Читать книгу La Libertad en el encierro - Carlos Gustavo Álvarez - Страница 19

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mínimos. Hasta aplicar con rigor la que parece erigirse como única prevención válida de la contaminación: lavarse las manitas con agua y jabón.

Hay, sin embargo, dos factores que considero importante mencionar, para darle sentido a esta etapa humana que no sabemos exactamente cómo va a terminar.

El primero de ellos es el ascendente y la autoridad que los gobiernos tengan sobre sus ciudadanos. Aquí se combinan muchos vectores. La credibilidad de sus mandatarios, la legitimidad de sus procederes, la pulcritud en el manejo de los recursos, la posibilidad de unificar pareceres nacionales y conducir a los gobernados al cumplimiento de precisos objetivos comunes y acciones colectivas por encima de caprichos individuales.

Lo expresado en el párrafo anterior puede resultar un canto a la bandera. La politiquería y la corrupción, la equivocación en los liderazgos, la perversión de las democracias, están conduciendo a los gobiernos de muchos países al odio y la impopularidad, a un ejercicio agónicamente cómico del poder otorgado.

Lo anterior puede complicarse si se combina con el segundo factor: la falta de un sólido tejido social, de una íntegra disciplina colectiva. Es decir, una noción clara de las normas de convivencia, que deben obedecerse como si fuera la nacional sirena de alarma en la guerra contra el virus. Una

La Libertad en el encierro

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