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CAPÍTULO I
ОглавлениеLa novela transcurrirá en un bar. Del bar bastará decir, por si llegara a interesarle, que existe y que está ubicado en la esquina de Charcas y Armenia. Sí: es un típico bar de Palermo. Uno de los tantos que se desparraman por la cuidad. En él, apenas usted pase al siguiente capítulo, verá que hay tres personas. Y enseguida llegará una cuarta. En realidad habrá más personas entrando y saliendo, por supuesto: se trata de un bar. Pero, las personas que podrían considerarse el motor de esta historia, aquellas que califican como personajes, serán apenas cuatro.
Uno será Valentín, el mozo. Otro, el bigotudo de la mesa 2. Y el personaje principal será la mujer que muy pronto entrará en el bar y se sentará a la mesa que da a la ventana de la calle Charcas. Más atrás, a un lado de la barra, siguiendo el pasillo que da a los baños, habrá otro personaje. Ahí es donde usted se ubicará. Caminará hasta esa mesa y se ubicará en ese personaje. No a un costado, no frente a él. Sino en él. Usted será ese que ahora se mantiene estático, aquel que sostiene un pequeño libro y que ni parpadea. Desde allí, desde aquel insulso hombre, usted atestiguará los sucesos que justificarán —o no— el desarrollo de esta novela. Pero cuidado: usted no será un mero testigo, usted participará de los acontecimientos.
De momento, aquel hombre que usted ocupará no se mueve, pero solo de momento: sigue esperando que usted dé vuelta la hoja.
Aunque, antes de voltearla (o de cerrar este libro maldito y dárselo a alguien a quien odie), debo advertirlo: si usted decide ubicarse en el lugar de aquel hombre, deberá asumir las consecuencias. Este y no otro es el momento de decidirlo. Si avanza una línea más, no habrá posibilidad de arrepentimientos.
La acción comenzará con un futuro apremiante y estremecedor; y si quiere enterarse de más, la responsabilidad será toda suya.
Aunque lo parezca, esto no es un juego.
Hablamos de la vida de una persona.