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La Insurgencia Cochina I can have it all now, I´m dancing for my life

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Los garzonistas y otras fuerzas revolucionarias se organizaron en malones y arrasaron asentamientos, ciudades, fortificaciones, campamentos militares, escuelas, hospitales y geriátricos. Las tropas estadounidenses lucharon contra un ejército anómalo, distante, certero, y el combate fue como una danza entre predadores. SerafitaGarzoni desde el sur y La Mala Cochise, comandanta indígena revolucionaria del norte, estuvieron al frente de lo que se conoció como la Insurgencia Cochina y levantaron en armas al continente entero. A este tiempo, Hollywood también hizo lo suyo: creó el estereotipo de la lesbiana andrógina y sudaca, y la llevó al panteón de sus villanos junto a mareros, narcos colombianos, mexicanos, norcoreanos y árabes.

Cuenta la leyenda que en las vigilias previas a la noche del Gran Malón, la comandanta teniente generala Garzoni estaba haciendo acabar a dos mujeres al mismo tiempo. El soldado Rizo entró, y directo a los ojos le dijo a Serafita “Comandanta, confirmamos el paradero del objetivo” en el exacto momento en que las amantes sentían la descarga del orgasmo. Serafita se levantó, se vistió y partió con su guerrilla a cuestas en una caminata de diez días en el húmedo territorio de cacería.

El Gran Malón se llevó consigo a la primera dama de los Estados Unidos de las Américas, Rebecca Taylor quien fue luego para Serafita una importante aliada -y amante- en las exitosas negociaciones -y noches- en las que la resistencia compró municiones al enemigo y tomó bajo su mando y en victoriosa revolución su primera ciudad: Charata, la perla armada del Oeste.

Dice Wikipedia: Rebecca “Becky” Taylor (Nueva York, 1975) es cría de una casta americana, aristócrata y endogámica concebida para parir y casarse con gobernantes blancos, protestantes y bellos. Devota madre y esposa, Becky descubre a sus 17 años que le espera un futuro desolador: su marido, el presidente John R. Taylor, la penetra solo dos veces y con su débil leche hará dos hijos a lo Carlos IV. John R., por su lado, obliga a su mujer a observar las salvajes cogidas que les pega a “sus putitas” como él llama al séquito de esclavas mujeres nativo-americanas menores de edad rescatadas de zonas de riesgo, séquito infernal del cual emergerá, años después, rabiosa y revolucionaria la indígena bolchevique Comandanta Teniente Generala, La Mala Cochise. Este artículo o sección posee referencias, pero necesita más para completar su verificabilidad.

Mientras Becky Taylor hacía misión de caridad en Bolivia, la guerrilla la acechaba silenciosa. Una tarde la primera dama paseaba por los jardines de un barroco palacete cuando vio desvanecerse frente a sus ojos a dos de sus escoltas. Inmediatamente sintió el sonido grave del viril galope de un caballo que, como sueño de la Coca, la arrebataría para siempre del letargo de sumisión. En un instante vio la libertad en el rostro noble de Serafita que la tomó por la cintura como se arrancan las flores rotas y con el culo hacia arriba, vencida, se dejó galopar en la puna paceña.

En el campamento rebelde la aislaron en un hueco construido bajo tierra. Esposada, amordazada, sucia, golpeada, con su traje sastre ensangrentado y meado, se sintió como una de las amantes de su marido y de pronto tuvo sensación de significancia.

Debido a la suntuosidad del delitoSerafita no permitió que nadie más la tratara excepto ella. Con el pasar de las noches, el pan duro y los golpes, Becky desarrolló un lazo erótico-afectivo con su secuestradora. Lo que sucedió fue lo de siempre: en la quinta noche sintió la fiebre y su alma blanca, anglosajona se puso en cuatro. Abierta y húmeda esperó a Serafita, y por supuesto, Serafita entró sin miedo. La primera dama sintió que la historia, y su teniente generala, le reparaban años de la triste y enferma pija de su marido.

El resto fue revolución.

Luego de la liberación de Rebecca Taylor devinieron entre las amantes encuentros clandestinos para negociar y coger, pero sobretodo para coger. Y así, esta revolución ganó favores en la compra de armas a los sectores duros del gobierno fascista del imperio y la insurgencia solo supo avanzar.

La insurgencia cochina

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