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Fundamentos teóricos y metodológicos para establecer la narrativa del proyecto de renovación de un museo y centro de ciencias

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María del Carmen Sánchez-Mora


Introducción

Si el planteamiento de un nuevo museo es una labor compleja, su renovación después de 25 años de operación continua lo es todavía más, ya que, salvo en contadas ocasiones, el museo original no necesariamente suspende sus actividades, por lo que debe seguir funcionando a la par que se modifica. Pero a diferencia de la creación de un nuevo museo, la experiencia acumulada tanto en su manejo como en la observación de su desempeño y evolución, así como los resultados de las muy variadas evaluaciones que se le han practicado (sean estas formales o producto de la mera observación), hacen que, por lo menos, la tarea de renovación tenga un punto de partida sólido (Museum Planning, 1992).

Este capítulo parte de numerosas contribuciones teóricas que pueden respaldar la renovación de un museo y centro de ciencias universitario como Universum. Incluye las opiniones de numerosos autores, entre ellos Achiam and Solbeg (2017), de la hoy en día muy extensa bibliografía sobre el tema, especialmente Koster (1999). Incluso, se ha recurrido a artículos clásicos que datan de la época del mayor surgimiento de los MCC, pero cuyos postulados siguen siendo relevantes.

La propuesta conceptual de renovación que se hará en este capítulo hace una justificación de cada una de las decisiones tomadas para realizarla, partiendo de los campos de conocimiento más apropiados para cada circunstancia y tema. De esta forma se utilizan aspectos teóricos y críticos acerca de los MCC en general, y más específicamente propuestas provenientes de la enseñanza de la ciencia aplicables al ambiente educativo informal, estudios mundiales y locales del acercamiento informal a la ciencia, discusiones sobre la comunicación de la ciencia en ambientes informales, así como nuevos planteamientos y sugerencias que asoman cada día alrededor de este prolífico e interesante campo de los MCC (Achiam y Solbeg, 2017).

Esta contribución se inicia con el cada día más firme conocimiento que se tiene acerca de la importancia de que los ciudadanos posean una cultura científica y el papel que los MCC juegan en su adquisición, dada la reconocida falla de la escuela formal para lograrlo. Enseguida se menciona que a pesar de ofrecer una alternativa para la educación científica informal de todos los ciudadanos, los MCC están sometidos a una fuerte competencia si no se renuevan. Afortunadamente los estudios que se han realizado en estos espacios han sugerido los caminos que se deberían seguir para sortear este problema (Bradburne, 1998) y que han sido tomados en cuenta en esta propuesta.

Igualmente, en esta contribución se presentan las metas perseguidas al plantear una renovación conceptual de Universum. Esta parte de la propia experiencia adquirida en la vida diaria del museo, pero también del conocimiento generado en el campo de la museología científica (Pérez, Díaz, Echevarría, Morentin y Cuesta, 2000).

Un aspecto toral en el proyecto de renovación conceptual que aquí se presenta es la inclusión de los visitantes mas allá de los estudios iniciales de público (Appelbaum, 1998; Borun, Massey y Luther, 1993). En este caso se propone hacerlo por dos vías: la primera es compartir con los visitantes a medida que se diseña y desarrolla el proyecto la narrativa del museo a partir de la evaluación formativa, y por otro lado, partir de las ideas previas del público, asunto muy estudiado en el campo de la enseñanza de las ciencias, y que en este caso respaldó el diseño conceptual particularmente de la planta baja del museo.

Como se mostrará con detalle a lo largo de este capítulo, para la definición inicial de las temáticas del proyecto de renovación se recurrió a consultas a expertos en diversos campos de la ciencia, y a los temas científicos y tecnológicos más mencionados en los medios y en especial a los tratados en la revista ¿Cómo ves? de la DGDC. Lo anterior se complementa con una serie de modelos educativos que dan cuenta de la gran diversidad de abordajes al conocimiento de parte del variado público que acude a los MCC. Entre estos modelos se incluye el tema de las narrativas construidas por los visitantes (Roberts, 1997), la idea de Museo Total (Wagensberg, 2015), el abordaje multidisciplinar de las ciencias, el enfoque ecológico versus el ecologismo y, finalmente, se introducen las exhibiciones críticas como la mejor forma de abordar los problemas de la crisis ambiental y su propuesta de soluciones.

I. El planteamiento del proyecto conceptual

La evolución de los MCC, un punto de partida para la renovación

Hoy que vivimos en un mundo en que la explicación científica se identifica con la solución de los numerosos problemas ambientales y sociales, y donde la ciencia y la tecnología influyen sobre acontecimientos de importancia mundial, se hace más necesario que el público posea una cultura científica.

Por mucho tiempo se pensó que bastaba creer que la ampliación de la escolaridad y el acceso de la población a la educación formal daría lugar a una ciudadanía científicamente culta y socialmente progresiva (Fundación BVBA, 2012; Sánchez-Mora 2016 y Sánchez-Mora, Reynoso, Namihira, Rodríguez y Villarreal, 2015). El resultado es que no se ha logrado que todo ciudadano disponga de conocimientos y herramientas básicas que le permitan “leer la realidad” que está grandemente influida por la ciencia y la tecnología, con todas sus implicaciones sociales, humanas, económicas y éticas (Marco-Stiefel, 2000). Afortunadamente se ha visto la posibilidad de hacer frente a esta situación a través de la educación informal en ciencias, dentro de la cual los medios de comunicación en general, y los MCC actuales en particular, ofrecen la oportunidad a todo ciudadano de reflexionar, discutir, tomar posición y hacer elecciones fundamentadas en las racionalidades cognitiva, emocional, estética, moral, política e ideológica (Stocklmayer, S., Rennie, L. y Gilbert, J. 2010).

Los MCC exhiben fenómenos explicados por la ciencia, así como los objetos, máquinas e instrumentos que muestran la actividad de los científicos, las consecuencias de los avances tecnológicos, y el estado del conocimiento del universo, del planeta y de nosotros mismos. Son excelentes para presentar procesos que ocurren en la naturaleza, la conducta humana y animal, y las aplicaciones de la ciencia: en suma, ofrecen múltiples oportunidades para que el público profundice y amplíe su conocimiento y comprensión de la ciencia, de la tecnología y de la naturaleza con la conjunción de varias disciplinas científicas que los abordan (Semper, 2000).

Hoy en día los MCC se consideran parte importante del marco educativo en tanto espacios para el aprendizaje informal (Stolckmayer et al., 2010), definido este como el aprendizaje autodirigido, voluntario y guiado por los intereses y necesidades individuales (Falk y Dierking, 2002). Se ha considerado que precisamente los MCC tienen la capacidad de responder a los muy variados intereses y necesidades de sus visitantes (Bradburne, 1998). Sin embargo, después de más de tres décadas de crecimiento exponencial y un relativo éxito comercial y cultural (MacLeod, Dodd y Duncan, 2015), estos espacios se han visto sujetos a fuertes cuestionamientos, debido a su vulnerabilidad por los cambios en las demandas por parte de sus usuarios, quienes cada día tienen mayores opciones de entretenimiento, y por las modificaciones en las economías locales y nacionales (Applebaum, 1998).

Los cambios que se han suscitado en las dos décadas anteriores en la concepción de los MCC (Adams, Luke y Moussouri, 2004), las aportaciones científicas de los últimos años, el desarrollo de problemáticas sociales relacionadas con la ciencia, el advenimiento de nuevos problemas de salud en el mundo, las últimas tendencias en la enseñanza de la ciencia, la evolución de la comunicación de la ciencia, y una fuerte competencia con instituciones similares, entre otros factores, han llevado al museo Universum a contemplar su renovación después de un cuarto de siglo de existencia.

Planteamiento conceptual general de la renovación

Un proyecto de renovación conceptual se inicia necesariamente con la consideración general de una narrativa sobre ciencia a lo largo de todo el edificio del museo. Un punto de partida para plantearla consiste en definir de manera general las temáticas del proyecto de renovación. Para ello se partió de las ideas de Miles (1990), quien preocupado porque los MCC fueran efectivamente comunicativos, planteó que de inicio es necesario un acercamiento real entre la cultura de los científicos, la de los comunicadores de la ciencia y la de las audiencias masivas. En ese sentido, la concepción temática de la renovación partió de comunicaciones personales con diversos expertos en los siguientes rubros: física general, física cuántica, química, astronomía, ciencias de la Tierra, geología, ecología, biología marina, biología general, matemáticas, geografía, ingeniería, robótica, pedagogía, enseñanza de las ciencias antropología y bioética, a quienes se les pedía en una charla informal, sin restricción de tiempo, sus opiniones sobre los temas que deberían incluirse, desde su punto de vista, en la renovación temática de Universum. El ejercicio consistió en solicitar a los expertos que mencionaran los temas de su campo que a su juicio deberían ser comprendidos por el público general no especializado. Esta actividad se llevó a cabo entre junio y julio de 2018, partiendo de que si bien el primer paso era definir los temas, también había que buscar una forma de acercarlos a los visitantes potenciales, ya que de acuerdo con la opinión de Miller (1991), los visitantes o bien no decodifican los mensajes emitidos por los expertos a través de las exhibiciones o bien, cuando lo hacen, llegan a decodificaciones aberrantes. Dado que este problema se deriva en buena medida de que el comunicador de la ciencia de los MCC desconoce a las audiencias, se complementó la información recabada con los resultados de un estudio realizado por Garcimuño (2018) acerca de las opiniones y sugerencias de los visitantes universitarios a Universum, para conocer en este caso los temas que la audiencia esperaría encontrar en el museo renovado.

Por otro lado, para tener siempre presente la gran diversidad de visitantes al MCC, fue necesario abrirse a diferentes acercamientos cognitivos que el público en general pone en juego en situaciones de aprendizaje. Así, para ser incluyentes a distintas habilidades de los visitantes, se decidió incorporar en los futuros diseños de exhibiciones (particularmente en el desarrollo de los nuevos equipos interactivos) las propuestas de Alonso et al. (Alonso, Gallego y Honey, 2005) sobre estilos de aprendizaje. Cabe mencionar que aunque tales propuestas han sido muy criticadas en la literatura pedagógica y psicológica, han resultado ser de utilidad en los ambientes de aprendizaje informal para satisfacer las demandas intelectuales de los visitantes (Dekker, Howard-Jones y Jolles, 2012; Alonso et al. 2005; Zapata, 2010). Igualmente, cuando el tema lo permita, se diseñarán las exhibiciones de acuerdo a los lineamientos de las exhibiciones críticas (Pedretti, 2002).

Para todavía abrir más las exhibiciones a un espectro amplio de preferencias conceptuales de los visitantes se incluye en el planteamiento conceptual el modelo IPOP propuesto por Pekarik, Schreiber, Hanemann y Mogel (2014). Y en cuanto a la visión museográfica general, se trabajará bajo el modelo de Museo Total de Wagensberg, 2015); ambos se explicarán posteriormente en detalle.

De acuerdo con las fundamentaciones teóricas antes mencionadas, las pláticas con los expertos, las opiniones del público universitario y la experiencia de guías y curadores de Universum obtenidas de diversos documentos y entrevistas a lo largo de 25 años, en la planta baja del museo el planteamiento conceptual y museográfico se enfocará a hablar del entorno o la naturaleza, con énfasis en aquellos temas que, como se explicará posteriormente, parecen ser del dominio público porque se tocan en la escuela primaria, pero que son fuente de incontables errores conceptuales. En cuanto a la museografía, se intenta atraer a los visitantes con exhibiciones llamativas, muchas de ellas de gran formato. Es importante señalar que la planta baja estará muy enfocada a la educación básica, dado que en nuestro país en ocasiones las escuelas carecen de recursos didácticos para la enseñanza de las ciencias. Para evitar el tono enciclopédico en el desarrollo de los temas, se incorporan brevemente en esta planta algunos aspectos de la crisis ambiental y sobre todo la propuesta de algunas soluciones de conservación del ambiente.

Para desarrollar la temática del primer piso se partió de una de las aportaciones generadas en noviembre de 1996 en el congreso Here and Now, Contemporary Science in Museums and Science Centres, convocado por el Museo de Ciencias de Londres, para abordar los retos que le representa a estas instituciones mostrar la ciencia y la tecnología contemporáneas (Beetlestone, Johnson, Quin y White, 1998). De acuerdo con los delegados asistentes, el reto mayor consiste en definir los temas de la ciencia contemporánea que deben ser exhibidos. Concluyeron que en buena medida se trata de la ciencia que aparece en los medios masivos y que toca la vida de la gente, como el mapeo genético, la vida en Marte, la radiación, la contaminación, etcétera.

Además de los temas científicos que más aparecen en los medios de comunicación (sobre los cuales diversos autores han hecho excelentes recopilaciones), se han incorporado especialmente los temas tratados a lo largo de los últimos 25 años en la revista universitaria para jóvenes ¿Cómo ves? Un cambio más en el planteamiento de las exhibiciones es que se buscará que incluyan a la naturaleza de la ciencia (NOS)1 (Lederman, 2007), para evitar la criticada comunicación de la ciencia que llevan a cabo muchos MCC, como si se tratara de resultados conclusivos e inamovibles y donde no se da cuenta del quehacer científico (Stevenson, 1991).

Finalmente, para el segundo nivel del museo, los expertos consultados sobre las temáticas a considerar hablaron de seleccionar los contenidos que muestren temas no solo de actualidad científica, sino también los nuevos descubrimientos que implican una fuerte repercusión social. En este caso se incorporarán al discurso algunas exposiciones con este enfoque que ya se encuentran en construcción y que incluyen temas de riesgos y de sustentabilidad. Cabe aclarar que en el proyecto la idea de sustentabilidad tiene dos enfoques, por un lado, se refiere a que las nuevas instalaciones tendrán ante todo un carácter de ahorro energético, y por otro se tratarán lo más posible en cada uno de los temas exhibidos, aspectos varios sobre la preocupación por evitar el deterioro del ambiente y sobre la conservación de los recursos para las generaciones venideras. Al respecto, es importante mencionar que como parte del enfoque conceptual general de la renovación de Universum y dado que uno de los temas transversales a tratar en todo el museo es el de la sustentabilidad, se tendrá especial cuidado en la emisión del discurso ecológico, ya que en las investigaciones en enseñanza de la ciencia y en particular de la ecología se menciona la problemática consistente en distinguir la ciencia de la ecología del ecologismo como postura ideológica (Lacreu, 1997).

Mucho se ha escrito acerca de la forma en que debe comunicarse la ciencia respecto a la naturaleza, para que efectivamente tenga un enfoque ecológico, ya que una comunicación de la ciencia basada solo en actitudes, sin conocimientos, corre el peligro de transformarse en la transmisión de dogmas. Por otro lado, es claro que no puede dejarse de lado que para formar actitudes de respeto a la naturaleza es necesario un vínculo afectivo, y que si únicamente se comunican conocimientos y no se tiene el cuidado de promover actitudes coherentes hacia ellos, pudiera caerse en el cientificismo. Cuando se trata de comunicar la ecología, máxime en un MCC, son igualmente importantes los aspectos conceptuales y actitudinales. El enfoque que se hará a estas temáticas es buscar que el conocimiento del origen de los problemas ambientales esté al alcance del visitante, para que bajo este se dé pie a la comprensión de diversas soluciones.

Los puntos antes expuestos acerca de la necesidad de exhibir al público el conocimiento básico de la naturaleza, la forma en que la ciencia lo aborda y la presentación crítica de los principales problemas ambientales y sociales que forman parte de la cultura científica, llevaron a la conclusión de que el planteamiento conceptual general de la renovación de Universum implicará el tratamiento de los siguientes tres grandes temas: el entorno natural, la ciencia, y los principales problemas y retos que enfrenta el planeta para su sobrevivencia si no se toman medidas de conservación del entorno.


Figura 1. Componentes temáticos básicos del proyecto de renovación conceptual de Universum.

Las ideas previas: base del planteamiento conceptual de la planta baja

Actualmente se reconoce que el conocimiento del mundo no ocurre en el vacío social. Esto se aplica a los MCC, donde cada visitante construye ideas científicas y percepciones de la ciencia a partir de su lenguaje y cultura. Pero al mismo tiempo, los científicos y los comunicadores de la ciencia que emiten un discurso a través de las exhibiciones del museo comparten una visión del mundo (que implica conceptos átomos, moléculas, electrones, fuerzas, iones, genes, especies, etc., modelos, convenciones y procedimientos), que debe ser interpretada por los visitantes. A esto hay que añadir que las ideas científicas que se construyen y transmiten a través de instituciones y medios, como es el caso de los MCC, no suelen ser descubiertas por el público empíricamente, de manera que acercarse a la ciencia implica ser iniciado en la cultura científica (Gupta y Adams, 2012). De esta forma, para comunicar la ciencia adecuadamente, el MCC tiene la enorme tarea de ayudar a los visitantes a comprender por sí mismos y de acuerdo con sus marcos conceptuales, los modelos y conceptos científicos planteados por los especialistas, pero también a apreciar sus campos de aplicación para incorporarlos a su cultura científica (Allen y Gutwill, 2004).

Este no es el único reto que afrontan los MCC: deben además evitar a toda costa que los visitantes se conciban como receptores pasivos de la información, para lo cual requieren buscar que el público se vea activamente implicado en un proceso de construcción de significados en donde a través del asombro y la sorpresa, e incluso la diversión, sus ideas previas se relacionen con las temáticas, conceptos e ideas que el MCC presenta.

Para autores como Guichard y Guichard (1997), a causa del impacto emocional que causan, y por las estrategias interactivas que generan, los objetos de la exposición y las exhibiciones pueden lograr que los visitantes revisen sus concepciones originales sobre diversos fenómenos (que al estilo Bachelard citado por Guichard y Guichard, 1997, representan obstáculos epistemológicos) y duden de ellas. Esta situación suele producirse cuando los creadores de la exposición se apoyan en un buen conocimiento de tales obstáculos.

Quien diseña un elemento o equipo de exposición efectúa siempre una transposición del tema científico en función de sus propios términos de referencia, lo que implicará que el visitante descifre el objeto de exposición en función de sus propias concepciones, que seguramente no corresponden a las del creador de la exposición. Por ello es que la transformación en exhibiciones de los temas científicos que se muestran en una exposición requiere de un trabajo altamente creativo recargado en cimientos sólidos, como es la investigación sobre el aprendizaje de las ciencias (Borun et al., 1993). Esta perspectiva derivada de la investigación educativa se ha utilizado para el desarrollo del guión temático de la renovación de Universum y especialmente para los contenidos de la planta baja (el entorno natural). Se trata de un rico campo de investigación mundial y al cual varias facultades, escuelas, centros e institutos de la UNAM han contribuido desde hace ya muchos años.

De acuerdo con los planteamientos del aprendizaje significativo (Aguirre y Vivas, 2006) las explicaciones personales o ideas previas sobre el entorno por parte de las personas no especialistas suelen concretarse en las ideas sobre los procesos físicos, las ideas sobre la vida y los procesos vitales, y las ideas sobre los materiales y sus propiedades. Para este trabajo se han utilizado sobre todo los aportes de Driver, Squires, Rushworth y Wood-Robinson (1999).

El trabajo sobre ideas previas proviene principalmente del campo educativo formal, y para evitar darles un enfoque meramente descriptivo al trasladarlas al ambiente educativo informal del MCC en el tratamiento de los temas sobre el entorno natural, en la planta baja del museo se utilizarán tecnologías de comunicación variadas y avanzadas que hacen más dinámicos y accesibles los temas que su mera representación estática. Este enfoque se ha adoptado con éxito en muchos museos de historia natural (MHN) que quieren estar a la vanguardia tanto en la museología como en la educación científica, por lo que han asumido las plataformas y redes digitales para transformarse en espacios de aprendizaje y participación (Louw y Crowley, 2013).

Encontrar nuevos medios para involucrar a los visitantes con el conocimiento científico y permitirles que observen con los ojos de la ciencia es una estrategia promisoria para los MHN. Implica comunicarse con el público mediante el uso de tecnologías contemporáneas que privilegien la participación, el diálogo y el intercambio. Con estos nuevos sistemas disponibles, se podrá transitar de la comunicación didáctica, de una sola vía, hacia plataformas tecnológicas que promuevan la observación compartida, el diálogo y el involucramiento. Sin embargo y al mismo tiempo, se pretende regresar a la exhibición de objetos reales que en ocasiones se dejan de lado por el abuso de los recursos audiovisuales y tecnológicos (Wagensberg, 2015). Este autor señala que para devolver la realidad a los visitantes de los museos, necesitamos también una museografía con objetos, que puedan expresarse de triple manera: interactiva, mental y culturalmente. Para Wagensberg (2015), se trata de exhibir objetos que cuentan historias y que hablan con el visitante; considera que en los MCC se ha perdido la exhibición de la realidad, cuando esta es la que distingue a la museología de otras formas de comunicación de la ciencia. Wagensberg (2015) opina que las simulaciones, modelos, imágenes y nuevas tecnologías son solo accesorias de la realidad, pero no pueden tomar su lugar. Cuando esto sucede, el error que cometen muchos MCC consiste en adoptar el lenguaje de otras formas de comunicación y alejarse del lenguaje propio del campo museológico. La realidad constituye entonces la forma de expresión de museos, una especie de “palabra museológica” en la postura a la que se llama Museología Total (Wagensberg, 2015). Dentro de esta corriente se considera además que el MCC es un sitio irremplazable en la etapa más importante del proceso cognitivo: el inicio. Aquí es cuando las personas se mueven de la indiferencia al querer aprender, y para Wagensberg (2015) no hay nada como la realidad para proveer ese estímulo. De esta forma, la planta baja del museo intentará acudir a los objetos reales para maravillar al público e incitarlo a querer conocer más. Entre estos objetos reales pueden considerarse las colecciones biológicas, geológicas, instrumentos científicos, etcétera.

Para el desarrollo de la planta baja también se está tomando en cuenta la bibliografía acerca de la manera en que el público se relaciona con el medio de los museos (Russell, 1990), para evitar que las exhibiciones no solo le sean incomprensibles o irrelevantes, sino hasta amenazantes. Cuando estos puntos se toman en cuenta, los MCC pasan a ser lugares no solo de obtención de información, sino de entretenimiento y de interacción social, lo cual ocurre cuando los MCC se conectan con las demandas reales de conocimientos sobre ciencia que tienen todos los ciudadanos, no solo los escolares (Caamaño, 2000).

La generación de la cultura científica y la diversidad de aprendizaje de los visitantes: cimientos del primer nivel del museo renovado

Desde hace varias décadas, los MCC consideran a los visitantes como el punto de partida de todas sus actividades (Allen y Goodwill, 2004). Toda aquella información acerca de ellos que arrojan los libros de opiniones, las encuestas de todo tipo, las apreciaciones verbales de los curadores, custodios, maestros, estudiantes, investigadores y público en general, ha sido sumamente valiosa para hacer una fotografía instantánea de los visitantes a Universum, misma que ha permitido determinar aquellos equipos, objetos y experiencias que han sido exitosos por diversos motivos a lo largo de la vida de este MCC y que pretenden conservarse, bajo un nuevo discurso, en el proyecto conceptual de renovación.

Toda esta información se ha utilizado para incluir las voces de los visitantes dentro de un modelo llamado transaccional, adaptado a los museos por Crawford, Patten y Lockett (1993).

Este modelo consiste en que a diferencia de aquel en el que la institución impone los temas a exhibir (mandate driven) desde la experiencia de su equipo humano y que aliena a los visitantes; o del enfoque mercadológico, cuyos resultados tienden a generar espacios para la diversión pero no para la educación, el modelo transaccional se refiere a un diálogo con los visitantes. El modelo transicional parte de estudios de audiencia acerca de cómo incorporarla en dicho diálogo, pero también toma en cuenta los mandatos y objetivos del museo, definidos y probados por su cuerpo directivo, así como las expectativas, necesidades y características del público al que sirve. Los resultados de la aplicación de este modelo suelen ser de satisfacción por parte del equipo del museo, pero también de los visitantes.

La consideración de los visitantes en el proyecto de renovación que se propondrá con el objetivo de acrecentar su cultura científica tiene varias fuentes. Una de ella es la experiencia que los curadores y anfitriones de Universum han adquirido a lo largo del tiempo en su interacción con los visitantes respecto a los conocimientos científicos que manejan, sus dudas e incluso a sus interpretaciones. La otra proviene de estudios específicos que se han realizado sobre los diversos espacios del museo (artículos de investigación, tesis, presentaciones en congresos, etc.).

Con la intención de que en el primer nivel de museo por lo menos se den las bases para la construcción de la cultura científica de los visitantes, se han tomado las propuestas de varios autores (Ronan, 1994; Myers, 1994; Dinwiddie, 2010) que se han dedicado a recopilar los temas que de acuerdo con su experiencia debería dominar un público científicamente culto o bien, aquellos que se mencionan constantemente en los medios de comunicación masivos. Estos temas se muestran en el Anexo A.

Se ha considerado de suma utilidad el trabajo de Pekarik et al. (2014) para asegurarnos que las exhibiciones que cubrirán las distintas temáticas del museo abarquen distintas preferencias de acercamiento a las exhibiciones (Beghetto, 2014). Este modelo llamado IPOP es importante para tratar de involucrar a los visitantes a vivir experiencias significativas con las exhibiciones. El modelo IPOP describe cuatro aspectos amplios para capturar las preferencias idiosincrásicas de la mayoría de los visitantes y las varias razones por las que se involucran con las exhibiciones. Estas preferencias son las siguientes:

Repensar los museos y centros de ciencias

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