Читать книгу Víctimas y verdugos en Shoah de C. Lanzmann - Arturo Lozano Aguilar - Страница 9

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AGRADECIMIENTOS

El presente libro es consecuencia de un proyecto que me ha acompañado durante muchos años y que tuvo como primer objetivo una tesis doctoral. Muchos amigos y familiares me han prestado un apoyo vital durante este largo trayecto y sé que su generosidad sabrá perdonar que no dé cuenta detallada de todos ellos, lo que no merma mi profundo agradecimiento. Sí mencionaré a todos aquellos cuya implicación, además de su aliento constante, se ha inscrito en el propio trabajo.

Hace más de veinte años, un azar me condujo a una clase de Vicente Sánchez-Biosca. Su brillo intelectual deslumbró mis primeros pasos, su paciencia y generosidad condujeron mis trabajos iniciales. Tuve la gran fortuna de que me invitase a participar en un proyecto fascinante que él dirigía, Archivos de la filmoteca. Quince años de colaboración diaria dan cuenta de una relación tan profunda como larga. No es casual que recuperase esta empresa cuando fueron arramblados los proyectos comunes y Vicente acompañara mis pasos por estas páginas. Es una mínima justicia que su nombre prologue esta obra cuando su influencia la encuentro en tantas palabras.

No hubiera sido tan grande mi suerte en Archivos de la filmoteca de no haber encontrado allí a Vicente J. Benet. El paso de los años me brindó la oportunidad de aprender inmensamente de su lucidez. Su temple y capacidad para llevar adelante proyectos de gran calado han resultado ejemplares para mí. Sus intervenciones en diferentes momentos de este trabajo han sido de gran importancia.

Sonia García López y Marina Díaz son dos grandes amigas que me han acompañado durante muchos años. Las risas compartidas ya justificarían mi agradecimiento, pero recuerdo muy especialmente el apoyo de su amistad excepcional en los momentos difíciles. Su confianza y palabras de ánimo son parte de este proyecto. Sus lecturas y correcciones mejoraron notablemente una versión temprana.

Stuart Liebmann dio pruebas de su generosidad y pasión intelectual cuando, desde el otro lado del Atlántico, me fue enviando libros, referencias y ánimos.

Pedro Ruiz Torres, apasionado presidente de mi tribunal de tesis, aportó su exigencia intelectual a una lectura minuciosa que completó mi primer trabajo. También fue quien me invitó a presentar el manuscrito a Publicacions de la Universitat de València, donde Vicent Olmos y Juan Pérez Moreno cuidaron de él de acuerdo con el prestigio editorial que han cosechado.

Las últimas correcciones de este libro se mezclaron con la pérdida de un ser adorado, Consuelo Lozano, a quien todo se lo debo. La tristeza del momento solo puede ser mitigada con la dicha de haber sido inmerecido depositario de su amor excepcional desde mis primeros días.

Entre nuestras conversaciones iniciales, Yolanda me descubrió Shoah. Siempre conté con su apoyo, incluso en las circunstancias más adversas. Supo acompañar la determinación con un corazón todavía más grande que su sonrisa. Y allí, entre nosotros, Darío, Ariela y Violeta retrasaron felizmente la realización de esta investigación. El incipiente interés de Darío, la confianza amorosa de Ariela y la promesa de Violeta de leerse este libro cuando sea mayor colman de sentido personal las palabras escritas. Yolanda, como siempre, será quien les alcance el libro y los reconforte cuando muchas de las cosas que aquí lean les sean tan incomprensibles como espantosas.

Víctimas y verdugos en Shoah de C. Lanzmann

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