTO JUSTO

Eres un caradura de mucha cuenta.

ARGUMENTO INJUSTO

Y tú, un anticuado.

ARGUMENTO JUSTO

Por tu culpa ningún muchacho

quiere frecuentar la escuela

y un día descubrirán los atenienses

qué enseñanzas das a los necios.

ARGUMENTO INJUSTO

Tu miseria es vergonzosa. [920]

ARGUMENTO JUSTO

Y a ti te van bien las cosas,

y eso que antes pedías limosna,

diciendo que eras Télefo 110 el misio

y mordisqueabas sentencias

como esas de Pandéleto 111

que sacabas de la alforja.

ARGUMENTO INJUSTO

¡Qué sabiduría...!

ARGUMENTO JUSTO

¡Qué locura...!

ARGUMENTO INJUSTO

... La que has mencionado.

ARGUMENTO JUSTO

... La tuya y la

de la ciudad que te cría

para ruina de los muchachos.

ARGUMENTO INJUSTO

A éste, un carcamal como Crono, no le irás a enseñar tú.

ARGUMENTO JUSTO

[930] Por supuesto, si interesa que se salve

y no sólo que practique el parloteo.

ARGUMENTO INJUSTO

(A Fidípides. ) Ven aquí, déjale a ése con su locura.

ARGUMENTO JUSTO

Llorarás, si le pones la mano encima.

CORIFEO

Dejaos de disputas y de insultos.

Muestra tú qué cosas enseñabas

a los de antes, y tú la nueva educación

para que, oída vuestra disputa, decida

con cuál de los dos irá a aprender.

ARGUMENTO JUSTO

Estoy dispuesto a hacerlo.

ARGUMENTO INJUSTO

Y yo también lo estoy.

CORIFEO

¡Ea!, pues, ¿cuál de los dos hablará primero? [940]

ARGUMENTO INJUSTO

Le concederé esa ventaja.

Luego, de acuerdo con lo que diga,

le acribillaré a flechazos con la novedad

de mis palabrejas y raciocinios.

Por último, si vuelve a rechistar

perecerá de las picaduras, como de avispones,

que le hará en la cara entera y ambos ojos

el aguijón de mis sentencias.

Od. CORO [949-958 (cho)

Ahora van a mostrar ambos, confiados [950]

en la destreza de sus palabras y cavilaciones,

y en sus cogitaciones sentenciosas,

cuál de los dos evidentemente es

el que mejor se expresa.

Ahora se ha tirado por aquí

el riesgo entero de la sabiduría 112

por la cual estos amigos míos

han de entablar la mayor porfía.

Kat. CORIFEO [959-60 (4 an cat)

(Al Argumento Justo. ) ¡Oh!, tú, que a los mayores coronaste [960] de muchas buenas costumbres, rompe a hablar como te guste y explica tu manera de ser.

Ep. ARGUMENTO JUSTO [961-1008 (4 an cat.)

De acuerdo. Expondré cómo era la antigua educación, cuando yo florecía diciendo lo justo y había decencia. Primero, nadie debía oír rechistar palabra a un niño; luego, los del mismo barrio tenían que ir juntos por las calles en buen orden a casa del maestro de cítara, a cuerpo, aunque cayera la nieve espesa como harina; después, éste les enseñaba ante todo a cantar sin apretujar los muslos aquello de

«Palas terrible destructora de ciudades» 113

o eso de

«grito agudo que se oye a lo lejos» 114 ,

ajustando las palabras a la música que transmitieron los padres. [970] Y si alguno de ellos gastaba una broma o hacía un gorgorito, como esos de ahora tan difíciles de hacer al estilo de Frinis 115 , le salían ronchas de los muchos golpes que recibía por destruir a las Musas. Cuando se sentaban en la escuela de gimnasia, los rapaces debían estirar las piernas, para no enseñar nada indecente a los de fuera. Después, si uno se levantaba, tenía que alisar la arena, y procurar no dejar la impronta de su juventud a los enamorados. Ningún niño se ungía entonces por debajo del ombligo, de tal forma que les brotaba de las vergüenzas una especie de rocío 116 y de pelusa como en los melocotones. Tampoco amasaba blandamente la voz ante su enamorado, ni se le arrimaba ofreciéndose con la mirada. En la mesa, [980] no estaba permitido coger la cabeza del rábano, ni arrebatar a los mayores el eneldo ni el perejil, ni comportarse como un tragón, ni reírse a carcajadas, ni mantener las piernas.

ARGUMENTO INJUSTO

Eso son antiguallas, semejantes a las Dipolias 117 : les sobran cigarras 118 , tonadas de Cecides 119 y Bufonias 120 .

ARGUMENTO JUSTO

En efecto, ésas son las antiguallas con las que la educación de mi generación crió a los combatientes de Maratón. Tú, en cambio, les enseñas a los de ahora a arrebujarse enseguida en sus mantos, de tal suerte que, cuando deben danzar 121 en las Panateneas, me sofoca ver cómo mantiene alguno el escudo por [990] delante del pijo, dándosele un ardite de la Tritogenía 122 . Ante eso, muchacho, elígeme sin vacilar a mí, el argumento fuerte y aprenderás a aborrecer la plaza y a abstenerte de los baños públicos; a sentir pudor de las cosas vergonzosas y a inflamarte de ira, si alguien se burla de ti; a levantarte del asiento, cuando se acercan los mayores; a no decir inconveniencias de tus progenitores; y a no hacer nada vergonzoso, porque vas a ser la imagen misma del respeto; a no precipitarte en casa de bailarinas, para que no se haga añicos, mientras miras boquiabierto, tu buena reputación con el golpe de un melocotón 123 que te tire una putilla; aprenderás a no replicar nada a tu padre, y a no llamarle Jápeto 124 , echándole en cara la edad a que ha llegado, desde los años que te criaba cuando eras un polluelo.

ARGUMENTO INJUSTO

[1000] Si en esto, muchacho, le haces caso a éste, ¡por Dioniso!, te parecerás a los hijos de Hipócrates 125 y te llamarán niño de teta 126 .

ARGUMENTO JUSTO

¡Quiá! Pasarás el tiempo en los gimnasios, resplandeciente y lozano, sin andar parloteando en la plaza de bagatelas puntillosas como hacen los de ahora, sin verte metido en asuntejos controversiales de astucia escurridiza. Antes bien, bajarás a la Academia 127 a correr debajo de los olivos sagrados, coronado de blanda caña, en compañía de un casto muchacho de tu edad, oliendo a zarzaparrilla, a ausencia de preocupaciones y a álamo blanco cuando se le cae el amento, gozando de ese momento de la primavera en que el plátano bisbisea con el olmo.

Pn. Si haces eso que te indico, [1009-1023 (syst. an)

y a eso prestas atención, [1010]

siempre tendrás

el pecho reluciente, la tez brillante,

los hombros anchos, la lengua corta,

las cachas grandes, la picha pequeña.

Pero, si practicas lo que los de ahora,

primero tendrás

la tez macilenta, los hombros estrechos,

el pecho flaco, la lengua grande,

las cachas pequeñas, la picha grande

el proyecto de decreto largo,

y te convencerá a considerar

decente todo lo vergonzoso, [1020]

y vergonzoso lo decente.

Y encima te contagiará

la mariconería de Antímaco 128 .

AOd. CORO [1024-1033 (cho)

(Al Argumento Justo.)

¡Oh!, tú que cultivas la sabiduría,

excelsa como torre y tan ilustre.

¡Qué cauce jior ae caruura

hay en éstas tus razones!

Felices eran quienes vivían entonces.

(Al Argumento Injusto.)

Ante esto, tú, que tienes una musa

descollante por su sutileza,

has de replicar con algo nuevo,

[1030] pues el adversario se ha lucido.

AKat CORIFEO [IO34-35 (4 ia cat)

Sagaces deliberaciones parece que te harán falta contra éste, si de verdad le vas a superar y a no hacer el ridículo.

ARGUMENTO INJUSTO

Desde hace rato sentía ahogo en las entrañas y estaba ansioso de desbaratar todo eso con las máximas contrarias. Yo recibí entre los pensadores el nombre de argumento débil, precisamente por haber sido con mucho el primero en concebir replicar [1040] lo contrario a las leyes y a las sentencias justas. Y eso vale más de mil estateres 129 : elegir las razones más débiles y encima vencer. (A Fidípides. ) Observa cómo voy a refutar la educación en que confía ése, que así, de entrada, dice que te va a prohibir bañarte con agua caliente. (Al Argumento justo. ) ¿Qué razón tienes tú para vituperar los baños calientes?

ARGUMENTO JUSTO

Que son algo muy pernicioso y debilitan al hombre.

ARGUMENTO INJUSTO

Tente ahí. Ya te tengo agarrado de por medio, sin escapatoria. Indícame: ¿a cuál de los hijos de Zeus le estimas más esforzado de ánimo? ¿Cuál pasó por mayor número de penalidades? Dilo.

ARGUMENTO JUSTO

A nadie juzgo superior a Heracles. [1050]

ARGUMENTO INJUSTO

¿Dónde has visto fríos los 'baños de Heracles’ 130 ? ¿Y quién hay más varonil que él?

ARGUMENTO JUSTO

Ése precisamente, ése es el famoso argumento que llena de jovenzuelos las casas de baños para hablar el día entero y deja vacías las palestras.

ARGUMENTO INJUSTO

Vituperas también pasar el tiempo en el ágora. Yo, al contrario, lo alabo. Pues, si fuera algo malo, jamás hubiera presentado Homero en sus poemas a Néstor como ‘orador del ágora’ 131 y tampoco a todos los sabios. Pero de este punto voy a pasar a la lengua, que niega éste que hayan de practicar los jóvenes, mientras yo digo que sí. En cambio, afirma que han de ser castos. [1060] Ambas cosas dos males grandísimos. Porque, ¿a quién has visto tú que haya sacado provecho por guardar castidad? Muéstralo y menciónalo para refutarme.

ARGUMENTO JUSTO

A muchos, Peleo 132 , al menos, recibió el machete por eso.

ARGUMENTO INJUSTO

¡Un machete! Bonita ganancia obtuvo el desgraciado. Hipérbolo 133 , el de los candiles, ha sacado más de un montón de talentos por su falta de escrúpulos, y no ¡vive Zeus! un machete.

ARGUMENTO JUSTO

También se casó con Tetis 134 por su castidad Peleo.

ARGUMENTO INJUSTO

Y se le fue después, dejándole plantado, porque no era un vicioso ni agradable compañía para pasar con él la noche entera en la cama. Y a la mujer le gusta ser devorada 135 . Tú eres un [1070] jamelgo de los tiempos de Crono. (A Fidípides. ) Observa, muchacho, todo lo que implica el ser casto y de cuántos placeres te vas a privar: mancebos, mujeres, cótabos 136 , viandas, bebidas, carcajadas. ¿De qué vale la vida, si se te quita eso? Pero, basta. De aquí voy a pasar a las imposiciones de la naturaleza. Erraste, te enamoraste, cometiste un adulterio, te sorprendieron. Estás perdido, pues eres incapaz de hablar. En cambio, si vienes conmigo, goza de la naturaleza, salta, ríe, no estimes nada vergonzoso. Si por casualidad te pillan en adulterio, le replicarás al otro que no le has faltado en nada y te remitirás después a Zeus, [1080] que también sucumbe a la pasión y a las mujeres. ¿Cómo tú, que eres un mortal, podrías resistir mejor que un dios?

ARGUMENTO JUSTO

Y ¿qué pasaría, si por hacerte caso, le meten el rábano por el culo y se lo pelan con cenizas candentes 137 ? ¿Tendrá algún argumento para negar que es un culiancho 138 ?

APn ARGUMENTO INJUSTO [1085-1104 (syst. ia)

Y si queda culiancho, ¿qué mal sacará de ello ?

ARGUMENTO JUSTO

¿Qué desgracia mayor que ésa le podría ocurrir jamás?

ARGUMENTO INJUSTO

¿Qué dirás si también te venzo en esto?

ARGUMENTO JUSTO

Me callaré. ¿Qué otra cosa puedo hacer?

ARGUMENTO INJUSTO

Respóndeme entonces: ¿entre quiénes buscan los abogados?

ARGUMENTO JUSTO

[1090] Entre los culianchos.

ARGUMENTO INJUSTO

De acuerdo. ¿Y qué? ¿Entre quiénes buscan los poetas trágicos?

ARGUMENTO JUSTO

Entre los culianchos.

ARGUMENTO INJUSTO

Bien dicho. Y ¿entre quiénes los oradores de la asamblea?

ARGUMENTO JUSTO

Entre los culianchos.

ARGUMENTO INJUSTO

¿Reconoces ya

que tus razones no valen nada?

Mira a ver de qué bando hay más

entre los espectadores.

ARGUMENTO JUSTO

Así lo hago.

ARGUMENTO INJUSTO

¿Qué estás viendo?

ARGUMENTO JUSTO

¡Por los dioses!, que abundan mucho más

los culianchos. (Señalando a los espectadores.)

Al menos, a este de aquí le conozco, [ 1100]

y también a ese de ahí, y al melenudo ese de más allá.

ARGUMENTO INJUSTO

¿Qué dirás ahora?

ARGUMENTO JUSTO

Hemos perdido. Jodíos 139 ,

tomad mi manto 140 , !por los dioses!,

que me paso a vuestro bando (se quita el manto, lo entrega al Argumento Injusto y entra en el pensadero).

Esc. dial. ARGUMENTO INJUSTO [1105-1112 (3 ia)

(A Estrepsíades. ) Entonces, ¿qué? ¿Quieres llevarte a tu hijo, o te lo enseño a hablar?

ESTREPSÍADES

Enséñale, castígale y no te olvides de afilármelo bien, esta mandíbula para los procesos sin importancia; la otra afílala para [1110] los asuntos de mayor importancia 141 .

ARGUMENTO INJUSTO

Descuida, te lo llevarás hecho un perfecto sofista.

FIDÍPIDES

Macilento, creo yo, y desgraciado.

CORIFEO

(A Sócrates y a Fidípides que entran en el pensadero. ) Id, pues. (A Estrepsíades. ) Pero creo que te arrepentirás de esto (salen todos ).

2 Pbs 1113-1130 CORO [Kom. 1113 (4.ia anacl.)

(A los espectadores. ) A los jueces les queremos exponer lo que saldrán ganando si en justicia premian a este coro.

Ep. 115-113 (4 tro cat.) Ante todo, cuando queráis roturar en su momento los campos, haremos llover primero para vosotros, para los demás después. Luego, vigilaremos la producción [1120] de vuestras viñas, para que no la dañe la sequía, ni el exceso de lluvia. Pero, si alguno, siendo mortal, nos agravia a nosotras que somos diosas, que preste atención a los daños que le causaremos: no obtendrá vino, ni producto alguno de su finca, pues, cuando echen brotes los olivos y las vides, les serán amputados. Tal será el pedrisco que con nuestras hondas les dispararemos. Y si les vemos fabricar ladrillos, lloveremos y destrozaremos las tejas de la techumbre con granizos como bolas. Y si alguno celebra un casamiento suyo, de sus parientes o amigos, haremos que llueva durante toda la noche 142 , de tal forma que tal vez [1130] preferiría hallarse en Egipto a haber juzgado mal.

Esc. dial ESTREPSÍADES [1131-1153 (3ia)

(Entrando. ) El quinto, el cuarto, el tercer día antes de fin de mes; después de éste el segundo, luego el que me produce más temor, espanto y asco de todos, porque a continuación suya viene el día ‘viejo y nuevo’ 143 . Todos mis acreedores hacen el juramento, depositan la fianza 144 del juicio y afirman que me van a causar la perdición y la ruina. Por más ruegos que les hago, comedidos y justos, «amigo, no tomes esto ahora, aplaza eso otro, deja aquello», dicen que así no recuperarán jamás nada. [1140] Me tildan de estafador y afirman que me llevarán a juicio. Pero, ahora, ¡que me lleven! Me importa un bledo, si es que Fidípides aprendió a hablar bien. Aunque pronto lo sabré, si llamo al pensadero. (Golpeando la puerta. ) ¡Chico—estoy llamando—chico, chico!

SÓCRATES

(Saliendo. ) Estrepsíades, se te saluda.

ESTREPSÍADES

Y yo a ti. (Sacando una bolsa. ) Pero primero toma esto, pues hay que dar algún honorario al maestro. A propósito de mi hijo, dime si aprendió el discurso ese que hace un momento sacaste a escena.

SÓCRATES

Lo ha aprendido... [1150]

ESTREPSÍADES

¡Bien por ti! Engañifa, reina del universo.

SÓCRATES

De tal manera, que puedes salir absuelto del proceso que quieras.

ESTREPSÍADES

¿Aunque hubiera testigos cuando recibí el préstamo?

SÓCRATES

Así mejor todavía, aunque hubiera mil.

Dial. lyr. ESTREPSÍADES [II54-1171 (da epitr + cola lyr)

«Lanzaré entonces el más alto

grito» 145 . ¡Ay! llorad, usureros 146 ,

vosotros , los capitales y los intereses

de los intereses. No me volveréis

a jugar ninguna mala pasada:

tal es el hijo que se me cría

en estas mansiones, que brilla

[1160] con lengua de doble filo,

mi protector, el salvador de la morada,

la ruina de los enemigos, el quitapesares

de las grandes desgracias paternas.

(A Sócrates.) Corre adentro a llamarle a mi lado.

(Sócrates entra en el pensadero.)

Hijo, niño mío, sal de los aposentos.

Escucha a tu padre 147 .

SÓCRATES

(Saliendo con Fidípides.) Aqui lo tienes.

ESTREPSÍADES

Cariño, cariño mío.

SÓCRATES

Vete con él (entra en el pensadero).

ESTREPSÍADES [1172-1205 (3ia)

¡Ay!, hijo, ¡ay!, ¡ay! ¡Qué gusto me da ante todo ver el color [1170] de tu piel! Ahora sí por primera vez ‘negacional’ y ‘controversial’. Te sale sin más a la cara eso tan conocido de «¿qué dices tú?», y la apariencia de agraviado, cuando el que agravia, hasta de obra, eres tú: lo reconozco. En tu cara se ve la mirada del Ática 148 . Así que, ahora, procura salvarme, ya que fuiste mi perdición.

FIDÍPIDES

Tienes miedo ¿de qué?

ESTREPSÍADES

Del día viejo y nuevo.

FIDÍPIDES

¿Hay algún día viejo y nuevo?

ESTREPSÍADES

En el que, según dicen, van a depositar contra mí la fianza [1180] del juicio.

FIDÍPIDES

La perderán quienes la depositen. Es imposible que un solo día sean dos.

ESTREPSÍADES

¿Imposible?

FIDÍPIDES

¡Cómo no! Salvo que una mujer pueda ser a la vez vieja y joven.

ESTREPSÍADES

Pues así está en la ley.

FIDÍPIDES

No comprenden bien, creo, el sentido de la ley.

ESTREPSÍADES

El sentido, ¿cuál es?

FIDÍPIDES

El antiguo Solón era de natural amigo del pueblo.

ESTREPSÍADES

Eso no tiene nada que ver con el día viejo y nuevo.

FIDÍPIDES

[1190] Solón 149 fijó la citación en dos días, el viejo y el nuevo, para que los depósitos de fianza se hicieran el día primero del nuevo mes.

ESTREPSÍADES

¿Y para qué añadió el último día del viejo?

FIDÍPIDES

¡Imbécil! Para que los demandados comparecieran un día antes para reconciliarse voluntariamente, y si no, para que estuvieran angustiados desde el amanecer el día primero del nuevo mes.

ESTREPSÍADES

Entonces, ¿cómo es que los magistrados no aceptan las fianzas el día primero de mes, sino el último del anterior 150 ?

FIDÍPIDES

Hacen, me parece, lo que los catadores previos 151 . Para escamotear [1200] cuanto antes las fianzas, las catan previamente la víspera.

ESTREPSÍADES

Bien dicho. (A los espectadores. ) Desgraciados, ¿qué hacéis ahí sentados como imbéciles?, si nos servís de ganancia a los sabios, y sois como piedras, número, puro rebaño de ovejas, montón de cántaros. Tanto es así que voy a entonar, en mi honor y en el de este hijo mío, un canto de alabanza por nuestros éxitos.

Monod. Bienaventurado Estrepsíades. [1206-1213 (ia lyr)

¡Qué sabio eres tú! y

¡vaya hijo que crías!

Así dirán de mí envidiándome ,

[1210] los amigos y paisanos

cuando tú con tu elocuencia

ganes los juicios.

(A Fidípides. ) Pero primero quiero llevarte a casa y darte un agasajo (entran ambos en casa y aparece el primer deudor acompañado de un testigo ).

Escc. ia PASIAS [1214-1303 (3ia)

¿Es que se debe soltar algo de lo propio? Jamás. Hubiera sido preferible pasar un sonrojo en su momento a crearse complicaciones. (Al testigo. ) Por mi dinero, ahora te arrastro a ti como testigo de la citación, y encima me voy a enemistar con [1220] un paisano. Pero, mientras viva, jamás deshonraré a mi patria 152 . Citaré en juicio a Estrepsíades...

ESTREPSÍADES

(Saliendo. ) ¿Quién está ahí?

PASIAS

... el día viejo y nuevo.

ESTREPSÍADES

(Al testigo. ) Te pongo testigo de que hizo la citación para dos días. (A Pasias. ) ¿Por qué motivo?

PASIAS

Por las doce minas que recibiste para comprar el caballo tordo.

ESTREPSÍADES

¿Un caballo? ¿Lo oís? Pero si todos vosotros sabéis que odio la equitación.

PASIAS

Y ¡vive Zeus!, juraste por los dioses que las devolverías.

ESTREPSÍADES

Puede ser, ¡voto a Zeus! Entonces no sabía mi Fidípides el argumento irrebatible.

PASIAS

¿Y por eso piensas ahora negarlo? [1230]

ESTREPSÍADES

¿Qué provecho iba a sacar, si no, de su enseñanza?

PASIAS

¿Estarás dispuesto a negar eso donde yo te indique jurando por los dioses 153 ?

ESTREPSÍADES

¿Qué dioses?

PASIAS

Zeus, Hera, Posidón 154 .

ESTREPSÍADES

Sí, ¡por Zeus!, y hasta depositaría, con tal de jurar, un óbolo por cada uno 155 .

PASIAS

Y encima ¡ojalá perecieses por tu desvergüenza!

ESTREPSÍADES

(Dándole una palmada en el vientre. ) Lavado con sal este pellejo podría servir.

PASIAS

¡Ay! ¡Qué escarnio!

ESTREPSÍADES

Tendrá una cabida de seis azumbres 156 .

PASIAS

¡Por Zeus del gran poder y todos los dioses!, no te reirás de mí impunemente.

ESTREPSÍADES

[1240] ¡Qué regocijo tan grande me dan los dioses! Jurar por Zeus les da risa a los entendidos.

PASIAS

Pagarás esto andando el tiempo. Responde si vas o no a devolver el dinero antes de que me vaya.

ESTREPSÍADES

No te impacientes. Te voy a responder con claridad en un instante (entra en su casa ).

PASIAS

(Al testigo .) ¿Qué te parece que hará? ¿Devolverme el préstamo?

ESTREPSÍADES

(Saliendo con una artesa ) ¿Dónde está ese que me reclamaba el dinero? (A Pasias .) Di, esto ¿qué es?

PASIAS

¿Que qué es eso? Un duerno.

ESTREPSÍADES

Y siendo tan zafio, ¿me reclamas el dinero? No devolvería [1250] ni un óbolo a quien llama duerno a la duerna.

PASIAS

Entonces, ¿no lo vas a devolver?

ESTREPSÍADES

No, que yo sepa. Rápido, lárgate de una vez de mi puerta.

PASIAS

Me iré, pero entérate: voy a depositar la fianza del juicio. Si no, ¡que no siga con vida! (Sale con el testigo. )

ESTREPSÍADES

Perderás la fianza con las doce minas. Y no quisiera que te ocurriese eso por haber llamado duerno a la duerna como un necio. (Entra el segundo deudor. )

AMINIAS

¡Ay de mí!

ESTREPSÍADES

[1260] ¡Vaya! ¿Quién es ese que se lamenta? ¿Ha hablado alguna de las divinidades de Cárcino 157 ?

AMINIAS

¿Que quién soy ? ¿Quieres saberlo? Un desgraciado.

ESTREPSÍADES

Vete por donde has venido.

AMINIAS

¡Oh!, rigurosa suerte, ¡oh!, desgracias quebrantadoras del carro de mis corceles, ¡oh!, Palas ¡cómo me destruiste 158 !

ESTREPSÍADES

¿Qué daño te hizo Tlepólemo?

AMINIAS

Déjate de bromas, tío, y manda a tu hijo que me devuelva el dinero que recibió, entre otras razones porque me van mal las cosas.

ESTREPSÍADES

¿Qué dinero es ése?

AMINIAS

El que me pidió prestado. [1270]

ESTREPSÍADES

Mal te iban de verdad, según me parece.

AMINIAS

Sí, ¡por los dioses! Me caí conduciendo el carro.

ESTREPSÍADES

Entonces, ¿por qué dices sandeces, como si te hubieras caído de un burro 159 ?

AMINIAS

¿Digo sandeces por querer recuperar el dinero?

ESTREPSÍADES

Imposible que estés en tus cabales.

AMINIAS

¿Por qué?

ESTREPSÍADES

Me parece que tienes convulso el cerebro.

AMINIAS

Y a mí que tienes preparada una citación a juicio, si no me devuelves el dinero.

ESTREPSÍADES

Dime entonces tu opinión: ¿renueva constantemente Zeus [1280] el agua cada vez que llueve, o vuelve el sol a reabsorberla del suelo?

AMINIAS

No sé qué hay de eso ni me importa.

ESTREPSÍADES

Entonces, ¿cómo va a ser justo que recuperes el dinero, si no sabes nada de los fenómenos celestes?

AMINIAS

Si andas escaso de fondos, devolvedme el interés del dinero.

ESTREPSÍADES

Eso del interés, ¿qué clase de bicho es?

AMINIAS

¿Qué va a ser sino que cada mes y cada día el dinero va creciendo más y más con el fluir del tiempo ?

ESTREPSÍADES

[1290] Bien dicho. Entonces, ¿qué? ¿Crees que el mar está ahora más crecido que antes?

AMINIAS

No, ¡por Zeus!, creo que está igual. No es natural que aumente.

ESTREPSÍADES

¿Cómo entonces, desgraciado, cuando el mar no aumenta lo más mínimo, confluyendo en él tantos ríos, pretendes acrecenlar tu dinero? Vete ya lejos de esta casa a pleitear contigo mismo. (Al criado dentro de casa. ) Tráeme el aguijón.

AMINIAS

(Señalando al público. ) De esto tengo testigos.

ESTREPSÍADES

(El criado saca un aguijón. ) ¡Largo! ¿A qué esperas? Arranca de una vez, caballo de buena casta 160 .

AMINIAS

Esto ya ¿no es un escarnio?

ESTREPSÍADES

¡Arrea! Te haré correr, caballo guía 161 , pinchándote por debajo del culo con el aguijón. (Aminias se echa a correr. ) ¿Escapas? [1300] Ya te iba yo a poner en marcha 162 con las ruedas y los caballos de la biga (entra en su casa ).

Cto. 1303-1320 CORO [Str. 1303-1311

¡Lo que es desear cosas malas!

Aquí este viejo, deseoso de ellas,

trata de no devolver el dinero

que tomó prestado. De seguro hoy

tendrá algún percance, que tal vez

le hará a este sofista, en castigo

[1310] de haber iniciado los tejemanejes,

sufrir una súbita desgracia.

AStr. [1312-1320 (ia lyr)

Creo que pronto va a encontrar

lo que hace tiempo iba buscando,

que su hijo tuviese la destreza de

sostener opiniones contrarias a lo justo,

hasta el punto de vencer a todos

con los que entrara en debate,

aun diciendo las mayores inmoralidades.

[1320] Quizá, quizá, preferirá que fuera mudo.

Esc. dial ESTREPSÍADES [1321-1344 (3ia)

(Saliendo precipitadamente seguido de su hijo. ) ¡Ay! ¡Ay!, vecinos, parientes, paisanos, defendedme como sea, que me están pegando. ¡Ay!, desdichado de mí. ¡Ay!, de mi cabeza y mi carrillo. Canalla, ¿pegas a tu padre?

FIDÍPIDES

Sí, padre.

ESTREPSÍADES

¿Veis cómo reconoce que me pega?

FIDÍPIDES

Exactamente.

ESTREPSÍADES

¡Canalla, parricida, butronero!

FIDÍPIDES

Repite lo mismo y añade más. ¿No sabes que me gusta oír tantos insultos?

ESTREPSÍADES

¡Culo-cárcava! [1330]

FIDÍPIDES

Sígueme echando rosas.

ESTREPSÍADES

¿Pegas a tu padre?

FIDÍPIDES

Y demostraré, ¡voto a Zeus!, que te pegué con razón.

ESTREPSÍADES

¡Grandísimo canalla! ¿Cómo se puede pegar a un padre con razón?

FIDÍPIDES

Yo te lo demostraré y te convenceré con mis palabras.

ESTREPSÍADES

¿Me vas a convencer de eso?

FIDÍPIDES

Con la mayor facilidad. Elige cuál de los dos argumentos quieres que emplee.

ESTREPSÍADES

¿Qué dos argumentos?

FIDÍPIDES

El fuerte o el débil.

ESTREPSÍADES

Desgraciado, ¿te hice aprender, ¡vive Zeus!, a replicar a los [1340] razonamientos justos, para que vengas a persuadirme de que es justo y decente que un padre sea vapuleado por sus hijos?

FIDÍPIDES

Estoy tan seguro de convencerte que, después de oírme, no tendrás nada que replicar.

2 Ag. 1345-1451 ESTREPSÍADESA

Vale. Quiero escuchar lo que vas a decir.

Od. CORO [1345-1350 (ia + reiz)

Te toca, viejo, meditar cómo

vas a dominar al mozo,

pues éste, de no confiar en algo,

no estaría tan desmandado.

Hay algo que le da osadía.

[1350] La audacia del individuo

salta a la vista.

Kat. CORIFEO [1351-52 (4 ia cat)

Pero ¿cuál fue el motivo de que se originase la disputa? Hay que decírselo ya al coro. De todas formas, lo tendrás que hacer.

Ep. ESTREPSÍADES [1353-1385 (4 ia)

El motivo de que empezáramos a insultarnos, te lo voy a explicar. Una vez acabado el refrigerio, como sabéis, le pedí primero que tomara la lira para cantar una canción de Simónides, la de «cómo quedó el Carnero esquilado» 163 , e inmediatamente se puso a decir que estaba pasado de moda, cuando se bebía, tocar la cítara y cantar como las mujeres al moler cebada...

FIDÍPIDES

¿Y no debía darte yo golpes y patadas, desde el momento mismo en que me ordenaste cantar estando a la mesa, como si [1360] fuéramos cigarras?

ESTREPSÍADES

Lindezas como las de ahora vino a decir entonces en casa. Sostenía que Simónides era un mal poeta. En un primer momento, aunque a duras penas, me contuve. Después le pedí, en vista de eso, que tomara el ramo de mirto y me recitara algo de Esquilo. Entonces fue y dijo: «a Esquilo sí que le pongo yo en primer lugar entre los poetas, lleno como está de ruido, de incoherencia, de rimbombancia y de escarpados términos». ¿Cómo creéis que en ese momento me palpitó el corazón? Sin embargo, mordiéndome el ánimo, dije: «recita entonces alguna [1370] cosa de esas tan ingeniosas de los modernos». Y acto seguido largó un parlamento de Eurípides que refería cómo se tiró un hermano —¡la divinidad nos libre del mal 164 !— a su propia hermana de madre 165 . Ya no me pude contener e inmediatamente le cubro de un montón de oprobios y de insultos. Luego, como es natural, intercambiamos algunas palabritas. De repente salta sobre mí y se pone a machacarme, a molerme, a acogotarme, a apechugarme.

FIDÍPIDES

¿Y no lo merecías por no alabar a poeta tan excelente como Eurípides?

ESTREPSÍADES

¿Excelente ése? ¡Pedazo de...! ¿Cómo llamarle? No lo digo, porque de nuevo recibiré golpes.

FIDÍPIDES

Y con razón, ¡vive Zeus!

ESTREPSÍADES

[1380] ¿Cómo que con razón? Sinvergüenza, ¡si te crié interpretando todo lo que querías decir con tu media lengua! Si decías a-ba , yo lo entendía y te daba de beber; si pedías pa-pa, iba y te traía pan; no habías acabado de decir ca-ca , y yo te cogía, te sacaba a la puerta y te ponía a hacerla. Tú, en cambio, ahora, mientras me estabas ahogando,

Pnig por más que clamaba a voz en grito 1386-1390 (syst. ia)

que me estaba cagando, no te tomaste

la molestia, so canalla, de sacarme

fuera, a la puerta, y a punto casi

de asfixiarme, allí mismamente

[1390] tuve que hacer caca.

AOd CORO [1391-1396 (ia + reiz)

Creo que los corazones de los jóvenes

brincan de impaciencia por oír lo que dirá.

Pues sí. habiendo obrado así,

logra persuadir con su palabrería,

por la piel de los ancianos no daríamos

ni un garbanzo.

AKat CORIFEO [1397-1398 (4 ia cat)

(A Fidípides. ) Te toca a ti, que remueves y apalancas nuevas razones, encontrar un argumento convincente para que parezca justo lo que vas a decir.

FIDÍPIDES

¡Qué agradable es estar versado en temas nuevos e ingeniosos y poder despreciar las leyes establecidas! Cuando mi interés [1400] se centraba exclusivamente en la equitación, no era capaz de decir tres palabras sin equivocarme. Pero ahora, una vez que (señalando al pensadero ) aquí éste me ha quitado esa afición y abundo en máximas sutiles, razonamientos y cogitaciones, creo que voy a demostrar que es justo castigar al padre.

ESTREPSÍADES

Entonces, sigue montando a caballo, ¡por Zeus!, que prefiero mantener una cuadriga a ser molido a palos.

FIDÍPIDES

Vuelvo al punto en que me cortaste la palabra. Primero te voy a hacer esta pregunta. Cuando era niño, ¿me pegabas?

ESTREPSÍADES

Sí, por cariño y por cuidarme de ti.

FIDÍPIDES

Dime: ¿no es justo que sienta yo el mismo cariño y te pegue, [1410] supuesto que pegar es tener cariño? ¿Por qué ha de quedar tu cuerpo a salvo de golpes y el mío no? También yo he nacido libre. «Los niños lloran, ¿y crees que el padre no debe llorar?» 166 Diras que, según la costumbre, esto es lo propio del niño. Pero yo te puedo replicar que los viejos son dos veces niños 167 , y que tanto más natural es que lloren los viejos, cuanto que tienen menor justificación sus yerros.

ESTREPSÍADES

[1420] Pero en ninguna parte la ley consiente que el padre sufra ese trato.

FIDÍPIDES

¿No era un hombre, como tú y como yo, el que estableció por primera vez esta ley y convenció con sus argumentos a los antiguos? ¿Me es menos lícito a mí instaurar para el futuro una nueva ley para los hijos, la de devolver los golpes a sus padres? Los golpes que recibimos antes de la promulgación de esta ley, dejémoslos estar y concedámosles a ellos el haber recibido zurras sin tomar desquite. Pero mira a los gallos y a todos los animales de este mundo, cómo se defienden de sus padres. Y ¿en qué se diferencian de nosotros, salvo en el hecho de no redactar decretos?

ESTREPSÍADES

[1430] Ya que en todo imitas a los gallos, ¿por qué no comes también estiércol y duermes en un aseladero ?

FIDÍPIDES

No es lo mismo, majo. Ni siquiera a Sócrates se lo parecería.

ESTREPSÍADES

Si es así, no me pegues. De lo contrario, un día te lo echarás en cara.

FIDÍPIDES

¿Por qué?

ESTREPSÍADES

Porque es justo que yo te castigue y que tú castigues a tu hijo, si lo tienes.

FIDÍPIDES

Y si no lo tengo, habrá llorado en vano, y tú te habrás muerto burlándote de mí.

ESTREPSÍADES

(Al público. ) Hombres de mi edad, me parece justo lo que dice y estimo que se les debe conceder a los jóvenes lo equitativo. Es natural que lloremos, si no hacemos lo justo.

FIDÍPIDES

Considera también esta cuestión ...

ESTREPSÍADES

Estoy perdido. [1440]

FIDÍPIDES

Y tal vez no te dolerá haber sufrido el trato que recibiste.

ESTREPSÍADES

¿Cómo es eso? Explícame qué beneficio me vas a hacer después de éstos.

FIDÍPIDES

Pegaré a mi madre lo mismo que a ti.

ESTREPSÍADES

¿Qué dices? ¿Qué dices? Éste es un crimen mayor aún.

APn. FIDÍPIDES [1445-1451 (syst. ia)

¿Qué dirás si con el argumento débil

te venzo diciendo que es conveniente

pegar a la madre?

ESTREPSÍADES

Pues que, si haces eso,

nada impedirá que te arrojes

[1450] al báratro 168 con Sócrates

y el argumento débil.

Esc. ia 1432-1509 (31)

(Al coro. ) Esta desgracia me ocurre por vuestra culpa, Nubes, por haberos confiado todos mis asuntos.

CORIFEO

Sólo tú te la has causado, por haber tomado el mal camino.

ESTREPSÍADES

¿Por qué no me advertisteis de eso entonces y me empujasteis, siendo yo un rústico y un viejo?

CORIFEO

Nosotras nos comportamos así siempre con quien nos damos [1460] cuenta de que desea cosas reprobables, hasta hacerle caer en la desgracia, para que aprenda a temer a los dioses.

ESTREPSÍADES

Duro castigo, ¡ay!, pero justo, Nubes. No debería haber retenido el dinero que recibí en préstamo. (A Fidípides. ) Así que, ahora, hijo querido, ven conmigo a destruir al truhán de Querefonte y a Sócrates que nos engañaron a los dos.

FIDÍPIDES

No puedo hacer daño a mis maestros.

ESTREPSÍADES

¡Vaya que sí!, respeta al Zeus paterno.

FIDÍPIDES

Mira tú: ¡Zeus paterno! ¡Qué anticuado estás! ¿Es alguien Zeus?

ESTREPSÍADES

Sí.

FIDÍPIDES

No lo es, no. El que reina es Torbellino, que le ha derrocado. [1470]

ESTREPSÍADES

No le ha derrocado. Eso creía yo por culpa (señalando un vaso junto a la puerta de su casa ) de ese ‘torbellino’ 169 . ¡Ay!, ¡triste de mí, que te creía una divinidad y eras un pote de arcilla!

FIDÍPIDES

Quédate aquí con tus locuras y tu parloteo (se va ).

ESTREPSÍADES

¡Qué desvarío! ¡Qué locura la mía cuando trataba de expulsar a los dioses por culpa de Sócrates! (A una estatua de Hermes junto a la casa. ) Hermes 170 querido, no te enfurezcas conmigo ni me hagas trizas. Perdóname que con la charlatanería [1480] mi mente desvariara y dame un consejo. ¿Debo perseguirle judicialmente poniéndole una denuncia pública 171 ? ¿Qué te parece? (Haciendo ademán de escuchar. ) Tienes razón al aconsejarme no hilvanar procesos y quemar 172 cuanto antes la casa de los charlatanes. (Alzando la voz. ) Acá, ven acá, Jantias, sal con una escalera y un pico; sube a lo alto del pensadero y, por el amor de tu amo, ve demoliendo el techo hasta hacer caer la casa encima de ésos. (Sale Jantias y empieza [1490] a cumplir la orden ) Que alguien me traiga una antorcha encendida. Yo también se las haré pagar hoy a alguno de ellos, por muy impostores que sean (sube al tejado con la antorcha ).

DISCÍPULO PRIMERO

(Desde dentro. ) ¡Ay! ¡Ay!

ESTREPSÍADES

Antorcha, lo tuyo es dar buena llama.

DISCÍPULO PRIMERO

(Asomándose a la ventana. ) Tío, ¿qué estás haciendo?

ESTREPSÍADES

¿Que qué estoy haciendo? Dialogar sutilmente no más con las vigas de la casa.

DISCÍPULO SEGUNDO

(Desde dentro. ) ¡Maldición! ¿Quién prende fuego a nuestra casa?

ESTREPSÍADES

Aquel a quien quitasteis el manto.

DISCÍPULO SEGUNDO

Nos vas a matar, nos vas a matar.

ESTREPSÍADES

Eso precisamente es lo que quiero, si el pico no traiciona [1500] mis esperanzas y si antes no me caigo y me rompo el cuello.

SÓCRATES

(Saliendo de1 pensadero .) ¡Eh!, tú, el del techo, ¿qué diantre estás haciendo?

ESTREPSÍADES

Ando por el aire y considero el sol 173 .

SÓCRATES

¡Ay triste de mí!, voy a asfixiarme.

DISCÍPULO PRIMERO

(Desde dentro. ) Y yo, desgraciado de mí, a achicharrarme.

ESTREPSÍADES

¿Qué enseñanza os movió a ofender a los dioses y a observar las pos...aderas 174 de la luna?

CORIFEO

(Los discípulos abandonan corriendo el pensadero. Estrepsíades y Jantias los persiguen. ) Persíguelos, tírales tejas, dales, por muchos motivos, pero sobre todo porque te consta que agraviaban a los dioses.

Ex. Coro [1510-1511 (4 an cat)

[1510] Sacadnos fuera. Por hoy hemos danzado lo suficiente.

Comedias II. Las nubes - Las avispas - La paz - Las aves

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