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LA PERSEVERANCIA Y EL ÉXITO

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Se ha dicho que la casualidad es la amiga fiel de los que persiguen una idea con constancia. Pero, “las recompensas de la vida llegan al final del recorrido, no al principio, y no se puede conocer la cantidad de etapas necesarias para alcanzar la meta. Quizá encontraré el fracaso en la primera etapa, ¡y sin embargo el éxito estará ahí, oculto por la siguiente curva del camino! Nunca sabré cuán cerca estoy, si no franqueo esa curva. Siempre daré un paso más. Si eso no sirve de nada, daré otro, y luego otro. En realidad, de a un paso por vez, no es tan difícil. Perseveraré hasta alcanzar el éxito”.

“ESTOY CONVENCIDO DE QUE LA MITAD DE LO QUE SEPARA A LOS EMPRENDEDORES EXITOSOS DE LOS NO EXITOSOS ES LA PERSEVERANCIA”.

Steve Jobs

EJEMPLOS NOTABLES DE LO QUE PUEDE LOGRAR LA PERSEVERANCIA

El gran poeta y novelista inglés Oliver Goldsmith, en los comienzos de su carrera literaria, no podía escribir diariamente más de cuatro líneas bien pensadas. Siete años tardó en componer LA ALDEA DESIERTA; pero perseverando en el trabajo, adquirió una agilidad mental y un dominio del lenguaje que otros escritores de mayor talento, pero menos laboriosos, intentarían en vano igualar.

El historiador Edward Gibbon rehízo dos veces el primer capítulo de la obra DECADENCIA Y CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO antes de entregarlo a la imprenta, y tardó dieciocho años en terminarla.

Paul Valéry es considerado uno de los más exquisitos escritores de la literatura mundial. Cabe decir que su perseverancia en el trabajo no le iba en zaga a su talento. Durante cincuenta y cinco años se levantó todos los días a las cinco de la mañana para escribir hasta las once. Noé Webster empleó treinta y seis años en su diccionario y, con sublime paciencia, consagró su vida al ordenamiento y definición de voces. George Bacroft empleó veintisiete años para escribir su HISTORIA DE LOS ESTADOS UNIDOS. El célebre pintor italiano conocido como TIZIANO le escribía al emperador Carlos V, diciéndole: “Envío a Vuestra Majestad

LA CENA, en la que he trabajado casi diariamente por siete años”; y ocho empleó en pintar su SAN PEDRO EN EL MARTIRIO. George Stephenson tardó quince años en perfeccionar la locomotora y Jacob Watt, en construir la máquina de vapor.

William Harvey estuvo experimentando durante ocho largos años antes de descubrir la circulación de la sangre —aunque ya la había descubierto antes el español Miguel Servet, por lo que sus compañeros de profesión le trataron de impostor y hubo de esperar veinticinco años antes de que la medicina reconociese la verdad del principio circulatorio—.

Decía la célebre cantante española conocida como “La Malibrán”: “Si descuido un día el ejercicio de mi arte, advierto en seguida la diferencia de ejecución; si lo descuido dos días, la advierten mis amigos, y si una semana, todo el mundo echa de ver el fracaso”.

“Durante siete meses estuve veinte horas diarias ensayando una sola palabra: SPECIA, que el fonógrafo repetía insistentemente. PECIA... PECIA... PECIA... Era para volverse loco, pero PERSEVERÉ y VENCÍ”.

Thomas Alva Edison

Las claves del éxito

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