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La Enfermedad Oranur. El origen de la covid-19

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Cuando la energía cósmica que impregna todo el planeta está expuesta a ciertas influencias perturbadoras, se producen en ella una serie de cambios en su estado original que dan como resultado una fuerte transformación de la misma. Esta energía cósmica que Wilhelm Reich llamó energía orgónica, cambia hacia un estado de excitación muy elevado y alterado llamado ORANUR (Orgonomic Antinuclear Radiation).

Entre los elementos que irritan esta energía cósmica, el más perturbador encontrado hasta hoy día es la radioactividad. También son causa de su alteración agentes como los rayos X, las microondas, las luces fluorescentes, las pantallas de ordenador, los rayos laser, el radar, o las líneas de muy alta tensión (MAT). Aunque la forma más perturbadora es la radioactividad. En este sentido, el Efecto ORANUR es claramente demostrable en el hecho de exponer concentraciones altas de energía orgónica con pequeñas cantidades de radioactividad, tal como lo comprobó Wilhelm Reich en su Experimento Oranur, llevado a término entre los años 1950 y 1953, en su laboratorio de Orgonon en Maine (EUA).

El Efecto Oranur también puede tener lugar cuando coexisten concentraciones naturales de energía orgónica atmosférica junto con grandes cantidades de materiales radioactivos libres. Este fue el caso de las pruebas nucleares en la atmósfera (China, India, EUA, Francia, etc. durante la década de 1960-1970), o también en el efecto resultante de la catástrofe de Chernóbil y Fukushima, que desplegó su influencia negativa sobre gran parte de Europa y de Asia. En ambos casos, los efectos del ORANUR en la atmósfera, en las plantas y en el resto de los seres vivos, son cualitativamente hablando, muy parecidos.

Actualmente, muchas personas padecen una sensación de enfermedad o malestar crónico de difícil diagnóstico y que algunos médicos la engloban dentro de lo que llaman vulgarmente «estrés». Lo que ocurre en realidad es que desde los accidentes nucleares de Chernóbil y Fukushima (con niveles altos de ORANUR en todo el planeta), los organismos más debilitados, desde el punto de vista energético, empiezan a desarrollar diversos síntomas como: cansancio, fatiga crónica, dolores y problemas musculares, vértigo, náuseas, irritación de la conjuntiva, sensación de presión en la cabeza o en el pecho, manchas e intensos picores en la piel, palidez y frío alternados con estados de acaloramiento, irritabilidad, temblores, necesidad de tomar medidas rápidas para airearse o moverse, cianosis, deposiciones blandas o líquidas, reacciones de tipo leucémico en los análisis de sangre, edemas en las piernas, amnesia, depresiones sin motivo, postración, etc. Todos estos síntomas, cada vez más frecuentes y alarmantes, que padece la población, están causados por el Efecto Oranur.

El Efecto Oranur tiene tres fases bien diferenciadas. Inicialmente, se detecta en el organismo humano una fase preliminar de sobreexcitación y nerviosismo, que da paso a una segunda fase de paralización y depresión y a una tercera fase de deshidratación y muerte de los sistemas corporales afectados.

La segunda y tercera fase son debidas a la transformación de la energía orgónica del planeta (también en el ser humano) en una forma muerta de energía llamada DOR (Deadly Orgone Energy) que roba la vitalidad, el agua y el oxígeno a los seres vivos; es decir, les deshidrata y les roba la vida.

Tal como podemos apreciar hoy en día, tanto en el planeta Tierra como en el ser humano, comienzan a manifestarse los síntomas de su actuación. Debido a la presencia intensa y continua de ORANUR y de DOR, empiezan a tener lugar cambios funcionales a muchos niveles. Por ejemplo, en el hombre, ciertos estados latentes de enfermedades que estaban dormidas en el cuerpo humano a nivel subclínico; es decir, sin síntomas aparentes al principio (asintomáticas), empiezan a manifestarse en forma de nuevas enfermedades desconocidas hasta la fecha. La pérdida de oxígeno, de agua y de energía orgónica en el organismo humano y en los animales produce una desintegración de las células. Esta desintegración celular está dando lugar a nuevas enfermedades de tipo precanceroso, a infecciones bacterianas no habituales y a nuevas enfermedades víricas o viroideas de origen desconocido hasta hoy día. El sida, el ébola y el virus del dengue (DENV) fueron las tres primeras. El SARS y el MERS fueron las siguientes. La pandemia de la covid-19 con sus diversas variedades y mutaciones es la parte actual, visible y reciente de la Enfermedad Oranur-Dor que sufre la población del planeta.

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