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Raquel Padilla Ramos (1967-2019)

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Este estudio nos permitió acercarnos a una historiadora y antropóloga muy especial, nos referimos a la doctora Raquel Padilla Ramos, a cuya memoria dedicamos este libro. Académica y estudiosa muy destacada, considerada entre las mejores historiadoras del noroeste de México. Su principal tema de investigación fueron los yaquis, su historia, pero sobre todo ese devenir de sufrimiento en que se vieron envueltos durante cientos de años queriéndoles quitar sus tierras y esencias, queriéndolos exterminar a grados genocidas, negándoles todo derecho. Pero su trabajo no terminó ahí, ya que igual se solidarizó con los yaquis actuales, cuyas luchas históricas siguen vigentes y las agresiones en su contra son cosa de todos los días. Raquel utilizó sus conocimientos en apoyo de las luchas yaquis, hizo suyas estas luchas con un alto nivel de compromiso que nos recuerda las luchas del padre Kino al defender a sus indios. Raquel entendió perfectamente la problemática indígena, la asumió como mexicana de una manera muy positiva, sin generar ni odios ni rencores:

Sobre todo, son los pueblos originarios, conferidos por derecho de antigüedad, quienes tienen la autoridad moral de reclamar, demandar y exigir al Estado mexicano el respeto a sus territorios… pero no podrán hacerlo solos, debemos unirnos todos en la lucha contra la deshumanización, contra la codicia empresarial y contra la muerte provocada por el desprecio de los poderes políticos y económicos. Permitanme insistir, solo lo lograremos en colaboración, correspondencia y universalidad… floreciendo ellos [los pueblos indígenas] florecemos todos.

Y no únicamente fue consecuente con las causas indígenas, también con otras numerosas causas de injusticias sociales. Nada que afectara al ser humano le era indiferente. No por nada escribió:

El amor verdadero espera …

tras las rejas de una cárcel

en la cama de un hospital

en el niño descalzo

en el hombre desnudo

en la mujer abandonada

en el territorio indígena

en la lucha obrera

y en el fondo del incordio

de cada revolución.

Amiga entrañable, llena de nobleza, de espiritualidad cristiana y una intelectual honesta y ética. Su muerte, injusta y violenta, nos llenó de dolor, de coraje e indignación privándonos de manera prematura de su presencia. Nos deja un vacío imposible de llenar. Fue un privilegio haber conocido un ser humano tan excepcional como ella. Se trató de un favor celestial por haber seguido la huella de Kino.

Su presencia fue una voz de esperanza, de esas que nos mueven, nos motivan y nos inspiran para mejorar este y otros mundos. Con su ejemplo nos atrevemos a ser valientes, audaces, a soñar y buscar utopías que quizá no existan, pero que nos permiten avanzar en el sentido de una sociedad más justa, más humana. Por eso no queremos olvidarla, siempre será para nosotros, y creo que para muchos de los que la conocimos, maestra, líder y compañera en una empresa que debemos seguir, con convicción y amor, con ese ejemplo generoso que ella nos brindó.

Existe cierta belleza en algunas personas, que al contrario de lo que va ocurriendo con el cuerpo, aumenta con el tiempo y se va volviendo luminosa. Así era el alma y la vida de Raquel, una vida luminosa al servicio de causas muy humanas. Su ejemplo de vida fue un homenaje al padre Kino.

No hace mucho escribió Raquel estas bellas palabras a manera de testamento, presintiendo, quizá, su cercana muerte:

Cuando yo muera…

Dejaré a mis hijos las nubes que presagian lluvia en tierra del desierto. A mi padre y a la memoria de mi madre, mis gracias repartidas en cada estrella del cielo. A mis hermanos y hermana, una estela de sonrisas en las olas del océano. A mi amado, una postal viva de los ondulantes cerros del Bacatete. A mis críticos, una piedra firme y consistente para que, libres de pecado, me la arrojen al rostro. A mis enemigos, un cascabel sin víbora. Y a mis amigos, un rincón limpio y ordenado en donde se depositen nuestros recuerdos más entrañables.

Ahora Raquel descansa en la tierra de la Sierra del Bacatete. Los yaquis, quienes la consideran como una de ellos, pidieron que parte de sus cenizas sean depositadas en esta sierra legendaria para ellos, ya que ha sido un refugio en sus momentos y luchas más difíciles. Ahí descansará al lado de otros grandes lideres yaquis que dieron su vida en defensa de la tierra yaqui. Es la primera vez que a una persona no yaqui se le considera en el más alto rango que solo se le da a sus ancestros y personas trascendentes de su historia.

Vaya este sincero homenaje a quien amó tanto la vida.


Kino en California

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