Читать книгу Intensas decisiones - Delfina Falzone - Страница 7

Оглавление

Capítulo 3

Es sábado por la tarde y como siempre no tengo ningún plan. Había terminado mis deberes hacía un rato ya y me encontraba sola en el cuarto; Charlie jamás estaba. Después del inconveniente del otro día no volvió a aparecer.

Estaba sumida en un libro cuando oí que tocaban la puerta. A veces me fastidia un poco cuando interrumpen mi lectura, pero qué más da. Me acerqué a la puerta y la abrí de un tirón, algo molesta.

— Tengo una gran noticia para las dos — Britt entró con un montón de bolsas que parecían contener ropa y maquillaje en su interior —. Iremos a la fiesta de bienvenida que celebra el departamento de Leyes, será una completa locura.

— Britt, sabes que no me van las fiestas — Me encogí de hombros, quitándole importancia. Había estado toda la semana insistiéndome para que la acompañase a aquella fiesta, y como era de esperarse, me negué en cada oportunidad —. Por cierto, ¿Qué traes en esa montaña de bolsas?

— Sabía que ibas a volver a negarte a acompañarme, así que básicamente traje todo esto — y señaló nuevamente la pila de bolsas que había tirado en mi cama — para que no te quede de otra y me tengas que acompañar.

— ¿Es una especie de secuestro? — y las dos nos echamos a reír —, te acompañaré, pero con una condición.

— Sin condiciones tía, no te vendrá mal conocer gente nueva, quien te dice, puedes conocer al próximo amor de tu vida — Y se acercó a mí simulando que iba a darme un beso, la aparte y juntas nos volvimos a reír. Britt era de lo más agradable, me gustaba pasar tiempo con ella, de hecho, toda esta primera semana había sido muy cordial al presentarme con su grupo de amigos, también me llevo a recorrer el campus —.

— ¡Bieeeeeeen!, está bien, pero si la fiesta está muy mala, ¡me largo! — Puse los ojos en blanco y me dispuse a buscar entre las tantas cosas que Brittany había puesto sobre mi cama. Por el rabillo del ojo note que tenía una sonrisa triunfadora. La odiaba, pero esta la única persona en la faz de la tierra capaz de sacarme de mi habitación un sábado por la noche. Sacudí mi cabeza y sonreí para mis adentros.

Dos horas después ya estábamos completamente listas. Había optado por ponerme unos shorts de jean, una camiseta blanca y un blazer color negro, agregué algunos accesorios a mi outfit, me puse un cinturón de lo más precioso, collar largo con algunos dijes discretos, me puse unos tacones también discretos, de color negro; esa noche no quería llamar tanto la atención.

Britt en cambio había optado por un vestido de lentejuelas, unos tacones altísimos, de hecho, la hacían aún más alta y esbelta de lo que ya era; a diferencia de mí, ella si quería que la notaran. Había roto con su novio hacía menos de una semana, lo llevaba bastante bien, pero ella quería que la viera. Nos habíamos enterado de que su ex iba a asistir a aquella fiesta, así que Britt no dudo ni un segundo en ir también. Esa noche iba a ser una especie de <<mírame, ya te he superado, no te necesito, ¡cabrón!>>.

La razón por la cual rompieron fue porque Alex, se acostaba con la compañera de cuarto de Britt, a la que apodamos como <<la innombrable>>. Me hacía especial gracia porque cada vez que hablábamos del tema, Britt se ponía histérica.

Ambas nos hicimos un maquillaje de lo más precioso, pero sin cargarnos demasiado. Brittany dejó su pelo negro, perfectamente liso, suelto. Yo opte por recogerme el pelo en un moño desordenado pero perfecto para la ocasión.

Nos hicimos una foto, a mi ahora nueva amiga le gustaban las fotos, así que no me negué. No me hacía mucha ilusión aparecer en las redes sociales de nadie, más aun conociendo mi situación.

— Lina apúrate, se nos hace tarde — Estaba terminando de acomodar el desastre que habíamos montado en mi cuarto —. No quiero llegar a la fiesta y que el cabrón de Alex ya esté revolcándose con otra — Me informó un poco ¿alterada?, sí, definitivamente alterada —.

— Ya, vámonos.

Brittany tenía carro así que no tardamos más de 20 minutos en llegar a la fiesta.

En el camino fuimos charlando sobre trivialidades, conociéndonos un poco más y cantando alguna que otra canción que sonaba en la radio.

— Tía, hay alguien... — comenzó a decir y le lancé una mirada de advertencia — ¿qué? No me mires así.

— ¿Alguien qué, Brittany?

— Alguien interesado en ti, Lina... Su nombre es Luca — Luca, ¿Luca? ¿Sería el mismo de la cafetería y el bar? —, y parece estar muy al pendiente de lo que haces, de verdad.

— ¿Y que se supone que tengo que hacer con eso? — Lo que menos quiero en estos momentos es involucrarme con alguien, que además de todo, tiene novia.

— Buenos, pues, puedes hablarle como la persona normal que eres, ¿no?

— No lo sé, tía, me lo pensaré — Me reí porque Britt puso los ojos en blanco, claramente fastidiada —.

Nos bajamos del auto y comenzamos a caminar en dirección a la fiesta. Cuando estábamos llegando pudimos identificar enseguida el lugar porque no solo la música estaba a tope, sino porque había demasiada gente yendo en esa dirección.

Entramos y enseguida empezaron a saludar a Brittany, y bueno, a mí también claro. Quizás ser amiga de una persona reconocida como lo era ella, tendría ciertas ventajas.

Bien adentrada la fiesta me fui a un lugar un poco más tranquilo del que me encontraba puesto que por alguna razón comencé a sentirme un poco sofocada. Había realmente mucha gente en esa casa, creo que no estaba acostumbrada a tanta acumulación de personas en un mismo sitio. La última vez que había estado en una situación parecida fue cuando estuve en el concierto de Justin Bieber, y créanme, eso fue hace mucho tiempo.

Me tope con un pequeño jardín en el cual no había muchas personas, de hecho, ninguna, a excepción de una pajera que no paraba de meterse la lengua mutuamente, que asco.

Las demostraciones de amor en público nunca me agradaron, creo que es mejor dejar algo para la intimidad. Negué con la cabeza ante mis pensamientos.

— ¿Te gustaría tomar algo Li? — Pregunto Jeff, sacándome del trance de mis pensamientos. Era uno de los amigos más <<íntimos>> de Brittany. Era un muchacho guapo, alto, el pelo un poco largo, era rubio, casi albino, con los ojos grandes y azules, y tenía algo de barba.

— Pues sí, la verdad — Le contesté con una sonrisa; no tomaba mucho alcohol, de hecho, casi nada, pero me daría el gusto esta noche —.

— Al parecer Britt ya encontró algo que hacer — Señaló en dirección a ella, que estaba bailando y restregándose vaya a saber con quién, mientras su exnovio los observaba a ambos, con cara de pocos amigos. Era gracioso, hacía menos de 10 minutos estaba llorisqueando porque pensaba que no iba a poder logar su propósito, pero al parecer pudo hacerlo más rápido de lo que canta un maldito gallo —.

— ¿Qué hay de ti? Cuéntame algo, al parecer nadie sabe nada sobre tu vida — Ahí estaba esa maldita pregunta. Déjame decirte, amigo Jeff, que no quieres saber absolutamente nada sobre mí —.

— Que te puedo decir... no soy interesante, de hecho, todo lo que me rodea es aburrido — Y ahí va otra vez la misma mentira que le he dicho a todo aquel que me conoce—. Me limito a leer libros, estudiar y trabajar para poder sobrevivir. Como te dije, no hay nada interesante en mí.

— Parece que ocultas más de lo que podríamos llegar a conocer — Espera ¿qué? Seguro lo mire tan mal que no le quedo otra opción que disimular lo serio de su contestación con una risa muy forzada. Iba a contestarle, pero Luca hizo acto de presencia —.

— ¿Qué hay tío? — Saludó a Jeff, pasando de mi olímpicamente. Ambos se dieron un abrazo y se sumieron en una conversación que poco escuché porque enseguida me fui a otro lugar lejos de aquellos dos.

Sentí su mirada en mi nuca, pero no quise darle importancia, al fin y al cabo, era un completo desconocido para mí, no me interesaba en lo más mínimo.

Habrían pasado ¿tres horas?, desde que habíamos llegado y Britt ya había desaparecido. No estaba tan entretenida como para quedarme sola allí, así que decidí que me iría por mis propios medios. El problema radicaba en cómo iba a volver si no tenía coche. Definitivamente debía ahorrar dinero y comprarme uno, no podía tener esta clase de problemas.

Estaba contemplando mis posibilidades cuando Luca apareció detrás de mí.

— Creo que no hemos tenido el placer de presentarnos.

— Si no quieres tener problemas con tu novia, te recomiendo que las cosas sigan así. Paso de problemas de parejas ajenos — Le lancé sin más. No sé porque estaba actuando de esa forma, si por el hecho de que su novia había estado hablándome del carajo, o porque Britt había comentado que este tipo estaba <<interesado>> en mí —.

— Que suerte que no sea mi caso. Luca, un placer conocerte...

— Lina, me llamo Lina — Le contesté, un poco cortada, pero claro que eso el ya lo sabía. Simplemente estaba en plan <<fingiré que no sé quién eres solo para parecer más imbécil de lo que realmente soy>> —.

— Me recuerdas a alguien que conocí en el pasado, una tontería — Dijo alzando los hombros, quitándole importancia; y automáticamente a mí me transmitió lo mismo, como si lo conociera de algún lugar que no podía recordar con exactitud. Creo que me quede en silencio un buen rato porque volvió a hablar —.

— ¿Necesitas ir a algún lugar? — Preguntó despreocupado.

— La verdad es que sí, he venido aquí con Brittany y ha desaparecido, necesito volver a mi residencia.

— ¿No te van mucho las fiestas, no es así? — Preguntó riendo por lo bajo; pero ¿acaso esto era un interrogatorio? Maldita sea.

— No creo que sea de tu incumbencia, y a menos que quieras llevarme tú, a donde quiero ir, es mejor que te apartes — Le espeté algo furiosa, ya estaba poniéndome de mal humor, y eso era algo muy difícil de hacer —.

— Tranquila, si quieres que te de una noche entera de sexo, sólo debes comunicarlo así sin más, no debes darle tantas vueltas al asunto — Me contestó mofándose y riendo. Me estaba sacando de las casillas, menudo idiota —.

— ¿Y eso que tiene que ver con lo que te acabo de decir? — Lo miré algo asqueada, no entendía a que quería llegar con eso.

— Bueno, solo basta con mirarte las pintas para saber qué es lo que buscas, ¿por qué otra razón me pedirías que te lleve a algún lugar? Además, yo no hago favores gratis.

— Vete a la mierda, Luca — Y me eche a andar, no sabía hacia donde porque todavía no me ubicaba del todo bien, pero prefería irme a quedarme con ese imbécil —.

Después de caminar alrededor de cinco calles empecé a sentir el ruido de una moto muy cerca de mí. Me estaba asustando, pero preferí notarme firme, sea lo que fuere si tenía que luchar, lo haría.

— Venga, sube, que a pesar de que recién me conoces y me mandaste a la mierda, te llevaré — Luca otra vez. Supongo que lance todo el aire que venía conteniendo porque se echó a reír—.

— Que conste que me subo sólo porque no sé a dónde carajos estoy yendo — Soltó una carcajada, tiró el cigarrillo que estaba fumando al piso y me tendió el casco; me ayudó a subir y arrancó —.

No es la primera vez que me subo a una moto, de hecho, solíamos hacer motocross con mi padre cuando era más pequeña. Recordé esos momentos con un nudo en la garganta, a veces me gustaría que las cosas hubiesen sido diferentes en cierto punto para mí.

Algo en el ambiente hizo que me diera un poco de vértigo el estar subida en aquella moto, así que me agarre de su chaqueta; creo que lo hice un poco fuerte porque se frenó.

— ¿Estás bien? — Me preguntó sacándome de mis pensamientos.

— Si, perdona — Y noté que ya habíamos llegado a la residencia —. Gracias por traerme.

— Puedes pagarme con lo que hablamos hace unos momentos — Haciendo referencia al sexo. Me resulta repugnante, lo detesto —.

No lo salude, aquellos comentarios me resultan repulsivos, ¿es que los tíos no pueden estar ni dos minutos sin pensar en sexo? Por favor. Entre a mi habitación y para mi sorpresa, estaba sola nuevamente. Definitivamente la noche había terminado.

Me quité los zapatos, los short, la remera, absolutamente todo. Me quedé únicamente en bragas y brasier, me senté en la cama claramente frustrada.

No sé porque me sentía de esa forma, no tenía por qué sentirme así, sin embargo, lo sentía.

Aquel encuentro con ese muchacho me hizo sentir muchas cosas, cosas que pocas veces había sentido en mi vida, sin admitir que jamás las había sentido.

Tenía la sensación de que lo conocía, de verdad sentía que habíamos compartido algo en algún momento.

Algo comenzó a formarse dentro de mí, no sabía que era, porque era algo totalmente desconocido para mí. Sabía que no podía sentir nada por aquel sujeto, algo en mí me decía que era peligroso y que mejor mantenerse alejada.

Me recosté en la cama, pensando en lo sucedido esta noche. Suspiré y cerré los ojos, y mi mente automáticamente comenzó a crear escenarios imposibles, escenarios donde Luca y yo éramos almas gemelas. ¡Vaya estupidez! Siquiera lo había visto dos o tres veces como mucho y ya me estaba imaginando cosas. Maldije internamente, pero lo dejé correr.

Cinco minutos después estaba dormida.

Intensas decisiones

Подняться наверх