Читать книгу Sotai - Arturo Valenzuela Serrano - Страница 9

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1. Definición

Sotai –reeducación postural integral– es un tratamiento natural de origen japonés basado en los conocimientos de la medicina tradicional china y japonesa, combinados con estudios y experiencias de la Medicina occidental para la sincronización muscular y articular. Su objetivo es favorecer el equilibrio corporal de una manera suave y acorde con nuestra naturaleza. No tiene efectos secundarios.

Sin profundizar demasiado en su filosofía, debemos destacar que estamos hablando de un tratamiento integral, nunca alopático, ni sintomático, es decir, se observa al paciente como un todo y no por partes. Es muy posible que esto sea lo que más nos cuesta aprender a todos.

Hay una frase que suelo repetir en mis cursos y seminarios, tanto de sotai como de shiatsu, y creo que, si se tiene en cuenta, puede hacer que el experto consiga realmente que las personas que acudan a él mejoren de verdad: «nunca ha venido a mi consulta una lumbalgia con persona, sino una persona con lumbalgia». El sentido fundamental de esta frase y el que quiero transmitir con este libro es que no debemos prestar total atención a la dolencia, sino a la persona. Si nos preocupamos sólo de la parte que creemos afectada, puede que dejemos sin tratar la causa del dolor; así sólo conseguiremos una mejoría pasajera y no la erradicación del problema.

Por eso, aunque he creado infinidad de tratamientos específicos y sistematizados para diversas patologías, recomiendo siempre el uso de los ejercicios básicos porque estimulan la capacidad de autocuración, innata en el organismo del ser humano. Dichos ejercicios deben practicarse con asiduidad. Si cada día por la mañana al levantaros realizáis tres o cuatro ejercicios básicos de sotai, en poco tiempo comprobaréis que vuestra salud mejora día a día.

La técnica del sotai, aunque eficaz por sí sola, puede ser utilizada en combinación con otras haciendo que el tratamiento resulte más efectivo. Habitualmente yo trato en mis consultas con sotai, con shiatsu y con la combinación de ambas técnicas, obteniendo unos resultados a veces espectaculares; también he desarrollado tratamientos combinados de ambas técnicas.

2. Cómo puede ayudar el método sotai

En Japón mis profesores y otros expertos que conocí utilizaban el método generalmente como paliativo del dolor y en la mayoría de los casos como complemento de otra/s técnica/s, pero no le daban la importancia que creo que tiene. Mi profesor fue quien me convenció de que la técnica se podía emplear sola, sin ayuda de otras, pero incluso él la utilizaba más para aliviar el dolor.

Tras las muchas demostraciones clínicas que me hizo presenciar mi profesor de sotai en su consulta de Asaka, comencé a trabajar empleando el método sotai como única herramienta, convencido de su eficacia en el tratamiento del dolor para problemas relacionados con el aparato locomotor y enseguida obtuve una larga lista de resultados no buscados: mejora de la circulación, regulación de la tensión arterial, aumento del apetito en personas con problemas en este sentido, mejora de los sistemas fisiológicos en general y de la postura, cambios en la tonicidad de los músculos, desaparición de la discrepancia en la longitud de las piernas, aumento considerable de la flexibilidad y de la estatura y un largo etcétera.

El método sotai ha obtenido excelentes resultados en:

Lumbalgias Dolor de hombros

Hernia discal Dolores articulares

Ciática Tortícolis

Escoliosis Tratamiento posparto

Cervicalgias Trastornos menstruales

Tendinitis Dolor de cabeza

Codo de tenista Ansiedad

Esguince de tobillo Insomnio

Dolor de rodilla Reeducación postural integral

3. Significado de sotai

La traducción de esta palabra es algo difícil, pero podríamos decir que su significado literal es «manipular el cuerpo para que recupere su equilibrio». Algunas veces esta técnica será definida como rendo sotai o sotai ho, que no cambian en absoluto el concepto. «Rendo» significa sincronización y «ho» método.

El Dr. Hashimoto creía que para mantener o recuperar la salud el ser humano debe restablecer su armonía natural, es decir, equilibrar su respiración, dieta y estado físico (movimientos corporales) y psíquico (mental y emocional). El ser humano está preparado para realizar estas actividades por propia voluntad, por lo que puede cambiar su forma de efectuarlas cuando quiera.

La salud depende de una correcta forma de ejecutar estas actividades, esto es, manteniendo el equilibrio entre las cuatro. La práctica de una dieta adecuada y una actividad física moderada por sí solas no son suficientes si no se acompañan de una respiración ajustada a ese modo de vida y si no se complementan con una actividad mental acorde.

«La naturaleza nos ha proyectado para que podamos vivir toda la vida de forma saludable. El ser humano se empeña a menudo en vivir de forma contraria al camino que la naturaleza le ha trazado y por eso enferma; la única forma de sanar es haciendo que el organismo vuelva a su condición natural». Keizo Hashimoto.

4. Un poco de historia

Sotai es un método creado por Keizo Hashimoto hacia el año 1933. El Dr. Hashimoto nació en 1897 y estudió medicina en la universidad de Nagata, en Japón. Tuvo que ingresar en el Ejército a causa de la I Guerra Mundial y al finalizar continuó sus estudios de neurología en la universidad Imperial de Tohoku.

Uno de sus primeros trabajos relacionados con la salud lo llevó a cabo en el hospital de Hakodate de la ciudad con el mismo nombre. Su trabajo consistía en el cuidado y la prevención de las enfermedades de los niños de 20 escuelas de enseñanza primaria de la ciudad.

Tras unos años en este hospital decidió dejarlo para ayudar a un compañero de carrera que había inaugurado otro hospital asistencial. Allí fue donde comenzó sus investigaciones, al tener a su cargo a muchos pacientes con muy diversas lesiones y enfermedades internas. Empezó a encontrarse con muchas enfermedades de las que los libros de medicina no tenían conocimiento y, por lo tanto, tampoco tratamiento. Veía cómo, día a día, muchos de sus pacientes le abandonaban y optaban por tratarse por especialistas en medicina oriental. Como este tipo de tratamiento parecía satisfacer más a sus pacientes, el Dr. Hashimoto decidió estudiar medicina oriental.

Empezó estudiando honetsugi, lo que en Occidente denominamos quiropraxia, y posteriormente shiatsu, acupuntura, masaje y moxibustión. Todos los expertos en estas materias estaban encantados de enseñarle debido a que él era un doctor en medicina occidental, que en ese momento en Japón disfrutaba de mayor reconocimiento social y contaba con las autorizaciones legales pertinentes para su práctica.

El Dr. Hashimoto observó que alguna de las técnicas que utilizaban los expertos en medicina oriental aliviaba los dolores de los pacientes moviendo zonas del cuerpo en la dirección opuesta al dolor y comprendió la importancia del movimiento y de la sincronización articular-muscular para la cura de algunas enfermedades.

En 1933 estableció su propia clínica, donde ejercía como especialista de medicina interna y cirujano. En vez de tratar a sus enfermos con farmacología, lo hacía con fitoterapia, otra de las «ciencias» orientales que había aprendido. Cada vez se sentía más fascinado por los resultados que le ofrecían los tratamientos de la medicina oriental y empezó a investigar el método que más adelante denominaría «sotai».

Trabajó con la convicción de que originalmente el ser humano es sano y la enfermedad comienza cuando la estructura del cuerpo se deforma. Lo pudo comprobar cuando fue llamado a filas primeramente en 1937 para la guerra que Japón mantenía con China, donde tuvo que tratar muy diver-sas dolencias solamente con sus manos. Le apresaron y en 1940 fue liberado y se estableció en Sendai con una clínica que atendió hasta el final de sus días. En ella trataba a sus pacientes sobre todo con acupuntura y sotai, además de seguir utilizando la medicina occidental, ya que en esta época conseguir hierbas para el tratamiento fitoterapéutico era muy difícil.

En 1944 le volvieron a enrolar en el Ejército para la II Guerra Mundial y le destinaron a Corea del Norte. De nuevo fue detenido y enviado a Rusia, donde utilizó sus métodos para ayudar a sus compañeros. En 1948 fue liberado, volvió a Japón y observó los adelantos que la medicina moderna había introducido. Desgraciadamente nadie prestaba atención ni tenía en cuenta la relación entre la estructura básica del cuerpo humano y la medicina. A partir de 1951 comenzó una febril carrera literario-científica y escribió una ingente cantidad de artículos que fueron publicados en varios medios de divulgación médica.

Lo cierto es que la reacción de la comunidad científica ante ellos no fue importante y tras 20 años dejó de escribir. En 1974, cuando ya pensó que no conseguiría difundir su terapia, la NHK, televisión pública de Japón, le entrevistó, lo que supuso una gran divulgación de su método por todo Japón y que mucha gente se interesara por el sotai. Después vinieron las conferencias en universidades y al final el reconocimiento de esta técnica como una gran aportación al alivio del dolor y muy diversas enfermedades.

Uno de los más fieles seguidores de las enseñanzas del doctor Hashimoto es mi profesor nacido en Ishikawa. Estudió en la universidad de Ciencias de Tokio, donde se licenció en física y química. Impartió clases de fisiología durante cinco años en la universidad de Estomatología de Tokio, puesto que abandonó para trabajar en el departamento de investigación de una compañía japonesa dedicada al control sanitario de los alimentos. La práctica habitual de sorinji kenpo, arte marcial basado en la utilización de la fuerza del contrario para vencerle mediante luxaciones, le aportó un conocimiento importante de la sincronización muscular y articular. Interesado por las ciencias de la salud, se graduó en la Escuela de Medicina Oriental Kinsei Gakuin de Tokio. Conoció a Keizo Hashimoto y a sus alumnos e inició el estudio del método sotai.

Mi profesor de sotai ha sido un gran innovador del sotai al crear nuevos ejercicios y divulgar esta terapia en Japón, para lo que estableció el Instituto de Investigación y Desarrollo de Sotai en 1980. Autor de varios libros y vídeos, es un colaborador de muchas publicaciones científicas en Japón y enseña sotai avanzado a profesionales sanitarios tanto de medicina occidental como oriental.

Actualmente soy el continuador en Europa de la filosofía y la técnica de este profesor, con quien tuve la gran suerte de perfeccionar mis conocimientos de sotai, adquiridos en mis frecuentes viajes a Japón y mediante el estudio de textos de distintos autores japoneses.

Tras aprender la técnica de mi profesor en Japón obtuve su autorización y refrendo para crear en España el Instituto de Investigación y Desarrollo de Sotai y fui nombrado director de esta sede para difundir la técnica del sotai en Europa.

Después de varios años de continua investigación, he creado nuevos ejercicios de sotai y nuevas terapias, antes impensables para esta técnica, como el tratamiento para aliviar los síntomas producidos por la ansiedad. Asimismo he desarrollado técnicas combinadas de sotai y shiatsu y he publicado diversos artículos sobre sotai, vídeos, etcétera.

5. Diferencias entre medicina occidental y medicina oriental

• En la medicina oriental la persona se considera una unidad delicadamente equilibrada compuesta de partes independientes, y el cuerpo es un circuito continuo por el cual circula la energía (ki). El médico trabaja con esta energía y se interesa por las características y el comportamiento de cada órgano.

• Depende totalmente del contacto persona a persona. El médico observa a la persona enferma, la palpa, la interroga minuciosamente y la escucha con atención.

• El médico no cura al enfermo, sino que es el enfermo quien se cura a sí mismo. Todo lo que hace el médico es orientarle para que se cure o se recupere él mismo.

• Se da mucha importancia a la prevención de la enfermedad, buscando mantener y mejorar la salud.

• En la medicina occidental la relación entre el médico y el paciente no es prioritaria; se tienen más en cuenta los informes de laboratorio, análisis de sangre, etcétera.

• Se emplean instrumentos muy técnicos para examinar, descubrir hechos, medir y formar un diagnóstico científico. Es muy concreta.

• Se define la enfermedad basándose en síntomas, el método de curación es sintomático y se recurre siempre a los medicamentos. Cuando el problema se hace demasiado grande para los fármacos, se procede a la cirugía. Posiblemente en la medicina oriental no se recetaría un fármaco, sino que se recomendaría un cambio en el estilo de vida.

• Se da importancia al control de la crisis y posiblemente trabaja mejor cuando hay una enfermedad aguda que cuando la enfermedad es crónica.

• El médico occidental tiende a dar más importancia a la calidad de vida y a la longevidad.

Ambas medicinas son necesarias. El médico oriental emplea el método suave: trata los problemas cuando son pequeños, administra asistencia sanitaria y adopta el criterio amplio subrayando la calidad de vida. Los antiguos médicos orientales sólo cobraban cuando el paciente estaba sano y si enfermaba dejaban de cobrar su paga. Por eso su intención era mantenerle en un estado óptimo de salud. El médico occidental es muy específico y tiene mayor poder en el control de la crisis; trata los problemas cuando son grandes y los suele resolver en un alto porcentaje.

La medicina busca mejorar la calidad de vida de los pacientes y, cada una, sea oriental u occidental, lo hace según sus criterios, pero teniendo todos, al fin y al cabo, un mismo objetivo.

Considero que la fusión de ambas será la medicina del siglo XXI y que unos y otros debemos dejar de mirarnos de reojo y colaborar e intercambiar conocimientos para beneficio de quienes acuden a nuestras consultas.

6. Principios de diagnosis

La diagnosis parte de tener en cuenta el concepto de la globalidad entendiendo a la persona como un todo orgánico que se relaciona (interactúa) con su entorno (trabajo, familiares, hábitat, estación del año, etcétera).

Cuando entra un paciente por primera vez en nuestra consulta seguimos un orden para poder averiguar la mayor cantidad de información posible con el fin de poder ayudarle a poner en marcha sus mecanismos de autocuración:

1. Observamos cómo se mueve desde el momento en el que entra en la consulta, cómo nos da la mano, el color de la piel, el brillo de los ojos, las posibles asimetrías, su postura, tanto en movimiento como en reposo, etcétera.

2. Escuchamos lo que tiene que contarnos y le hacemos unas pruebas (anamnesis) para poder tener conocimiento de cada zona del cuerpo. Preguntamos por el tipo de dolor que experimenta, si es punzante, difuso, impreciso, cuándo empieza en el día y si se acentúa o decrece con algo.

3. Le preguntamos también por la sudoración, si tiene estreñimiento, si duerme bien o padece insomnio, sobre los embarazos, partos e incluso si existen trastornos posparto y si sufre o no alteraciones menstruales sobre sus diferentes aparatos y sistemas (circulatorio, pulmonar, digestivo y urinario).

4. En último lugar, por medio del tacto comprobamos en el cuerpo del paciente si existen zonas más vacías o llenas (hipotonicidad o hipertonicidad muscular), la textura de la piel, si está reseca o si existen alteraciones cutáneas, etcétera.

Sotai

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