Читать книгу Enriquéceme despacio, que tengo prisa - Carlos Tusquets - Страница 27

La mejor manera de reducir el riesgo es mediante la diversificación y el largo plazo. La diversificación es la estrategia financiera que combina diferentes tipos de instrumentos, geografías y sectores.

Enseguida veremos cómo diversificar, pero es importante quedarse primero con esta premisa: una correcta diversificación de activos —en cada horizonte temporal o cesta— a través de fondos de inversión debe producir lo que yo llamo «un sueño tranquilo». Debemos poder acostarnos cada noche con la sensación de que nuestras inversiones son adecuadas a nuestras necesidades, exigencias, horizonte temporal y deseos. No importa cuál sea la rentabilidad soñada, nuestras inversiones jamás deben llevarnos al umbral del insomnio.

¿Cómo distribuimos nuestros activos para poder acostarnos sin preocupaciones? Imaginemos que nuestra cesta —o cartera de inversión— está constituida por acciones de empresas de un determinado país porque tiene una economía floreciente. En principio parece una buena idea, pero, ojo, también sabemos que las catástrofes naturales, las pandemias, las guerras, los escándalos de corrupción, los movimientos sociales o la aparición de partidos radicales son factores impredecibles e incontrolables que pueden afectar directamente a la economía de cualquier país por más que sus proyecciones sean excelentes.

En este sentido, si se produce algún evento como los mencionados anteriormente, la Bolsa de dicha nación caerá. Por esta razón, si hemos puesto todos nuestros recursos únicamente en ese país, la consecuencia será que podemos perder mucho dinero.

¿Cómo evitar las grandes pérdidas? Si en nuestra cesta ponemos acciones de empresas de todo el globo, no solo tendremos muchas menos probabilidades de llevarnos un gran susto, sino que participaremos del crecimiento de la economía mundial.

La idea, en resumen, es simple: las ganancias de unas posiciones deben compensar sobradamente las pérdidas de otras. Es decir, si diversificamos, nuestra cartera sobrellevará mejor las fluctuaciones del mercado y su comportamiento (el de la cartera) será más constante frente a las diferentes condiciones y ciclos económicos. Diversificando no solo reducimos las posibilidades de errar, sino que también aumentamos las de acertar.