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Federico de Jesús Jiménez Huerta

Preparatoria 18

I

Zumbando como un ruiseñor interrogante

y armado del instinto en brama

me tenderé sobre tu nombre

la mañana en que nuestros ecos se abandonen

cuando de la memoria pasemos al instante

olvidando aquellos futuros presentes

y ya no se plantarán mis manos en tu silencio

ya no remedaré tu hueca presencia

ya no más esa escultura oceánica de tu arena carnal

ya no más y ya lo sé

que no habrá desiertos imposibles en ese ecuador

y ya no seremos más este cuerpo

que nació de la voz en una calle abierta

ya ni se callarán los entonces

ni todo lo que arrastraba su inmensidad

ni todo el tiempo cuando todavía se volcaba a esa orilla

ni toda la poesía que te une conmigo en su guerrear

y tampoco esa constelación de palabras

porque sólo tú me habitas al nombrarme

y una palabra, una estrella, se vuelve en ti un grano de sal líquida

como si el mar nos desvistiera

hasta que se alza en su bandera el tiempo (territorio infinito)

desde ese octubre de eco y ruidos

y qué decir de tu herida otoñal

y qué de la ebriedad de tu navío

donde eras la distancia hacia todo

porque ningún día he dejado de buscarte en esta costa

mi volcán furioso

mi saliva patriarcal

imposible e intacta


II

Sobre el mármol de la noche te escribo

a la espera de tu voz

cuando apenas eres una distancia en la memoria

y la seda que se tejió en el silencio

brama como una rosa de Hiroshima

voy repitiendo lo deshecho por la noche

porque quiero fundar ante ti la piedra sin vestido

quiero estar escribiendo en tu sombra llena

y abrir la piel nuclear del tiempo

queriendo huir quiero oír más allá de las sirenas

un sol mudo que sea también tu luz

para volver al polvo que dejo de ser ahora


III

Contigo por las calles he dejado crecer la luz

desde la alcoba de tu sombra

y ningún día he dejado de buscarte en las estaciones de la ceniza

tocando en la sustancia del vacío tu voz corpórea

hambriento de ti como un océano de ciclones

y desiertos y abismos que agonizan

abierto hasta ese angosto relámpago tuyo donde revivo devorado

y donde este silencio que soy nace desde tu raíz

hasta la profundidad de las otras cosas que

tal vez se ahoguen en el retorno de tu mudez

nada de lo que soy y lo que digo ha madurado en el limo

igual que esa costilla tuya que me fue mutilada

y ahora que lo sé te lo digo

contigo retorno al comienzo del fallecimiento de la luz


IV

Cómo será vivir sin ti la transparente ausencia

construir los andamios de tu nombre

traspasar verbalmente el mediodía

cómo será desatar tu sed

cabalgar tu fuego con mi trueno

abrir el otoño en su silencio

cómo será, mi perdida flama

vaciar este recuerdo de tu sexo

extenderme en todo su horizonte

cómo será ver en ti el aire

escuchar el fuego

recordar el infinito libro de Funes

ser en ti

nacer en ti

andarte andándome

cómo será


V

Allí en el nombre de tu vientre

en el verbo que transpira tu voz

en la respiración pretérita de tu profundidad

y también en esa constelación de rimas

en tu abecedario de instantes

a la luz del cosmos de las palabras

allí nace la vibración del presente

allí brota la conjugación

y se alza la bandera de los ciegos

en ese vaivén de trueno

donde mi esperanza es un rojo estrellar

y mi saliva germina imposible e intacta

allí anido mi lanza

mi silencio


Mar de voces

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