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MIEDO
ОглавлениеLas consecuencias del miedo son diversas, y requieren remedios diferentes. El principal remedio contra el miedo es Aconitum. Puede administrarse antes que cualquier otro, basándose solamente en el hecho de que el paciente ha sentido miedo. A veces, el temor es el elemento emocional primordial de un accidente físico traumático. Si no se percibe, Arnica, en caso de ser elegido como remedio para superar la conmoción, no hará gran cosa. Aconitum debe administrarse primero, para eliminar el miedo; entonces puede darse Arnica al cabo de unos pocos minutos. Si Aconitum no es adecuado, no provocará efecto alguno, pero dado que el resultado debería hacerse evidente en un plazo de diez minutos, no hay mucho que perder por administrarlo en primer lugar, mientras evalúa cuál es el siguiente paso.
Gelsemium, Ignatia y Pulsatilla son remedios indicados para el miedo debido a diversos motivos. (Véase antes, bajo el epígrafe «Malas noticias», para las indicaciones de cada uno.) Otro remedio destacable en los trastornos provocados por el miedo, aunque en realidad no se considera un remedio de primeros auxilios, es Opium. Si se sospecha que los resultados de un miedo intenso permanecen en la mente del paciente, de modo que este no puede quitarse de la cabeza la imagen del miedo, Opium es invaluable. Si se tarda en acudir al homeópata, Opium 200 o 1M administrados según las indicaciones pueden aliviar el estrés. Si el paciente no ha respondido a los remedios descritos, consulte con el homeópata, dado que quizá sea necesario profundizar más en la «imagen», para diferenciar entre otros remedios que no son necesarios con tanta frecuencia. De vez en cuando, un paciente requerirá más de un remedio para sobreponerse a las consecuencias del miedo. Solo al volver la vista atrás puede el paciente, y también el homeópata, entender que todos los remedios en la secuencia necesaria estaban indicados, pero eran esenciales por diversos motivos para penetrar en las capas de patrones crónicos de la historia emocional. Este es el terreno de la receta general, que exige la atención experta de un terapeuta cualificado. Los homeópatas nunca subestiman el miedo como causa de trastornos futuros, incluso si estos se manifiestan años después del suceso y de formas inesperadas. Esto es aplicable a buena parte de los traumas emocionales.
También hay que pensar en el remedio de rescate. Es una forma muy correcta de respaldar a un paciente mientras espera que el homeópata atienda su llamada, y no es posible administrar una dosis excesiva.