Читать книгу Relación médico – paciente - Carlos Acurio Velasco - Страница 13
ОглавлениеDRA. KARINA CASTRO MENDOZA,
DOCENTE PUCE
En la consulta del urólogo espera un paciente de 68 años que presenta dolor severo y dificultad para orinar, luego de haber recibido, hace tres años, varias sesiones de radiaciones por cáncer de próstata.
Médico: Señor Salinas, luego de revisarlo, hemos encontrado cálculos en su sistema urinario que obstruyen la salida de orina. Por lo tanto, va a necesitar intervención sencilla con láser. Hay que limpiarle la uretra, porque casi no ingresa la sonda.
Señor Salinas: Doctor, y ¿cómo es la intervención?
Médico: Es una RTU un procedimiento rápido. Ingresamos con el equipo y el láser permite eliminar las formaciones que le están impidiendo orinar. Es un “rasponcito” en la uretra, para limpiarla.
Señor Salinas: ¿Estaré dormido? ¿cuánto tiempo dura esto?
Médico: Estará sedado y no sentirá dolor durante la intervención. Puede durar una hora, según la cantidad de material que encontremos.
Señor Salinas: Si eso me permitirá orinar y detener el dolor… haga lo que tenga que hacer, doctor.
El día de la intervención, unos minutos antes de ingresar al quirófano, la enfermera le pide al paciente que firme el consentimiento informado. En ese texto, le dice ella, que constan los riesgos del procedimiento. Intranquilo por la intervención, incómodo por la bata que le han puesto y con una vía intravenosa colocada, el señor Salinas firma lo que le piden, sin preguntar nada.
Mientras el paciente permanece dormido luego de la intervención, el médico ingresa a la habitación y le explica a la esposa que tuvo que extraer la próstata porque la encontró muy engrosada.
Cuando el paciente se entera de lo sucedido, a través de la información que le brinda su esposa, queda perplejo y muy molesto. Él ingresó al quirófano seguro de que le iban a realizar, como le dijo el médico: “un rasponcito en la uretra”. No imaginaba que podrían extraerle un órgano importante como la próstata. Del mismo modo, tampoco sabe las consecuencias derivadas de esta intervención.
Discusión:
Los pacientes escuchan con mucha atención cada palabra del médico, particularmente, cuando se trata de una intervención que requerirá un quirófano. Pueden no entender la explicación, si se usan términos clínicos, como una “RTU”, sigla que posiblemente el señor Salinas hasta ahora no sabe qué significa. Sin embargo, no olvidará nunca la palabra “rasponcito” porque el lenguaje sencillo es lo que más memoriza el paciente.
En este caso, el médico debió:
1 Desarrollar un proceso de consentimiento informado para comunicar, correctamente, al paciente el procedimiento que se iba a seguir; aclarar y explicar en qué consiste y cómo se hace; el tiempo aproximado que toma; sus riesgos y beneficios; qué alternativas hay al procedimiento; los cuidados posteriores a la intervención; y consultar si es la opción que el paciente acepta.
2 Recordar que la responsabilidad de obtener la información para solicitar un consentimiento informado es del médico tratante, no de la enfermera, por lo cual se cometió un error grave.El consentimiento informado no es el papel firmado para cumplir con un requisito legal y administrativo. Es un proceso de comunicación, en el cual el documento es solo el instrumento guía para no olvidar la información importante a transmitirse.
3 Evitar el uso de lenguaje técnico como “RTU” o, en todo caso, explicar qué significa y por qué la considera la mejor opción para el paciente. Asimismo, comunicar si existiesen más alternativas.
4 Respetar el derecho del paciente a ser informado directamente por el médico respecto a los problemas encontrados en su organismo. Si se realizó la extracción de un órgano importante durante el procedimiento, es obligatorio informarle directamente al paciente –y no a su esposa– a fin de explicarle de forma adecuada por qué se tomó dicha decisión.La extracción de un órgano que afectará de manera sustantiva la vida del paciente, debe ser consultada directamente con él –si está consciente– o con sus familiares, incluso, durante el procedimiento. La excepción a este caso, se da únicamente si el no hacer la extracción implica riesgo inminente para la vida (Acuerdo Ministerial 5316, 2016)
5 Cuidar el uso de lenguaje coloquial. Palabras como “rasponcito” pueden minimizar, de manera equivocada, los riesgos de una intervención quirúrgica. Esto no significa recitar una lista interminable de situaciones que amedrenten al paciente, sino contextualizar profesionalmente el caso.
6 Cada paciente tiene, por su propia historia, posibles riesgos adicionales (diabetes, hipertensión, edad, etc.), que deben ser previamente valorados e informados.
La mayor parte de los errores, en este caso, se hubieran evitado si el médico hubiese empleado un proceso de consentimiento informado adecuado, utilizando el formato que el Ministerio de Salud Pública del Ecuador reformó en el año 2016 (Acuerdo Ministerial 5316, publicado en el año 2016) y que pocos profesionales de salud conocen y emplean, pese a ser de uso obligatorio.