Читать книгу El amor no es para mí - Dana Darius - Страница 8
ОглавлениеCapítulo 2
Componiendo canciones
(Ella)
Hoy me he despertado con una sensación extraña, he estado pensando en todo lo que me ha pasado últimamente y creo que todo es cosa del destino.
Me explicaré mejor, en estas últimas semanas he vuelto a ser soltera y creo que he encontrado algo que hacer con mi vida, que andaba un poco perdida. Lo cierto es que creo que siempre he estado perdida y últimamente no dejo de pensar en Lucas. Él me conocía muy bien y nos compenetrábamos a la perfección, no tengo ni un solo recuerdo malo de él, aunque seguro de que hubo muchos, pero es como si mi mente los hubiera eliminado de mi memoria. Solo recuerdo un amor ideal, una relación estupenda, aunque no sería tan perfecto cuando me fijé en otro chico. Bueno, a lo que iba, que últimamente estoy como en una nube que no sabe si clarear el día o volverlo lluvioso, y ahora con la canción que estamos grabando me siento como en otro mundo.
Cuando entro en el estudio y me pongo a cantar es como si algo se apoderara de mí, como si no fuera yo. Me siento como una gran artista y cuando nos escuchamos alucino. No sé cómo no había pensado antes en ese tipo de vida, en cantar. Ya me había dicho Lucas que cantaba muy bien, pero nunca me imaginé siguiendo los pasos de mi madre. Hasta mi padre está contento, claro que cantar es mejor que estar de camarera sin tener un lugar fijo de trabajo.
Cuando le conté lo que me había pasado en el parque alucinó un poco, pero me dijo que no era de extrañar que me pararan para proponerme algo así porque mi voz es como de otro mundo; es mi padre, qué va a decir él. Me dijo que una oportunidad así no la podía rechazar y eso hice, aceptarla, y ahora me veo grabando una canción con un chico que apenas conozco. Intento evitarlo aunque creo que no podré por mucho tiempo, veo que cada día intenta abordarme cuando terminamos de grabar, aunque siempre logro escabullirme. En el fondo me da un poco de pena, aunque mira, ayer quedó con mi amiga Maka.
He decidido seguir con mi vida y cumplir todos mis sueños que no están relacionados con el amor, porque en vista del éxito prefiero intentar cumplir el resto. Ayer estuve hablando con mi prima Raquel y me dijo que podría abrirme mi negocio y también cantar, porque el bar de copas solo abriría de noche y no voy a estar grabando a esas horas. Y he pensado que tiene razón, así que he llamado a aquel local que tanto me gustaba y he quedado para ir a verlo mañana.
Ahora me estoy preparando para ir a grabar. Nada del otro mundo, me pongo una camiseta de tirantes, porque estamos en junio y hace un calor de mil demonios, un tejano de tiro alto, que me hace una cintura alucinante, y unos zapatos, cómo no, de tacón de aguja y terminados en pico. No los Manolos porque esos se los comió Roquet, sino unos Jimmy Choo. Me he lavado el pelo, lo he secado y alisado, llevo una media melena rubia que, por cierto, me favorece bastante, y ahí voy otro día más.
Cuando llego al estudio Leopoldo me está esperando.
—Buenos días, Ella, ¿qué tal estás?
—Muy bien. —Me extraña verle con tanto ímpetu por la mañana.
—Verás, hoy Noah no puede venir a grabar y he pensado que podríamos mirar algunas canciones que puedan encajarte y empezar a grabar tu propio disco, ¿qué te parece? —Lo miro con la boca abierta, y no me lo creo.
—¿Me lo dices en serio? No sé, pensé que tardaríamos mucho más, no sé si estoy preparada para esto, yo nunca he compuesto nada, no se me da bien.
—Tranquila, que no tienes que componer las canciones tú, tenemos compositores muy válidos. Creo que iría muy bien hacer alguna melodía a piano o algo así, tenemos algunas canciones muy buenas pero no tenemos quién pueda cantarlas y creo que a ti te pueden gustar, vas a ser como Leona Lewis, ¿no te gustaría?
—Sí, me encanta el estilo de música que hace, pero es imposible compararme con una artista como ella. —Ahora sí que creo que se ha tomado algo esta mañana porque flipa por un tubo.
—Tú no te has escuchado bien, ¿no? Bueno, no importa, yo sí que tengo buen oído y creo que puedes ser lo que tú quieras. Vamos a escuchar esas canciones. —Lo miro y no veo un ápice de mentira en sus ojos, debe de decirlo en serio, pero no me imagino cantando como Leona Lewis.
Me presenta a Jordi Tárrega, el compositor que se supone que me ayudará con mis canciones. Ya había oído hablar de él, es un compositor muy importante, además de un pianista muy bueno y por supuesto un cantante excepcional. Tiene canciones preciosas y sí, son del estilo de Leona, que miedo da… Pero lo cierto es que me gustan mucho y me encuentro en mi salsa. Hay una canción de todas las que he escuchado que definitivamente es para mí. La escucho y es mi historia con Lucas, habla de un recuerdo que no deja de aparecer en la mente y de un grave error, de un amor perfecto que se perdió por culpa de una tontería y de que ya no hay vuelta atrás. Escucho con mucha atención y todo lo que oigo me enamora, no quiero nada con nadie, y lo tengo claro, solo querría volver con Lucas, él ha sido y siempre será el amor de mi vida.
Dicen que las señales a veces existen y esa canción es una señal, así que cojo la hoja de la letra y mientras suena la música leo entonando un poco: Y así te perdí, que tonta fui, no supe ver lo que ofrecías, no supe darte lo que merecías y ahora ya no puedo más, no se vivir sin estar junto a ti, necesito tu amor para seguir, para poder ser feliz y volver a sonreír, necesito borrar el pasado y crear un nuevo futuro, perdóname y volveré a ser para ti
—Ella, ¡esta canción suena muy bien en tus labios! Es fantástica, ¿qué te parece si la hacemos más tuya y creamos un single?, puede ser tu canción de lanzamiento, pero en el disco tendremos que poner alguna canción también más pop, ¿te parece bien? —Leopoldo está muy contento y Jordi aplaude, parece que le gusta.
—Me gusta mucho esta canción, me siento identificada con la letra, y creo que para cantarla bien hay que vivirla, y eso es lo que me ha hecho decidirme por esta, pero hay varias que me gustan. No me importa cantar otro tipo de canciones, entiendo que hay que hacer varios tipos para vender más pero no quiero alejarme mucho de las baladas aunque alguna sea más movida.
—Tranquila, que buscaremos algo acorde con tu tono y tu estilo, cada cantante tiene que tener su estilo propio, es lo que los identifica y lo que hace que le guste a sus fans y tú, pequeña, creo que tendrás muchos fans. —Jordi me mira de arriba abajo con aprobación, le gusta lo que ve y escucha, y él no está nada mal. Es un chico alto y guapo, de unos treinta y cuatro años, castaño claro con unos reflejos rubios, ojos azules, con una mirada que te penetra hasta el alma. Algo en él me ha llamado la atención, lo miro y es como si ya nos conociéramos, es una sensación extraña. —Por cierto, Ella, ¿te gustaría ir a tomar un café? No me malinterpretes pero conocerte un poco mejor me ayudará a escribir canciones para ti. —Vaya decepción… Yo ya había pensado en esa posibilidad pero bastante distinta, ya estaba pensando que ese café llevaría a una copa y esa copa lo llevaría a mi cama. Porque paso del amor pero no del sexo y este tío tiene pinta de dar sexo del bueno. Es un caramelito muy dulce. Sé que con Noah también me ha pasado, pero a diferencia de Jordi, es más niño y Jordi tiene algo que no sé describir. Con él sí que me iría a la cama sin pensármelo dos veces, dijera lo que dijera mi mente.
—¿Eh?… Sí, claro, no tengo nada que hacer ahora, pensaba grabar durante un par o tres de horas, aunque he quedado con unos amigos luego, pero sí, podemos hacer ese café. —Ha torcido un poco el gesto al saber que he quedado luego, ¿debo de interpretar eso como que él quiere lo mismo que yo? Bueno, vamos a tomar ese café y lo descubrimos.
Nos dirigimos a la cafetería que hay cerca del estudio de grabación y por el camino me encuentro a Raúl, me mira de lejos y mira a Jordi, no es que Raúl fuera feo… pero Jordi le da mil vueltas. Creo que ha pensado que estamos juntos y sinceramente me importa tres pepinos, pero mira, le está bien empleado por tonto.
—Leopoldo me ha dicho que eres un diamante en bruto y hoy he podido comprobar que no se equivoca, cantas muy bien. ¿De dónde sale esa faceta tuya?, si no es mucho preguntar. —Parece bastante curioso, eso me gusta, no el típico tío que no habla de nada.
—Bueno, lo cierto es que lo llevo en la sangre, mi madre era Leonor Reyes, supongo que habrás oído hablar de ella. —Me mira con cara de asombro y no sé qué significa eso.
—¿En serio? Me encanta cómo cantaba tu madre. Siento mucho su muerte, fue algo muy inesperado y una gran pérdida para el mundo de la música. —Lo dice muy sincero—. Yo siempre la escuchaba y me inspiraba mucho a la hora de escribir y componer para otros cantantes. Hace mucho que dejó de grabar discos, supongo que tú debiste ser el motivo y no la culpo, tener un hijo y dedicarle todo tu tiempo debe de ser lo mejor del mundo, pero ella era muy grande. Me siento afortunado de trabajar contigo, podemos componer una canción para ella.
—Sí, la verdad es que me gustaría mucho, tengo el título perfecto: Mi estrella, porque ella siempre lo fue para mí, fue mi inspiración para muchas cosas. La verdad es que disfrutaba cantando con ella y viéndola en galas. Su pérdida fue muy dura para todos nosotros pero tuvimos que sobreponernos rápido, ella no hubiera querido vernos tristes, así que, cómo pudimos, decidimos seguir con nuestras vidas.
—¿Siempre te has dedicado a la música, o es algo que ha aparecido así de repente?
—No, que va, nunca me lo había planteado, he sido camarera muchos años, pero hace poco Leopoldo me abordó en el parque y me propuso cambiar de vida, si se le puede llamar así. —Jordi me mira con cara de asombro y de repente como si hubiera contado el chiste más gracioso del mundo comienza a reírse como un loco, y vaya sonrisa…. ¡Pero qué bueno está este tío!
—Perdona, pero es que me estoy imaginando a Leopoldo persiguiéndote por el parque en plan acosador y me hace mucha gracia.
—Sí, no es la mejor manera de ofrecer un trabajo, pero bueno, la verdad es que algo en su mirada me hizo fiarme un poco de él, y decidí darle una oportunidad a aquella proposición, porque una parte de mí cree que a mi madre le hubiera gustado.
—Seguro que sí, ¿actualmente trabajas de camarera?
—Bueno, sí, de vez en cuando, lo cierto es que estoy mirando un local para abrir mi propio bar de copas, ya sabes, un lugar para bailar y relajarte, antes de salir de fiesta. Tengo unos cuantos amigos que me ayudarían a despegar y mañana justamente voy a ver un local que me gusta, porque tampoco sé si esto que estamos haciendo va a prosperar, así que seguiré con mis planes, ya que puedo compaginármelo perfectamente.
—Bueno, de momento sí, pero piensa que cuando grabes tu disco, tendrás que hacer una gira y eso te llevara bastante tiempo.
—Bueno, pero mis amigos cuidarán de mi negocio, eso no me preocupa, son gente de confianza.
—Eso está muy bien. Pues cuando lo tengas abierto iré con mis amigos. Y bueno, veo que te gustan las canciones de amor, la que has escogido para el single es un poco trágica. ¿Tienes pareja? Es solo para documentarme.
«Sí, ya… claro»
—Para documentarte, ¿eh? No, no tengo pareja ni ganas de tenerla tampoco, pero esa canción me ha hecho recordar al único amor verdadero que he tenido en la vida y es por eso que me ha gustado. Fue mi primer amor, mi novio en el instituto y le dejé por tonta, como dice la canción. Después de eso mis relaciones han resultado ser un tanto desastrosas, así que me he cerrado al amor, solo al amor, el sexo es otra cosa, no voy a desperdiciar una buena oportunidad. —Lo miro con mirada lasciva pero… ¿Qué coño estoy haciendo? Ya lo entiendo, mi mente calenturienta anda muy necesitada… Pero, hombre, no hay que ser tan loba. —Perdona, no quería molestarte. «No, más bien quería otra cosa… ¡coño!, ahora mi móvil… Es Maka, tengo que cogerlo». —Perdona un segundo. —Me aparto un poco de la mesa. —¡Maka! Se me ha ido el santo al cielo, perdona, es que no hemos podido grabar hoy y estoy con el compositor que me ha presentado Leopoldo para que componga las canciones de mi disco. «Me escucho a mí misma y aún no me lo creo, mío…». Bueno, a lo que iba, que el tío está como un queso y estamos tomando un café conociéndonos un poco, y la verdad no sé cómo se me ha pasado el tiempo tan rápido.
—Ya entiendo. Bueno, si quieres nos vemos mañana, porque me ha llamado tu prima para ir de tiendas, y como no me habías llamado. Bueno, y así ya de paso puedes comerte ese queso.
—Que va, tía, no creo que me coma nada, no lo veo muy por la labor, pero bueno, ya te cuento mañana, que os divirtáis.
—¡Diviértete tú que te hace más falta! —Cuelga riéndose la muy perra, y le digo perra porque lo es, está loca y además dice lo que piensa y eso es lo que más me gusta de ella, no tiene pelos en la lengua y aunque a veces puede resultar un poco incómodo yo lo prefiero así.
Vuelvo a la mesa donde estábamos sentados y me sorprendo al ver que Jordi se ha ido, joder, la he cagado pero bien, ya no sé ni cómo atraer a nadie, a tomar por culo la noche de diversión aunque, oye, quizá el chico tuviera novia o algo… No me extrañaría con lo bueno que está.
Recojo mis cosas y me dirijo a la puerta cuando de repente noto unas manos en mi cintura que me detienen.
—¿Pensabas irte sin mí, preciosa? —De repente me gira y me mira con los ojos cargados de pasión. No, mi radar no me engañaba. —Perdona, no quiero incomodarte—. Retira las manos de repente, un poco avergonzado.
—No me incomodas, ¿quieres tomar una copa? No vivo muy lejos, no quiero parecerte atrevida, pero hay algo en tu mirada… No me entiendas mal, ya te he dicho que no busco relaciones amorosas y mi amiga me ha dado la tarde libre, así que si te parece nos ponemos más al día en mi casa —Me coge la mano y tira de mi con una necesidad urgente.
—Me parece bien, preciosa, yo tampoco busco amor pero me encantas. —Su mano comienza a recorrer mi espalda, y siento un escalofrío que me recorre todo el cuerpo, no sé qué tiene este chico pero me vuelve loca.
Nos vamos a toda pastilla de la cafetería; creo que hasta la camarera ha flipado y eso que hemos pagado y todo, pero claro, Jordi está como para no verlo y creo que en el fondo le ha dado envidia. Llegamos al portal de mi casa y cuando entramos en el ascensor ya no aguanta más, me empotra contra la pared y me besa con desesperación, pero bueno, ¿qué me he perdido? Te juro que en mi vida jamás había hecho una locura igual, claro que me he liado con tíos pero no así, ¿tan necesitada se me veía? Igual el necesitado es él. Me da igual. Dios, cómo besa, me coge la cara entre sus manos y pasea su dulce lengua por mis labios, yo acojo esa lengua y abro un poco mi boca para darle acceso, y empieza un duelo interminable en el que ya no sé cuál es su lengua y cuál es la mía; ¡Dios!, me ha puesto a cien en lo que dura el trayecto del ascensor hasta el tercer piso, que es el mío.
Abro la puerta y me empuja hacia dentro y sin miramiento alguno comienza a desnudarme pero ¿qué coño le pasa? Sinceramente me da igual, me gusta y mucho, yo hago lo mismo y paseo mis manos por sus abdominales, tan marcados… Me tumba en el sofá y me quita el pantalón rápidamente, no hablamos, solo nos besamos desesperadamente, es como si lleváramos años necesitando aquello, y se vuelve tan intenso, tan poderoso, nos acariciamos mutuamente, y nos miramos a los ojos, nos reímos, estamos bastante locos los dos. Este chico tiene algo que me gusta, seguimos a lo nuestro, me quita la camiseta y me mira, se muerde el labio inferior y decide dejarme el sujetador, saca mis pechos por encima y los masajea, mis pezones reaccionan rápidamente. Con su dedo pulgar les da unos golpecitos, los mira y sonríe, sigue a lo suyo, yo no tengo tiempo casi ni de pensar, enredo mis piernas en su cuerpo, quiero más, mucho más, estoy muy necesitada… Le quito el pantalón y planto mi mano en su miembro, que por cierto es tal y como me lo imaginaba, no me ha decepcionado, porque si con lo bueno que está hubiera tenido un micropene, te juro que me hago monja. No puedo pensar, solo puedo mirarle, ahora mismo me siento como en el séptimo cielo, este chico me pone muchísimo, sé que no quería nada con nadie, pero como ya he dicho antes, el sexo yo no se lo niego a un bombón así, y si todo lo hace tan bien como compone canciones no creo que haga nada malo dejándome mimar un poco.
Sigo acariciándole y me mira sin parar, es como si quisiera decirme algo y no se atreviera. No sé qué hacer porque una parte de mí me dice que pare y le pregunte en qué piensa, que no me deje llevar de esta manera porque nos tendremos que ver bastante y no quiero engancharme de este tío, pero mi parte calenturienta me dice que lo mande todo a tomar por culo y deje que me folle como un loco, que lo deje mirarme con lascivia y que ya veremos lo que hacemos más adelante, total, yo ya le he dicho que no quiero nada serio con nadie. Decido obedecer a la parte calenturienta porque en este preciso momento me parece más racional que la que quiere ponerse a hablar como una tonta. Por lo que sigo con mi masaje en su miembro, arriba y abajo y sigo con la lengua enredada con la suya, veo que de repente busca un preservativo y como si de un rayo se tratase se lo coloca en un abrir y cerrar de ojos, se coloca entre mis piernas y me penetra de una sola estocada, comienza a bombear dentro y fuera con una necesidad de mí que ni yo misma me creo, y yo ya no puedo más, me dejo ir en cero coma por el placer que me provoca, qué tío… El sexo es fabuloso, él al ver que yo me he dejado ir acelera los movimientos haciéndome gritar y gemir aún más y se deja ir en el momento justo que yo me corro otra vez.
—Perfecto el café que hemos tomado. —Sonrío y pongo cara de malota, en este momento me siento como una verdadera chica mala, hacía mucho tiempo que no hacía una locura así y que no tenía tan buen sexo.
—Sí, lo cierto es que sí… Perdona, pero no sé qué me ha pasado contigo, ha sido escucharte y ya me has puesto a mil por hora, y saber que estas soltera supongo que me ha dado pie a esto, yo no suelo comportarme así, no pienses que soy un salido o algo de eso, o que voy liándome con la primera chica que se me cruza. Lo cierto es que llevaba meses sin salir con nadie, pero tú me has asombrado y me pones muchísimo.
—Bueno, yo tampoco suelo hacer estas locuras, tú me has hecho saltarme todas mis reglas, deberías sentirte afortunado. —Le sonrío y le guiño un ojo…
«¿Qué hago? ¿Estoy ligando con él? ¡No, no y mil veces no! Que no quiero parejas… que luego todo son problemas. Además nadie nunca será como Lucas, siempre faltará algo que no encuentre en ningún chico».
—¿Amigos entonces? —Me sonríe con una sonrisa Profident perfecta.
—Sí, amigos entonces; oye, no quiero que esto nos condicione, bueno, no sé cómo explicarlo… Yo no busco nada con nadie, no me malinterpretes, que ha estado genial, pero no quiero que pienses que quiero nada serio porque no. —Y lo suelto todo de golpe por si me arrepiento de decirlo.
—Tranquila, ya lo entiendo, yo no busco nada tampoco, esto ha sido lo que ha sido, sexo y del bueno, no te preocupes, podemos quedar cuando quieras para lo que quieras, y si no quieres también lo entenderé, nos veremos solo en el estudio.
Cuando Jordi se ha ido después de tomar otra copa y hablar de nuestras vidas un rato, Roquet me mira como diciendo… «Pero eso, ¿qué ha sido?». «Pues, Roquet, ha sido sexo… ¡y del bueno!». Hacía mucho que no me sentía tan bien, porque Raúl y yo llevábamos bastante tiempo sin tener relaciones, él siempre ponía excusas para no subir a casa y claro, luego cuando lo dejamos todo cobró sentido, el sexo ya lo tenía con otra. No me importó en exceso porque yo ya no estaba a gusto con él, pero sí que me jodió un poco.
Jordi me ha contado que su ex le dejó hace medio año, bueno, en realidad lo dejaron de mutuo acuerdo. Por lo visto el amor se había ido apagando con los años y ya no estaban bien, ella hacia su vida por un lado y él hacía lo mismo y al final decidieron poner fin a la relación, pero desde entonces no había salido con nadie, en seis meses y claro, de ahí que estuviera tan necesitado. A mí me ha venido estupendamente. Hemos hablado de mis relaciones e incluso le he hablado de mi obsesión, si se puede llamar así, por Lucas.
No sé qué tiene Jordi que además de darme un sexo increíble me transmite una paz y una confianza que no había sentido con ningún chico nunca. Antes te he dicho lo que buscaba en un chico y creo que Jordi cumple algunos de esos requisitos por raro que parezca. Hemos creado un vínculo de amistad que creo que prosperará mucho y me alegro, ya me tocaba tener un amigo de verdad. No me entiendas mal, Maka es mi mejor amiga y lo será siempre, y Carol es muy buena amiga también, pero a veces tener un amigo del sexo opuesto ayuda.
Voy a recoger un poco el comedor, que lo hemos dejado todo desordenado y voy a ir a pasear a Roquet, que mañana tengo que ir a ver el local y no quiero llegar tarde.
Cuando estoy limpiando de repente me pongo a pensar: «¿Cómo hubiera sido mi vida si no hubiera sido tan tonta de dejar a Lucas?». Lo cierto es que en todas las relaciones que he tenido después siempre he buscado esa complicidad que nosotros teníamos, porque éramos pareja, sí, pero ante todo éramos amigos.
Nuestra relación comenzó cuando una novia suya lo dejó. Estaba destrozado y yo, como siempre, estaba ahí a su lado. Siempre había estado enamorada de él pero no quería que ese sentimiento cobrara vida porque él era muy importante para mí, era mi mejor amigo y no quería perder eso y, en aquel momento de desesperación y tristeza me encontraba yo diciéndole que no sufriera por una chica que no lo había sabido valorar, nombrándole todas esas cualidades perfectas que tenía y siendo su mejor amiga para siempre. Una noche me acompañó a casa y al llegar al portal me cogió la mano antes de despedirse y al separarlas una electricidad recorrió todo mi cuerpo, fue algo extraño, nuestras miradas, nuestros sentimientos… Parecía que el tiempo se hubiera detenido solo para nosotros dos, fue un momento mágico, yo no quise ilusionarme en aquel momento porque no quería joderlo todo y no le di importancia, bueno, miento, sí que se la di y deseaba de todo corazón que él también se la hubiera dado, pero no quería forzar nada.
Mi mente se martiriza una y otra vez, pero de repente mi estómago siente un cosquilleo y es por esa sesión de sexo fantástico que hemos tenido. Tengo que llamar a Maka.
—¡Hola, perra! Qué… ¿ya habéis follado? —Mi amiga es fina a más no poder, ¿verdad?
—Maka, cariño, yo también te quiero…. Y, ¡sí! No veas cómo me ha puesto, no sé quién necesitaba más a quién… ¿Y sabes qué me ha dicho? Que lo llame cuando quiera. Tía, tienes que verlo, está buenísimo, tiene unos ojazos…
—Ya… ya, pero no me interesan sus ojos, me interesa más saber otros detalles más íntimos. ¿Ya te estás pensando el casarte con él?
—¿Qué dices, pava? ¡Yo paso de tíos! Ya te lo he dicho, lo tengo claro, solo hay una persona de la que me pueda enamorar y lo sabes. No quiero a otro en mi vida, pero oye, a nadie le amarga un dulce de vez en cuando.
—Bueno, pues podéis ser follamigos, ya sabes de esos con los que solo quedas para follar a veces. Ya sé que tú buscas a Lucas, pero despierta, Ella, Lucas se marchó y de momento no creo que vuelva. ¿Cuánto hace que no habláis? ¿Dos? ¿Tres años?
—Cuatro, ¿vale? Ya veremos lo que pasa con Jordi, yo soy libre como una mariposa, y no quiero complicarme más la vida. Si me la complico tiene que ser con alguien que de verdad merezca la pena. Por cierto, ¿qué habéis hecho esta tarde? —Quiero saber cuánto dinero se han gastado porque luego vendrán a llorarme a mí.
—Nada, al final Hugo ha llamado a tu prima cuando hemos entrado en la primera tienda y se ha tenido que ir.
La conversación con Maka se vuelve interminable, la dejo para irme a la ducha y quedamos para el día siguiente, dice que quiere explicarme cosas de Noah, ya quiere liarme con otro. No paran estas amigas que tengo, ¿cuándo entenderán que no quiero líos de amoríos, que estoy bien como estoy y que si los tengo prefiero escogérmelos yo?
Me voy a dormir pensando en las canciones que he escuchado. Jordi aparte de follarme como un dios, también me ha dejado las letras de unas canciones que cree que me pueden encajar y elijo unas cuantas que me gustan, algunas son más rítmicas, más salseras, otras son lentas y románticas. Creo que he elegido bien, bueno, ya lo veremos… Y con la música me voy al mundo de Morfeo.