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3.El autor y la fecha de composición. La lengua
ОглавлениеLa fecha en que fue escrito el tratado Sobre el estilo así como el nombre de su autor son todavía para los filólogos un problema que no ha encontrado una solución plenamente satisfactoria. La probable cronología se extiende desde el siglo III a. de C. al I después de C., con lo que las posibilidades en este punto son verdaderamente muy amplias.
Las referencias y citas de autores en el libro no son siempre utilizables como terminus post quem, por los mismos fines y el contenido de la obra. En este sentido, la referencia a Demetrio de Falero en el párrafo 289 hizo que desde Petrus Victorius se pensara por la mayoría de los estudiosos que el de Falero había sido el autor del Sobre el estilo. Sin embargo, a otros11 esta misma cita les ha hecho rechazar tal autoridad. Para Grube12, la referencia a Menandro y Filemón no debe significar que el autor de nuestro tratado sea posterior a ellos y sí su contemporáneo. Tampoco nos dice nada la mención de otros nombres más antiguos como Ctesias, Praxífanes o Clitarco y de los Arquedemo, Artemón y el Gadareno13, prácticamente desconocidos.
Dentro de lo que se ha llamado evidencias internas, el empleo de la palabra hermēnéia y no léxis, como usan Aristóteles y Teofrasto, parece señalar a una fecha tardía14, así como la mención de los Peripatéticos en el párrafo 181 y la Comedia Nueva en el 204.
En relación con la lengua empleada en el tratado, Grube15 realiza un gran esfuerzo, loable sin duda alguna, para demostrar que ni Radermacher ni Rhys Roberts tenían razón, cuando tomaban la lengua del Sobre el estilo como un dato muy definitivo para situar a su autor alrededor del siglo I d. de C. Tomando los distintos apartados en los que se basa el estudio de Rhys Roberts sobre la lengua, intenta desmontar la argumentación en favor de una fecha tardía. No obstante, y sin restarle valor a su estudio, creemos que tampoco Grube logra alcanzar con sus datos una credibilidad capaz de reducir a la nada las pruebas de lengua aducidas por su predecesor. Sí puede ser válida su argumentación sobre el empleo del dual y del optativo16 en el tratado, así como su referencia a palabras de significado, formación y construcción aparentemente tardías, pero que se encuentran dentro de la norma de un griego de época más temprana e inclusive clásica17. No obstante, podemos decir, en general y contra Grube, que existen una serie de hechos a nivel lexical principalmente, que, mientras no dispongamos de otros datos, nos permiten postular una fecha más cercana a nosotros que la propuesta por este autor. Nos referimos, sobre todo, a las palabras de fecha más reciente por su formación y significado sin otra explicación posible, quizá menos numerosas de lo que quiere Rhys Roberts pero sí suficientes como para ver por ellas la lengua de un escritor posterior al siglo III y posiblemente al siglo II antes de Cristo.
La mención en otros escritos del Sobre el estilo, si es antigua, suele ser dudosa y, si es auténtica, procede de siglos ya muy posteriores. Los que defienden una fecha temprana de composición del tratado18 citan a Filodemo, autor del siglo I a. de C., que en su Retórica IV 16 escribe: «los períodos largos son malos para la declamación, como leemos en Demetrio sobre aquéllos de Isócrates». Sin embargo, Roberts19 piensa que Filodemo no se refería al Sobre el estilo y que, además, por esta referencia no se puede decir que sea de Demetrio de Falero o de cualquier otro autor. Diógenes Laercio, del siglo II d. de C., atribuye el tratado a Demetrio de Falero20, mientras que Ammonio, del siglo VI d. de C., y otros autores piensan que la obra es de Demetrio, pero sin añadir ningún otro nombre.
Entre los críticos modernos, Radermacher21 cree que el autor es Demetrio del siglo I d. de C.; Rhys Roberts22 lo sitúa entre el siglo I a. de C. y el siglo I después de Cristo, aunque esto último sería el más probable. Dahl23, hacia el año 100 a. de C.; Volkmann24 piensa que tras el estudio de Hammer25 está solucionado el problema sobre la fecha de composición del Sobre el estilo que él coloca entre el siglo II y el I a. de C. Para Christ-Schmid-Stählin26, con Radermacher, el autor no debió vivir mucho más tarde que Estrabón. Orth27 cree que se trata de Demetrio, autor peripatético entre los años 100 y 200 a. de C. Atkins28 habla del siglo I después de Cristo, mientras que Kennedy29 estudia entre las obras de Demetrio de Falero Sobre el estilo, aunque no se lo atribuya directamente. De todas formas está muy cerca del juicio de Grube sobre este problema. Kroll30 habla de finales del siglo III a. de C., con lo que también se acerca a las fechas propuestas por los dos filólogos anteriores. Grube31, en las conclusiones generales sobre el estudio de la lengua del tratado, al que hemos aludido anteriormente, dice que «no hay nada que haga improbable los comienzos del siglo III a. de C.», como los años en los que se compuso esta obra, que presenta, según él, una mezcla de dialecto ático y no ático, natural en el Museum por aquel tiempo. Boll32 piensa, frente a Radermacher, que Apión no es la fuente para Demetrio de la leyenda sobre el gato como hijo de la luna (párrafo 158), ni Estrabón para el empleo de la palabra skaphítēs, con lo que no se pueden seguir manteniendo como terminus post quem. Una época más allá del siglo I a. de C., dice Boll, no es posible por los datos de que disponemos. Por último, añadiremos que autores del Sobre el estilo han sido considerados un Demetrio sofista alejandrino, que, según Diógenes Laercio, fue autor de unas Téchnai rhētorikái, y un tal Demetrio de Pérgamo, que, al parecer, vivió en el año 100 a. de C.
Se han apuntado otras razones para situar en uno u otro siglo a Demetrio, autor de Sobre el estilo; sin embargo, creemos que son suficientes las que hemos recogido brevemente para dar una idea del problema. A la vista de los argumentos esgrimidos por los diversos autores, personalmente elegiríamos una fecha entre el siglo I a. de C. y el siglo I d. de C. como la más probable, aun cuando terminaríamos este pequeño apartado recordando aquello que escribe Rhys Roberts en su edición de que, al faltarnos evidencias suficientes, el único modo de acercarse a este asunto es la precaución, y reconocer que el problema sigue estando ahí, sin que se pueda considerar solucionado satisfactoriamente para todos.