Читать книгу Callejón Sin Salida - Блейк Пирс - Страница 7
CAPÍTULO UNO
ОглавлениеChloe se concentró, entrecerró los ojos a la mira de la pistola y disparó.
El retroceso fue suave, la explosión ligera y casi pacífica para ella. Respiró hondo y volvió a disparar. Fue fácil; ahora le era algo natural.
No podía ver el blanco al otro lado del campo de tiro, pero sabía que había hecho dos buenos disparos. Últimamente era capaz de sentir estas cosas. Fue una de las formas en las que supo que se estaba convirtiendo en agente. Se sentía más cómoda con el arma, la culata y el gatillo ahora le eran tan familiares como sus propias manos cuando realmente se concentraba. En el pasado, había ido al campo de tiro sólo como un especie de estudio, como una forma de practicar y mejorar. Pero ahora lo disfrutaba. Daba algo de libertad, una extraña liberación al disparar incluso a un blanco de papel.
Dios sabía que ella necesitaba sentirse así últimamente.
Habían sido dos semanas mediocres en el trabajo, y eso dejaba a Chloe con nada más ayudando a otros con datos y trabajos de investigación. Casi había sido atraída para ayudar a un equipo con una pequeña operación de piratería informática y estaba demasiado entusiasmada con ello. Eso la hizo darse cuenta de lo lentas que habían estado las cosas para ella.
Así es como terminó en el campo de tiro. No era necesariamente su idea de pasar un buen momento, pero sabía que precisaba algo de práctica. Aunque había estado entre las mejores de su clase en su paso por la academia, la transición del Equipo de respuestas de evidencias al Programa de crímenes violentos la hizo darse cuenta de que nunca se es demasiado astuta o atenta.
Cuando disparó unas veces más a un blanco a cincuenta metros de distancia, entendió como a la gente le atraía esto. Estabas absolutamente solo, sólo tú y tu arma de fuego y un objetivo en la mira. Había algo muy Zen en el enfoque y la intención detrás de todo esto. Y luego estaba el bang del disparo en un espacio abierto. Lo que Chloe siempre rescataba del campo de tiro era lo fluida que puede ser la relación entre el cuerpo humano y un arma lateral. Cuando estaba concentrada, su Glock se sentía como una extensión de su brazo, algo más que podía controlar con su mente de la misma manera que podía controlar el movimiento de sus dedos o brazos. Esto era un ejemplo de precaución de cómo su arma sólo debería utilizarse cuando fuera absolutamente necesario, porque cuando estás entrenada para usarla, puede empezarse a sentir demasiado natural al apretar el gatillo.
Cuando terminó su sesión, recogió sus blancos e hizo un balance. Tuvo un sorprendente número de impactos directos en el centro del blanco, pero unos pocos dispersos en el exterior, justo a lo largo del borde del papel.
Tomó algunas fotos de los blancos con su teléfono e hizo algunas notas, asegurándose de que mejoraría la próxima vez. Luego tiro los blancos de papel y salió de las instalaciones. Mientras lo hacía, sintió otra cosa que asumió que también era atractiva para aquellos que pasaban mucho tiempo en el campo de tiro. La sensación de los numerosos retrocesos que palpitaban por sus manos y muñecas era particular, pero al mismo tiempo, agradable de una forma que no podía describir.
Al salir por el vestíbulo, vio una cara familiar entrando por la puerta. Era Kyle Moulton, el hombre que le había sido asignado como su compañero, pero también el hombre al que no había visto mucho en las últimas semanas debido a la poca carga de trabajo. Tuvo un momento de pánico de colegiala cuando Moulton le sonrío al cerrarse las puertas detrás de ella.
–Agente Fine –dijo con un tono casi sarcástico. Se conocían lo suficiente como para no usar el agente y llamarse por los nombres de pila. De hecho, Chole estaba segura de que se estaba generando una cierta tensión romántica entre ellos. Ello lo sintió casi de inmediato, desde el momento en que lo vio hasta el momento en que terminaron su primer caso hace tres meses.
–Agente Moulton –respondió de la misma manera.
–¿Desea desahogarse o sólo pasar el tiempo? –preguntó.
–Un poco de ambos –contestó ella –. Últimamente me siento inquieta, ¿sabes?
–Lo entiendo. Estar detrás de un escritorio tampoco es lo que más me gusta. Pero… bueno, no sabía que frecuentabas el campo de tiro.
–Sólo trato de mantenerme lúcida.
–Eso veo –dijo sonriendo.
El silencio que caía sobre ellos era el típico al que Chloe se estaba acostumbrando. Odiaba sentirse tan engreída, pero estaba bastante segura de que él sentía lo mismo que ella. Se notaba en cada mirada que se daban y en la forma en que Moulton no podía verla a los ojos por más de tres segundos, como ahora mismo, en ese momento, mientras estaban parados en la puerta del campo de tiro.
–Entonces, mira –dijo Moulton –. Esto puede sonar estúpido e incluso un poco imprudente, pero me preguntaba si te gustaría cenar conmigo esta noche. Pero no como compañeros.
Chloe no pudo evitar que una sonrisa se le escapara. Quería decir algo un poco mordaz y sarcástico como respuesta, quizás algo como un “ya era hora”, o algo así.
En cambio, optó por una forma mucho más segura y genuina:
–Si, creo que me gustaría mucho.
–Si te soy sincero, he querido preguntarte hace un tiempo, pero… bueno, las cosas siempre estaban muy movidas. Y estas semanas han sido todo lo contrario.
–Me alegro de que finalmente decidieras preguntarme.
Ese silencio los envolvió nuevamente y esta vez, él pudo mirarla a los ojos sin apartar la vista. Por un momento, ella estuvo segura de que él la iba a besar. Pero el momento pasó y el señaló hacia la puerta con la cabeza.
–Será mejor que empiece –dijo él –. Llámame más tarde para decirme dónde te gustaría cenar.
–Lo haré.
Ella se quedó un momento parada allí, mirándolo entrar al campo de tipo. En lo que se trataba como un comienzo de relación, había sido algo incómodo. Era el equivalente a una preadolescente nerviosa que espera parada en un baile cuando se entera de que un chico guapo la está mirando. Esto la hizo sentir increíblemente ingenua y juvenil, así que se alejó de allí lo más rápido posible,
Eran casi las cinco de la tarde y como no tenía nada en su agenda, simplemente decidió volver a casa. No tenía sentido volver a su pequeño cubículo para ver pasar los últimos quince minutos. Pensando en el tiempo, se dio cuenta de que no tenía mucho tiempo para prepararse para la cena con Moulton. Ella no tenía idea de a qué hora él preferiría cenar, pero asumió que sería cerca de las siete, lo que le daba un poco más de dos horas para decidir dónde ir a comer y qué se pondría.
Se apresuró para llegar al estacionamiento y se subió a su coche. Aquí cayó nuevamente en el modo chica de secundaria. ¿Y si terminaran en su coche por alguna razón? El coche estaba bastante desagradable, considerando que no se había molestado en limpiarlo desde que se separó de Steven. Cuando pensó en Steven, se dio cuenta de que era por eso por lo que se sentía tan incómoda al volver a sumergirse en el mundo de las citas. Ella sólo había tenido una relación seria antes de Steven, y luego, ella había salido con Steven por cuatro años antes de comprometerse. No estaba acostumbrada al mundo de las citas y la idea le parecía anticuada y, siendo honesta, un poco aterradora.
Hizo todo lo posible para calmarse en su viaje de quince minutos hasta su apartamento. No tenía idea como era el sumario de citas de Kyle Moulton. Él podría estar tan oxidado y fuera de práctica como ella. Por supuesto, a juzgar por su aspecto, ella dudaba que ese fuera el caso. Honestamente, si se basaba en su apariencia, no tenía idea de por qué estaba interesado en ella.
Quizás le atraigan las chicas con un pasado roto y una tendencia a volcarse demasiado al trabajo, pensó. Los chicos encuentran eso sexy hoy en día, ¿verdad?
Para cuando llegó a la calle de su casa, sus nervios se habían calmado bastante. La ansiedad se iba convirtiendo en emoción de a poco. Habían pasado siete meses desde que ella terminó todo con Steven. Fueron siete meses sin besar a un hombre, sin tener sexo, sin…
No nos precipitemos, se dijo a sí misma mientras estacionaba su coche al final de su cuadra.
Ella salió del auto, mentalmente repasando si algo de lo que tenía en su armario se vería bien, pero no demasiado bien. Tenía algunas ideas de que ponerse, así como alguna idea de dónde podían ir a cenar, ya que últimamente estaba antojada por comida japonesa. Un poco de sushi sería perfecto, y…
Mientras caminaba hacia la escalera de su casa, vio a un hombre sentado el último escalón. Parecía bastante aburrido, su cabeza estaba apoyada en una de sus manos mientras miraba su teléfono con la otra.
Chloe aminoró su marcha y luego se detuvo por completo. Ella conocía a este hombre. Pero no había forma de que él pudiera estar aquí, sentado en los escalones de su edificio.
No hay forma de que…
Con lentitud, ella dio otro paso hacia adelante. El hombre finalmente se fijó en ella y levantó la vista. Sus ojos se encontraron y cuando lo hicieron, Chloe sintió como su corazón se estremecía.
El hombre en los escalones era Aiden Fine, su padre.