Читать книгу Antropoceno obsceno - Borja D. Kiza - Страница 7

Оглавление

J

Mi amigo J y yo estamos básicamente de acuerdo: este mundo apesta. Nuestra única diferencia es que yo me quejo y él ha decidido disfrutar de la vida. Para él, yo me obceco en lamentarme, lo que no me hace más que perder el tiempo, arruinarme la existencia. Él, por el contrario, se jacta de que, asumiendo que no puede hacer nada para cambiarlo, consigue disfrutar de los placeres terrenales.

Le da igual que lo llame inconsciente. Él se ríe. Ante un mismo mundo (que ambos consideramos en extinción): él disfruta. Yo no. Aunque, en el fondo, ambos tengamos vidas bastante parecidas.

Todo comenzó con la cita anterior de Isabelle Stengers, que J me envió la semana pasada por e-mail después de una larga sesión de bares en la que, una vez más, confrontamos nuestros puntos de vista. Tras despedirnos sin acuerdo, como siempre, no esperó siquiera la llegada de la mañana para enviarme, en plena madrugada, ese texto desafiante. Con él, me está diciendo: «Cállate ya o haz algo». Y yo, como un adolescente impulsivo y arrogante, he recogido en secreto su guante. Ahora es mi turno de crear algo que haga este mundo mejor y de demostrarle que, con su actitud despreocupada y descomprometida, está equivocado. Por supuesto, no tengo ni idea de cómo hacerlo.

Lo único que se me ocurre es comenzar un viaje por este mundo obsceno y este tiempo obsceno en busca de argumentos que despierten a mi amigo de su letargo voluntario (él es tan consciente como yo de los problemas de esta época, solo que prefiere ignorarlos en su día a día) y plasmarlos en un libro. Un libro que, aunque sé de antemano que no hará mejor al mundo, al menos acalle de una vez por todas las tonterías y provocaciones desvergonzadas de J. Así de estúpidamente me lanzo, ofendido, a un vengativo viaje al Antropobsceno.

Antropoceno obsceno

Подняться наверх